Capitulo 26 Family Graces
Esto es parte de lo que es una familia, no sólo es amor. Es saber que tu familia estará allí cuidando de ti. Nada más te dará eso. Ni el dinero. Ni la fama. Ni el trabajo.
- -Mitch Albom- -
Al fin ya estaban de camino a Nara, el hogar natal de Ray, donde actualmente sus padres siguen viviendo junto a su hermanito menor chris, recordemos que la intención principal de la visita era presentar a su esposa por petición de su madre y así darle algo de apoyo para el cambio de hogar ya que el apartamento ya era demasiado pequeño para dos personas, así que era momento de un cambio. Sería un viaje tranquilo ya que la hermana mayor de Anna estaba en camino de regreso a Tokio con sus dos sirvientas y compañía extra de los empleados de confianza de Norman (que fueron enviados para vigilar a la salvaje Guillian) pero ya no era necesario, regresando al asunto de nuestra pareja, van de camino siendo trasportados por el tren que los dejara ahí en aquel pueblo.
La rubia observaba por la ventana el bello paisaje, mucho campo y flora, iluminado por tonos rojizos y rosas por el atardecer que estaba presente en ese instante, a lo mucho llegarían para la hora de cenar.
- Que bello, nunca imagine que fueras oriundo de Nara, Ray -
- No tanto, nací en Tokio pero a los dos meses decidimos mudarnos a un lugar más tranquilo, cuando nació Chris volvimos de nuevo a Tokio y nos quedamos una temporada por mis estudios, al terminar preparatoria mis padres regresaron aqui -
- Aun así pasaste casi toda tu niñez aqui, por cierto ¿Cuantos años tiene tu hermano? -
- Tiene 12 años -
- Sigue siendo pequeño, mi hermana Connie tiene 9 años, si se conocen a lo mejor se llevarían bien -
- No estoy del todo seguro, él es un poco desconfiado de la gente -
- Oh ya veo es tímido, que lindo - sonríe la chica posando su mano a un lado de su mejilla, esa actitud en un infante le resultaba tierno, despues de todo a la rubia le gustaba convivir con niños debido a años de convivencia con su hermanita y sus primos, les parecía adorables y maravillosos.
Pero no todos los infantes lo eran.
«Yo no lo llamaría tímido..... más bien es algo sobreprotector cuando se trata de mi.... eso se debió al accidente que tuve hace dos años. Chris realmente se preocupó mucho por mí, era difícil sacarlo del hospital, estaba afuera de mi habitacion a la espera que despertara, se podía a rezar por los dioses cada noche para que no me alejaran de su lado, apenas comía y dormía bien, me pareció realmente gentil de su parte tanta dedicación por el bien estar de una persona que es importante para ti.»
«Y yo soy esa persona importante para Chris, a diferencia mía, a él le costaba hacer amigos o interactuar con los demás, se sentía completamente inseguro pero yo lo apoyaba para que dejara de tener miedo de convivir con los demás niños, no quería que se sintiera sol. También le enseñe a defenderse y no confiarse tanto de la gente.»
«Después de todo no todo el mundo tiene buenas intenciones....»
«Le explique que para juzgar a una persona y ver que tan de fiar era, debía de poner atención a su comportamiento, leer a las personas con tan solo observarlas, como lo hace Anna, fue así que no dude en que ella no tenía malas intenciones conmigo, admito que quede medio perdido en su belleza pero.... al paso de los meses de convivencia estoy completamente seguro que ella es una chica maravillosa y dulce, la compañera ideal para mí.»
Estación Kintensu Nara
- Y a que se dedican tus padres? -
- Mi papa es maestro de música, antes trabajaba en un teatro de Tokio, participando en conciertos, ahí fue donde conoció a mi madre -
- Que romántico - se podía ver las estrellitas en los ojos de la fémina, ya se imaginaba un hermoso encuentro de dos amantes como en las películas o series de romance.
Al verla así, Ray soltó una pequeña risa - mi madre trabajaba como confeccionista de ropa en un pequeño local, tenía talento para coser ropa, sus diseños según en palabras de mi padre eran hermosos, se dedicaban más que nada a crear trajes clásicos como kimonos y yukatas, un día en el local de mi madre los contrato el teatro para una obra japonesa, así fue como se cruzaron sus caminos -
- Que lindo, supongo que fue amor a primera vista -
- Puede ser, mi padre dice que quedo encantando por la belleza de mi madre, tanto así que termino tropezándose y cayéndose de las escaleras del edifico, por lo menos no se rompió un hueso -
- Me recuerda a cierto chico que cruzo la carretera sin fijarse - de tal palo tal astilla - entonces tu padre es maestro y tu madre.... -
- Ama de casa, dejo de confeccionar ropa para mejor dedicarle tiempo a mi hermano, desde mi accidente, mi madre andaba inquieta, dijo que le preocupaba no poder convivir con sus hijos lo suficiente, si hubiera muerto aquella noche se habría sentido muy arrepentida de no haber pasado mucho tiempo conmigo por su trabajo -
- Ya veo.... - desvía la mirada viendo el suelo.
«Ojala mis padres pensaran así....»
Al salir de aquella estación piden un taxi para que los lleven directo a la zona donde viven los padres de Ray, aquel azabache se le notaba estar muy cansado, pero estaba a la vez tranquilo porque sabía que sus padres estarían encantados con Anna, era una chica maravillosa, dulce, educada y muy hermosa, más que nada su madre estaría fascinada al verla, ademas de darle ese sentimiento de alivio, ya que el tiempo que el pelinegro pasaba viviendo solo le preocupaba a su madre, la atormentaba pensar que posiblemente su hijo quedara solo por el resto de su vida y que no le diera descendencia.
Llegan a aquella modesta casa, no tan grande pero el vecindario estaba plagado de flora y vegetación, era un sitio hermoso.
- Estamos junto al gran santuario Kasuga ¿no? -
- Si de echo - baja las maletas del vehículo y le pasa a pagar el abordaje al piloto del auto, dejando a la pareja en el lugar - ¿Como lo supiste? -
- Bueno la forma de las montañas con cambia mucho, incluso tras miles de años - respira profundo, no lo quería admitir pero estaba algo inquieta - pero eso no importa, vallamos a saludar -
- Anna ¿Acaso estas nerviosa? - se le podian notar como le temblaban las manos, fue lo primero que observo Ray, pues ya tomaba en cuenta la posibilidad de que su esposa se pusiera tensa ante este gran paso que era conocer la familia de su marido.
La fémina conocía bien al chico, era evidente que se daría cuenta, su rostro se pone de un tenue rojo por la vergüenza, coloca sus manos tras de ellas, moviendo su cuerpo delgado de un lado a otro lentamente, parecía una niña pequeña tratando de no parecer tímida - p-pues... desde luego...... yo........ está claro que jamás habia echo algo así, admito que jamás en la vida tuve novio y que nunca me presentaron a sus padres, es la primera vez que hago algo así ¿Como no podría estar nerviosa? -
Ray simplemente sonríe, decide acercarse a Anna y regalarle una caricia a sus cabezita para calmarla, ante el tacto la chica se pone más roja por la muestra de afecto.
- También admito estar nervioso, igualmente jamás he tenido novia, es la primera vez que presento a una chica a mis padres que no sea una amiga, si tú me llegaras a presentar a tus padres me pondría más nervioso, pero toma en cuenta que estas juntos en esto como marido y mujer, y confió en que mi familia quedara encantada contigo, no solo por tu belleza, si no por como eres, si tienes miedo y sientes que no puedes, estas en la completa libertad de tomar mi mano para sentirte segura -
- Ray... - la rubia levanta su vista para cruzar miradas con su pareja la cual sigue con aquella pequeña sonrisa en sus labios y de un momento a otro este le deposita un tierno besos en sus rosados labios, tomando por sorpresa a la fémina, pero no dudo en corresponderle, ese tacto hizo que sus nervios se redujeran y no pensara tanto en la situación en la que estaba.
Separan sus labios sin apartar sus ojos del otro, ambos tenian ese color rojo pintado en sus mejillas, rara vez mostraban afecto fuera de casa, pero no habia problema, a estas horas de la noche no habia nadie presente que pudiera presenciar el amor que se tenian. Por fin se decidieron a entrar a aquella casa, la rubia ya se sentía más segura así que era el momento justo de conocer a la familia de su esposo.
Estaban en la puerta, en la entrada de la casa tan modesta, Ray toca ligeramente la puerta para que le abrieran, se podian escuchar algunos paso y el ruido de la perilla girando, la puerta se abre mostrando la presencia de una mujer de cabellos negros largos hasta la cintura, arreglado en una trenza, mostraba una postura firme y educada, a Anna le parecía hermosa aquella mujer más por sus distintivos ojos amatistas, era la viva imagen de su esposo.
- Ray mi niño, que alegría verte - aquella mujer no era tan expresiva pero realmente le hacía feliz ver a su amado hijo despues de tanto tiempo lejos. Se acerco al chico para tenerlo entre sus brazos, Ray sin dudar le corresponde, también le alegraba ver a su madre aunque no se notaba tanto, madre eh hijo se separan, Isabella toma de los hombros a su hijo para verlo detalladamente - ¿Como has estado? ¿Has comido bien?¿No te has estado excediendo con el trabajo verdad? -
- Tranquila, ando bien, pero antes que nada - el pelinegro se acerca su esposa quien estaba observando desde la entrada, toma su mano para llevarla directo a su progenitora y presentarla ante ella - Madre, ella es Anna Graces, es mi esposa y la chica que me salvo aquella noche de hace dos años -
- E-Eh... en-encantada de conocerla señora Graces, es un gusto - hace un reverencia en señal de respeto.
La mujer mayor se acerca más a la joven frente a ella la cual levanta su mirada notado la seriedad en su rostro, Isabella levanta su mano para tomar el rostro de la rubia colocándola en su mejilla y con su pulgar dando leves caricias sin apartar su vista de ella, la menor simplemente se limita a quedarse quita pero los nervios le ganaba, sentía que no dio una buena primera impresión pero de pronto nota como la mujer le sonríe con dulzura.
- Es tan hermosa como la describiese hijo - aparta su mano de la mejilla para tomar con ambas sus pequeñas manos - encantada Anna, bienvenida a la familia y mis más sinceras gracias, por salvar a mi hijo -
No sabía que decir al respecto, notaba un poco en sus ojos como caía una que otra lagrima, era por el recuerdo de sufrir casi la pérdida de un hijo, para una madre sus hijos eran lo más importante en su vida, no se podría imaginar sin perdiera a uno de ellos, así que estaba en completa deuda con aquella joven rubia. Isabella discretamente limpia aquella gota de lagrima de su ojo y volver a una actitud más relajada.
- Deben de estar agotados por el viaje, pasen, los llevare para que dejen sus cosas en su cuarto donde se quedaran a dormir -
La joven pareja sigue a la adulta hasta aquella habitacion para dejar su equipaje, Ray le comenta a su compañera que jamás en su vista habia visto tan feliz y complacida a su madre, dando por hecho que acepto a su esposa, eso la puso feliz y aliviada a la rubia.
Llegan a ala habitacion que era espaciosa y habia una cama grande para ambos, aunque Anna nota que en el pasillo alguien los estaba observando a lo lejos, parecía ser un niño de cabellos negros que al ver que la chica se dio cuenta de su presencia se fue rápidamente.
- Si no traen muchas cosas pueden acomodarse en lo que se termina de preparar la cena, por cierto Anna - la nombrada le presta su atención a la adulta - olvide presentarme debidamente, me llamo Isabella Graces, pero puedes decirme mamá si te parece -
- N-No podría... sería demasiado... -
Da un pequeña risa - de acuerdo será a su debido tiempo, por el momento puedes decirme Isabella - asiente la chica - tu padre y yo los estaremos esperando para cenar -
- ¿Y chris? -
- Esta en su habitacion terminando su tarea, esta algo nervioso pero en cuanto esté listo todo le avisare para que baje -
- De acuerdo, tengo ganas de verlo -
- El igual, te extraña mucho, estará muy emocionado de verte, los dejo un momento, los llamare para la cena -
- Gracias - responde la pareja. La azabache los deja para que se acomoden y termine de cocinar.
Al perder de vista a la mujer, Anna lanza un suspiro agotador mientras que su esposo ríe levemente - tranquila, ya pasaste lo difícil -
- En serio? -
- Si, rara vez a mi madre le agrada la gente, pregúntale a mi amigo Don, a mi madre no le causo tan buena impresión - rasca su nuca desviando la mirada - dijo que le parecía un vagabundo, pero solo porque ese día se le ocurrió usar ropa algo desgastada, aun así me permite seguir siendo su amigo -
- Valla... -
- En cuanto a mi padre y hermano son más gentiles, así que no te preocupes -
- No lo sé, me preocupa más tu hermano -
- No tienes porque es un niño maravilloso, a hora es mejor apurarnos en acomodar nuestras cosas para antes de la cena -
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