32.
Estabas ahí, aunque no.
Sentí en mi segunda piel
tu tacto, ahí está,
tan húmedo, tan mío
pero en ese momento
tuyo,
todo tuyo, tanto
que parecía que no estabas,
aunque
en ese momento sí
y en otro, ojalá
también estés
pero dentro,
tan dentro de mí
hasta el punto de no distinguir
si esto es mío o tuyo,
o nuestro,
pero al final del día
es.
Tan húmedo, tan mío,
tuyo.
Tan jodidamente nuestro.
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