Alguien tocó en la puerta. Interrumpiendo mi deliciosa sesión de besos con Mew, a lo que rodé mis ojos sin soltar sus labios a medida que me reincorporaba.
-¡¿Quién es?!- Pregunté con mi inocente voz.
-¡Cariño, soy yo!
Mi madre gritó desde tras la puerta. Tuve que suspirar agotado.
-Intentará sobornarme otra vez para que te deje...- Mumuré.
-Tranquilo. Si tu me quieres entonces la decisión queda a tu merced.
Pongo mi dedo corazón contra sus labios volviendo a acortar el espacio entre nuestros rostros.
-¿Quieres que te deje? ¿Eso es?
-No,- Él finge su mejor y más sexy mirada inocente con las cejas alzadas como una víctima. -sólo te estoy dejando elegir.
Entonces sonrío cínico por como mi novio hace muy bien su actuación infantil. Él pone mi dedo entre sus dientes. Pasa su lengua por el dedo para engullirlo cuando trata de morder fuertemente mi dedo.
-¡Ah!- Me sostengo a uno de sus hombros con dolor. Él sigue mordiendo fuerte en el dedo. -Mm... Duele.- Le digo con algo de dolor mientras me muerdo el labio inferior. Él hace caso omiso así que para hacer el dolor desaparecer bailo mis caderas en suaves círculos.
Mew suelta mi dedo, ahora todo rojo con mordidas. Observo el color carmesí acumulado tras la piel con esa reluciente mordida por algo de su saliva. Es retorcido pero así es como a él le gusta. Lo retorcido no necesariamente es malo. Ni tampoco es un crimen.
-¿Te duele demasiado?- Mew pregunta.
Mis ojos sólo miran los suyos.
Es ahí cuando me decido a morderle el labio inferior tan fuerte que cuando retrocedo mi cabeza, tiene un corte con un poco de sangre. Mis labios dibujan una sonrisa.
-Ahora sí me duele.- Yo le digo al ver su herida provocada por mí. Él sonríe.
-Anda. Ve con tu mama.
-¡Cariño!- Mi madre llama.
-¡Ahí voy, mama!
Yo le grito a la puerta ahora caminando a nuestra habitación. Me cambió por completo a una camisa de botones larga con unos pantalones largos, unas botas, y mi cabello peinado con sus dos flequillos sobre mis párpados.
Entonces camino a la puerta para abrirla con una sonrisa.
-Mamá.
-¿Sigues con este chico?- Ella pregunta abrazándome.
-Ay mama, yo también estoy bien. Gracias por preocuparte. Ahora vámonos a otra parte.
Sutilmente me la llevo a empujones una vez cierro la puerta tras de mí haciendo caso omiso a las quejas de mi mama.
💫
Estábamos en un bar bebiendo despreocupadamente. Era la única forma de que ella no fastidiase tanto con el hecho de que provengo de una familia millonaria y "debo casarme" (entre comillas) "con alguien millonario" para que la familia ni mis herederos vayan a banca rota. Aunque los herederos míos serán adoptados. No es que se decidiese así; se programo así. Hay cosas que el destino puede unir y una de las cosas que unió conmigo a primera vista fueron los hijos adoptivos. Todo es idea mía.
Esta vez, sin embargo, algo extraño estaba sucediendo. ¡Mi madre apenas bebía de la cerveza al menos que me viese a mí bebiendo! Maldición...
La miré mal al sostener mi quinto vaso de cerveza antes de tomar un sorbo de este con mis cachetes ya ardiendo en rubor. El panorama se hacía borroso para mis ojos. Cada objeto, persona, o fondo, se veía con un doble púrpura. Ese color en el que repites la luz de un destello al cerrar los ojos tras haberlo visto. Cuando el doble volvía a mezclarse con su base original, todo se ponía borroso. Los efectos del alcohol me hacían efecto.
Mi madre seguía normal como si nada con una sonrisa de labios plasmada en su rostro.
-¿Y qué hiciste en el día de hoy, Gulf?
Las palabras de mi madre apenas retumban en mis oídos.
-¿Qué?- Le pregunto ahora poniendo mis manos sobre mis oídos para destaparlas. Un acto sin sentido del que no me percato hasta que pasa un segundo. Ahí es cuando miro mis manos con el ceño fruncido y las pongo bajo la mesa.
-¿Ya te casarás con Mew?- Ella cambio su pregunta por una inusual. Dentro de su cabezota lo más mínimo que le podía interesar de Mew era saber cuándo iba a romper conmigo. Nada más.
-...No...- Apenas pude responder antes de parpadear varias veces. -¿No te sientes cansada?
-Ay, bebé. ¿Estás cansado?- Ella finge preocuparse por mi estado, tocando mi cachete pero yo la tomo de la muñeca viéndola a los ojos como más puedo.
-No me toques.- Le respondo agitado. Su toque causa una sensación de repugnancia en mí que no tiene palabras para ser explicado. Los hijos no pueden asquearse de sus madres pero ¿Qué pasa en el caso de que las madres no aman a sus hijos ni les muestran amor?
-...Debo ir con Mew.
-¿Y está mordida?- Ella toma mi dedo corazón de la otra mano.
-No es de tu incumbencia...
Trato de retirar mi mano lo más lejos posible de su toque.
-Debo irme.- Dije al no confiar el quedarme dormido frente a mi madre pero apenas levantándome, caí rendido al suelo. Todo agotado.
-¡Cariño! ¡Cariño!
Los gritos de mi madre retumban a mi cabeza mientras la veo correr a dónde mí.
«¿Por qué vienes para acá?» Es lo que pienso. «Realmente no te importo mierda sólo te importa el dinero.»
Ella se pone de cuclillas frente a mí pero en vez de revisarme, saca su teléfono de su bolso para ponérselo en su oído.
-¿Querido? Ya está dormido. Podemos llevarlo a la boda.
Es lo único que llego a escuchar antes de irme a un dulce sueño con una sonrisa macabra al pensar:
«¿Ves? No te importo nada, mama.»
💫
Al despertar, mi frente está contra una base suave. Parpadeo varias veces y puedo notar que estoy en una habitación.
Rápidamente me senté todo apresurado. Tenía un bata corta roja de mangas largas con un poco de escote en el pecho. La habitación era oscura a excepción de una lámpara en la mesita del lado. Estaba en una cama gigante.
Había un hombre sentado frente a la cama en la que me encontraba. Traté de cerrar mi escote con una mano. Realmente asustado. ¿Qué había hecho mi madre conmigo? ¿Por qué estaba en una habitación apenas vestido con un hombre de Síndrome de Down que me miró con una tímida sonrisa todo vestido de negro encorvado en su silla?
-¿Quién eres?- Le pregunté con algo de desespero. Trague hondo con miedo.
-Soy tu esposo, Aelis.- Él dice y apunta a mi dedo anular.
Yo alzó mi mano izquierda y puedo ver un anillo plateado. Esto no podía estar sucediendo. Mi madre llevo a cabo una boda conmigo dormido.
-Descuida. No te hice nada. Ni siquiera tenemos que vernos ni hablar. Tu familia sólo quiere el dinero. Puedes irte.
El chico me dice su honestidad.
-¿No me hiciste nada entonces?- Le pregunto con miedo.
-Soy muy respetoso, señor.
-"Señor" suena muy viejo...- Yo me le quejo un poco ahora desviando la mirada mientras ajusto mi agarre en el escote.
Voltee a su dirección.
-¿Y mi madre?
-Se ha ido, señor. No quiso estar para cuando despertaras.
-Ella sí que sabe huir del peligro.- Yo le sonrío un poco. -Gracias por no hacerme nada, Aelis.
Yo me levanto de la cama. Me inclino frente a él sin dejar de sostenerme el escote pero con una sonrisa de labios.
-Tu y yo somos iguales, ¿no?- Yo le digo. Él sonríe con sus labios todo tierno al asentir con la cabeza. -Pero busca tu propio amor, Aelis. Debe estar por ahí.
Le regale un guiño seguido a por un beso en su cachete izquierdo antes de marcharme de la habitación.
Al salir de esta, justo frente a mí estaba la ropa que usaba dobladita y mi teléfono sobre mi ropa con una nota.
Me puse de cuclillas para tomar la nota.
"Ahora sí te dejaré en paz"
La nota leía. Suspire agotado ahora mirando mi teléfono.
-Eres una bruja...- Murmuré cerrando el papelito en una bolita arrugada de papel. -pero yo soy tu hijo así que debo decir: nunca se le debe creer la palabra a una bruja o hechicero.
Es ahí cuando tomo mi teléfono junto a mi ropa ahora poniéndome de pie. Estos están desnudos y sus uñas pintadas en negro. Algunas más despintadas que otras. Tiré el papel y mire mi teléfono ladeando la cabeza.
21 llamadas perdidas de Daddy Mew
Leía la pantalla.
Él realmente estaba preocupado.
*N/A: La madre de Gulf 😒 Al menos el "esposo" de Gulf no le hizo nada. Espero les haya gustado~ 😘💖*
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top