2
Ambos solíamos destruirnos en todo momento, cuando las cosas no iban bien entre nosotros dos, él hacía todo lo que estaba en sus manos para verme mal pero lo que no contaba es que también sabía jugar.
En este momento me encontraba escondiendo los moretones que me había causado en el cuello, frente al espejo, con la mirada pérdida en él quien permanecía sentado en la esquina de la cama. Solo se dedicaba a encender su cigarrillo con el ceño fruncido y algunos cabellos empapados caían por su frente. Solté un suspiro cuando me percaté que por fin había terminado de difuminar de manera correcta y todo se encontraba en su lugar.
Todos pensaban que llevábamos una relación casi perfecta, pero no tenemos ni un dos por ciento de ello. Por lo que me permití responderle el mensaje de texto a Jeon, sabiendo que Kim se encontraba detrás mío. Él sabía destruirme pero yo podía destruirlo mil veces más.
— Es hora de irnos — Susurré, Taehyung alzó la mirada y expulsó todo aquel humo tóxico. Realmente le gustaba eso.
No pronunció ni una palabra, solo siguió el camino hasta la puerta principal de mi departamento. Pero antes de abrirla, me estampó contra la pared y con un tono fuerte me dejó en claro muchísimas cosas. Entre esas, que no podía estar sin él a pesar de todo el daño que nos causábamos. Así que opté por abrazarlo y él recargar su mentón en mi coronilla, me sentía tranquila.
Cuando habíamos llegado al instituto, él se separó de mí para poder irse con sus amigos pero claramente antes de eso, me besó frente a todos los que se encontraban a nuestro al rededor. No mentía sobre qué me gustaba llamar la atención, todos aquí sabían quien era el personaje principal de la historia que nos unía día tras día.
Ni siquiera hay necesidad de mencionar mi nombre como tal para saberlo. Así que bajo la mirada de todos, con una sonrisa y la cabeza en alto como si mi vida fuera perfecta y el mundo girara al rededor de mí, comencé a caminar hasta lo más escondido del instituto solo para encontrarme con él.
Se encontraba recostado en la esquina de la bodega do de solíamos entrar, cigarrillo entre sus labios mientras tecleaba en su teléfono móvil, sonreí cuando lo vi.
— Entra de una vez — Hablé sin siquiera mirarlo, él rápidamente lo hizo y cerró con llave el lugar. Me gustaba mirarlo de pies a cabeza, es un hombre tan atractivo que me causaba un escalofrío por toda mi anatomía.
Observé aquella cadena dorada resaltando sus bonitas clavículas, la tomé entre mis dedos impulsándolo hacía mi cuerpo.
— ¿Por que te gusta ser tan extrema? Pudieron vernos.
— No seas exagerado, ni siquiera se percataron de que entramos. Y si es así, me da igual — Comencé a reír mientras le indicaba que debía sentarse en una pequeña silla que había detrás.
— ¿Te da igual que Taehyung se entere? Sé perfectamente que te preocuparías demasiado, Hana. No me quieras engañar con tus juegos y haciéndote la valiente.
Lo miré con seriedad por algunos segundos, procedí a arrebatarle el cigarillo y apagarlo. Me levanté la falda y me senté en sus piernas mientras acariciaba su abdomen por debajo de la camiseta.
— Cariño, lo tengo comiendo de mi mano. Ambos hacemos esto, no quieras engañarte, porque tú también sabes perfectamente lo que él hace a mis espaldas — Me acerqué a su oído y susurré: — ¿O que? ¿Ahora vas a fingir que es tu mejor amigo?
Jungkook me tomó fuertemente de la la cintura y todo lo demás es historia. Salí de aquella bodega con un dolor horrible en mis piernas, mientras que él se fue riendo mientras encendía otro cigarrillo.
Sabía perfectamente que aquellos dos solían tener sus problemas, desde mi punto de vista, podría decir que no eran amigos como todos los estudiantes pensaban. Por lo que cuando nos encontrábamos en el salón de clases, Jungkook llegó con su cabello mojado y la frente descubierta, con ese porte que a todas nos encantaba. Su caminar fue como tan egocéntrico, mordí el lapicero y lo seguí con la mirada. Taehyung permanecía a lado mío y solo optó por soltar un fuerte suspiro e ignorarlo. Sonreí por ello.
Yo era la única que podía disfrutar de observar sus tatuajes al rededor de mi cuerpo.
Y por supuesto que sabía que Kim sospechaba, pero como lo dije antes, nos gusta destruirnos pero no podemos vivir sin estar separados. Ese día, debía utilizar mi uniforme de porrista para ensayar por el próximo partido. Sin embargo, otra chica apareció y casualmente, parecía querer llamar la atención de él.
No lo permití.
— Estás fuera del equipo y me da igual tu opinión o si vas con los directores a reclamar — Detuve todo el ensayo para hablarlo, no la mire, ella sabía que me dirigía a su persona — Pero te quiero fuera de aquí, no trates de imitarme porque nunca serás ni un por ciento a mí. Vete.
— Pero Hana, es importante tener a alguien más, recuerda que podemos causar una humillación si nos equivocamos — Todas asintieron ante eso, reí de manera cínica y me di la vuelta para encararla esta vez.
— Cámbiate y entrega el uniforme, tienes cinco minutos.
— Pero Hana... — Voltee a ver a la otra chica que no permanecía callada y mi paciencia tenía límite.
— No estoy hablando contigo, sigue en lo tuyo y yo me encargaré de conseguir a alguien más en un chasquido de dedos — Hablé entre dientes, coloqué los ojos en blanco y suspire — Que estrés trabajar con ustedes, si siguen de esta manera, voy a cambiar de equipo.
Todas negaron rápidamente y comenzaron a ensayar, vi a Taehyung quien conversaba con Jimin, se encontraban un poco cansados por el deporte. En ese momento, las puertas se abrieron y entró Jungkook, con aquel caminar que me parecía tan egocéntrico pero atractivo a la vez. Seguí en lo mío en cuanto la mirada de Kim permanecía en mí, tam serio y molesto, sabía lo que de vendría después.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top