Veinticinco: My Answer
Hoy sería la última cita qué tendrían, una larga semana llena de amor y cariño había pasado.
Visitaron lugares hermosos como el parque Yeouido donde se tomaron fotos y admiraron los árboles de cerezo, visitaron el río Han, donde admiraron las luces y de gustaron una rica cena.
Visitaron un y mil lugares hermosos.
JiMin llenó de regalos, palabras bonitas, susurros suaves, flores y un amor incondicional.
YoonGi se sentía tan enamorado, se enamoró nuevamente de los atentos dulces y delicados de Hyun JiMin, se enamoro de aquella sonrisa, se enamoro de aquellos ojos verdes, simplemente volvió a enamorarse.
Pero tenía miedo, tal como la primera vez... Tenía miedo que nuevamente fuera a pasar lo que paso. No fue una experiencia muy bonito qué digamos, estuvo llena de dolor y tristeza.
Sabia perfectamente que JiMin se había esforzado para ganarse y que volviera a confiar en él. Lo demostraban los cientos de regalos, las palabras bonitas, las acciones atentas de JiMin.
--Deja de comerte la cabeza, YoonGi... Todo estará bien.--Su madre saco su cabeza de sus pensamientos.
Hoy era el último día del cortejo, dirijo su vista al ramo de algodon qué al tener ya una semana estaba marchito, pero seguía en pie.
--Todo estará bien. --Sonrió un poco y de dispuso a terminar de arreglarse.
Una vez listo se miro en el espejo, perfecto. Llevaba un cómodo pantalón negro roto de las rodillas, junto con una camisa rayada con mangas largas, y unos cómodos tenis negros.
Acomodo su desordenado cabello y aplico solo un brillo en sus labios dejándolos con su color natural. Una vez listo se acerco tranquilamente al florero qué contenía las flores ya marchitas, las tomo con delicadeza y sonrió un poco.
Después de haber pensado demasiado ahora ya tenía su respuesta a todo este asunto, dirijo su mirada al reloj en la pared, observó la hora esperando que por fin dieran las cinco la tarde para poder salir tranquilamente y poder dirigirse a la torre Namsan, donde oficialmente terminaría su cortejo.
Un lugar aun más bello que los demás que había visitado, por reglas de cortejo el omega tiene que llegar por su cuenta al lugar establecido por el alfa, donde con las flores qué se regalaron el primer día y unas segundas qué se le regalarían el último día, tendría que tomar o tirar dependiendo de la respuesta que el omega diga.
Las campanas comenzaron a tocar marcando las cinco de la tarde, respiró apenas y le daría tiempo, pues habían quedado a las ocho de la noche.
--Ya me voy, mamá... --Su madre sonrió y lo abrazo deseándole suerte en lo que sea que haya escogido.
--Mucha suerte mi pequeño... -- Y salió.
Subió al porche y en prendió el largo viaje de tres horas.
JiMin estaba lleno de nervios. Caminaba de un lado a otro, todavía era temprano faltaban tres largas horas.
Se encontraba en la oficina de la empresa, tenía que entrar a una junta con inversionistas de las diferentes sucursales ubicadas en lugares diferentes.
Trataba de respirar y controlarse, para ser sincero tenía miedo de lo que pudiera decir o hacer YoonGi. Sabía perfectamente que hizo todo lo que estuvo en sus manos para tratar de solucionar todo.
Había pasado una semana larga llena de emociones sinceras y puras. A decir verdad no planeó ninguna de sus palabras, acciones mi citas, todo había salido sinceramente de su corazón.
--¿JiMin? Los inversionistas ya están aquí. --Hyun-Ah entró con una carpeta en las manos y el teléfono pegado a su oreja.
--Sí, ya voy. --Decidido alejo los pensamientos negativos de su mente y se dirijo a la sala de juntas donde los alfa le esperaban.
YoonGi llegó a su preciado destino, la torre Namsan estaba ahí desprendiendo una belleza heterea, un lugar romántico a decir verdad.
Aparco el auto y se dispuso a entrar al parque. Las ocho marcaban en el reloj de su mano, el sol ya se había ocultado y pronto la torre Namsan se iluminaria bellamente. Comenzó a caminar a través del parque, buscando con la mirada a el alfa.
Sin esperarlo unas manos taparon su vista, el aroma a cítricos lo envolvió y pronto se vio refugiado en aquel aroma qué sin lugar a dudas era su favorito.
--¿Sabes quien soy? --YoonGi se permitió reír un poco, claro que sabia quien era.
--No lo sé... Tú dime. --El omega llevo sus manos a las contrarias, deslizandolas hasta el antebrazo del alfa:--Eres JiMin... Vamos te reconocería entre un millón.
El alfa quito sus manos de los ojos y el omega se dio la vuelta chocando con el pecho de JiMin.
--¿Estas listo? --El alfa llevo una mano a su rostro, acariciandolo lentamente. YoonGi se restregó como un gatito contra la mano.
Se sentía tan bien, olvido todas sus penas en cuando supo que JiMin estaba ahí, a su lado. Tal vez quería arriesgarse, no, lo haría.
--Sí es contigo, estoy listo para todo. --JiMin dejó un beso en la mejilla del omega. El alfa tendió un nuevo ramo de flores de algodón junto con rosas, un ramo muy bonito a decir verdad.
--En cuanto vi el ramo pensé que era bellísimo, sin embargo ahora viendolo en tus manos es opacado con la belleza qué desprendes. --YoonGi bajó la cabeza avergonzado.
--¡JiMin! --El alfa se permitió reír ante el nerviosismo del omega.
YoonGi sostuvo los dos Ramos entre sus manos, JiMin tomó la mano qué tenía libre el omega y comenzaron a caminar a un lugar un poco más alejado de las personas para poder obtener la respuesta tan esperada qué necesitaba.
Llegaron a un puente qué estaba cerca de aquella torre ahora iluminada, era un lugar donde miles de parejas hacían el ritual de cortejo, un lugar romántico.
En aquél puente, JiMin se arrodillo y ladeo su cabeza en señal de sumisión, nuevamente demostrando el arrepentimiento
Había llegado la hora de la verdad, YoonGi miro las flores y volvió a pensar las cosas nuevamente, sin embargo sabia que quería ir hasta el fin del mundo con JiMin, lo haría sin dudar.
--Mi respuesta es que yo, Min YoonGi, acepto tu cortejo con la única condición qué nuestra relación sea y este llena de un amor real, sin obligaciones ni desconfianzas, pues te amo y te amaré hasta el final de los tiempos. --Sin pensarlo demasiado, dijo las palabras que su corazón sentía y abrazo fuertemente las flores arriba de su vientre, justo en el pecho.
JiMin abrió los ojos sorprendido, se levanto rápidamente y cargo entre sus brazos a YoonGi girando con él.
--¡Gracias, gracias! --El omega carcajeo ante las cosquillas qué los besos rápidos dejaban en su piel.
--Yo, Park JiMin, prometo amarte y cuidarte por la eternidad, prometo llenar cada día de amor incondicional, al igual que mantener la bella sonrisa en tus labios, prometo jamás dudar de ti, prometo amarte cada día más de lo que ya lo hago. --YoonGi enredo sus brazos en el cuello del alfa, automáticamente JiMin tomo las caderas ahora un poco más anchas y lo acerco a él hasta que su embarazo se los impidió.
--Te amo mucho, alfa
--Yo te amo más. --Juntaron sus labios en un tierno beso, donde lejos de ser pasión era un beso sincero, llenó de amor.
Tomados de la mano decidieron degustar una rica cena en el restaurante giratorio de la torre Namsan. Estuvieron ahí hasta que dio una de las vueltas qué daban cada cuarenta y ocho minutos.
Al salir de ese lugar, siguieron el recorrido hasta poder admirar la bella Seoul de noche, gracias al mirador pudieron apreciar la belleza encantadora del lugar.
Cómo un niño pequeño, YoonGi recorrió y pudo leer algunos de los lindos mensajes qué traían los famosos candados del amor.
--¿Quieres poner uno? --El alfa sugirió, YoonGi asintió rápido, efectivamente quería poner un candado.
--Siempre vengo preparado. --JiMin saco un bonito cansado en forma de corazón con algunas flores pintadas.
YoonGi sonrió en grande, tomaron el corazón entre sus manos. Y mirandose directamente a los ojos, decidieron poner un significado bonito a aquel candado.
--Con este candado, prometo entregarte el cielo completo, poner la felicidad a tus pies, ser el pilar qué necesitas, estar contigo en los buenos y malos momentos, ser la guía y compañía qué necesitas y lo más importante de todo, amarte sobre todas las cosas. --El omega mantuvo el brillo en sus ojos ante cada palabra salida de la boca del alfa.
--Con este candado, prometo ser la razón de plasmar una sonrisa en tu rostro, ser el omega qué te amara por la eternidad y cada día se enamorara aun más, prometo ser la persona que alumbrara y velará tus sueños... Prometo amarte por mil años más. --Colocaron el candado y juntos cerraron aquel candado sellando la promesa que esta vez se asegurarían de cumplir.
Con la sonrisa plasmada en su rostro decidieron arrojar la llave en el lugar que sería recogida, vendida y donada a un centro de apoyo a jóvenes.
--Te amo mucho, ¿Lo sabes?
--Lo sé... --JiMin volvió a juntar sus labios bajo la luz de la luna y las luces de la gran Seoul.
Buenas tardes/días/noches..
Aun no termino de superar la Bang Bang Con 🤧❤️
Todo fue arte, ¿Qué les pareció?
RosaMenta 🌟❤️
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