3IP: Disculpas...

Esa mañana Devon llegó por mi hermano así que no me preocupe por tener que llevarle, conduje a la casa de Camren.

Cuando llegue él ya estaba afuera, esperándome sentado en una de las jardineras.

—¿Y ese milagro que estás listo y a tiempo? —pregunté sorprendida bajando del coche.

—Mi mamá me dió un tiempo fuera —contestó molesto— básicamente dije algo que no debí así que era salir o enfrentar su ira y sinceramente no tenía ganas de pelear.

—Tu sin querer pelear, wow ya son dos sorpresas en un día —me burlé.

Él me miró feo pero entró al coche.

Camino a la escuela Camren iba muy tranquilo, a decir verdad iba contento, pero eso no duró.

Un ligero pum y después el coche paró, me baje para ver qué sucedía, el humo empezó a salir sin control.

No era nada nuevo solo era cuestión de abrir el cofre y echarle un vistazo.

Espere que el humo se disipara un poco para poder revisarlo.

—Bien hecho camarera —se quejó Cam.

—Camren de que manera esto es mi culpa —lo confronte abrumada.

—Bueno todo lo qué haces, dices o tocas siempre termina siendo un desastre, tu misma existencia lo es —explicó astuto.

Lo miré molesta, estaba a nada de golpear su cabeza contra el cofre.

—Muy bien, tiempo fuera —exclamé cruzándome de brazos.

—Tu no puedes mandarme a tiempo fuera —se quejó arqueando la ceja.

—Tiempo fuera —grité señalando la acera.

Él solo bufo pero hizo caso.

Teniendo a Cam en tiempo fuera y en una distancia considerable me acerqué al coche.

Empecé a rebuscar entre la maquinaria, mi auto no era nuevo y a decir verdad apenas y se sostenía.

—Muy bien creo que ya encontré el problema —exclamé.

Una pieza se fue en mi mano, solo la miré y mordí mi labio para no llorar.

—No puede ser... —chille sentándome a un lado de Cam.

—Te lo dije —sonrió.

Le miré molesta pero mi mirada cambió, él tenía la mirada perdida.

—Cam —lo llamé.

—Estoy bien —contestó.

Pero no lo estaba, su nariz empezó a sangrar, él la cubrió de inmediato.

—Puedes ir por mi mochila —pidió.

Salí corriendo para sacar su mochila y mi confiable rollo de papel que llevaba.

Coloque el papel bajo su nariz y presione ligeramente, el sangrado paró pronto.

Él sacó de su mochila unas pastilla que tomó sin necesidad de tomar agua.

—El sol —murmuró mirándome a los ojos.

—Camren es invierno ni siquiera hay sol —le dije.

—Podemos fingir que fue el sol —se quejó.

—Claro también podemos fingir que conduzco un auto del año y que estamos aquí sentado para disfrutar del atardecer —exclamé.

—Se supone que estoy en tiempo fuera, no deberías estar aquí —contestó abrumado.

Suspire frustrada.

—Llamaré a tu madre para que venga por ti —dije buscando su teléfono.

—No, solo la preocuparas por una cosa de nada, solo llama alguien más —pidió.

—Bien —contesté.

Me aleje un poco para tener privacidad.

Sabía que se molestaría conmigo pero si yo había resuelto mis problemas con mi hermano él también lo haría.

Llame a su hermano quien no tardaría en llegar.

Me senté a un lado de Cam.

—¿Quién viene Sam o Ellen? —me preguntó mientras se recargaba en mi hombro.

—En serio crees que llamaría a esos dos —exclamé— cariño Sam apenas y aprendió andar en bicicleta.

Él sonrió.

—Buen punto, es un idiota —respondió— ¿Entonces?

—Oh ya lo verás —sonreí— sabes mi hermano volvió a casa.

—Bien así ya no tendré que escucharte quejar por que vivía con supuestos drogadictos —contestó.

—Percy es drogadicto —exclamé molesta.

—Solo fuma marihuana —respondió riendo.

—A lo que quiero llegar es que se siente bien perdonar a las personas que amas...

—¿Qué hiciste? —interrumpió levantándose y mirándome a los ojos.

—Bueno...

Para mí suerte no expliqué nada pues su hermano llegó con otro chico.

Camren gruñó así que me levante para llegar antes que él.

—¿Cómo está? —me preguntó preocupado.

—Está bien el sangrado fue muy leve —expliqué— aunque no está muy feliz de que estés aquí.

—Eso ya me lo esperaba —contestó no tan animado— él es Matt te ayudará con el auto.

Matt se acercó a revisar el auto, era un chico no muy alto con brillantes ojos cafés, bastante bien he de decir.

Alen trató de acercarse a su hermano pero él no lo dejó así que solo se quedó a un lado.

—Bueno no hay nada que pueda hacer aquí, en realidad no hay nada que se pueda hacer —arqueo una ceja.

—Oh solo necesita unas piezas y tal vez algo de cinta —sonreí, así lo había reparado varías veces.

—Quisiera decirte que si pero lo único que se puede hacer ahora es sacarlo del camino —sonrió.

Suspiré cansada, solo significaba que tendría que gastar más dinero.

—¿Cuanto costará? —pregunté nerviosa.

—Bueno...

—No te preocupes por eso Tess —intervino Alen— Matty puedes quedarte y resolver lo del auto, tengo que llevar a mi hermano a casa.

—Claro lo llevaré a mi taller —sonrió.

Matt se quedó ahí con mi pobre auto.

Entre a la camioneta de Alen con Camren tras de mí, molesto como siempre.

—Te llevaré a casa —le dijo Alen mirando a su hermano desde el retrovisor.

—No —exclamó— solo llévanos a la escuela.

Miré a Camren confundida, él odiaba ese lugar.

—Cami no puedo llevarte necesitas descansar, así que tú decides a casa o al hospital —exclamó serio.

Camren bufo molesto.

—Estoy bien no necesito ir al hospital y no iré a casa a preocupar a mamá —le gritó.

Alen suspiró abrumado, era difícil tratar con Cam.

—Te llevaré a mi departamento—solucionó.

—Bien —contestó molesto.

La casa de Alen no estaba muy lejos, estaba en una zona de ricos lo que no me sorprendía.

Alen vivía en los últimos pisos, para mí suerte había elevador que de no ser así abría caído muerta al tercer piso.

Entramos, su departamento estaba un poco desordenado.

—Lo siento —se disculpó con una sonrisa torpe.

—Tu departamento es más grande que mi casa —comenté abrumada.

Él empezó a recoger un poco.

—Necesitas descansar así que puedes quedarte en la sala o puedo desocupar mi cuarto —ofreció nervioso.

—Estoy bien —dijo observando un pequeño mueble.

Él se acercó y tomó un portarretratos, en el había una foto de tres chicos en un hospital, era Cam con sus hermanos.

La observé bien, se notaba a un pequeño Cam sentado en una camilla de hospital, se veía bastante enfermo pero con una gran sonrisa, los dos hermanos estaban sentados a su lado abrazándole, sus brillantes ojos azules brillaban.

—La tomaron un poco antes de tu cirugía —comentó algo triste.

—Lo se, entraría por la noche a cirugía y estaba aterrado, Brayden y tú llegaron de sorpresa —sonrió.

—Si, estábamos fuera del horario de visitas así que nos escabullimos —sonrió— casi le dió un infarto a la enfermera cuando nos encontró bajo tu cama.

Escuchar esa historia me hacía ver cuanto extrañaban a su hermano.

—Recuerdo que Brayden empezó hacer tonterías para calmarme, terminó golpeándose con la orilla de la ventana y necesito puntadas —soltó una pequeña risa.

—Él le tenia tanto miedo a las agujas pero se hizo el fuerte para no asustarte —contó Alen con un nudo en la garganta.

—No le salió —ambos rieron— fue la última foto que tuvimos juntos, cuando desperté ya no tenía hermanos.

No entendí lo que dijo pero se notaba el dolor en sus palabras.

—Cami...

—No —interrumpió— sabes que cuando desperté del coma por la cirugía ni siquiera me dijeron que mi hermano había muerto —comentó con un nudo en la garganta.

—Lo se —contestó con la mirada baja— cuando despertaste estabas muy débil y estaban seguros de que una noticia así te mataría.

Él suspiró frustrado, tomé su mano para calmarle.

—Sabes que me dijeron —atacó molesto, Alen solo negó con la cabeza— cuando desperté pregunté por ustedes y mamá solo me dijo que no podían estar por qué mis defensas eran bajas.

—Eso era en parte cierto —se defendió.

—Si salvo que Brayden estaba muerto y tu en México —gruñó— estuve tres meses en el hospital, todos los días pregunté por ustedes y cuando por fin estaba fuera de riesgo me dijeron que mi hermano estaba muerto pero sabes que fue lo peor, que aún sabiendo por lo que iba a pasar tú no estabas ahí.

Camren presionó mi mano, todo se estaba poniendo muy tenso.

—Mi hermano acababa de morir y tu no despertabas, estaba perdido no sabía que hacer, tenía miedo —explicó.

—Yo igual cabron, estaba aterrado y te necesitaba —gritó.

—No podía volver en ese momento —bajo la cabeza.

—Cinco años Alen, no supe nada de ti por cinco años, llamabas a mamá o a papá pero nunca hablabas conmigo y por todo ese tiempo pensé que era mi culpa —unas lágrimas rodaron por sus mejillas.

A ese punto yo estaba chillando a mares.

—Me culpe por estar enfermo y alejarte, por que por mi culpa murió Brayden —confesó.

La cara de su hermano mayor se transformó en dolor.

Alen se acercó y abrazó a su hermano.

—Yo lo mate, yo mate a Brayden... —dijo Cam desvaneciéndose en los brazos de su hermano.

Se había desmayado.

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