Night 2 (parte III)

"¿Cómo?" - El Sr. Afton no podía creerlo. Al momento de escuchar la noticia, fue de inmediato a la habitación, donde estaba su hijo. Cuando llegó, Michael ya se encontraba incorporado en la cama y se sorprendió al ver entrar a la habitación su padre y Henry.

"¿Papá y Henry? ¿Qué... qué ha pasado? ¿Por qué estoy en el hospital?" - preguntó confundido.

"Michael, tu madre y yo te hemos encontrado tirado en el suelo inconsciente. Según tus hermanos, te empezaste a encontrarte mal y perdiste el conocimiento" - informó su padre.

"¿En serio?" - respondió sorprendido. "No recuerdo nada de lo que ocurrió esta mañana" - Haciendo un esfuerzo por recordar lo que le había sucedido, empezó a quejarse del dolor otra vez, sosteniendo su sien con una de sus manos.

"Michael, ¿estas bien?" preguntó Henry con un tono de preocupación.

"Sí, no es nada. Solo es la cabeza" - respondió sin darle importancia.

"Ahora que lo mencionas, recuerdo que ayer también te dolió la cabeza" - recordó Helen.

"Michael, si te duele la cabeza. Deberías decírselo al doctor." - lo aconsejó Henry.

"No, en serio, estoy seguro que no es nada" - respondió despreocupado.

"Aún así te quedarás en el hospital" - dijo su padre con seriedad.

"¡¿Qué?! ¿Y qué hay de mi trabajo?"

"¿Ahora te importa tu trabajo?" - William se percató de las miradas sorprendidas de Henry y Helen al responder de manera tan brusca con su hijo. Cerró los ojos, respiró profundo y le contó sobre el itinerario de hoy. - "Henry y yo hemos estado hablando, y lo mejor es que hoy no usaremos los trajes. En otras palabras, yo me encargaré de la vigilancia y tu madre se quedará contigo".

"¿Y mis hermanos?"

"Estarán bien conmigo"

"¿Qué! ¡¿Estás loco?! Evan le tiene miedo a los animatrónicos." Michael se iba a levantar de la cama, cuando Helen lo detuvo. "Helen, déjame".

"No" lo obligó a que volviera a la cama y se encaró con su jefe. "Con el debido respeto Sr Afton, no creo que sea buena idea en traer a sus hijos al restaurante y más, si uno de ellos le tiene miedo a los animatrónicos".

"No pienso malgastar el dinero en contratar a una niñera cuando puedo tenerlos vigilados de cerca en el restaurante"- respondió malhumorado. - "Y no hay más que hablar".

Todos estaban en desacuerdo con la decisión de llevar a su hijo pequeño al restaurante, cuando de pronto, los ojos de Henry se le iluminaron al tener una maravillosa idea.

"Si tu te llevas a tus hijos, entonces yo también traeré a la mía. Así podrá jugar con ellos y, al mismo tiempo, cuidar del pequeño Evan"

"¿Qué?" - la expresión de Afton cambió al escuchar la idea de su amigo.

"¡Oh vamos! No pongas esa cara. Si tú vas a traer a tus hijos al trabajo, yo haré lo mismo. Además, hace mucho tiempo que mi hija Charlie no ve a Elisabeth y a Evan, y tiene muchas ganas de volver a verles". - Finalmente, William se resignó.

"Está bien, por esta vez ganas. Pero esta te la guardo Henry"

"Siempre es un placer hacer negocios contigo mi viejo amigo". - Sonrió de oreja a oreja, posando su brazo sobre los hombros de su amigo, quien no parecía muy contento.

"Tengo un mal presentimiento" - musitó Michael.

"Ya somos dos" - coincidió Helen.

No pasó mucho tiempo cuando llegó la madre de Michael a la habitación con sus hermanos pequeños y se alegraron de verle despierto. Sus hermanos pequeños lo abrazaban, mientras que su madre lo colmaba de besos. Michael se dejó querer por las muestras de afecto de su madre, a pesar de sus quejas. Era obvio que él realmente le gustaba recibir las muestras de cariño de su madre y de sus hermanos. Tras la ronda de besos y abrazos, William le explicó a su mujer sobre la condición de su hijo y su leve pérdida de memoria, además de su plan de llevar a sus hijos al restaurante, mientras ella se quedaba en el hospital al cuidado de Michael. Ella accedió sin problemas.

Todos se despidieron de Michael y de la Sra Afton y se marcharon del hospital. William se llevó a sus hijos al coche y tomaron la dirección hacia el restaurante, al igual que Helen. Al contrario de Henry, quien se fue en dirección a su casa para recoger a su hija, Charlie.

Al llegar al restaurante, Elisabeth salió del coche super emocionada, ya que hacía mucho tiempo que no iba al restaurante y, mucho menos, ver a su padre trabajando. Elisabeth siempre estuvo muy apegada a su padre y le fascinaba cuando lo observaba trabajando de lejos, sobretodo, cuando él construía algún animatrónico nuevo. Al contrario de Evan, quien se ve intranquilo y abrazaba con fuerza a su Fredbear de peluche del que no se separa en ningún momento.

"Bueno niños" - comenzó a decir su padre al salir del coche. - "Como os he dicho antes por el camino, hoy vais a ver como vuestro padre trabaja en el Freddy Fazbear's pizzeria pero, como vuestro hermano no puede trabajar hoy, yo tendré que hacer su turno". - Iba caminando hacia la entrada principal del establecimiento, mientras sacaba las llaves del local.

"¿Eso quiere decir que hoy no te pondrás el traje de SpringBonnie?" - preguntó su hija con un deje de desilusion en sus palabras.

"Así es. Ni SpringBonnie ni Fazbear estarán hoy caminando por el restaurante. Aun así, los sacaremos y los activaremos" - Eso último no le hizo mucha gracia al pequeño Evan.

"¿Y dónde los colocarás?" - preguntó atemorizado.

"Muy buena pregunta. Supongo que los colocaremos en el escenario secundario junto con Foxy" - respondió William mientras abría el establecimiento y dejaba paso a sus hijos.

"Entonces, ¿habrá un espectáculo especial de Foxy con SpringBonnie y Fredbear?" - preguntó ilusionada su hija. William se le iluminaron los ojos al escuchar su pregunta, se giró hacia ella y con una sonrisa, le respondió:

"¿Sabes? No es mala idea".

Volteó al escuchar el sonido de un coche aparcar y observó que la persona que salía del auto era Helen, quien traía una bolsa del Mc Donalds. Su sonrisa desapareció al verla. Helen se dio cuenta de su cambio de humor y ella lo reprochó:

"No pongas esa cara. De algo tendrán que comer" - Él seguía mirándola con el ceño fruncido hasta que sus hijos se acercaron a ella y preguntaron que traía en esa bolsa que ella acababa de esconder.

"¿Qué traes en esa bolsa y no mientas que lo hemos visto?" - dijo Elisabeth.

"He pensado que como hoy es un día, digamos, diferente. He pensado que hoy es un día idóneo para comer hamburguesas del Mc Donalds" - Sacó la enorme bolsa, enseñando a los pequeños, quienes gritaron con ilusión.

¡¡¡BIENNNNN!!!

"Escoged un sitio para almorzar, ahora os alcanzo".

Los niños se marcharon directos al interior del local, dejando a Helen a solas con William, quien el mayor recobró su seriedad al ver marchar a sus hijos.

"¿A qué estas jugando?"

"A nada, - Helen lo miró con seriedad - simplemente estoy ignorando lo que ocurrió esta mañana y recordarte que no debes desaprovechar esta oportunidad con tu familia".

William se desconcertó al oir aquellas últimas palabras, ¿a qué se refería con que no desaprovechase esta oportunidad con su familia? ¿Acaso Helen sabe lo que le estaba pasando cada noche? ¿Qué relación tiene ella en todo esto?

"Si no hay nada más que hablar, entremos dentro antes de que se enfríen" - La actitud de Helen cambió por completo, mostrando su sonrisa risueña, pero esta vez, con un halo de misterio que solo el propio William lo conseguía perturbar.

Helen fue en busca de los hijos de Afton, él iba detrás de ella. Cuando los encontró sentados en una de las mesas grandes del local, ambos fueron directos hacia ellos. Ya estando en la mesa, Helen sacó de la bolsa dos Happy meals, un menú mediano y un menú grande. - "Henry me contó que este es el menú que normalmente pides" - Le entregó el menú grande a su jefe.

"Sí, gracias" - cogió su menú desconfiado, pero al ver a sus hijos felices comiendo su cheeseburger mientras jugaban con sus respectivos juguetes, relajó su expresión y disfrutó contemplando a sus hijos. Helen notó su cambio de expresión y no pudo evitar en sonreir, mientras comía su hamburguesa. Lamentablemente, esa "calma" no duró mucho ya que el resto del almuerzo, William no paró de observar a Helen, quien notaba su incómoda mirada furtiva y no pudo disfrutar del resto del almuerzo como ella deseaba, por suerte, los pequeños no lo notaron al estar concentrados en sus juguetes.

Al terminar de almorzar, Helen se quedó limpiando la mesa, mientras William se llevaba a sus hijos a mostrar el local. Hizo un pequeño tour, donde comenzó mostrando la cocina, ya que dentro de unas horas no podrían entrar por la llegada de los trabajadores, la cocina estaba completamente equipada con hornos, planchas, freidoras, etc; luego les mostró la sala de recreativos, lleno de juegos arcade, la sala de fiestas, donde se encuentra el escenario principal. Al llegar allí, Evan se apegó a su padre, quien no se molestó en su acercamiento y lo tranqilizó al contarle que Freddy y sus amigos estaban desconectados. Para demostrarlo, se subió al escenario, cogió el brazo de Freddy, lo levantó y lo dejó caer, demostrando la inactividad de este.

"Lo ves, Evan. No hay nada de qué temer". - Se bajó del escenario y llevó a sus hijos a la otra sala, donde se encuentra el escenario secundario. La cabeza de Freddy comenzó a girar de manera sigilosa y siguió a Afton con la mirada, sus ojos se iluminaron y se entrecerraron, frunciendo también su ceño mostrando un gesto de enfado hacia uno de sus creadores.


"¿Aquí colocarás a SpringBonnie y Fredbear?" - preguntó Elisabeth emocionada sin dejar de soltar la mano a su padre.

"Así es. Pero hasta que no llegue Henry, no podremos traerlos hasta aquí".

"¿Pesa mucho?" - preguntó el pequeño.

"No, todo lo contrario. Son bastantes ligeros de lo que son"

"Entonces, ¿por qué no los traes ahora?" - preguntó su hija.

"Bueno..." - William no terminó la frase, simplemente posó su mirada en su hijo y Elisabeth siguió la mirada de su padre e intuyó lo que quería decir.

"Oh, lo entiendo".

"¡Liz!"

Se voltearon al escuchar la voz de una niña, la cara de Elisabeth se iluminó al ver de quien se trataba y fue corriendo hacia ella hasta darse un enorme abrazo.

"¡Charlie!"

William se acercó a Henry y después de intercambiar algunas palabras, se marcharon al almacén donde guardaban sus trajes, dejando a los niños a solas. No tardaron mucho en regresar a la sala con los trajes y colocarlos a ambos lados del escenario con Foxy en el centro. Evan se escondió detrás de su hermana al ver como activaban los trajes en modo animatrónicos y comenzaron a moverse para ver que no hubiese ningún fallo. Helen entró en la sala con el uniforme ya puesto y llamó a los niños, sobretodo a Evan para llevarlos a jugar a la sala de los recreativos, cada uno les dio un par de monedas y se fueron a jugar a las recreativas, que previamente Helen había encendido. No pasó mucho tiempo cuando poco a poco vinieron el resto de empleados y se prepararon para la apertura del restaurante y la llegada de los comensales.

Al cabo de las horas, el restaurante se llenó como siempre. Los niños gritaban con euforia al ver la novedad del día, que era la actuación de Foxy con SpringBonnie y Fredbear. William estaba satisfecho al ver el tremendo éxito y a los niños divirtiéndose, mientras los vigilaba como guardia de seguridad.

Mientras tanto, Charlie, Elisabeth y Evan seguían jugando a los recreativos, aunque esta vez estaban jugando a uno que solo requería de tres jugadores y los protas del juego eran Fredbear, Puppet y Circus baby.

"Liz, ¿puedo hacerte una pregunta?"

"Claro".

"¿Alguna vez has sentido que todo esto no es real?"

Elisabeth la miró sorprendida, al igual que Evan. Charlie al ver sus expresiones, supo que ella no era la única.

"Más que real, siento que algo no encaja" - respondió Elisabeth.

"¿Cómo qué?"

"Mi hermano Michael".

"¿Tú hermano?" - exclamó sorprendida.

"Sí, tanto Evan como yo sentimos que nuestro hermano, de algún modo se ve distinto de lo que nosotros recordamos. Es extraño".

"Todo es extraño".

"¿Charlie?" - dijo, de pronto el pequeño Evan.

"¿Sí?"

"¿Estamos muertos?"

Aquella pregunta la pilló desprevenida, pues ni ella sabía si estaba viva o muerta, era real o un sueño o, incluso si estuviera bajo los efectos de algún gas ilusorio. Esa sensación le producía que viviera en una gran incertidumbre. Aunque una cosa está clara, cada vez que el Sr Afton estaba cerca de ella, se le revolvía el estómago. Sus amigos seguían esperando una respuesta y ella solo les pudo responder con un "no lo sé". De repente, alguien se acercó detrás de ellos y se asustaron, provocando que la persona que tenían detrás casi se les cae las bebidas y se dan cuenta que se trataba de Helen.

"Lo siento, no pretendía asustaros. El Sr Emily me pidió que os trajera estos batidos. Pensó que tendríais un poco de sed después de estar un buen rato jugando". - Repartió los batidos a cada uno.

"Gracias Helen" - agradeció Charlie.

"No hay de qué. Solo cumplo con mi deber. Por cierto, podéis tomar los batidos tranquilamente en las mesas que hay allí al fondo y luego podréis seguir jugando". - Señaló las mesas del fondo, donde había uno vacío al lado de otro que estaba ocupado por un grupo de niños. Helen se despidió y volvió a su puesto, mientras que ellos se dirigieron a los asientos libres para descansar un rato. Al acercarse, Charlie reconoció al instante el grupo de niños que estaban sentados al lado, Gabriel, Jeremy, Fritz y Susie, aunque ella los conocía como Freddy, Bonnie, Foxy y Chica. Charlie se quedó un rato observándolos, no parecen acordarse de ella, lo que significa que ellos no recuerdan nada de lo que les sucedió. Aunque eso era algo bueno, así no tienen que recordar lo doloroso que fueron sus muertes por culpa de XXX.

Charlie se sorprendió al recordar sus muertes. "¿Cómo era eso posible?" Y hace un momento pudo recordar al hombre que arrebató tanto la vida de ellos como la suya propia, pero por alguna extraña razón, aquel recuerdo se desvaneció al instante como si algo o alguien no quisiese recordar aquel recuerdo tan traumático.

El resto de la tarde, se lo pasaron jugando y lejos de los animatrónicos que tanto les asustaba Evan. Cuando llegó la hora del cierre, los padres llamaron a sus hijos y se fueron del lugar felices. El Sr Emily se encargó de cerrar la puerta principal, mientras que el resto de empleados se encargaron de recoger y limpiar el lugar. William y Henry se llevaron sus trajes a la sala de mantenimiento y los guardaron en el almacén. Poco a poco, los empleados se fueron a sus casas, dejando a Helen y los dueños del restaurante con sus hijos en el local. De repente, todos se asustaron al escuchar a Helen gritar, todos fueron en dirección al escenario principal y se encontraron a Helen agarrándose fuertemente la muñeca. Henry auxilió rápidamente a Helen, mientras William se quedó observandolos, sus ojos se fijaron en la mandíbula de Freddy, que se encontraba completamente desencajada y con rastros de sangre.

"Helen, ¿estás bien?" - preguntó mientras inspeccionaba su muñeca que no paraba de brotar sangre.

"No lo sé." - no paraba de gemir de dolor.

"¿Qué narices ha pasado?" - preguntó sin comprender cómo ha terminado en ese estado tanto la mandíbula de Freddy como la muñeca de su empleada.

"Estaba inspeccionándolo como de costumbre y... - le costaba explicar lo sucedido debido al dolor de su herida - cuando de pronto, se cerró la mandíbula. Pude meter la llave inglesa a tiempo, si no, me habría quedado sin mano".

"¿Y para eso has tenido que...?" - William fue interrumpido por sus hijos pequeños, quienes comenzaron a llorar.

"Sangre". - Dijo Evan asustado.

"William, si tanto te preocupa Freddy. Quédate a arreglarlo, pero yo me llevo a los niños y a Helen a urgencias".

"¡Oye!"

William no le dió tiempo de detenerlo, pues se fueron de inmediato del lugar. Vio cómo se llevaba a Helen, quien se tapó la herida con el delantal de camarera, y a sus hijos. De pronto, el local se tornó en un silencio sepulcral y se volvió hacia Freddy.

"¿Qué clase de bestia es Helen para haberlo dejado en ese estado?" - Se quejaba William mientras se remangaba las mangas y cogía las herramientas necesarias, que se encuentran en la caja que estaba al lado de Freddy. La mandíbula de Freddy estaba completamente desencajada, no sabía cómo demonios logró hacerle eso, ya que según ella, colocó la llave inglesa para evitar la mordida del animatrónico.

Empezó desmontando la cabeza y separándolo del endoesqueleto. El primer paso era bastante sencillo. Los siguientes pasos eran más complejos, lo que provocó que William se sentase sobre el escenario y arreglase la mandíbula, dejando la espalda dolorida por haber estado mucho tiempo trabajando encorvado. Cuando por fin lo había arreglado, se levantó del suelo y colocó la cabeza de Freddy en su sitio sin complicaciones. Se dispuso a ordenar y guardar la caja de herramientas cuando se percató de la hora que marcaba en su reloj. Era consciente del tiempo que había tardado en arreglar la mandíbula de Freddy, por eso se extrañó al ver que en las manecillas de su reloj, marcaban las 12 de la noche.

"¿Qué demonios?"

De repente, William escuchó la risa de una niña. Este se giró hacia el origen del sonido, pero no había nadie. De nuevo, volvió a escuchar aquella misma risa en otra dirección.

"¿Quién anda ahí?" - Volvió a voltearse y esta vez vio una silueta esconderse bajo las mesas. William se bajó del escenario y se fue directo a la mesa molesto. - "Niña, no tengo tiempo para juegos y mucho menos de lidiar con tus padres que estarán muy preocupados" - Se agachó y levantó el mantel para encontrarse con nada. - "¿Pero qué?" 

Escuchó los pasos apresurados de la niña pasando cerca de él, inmediatamente se giró y vio su sombra dirigirse a la sala de los recreativos. Sacó una linterna de la caja de herramientas y se dirigió hacia donde se ocultaba la niña. - "Lo que me faltaba, una niña perdida con ganas de jugar" - Como si fuese una broma del destino, las luces del local se apagaron sin previo aviso. Por suerte, William llevaba consigo la linterna y lo encendió. Tomando ventaja sobre la niña; alumbró sobre las máquinas y escuchó los pasos apresurados y la risa de la niña, que venían de detrás de él. - "¡Oh, venga ya!" - La niña volvió al escenario principal y William la siguió, perdía la paciencia por momentos. - "¡En serio! No tengo tiempo para estupideces, sal de una maldita vez".

"No" - respondió finalmente la niña. - "No me iré hasta que me encuentres".

"¿Y si no lo hago?"

"Convertiré su vida en un infierno"

"¿Y cómo piensas hacer eso?" - le siguió el juego.

"Haciendo lo mismo como la pasada noche, ¿lo recuerdas?"

La sonrisa de Afton se desvaneció por completo, ensombreciendo su rostro y mostrando su verdadera personalidad. - "¿Quién eres?"

"Si quieres saberlo, búscame, atrápame".

William la buscó por todo el establecimiento con más cautela, evitando hacer ruido para que no la detectara, pero era inútil. Las horas pasaban y seguía sin encontrarla, aun así él seguía al acecho como si de una bestia depredadora se tratase. Entonces, sintió los pasos de la niña, que los condujeron a la sala secundaria. Al llegar allí, apuntó la linterna al escenario y vio como la cortina se movía. En su rostro se formó una sonrisa macabra y deformada, se apresuró en subir al escenario y cuando corrió las cortinas, para su sorpresa, se encontró con Fredbear en vez de Foxy.  Este se encontraba con la boca abierta, algo que lo extrañó.

Entonces, sintió que alguien lo empujó con fuerza, se tropezó con algo y golpeó su cabeza sobre la mandíbula de Fredbear. Inmediatamente, se incorporó y se separó de este. William se dispuso a golpear a la niña con la linterna, pero algo lo agarró del brazo con fuerza. Se dio cuenta que la persona que le estaba agarrando del brazo era el mismo Fredbear, quien cambió su expresión. Intentaba soltarse, pero no había forma de liberarse de su agarre, que cada vez era más fuerte, obligando a soltar la linterna. William no comprendía lo que le estaba pasando hasta que recordó las palabras de la niña:

"Convertiré su vida en un infierno"

"Me las pagarás mocosa"

Maldijo William. Dejó de forcejear y admitió su derrota, mientras Fredbear lo agarraba y lo levantaba del suelo, acercándolo a su boca hasta introducir la cabeza de Afton en él. Cerró la mandíbula con fuerza, aplastando su cráneo, sin matarlo en el acto. Fredbear masticaba la cabeza de Afton como si de un chicle se tratase. William sentía como aplastaban su cabeza y agonizaba de dolor, la mandíbula del animatrónico se empapaba poco a poco de sangre y del líquido cefalorraquídeo, al cabo de varias mordeduras, la mano de Afton dejó de moverse.

Una sombra negra se acercó al cuerpo sin vida de Afton y lo sacó del animatrónico. Podía verse los restos del cerebro esparcidos por el suelo y por la mandíbula de Fredbear, además de las salpicaduras de sangre que ha dejado por todo el animatrónico y el escenario; lo dejó en el suelo y se despidió de él:

"Que tengas dulces sueños, Afton".

Entonces, chasqueó sus dedos y devolvió el lugar a como estaba antes y William se curó por completo de sus heridas mortales.

"Murió del mismo modo que su hijo Evan. ¡Qué irónico!" - dijo la voz de la niña.

"Así es, pero me temo que ya no será tan fácil como antes"

"¿Por qué?"

"Porque ya es consciente que todo esto no es real".


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