Diez

Mew no me quiso decir en el baño sobre el asunto de la persona que asesino. Así que dirigía nuestra aventura rumba a un motel para pasar la noche.

Estaciona el auto fuera del motel. Como pareja, su fría mano toma la mía mientras que nuestros cuerpos caminan al motel. Dejamos el cuchillo dentro del auto.

Al entrar, Mew se encarga de hablar con el recepcionista para comprar una habitación. Yo miro alrededor del área recepcionista todo agotado con una mente que se distrae con cualquier cosa.

Mire un cuadro de un pez palarlante.

Así que, mi mente se distraía con literalmente cualquier cosa. Quiero que esta enfatización sea clara.

—¿Tu... Novio está bien?— El cajero le pregunta a Mew. Mew se da la media vuelta para mantener un ojo en mi.

Resulta que me encontraba haciendo una conversación con el cuadro del pez parlante que sólo repetía: «¿Me vas a pescar? ¿Me vas a pescar?» y yo le decía:

—No te voy a pescar. Eres feo. Te devolvería al mar. No. No me repitas eso. Eres patético.

Le dije al pez.

Mew hace una triste sonrisa de labios.

—¿Ya hiciste amigos, belleza mía?— Mew se burla.

Yo lo miro ahora tomando el cuadro en mis brazos abrazándolo fuertemente contra mi pecho.

—Oye, amigo, eso no está en venta.— El cajero dice en mi dirección.

—Esto no debería ni de tener precio siquiera.— Yo murmuro.

Mew suspira ahora mirando al cajero todo agotado.

—¿Cuánto cuesta el Nemo Versión barato?— Mew le pregunta. El cajero lo mira con las cejas alzadas. No se puede creer nada de esto.

💫

Entramos a la habitación. Yo sin dejar de abrazar el cuadro del pez parlante. Mew me deja pasar primero antes de cerrar la puerta de la habitación. Lo primero que hago es sentarme en la cama de la habitación con la mirada perdida sin siquiera prestarle atención a la ridícula repetición del pez parlante. La cama a la izquierda se hunde por el peso de Mew en ella. Sus ojos oscuros me miran a por alguna señal de vida en los míos. Tiene miedo. Está tan asustado que no lo demuestra porque no quiere ponerme en un peor estado. Así que decide jugar un poco:

—¿Así que ahora Pez Parlante es nuestro hijo? Míralo qué feo salió.— Mew intenta animar el ambiente mientras acaricia el cuadro del pez. No le importó que mis ojos no se dirigieran a él. Sólo quería animarme.

—¿A quién asesinaste?— La pregunta dejó mi boca de la nada. Como cuando un tornado deja de ser un tornado. ¿Qué sucede entonces? Todas las cosas  que el tornado colecciono e hizo danzar en sus crueles espirales son soltadas destinadas a caer a la tierra.

—A una vieja amiga. Ella era mayor pero en la secundaria antes de tenerte a ti o de siquiera conocerte tenía que pasar por las calles dónde muchas prostitutas se vendían.

Mew va contando.

Flashback (Mew 15 años)

Mew camino por las calles. Ese día su padre le había dado 40$ y como todo adolescente, quería experimentar. Vio a una linda chica en una esquina vestida en un traje rojo muy ajustado a su cuerpo con unos tacones, su cabello en ondas acarameladas. Ella fumaba de un cigarro.

—¿Cuánto por sexo?— Mew se atrevió a preguntar mostrando sus 40$ con una sonrisa. La mujer ojeo el dinero mostrado antes de mirarlo a los ojos. Dio su última calada antes de tirar el cigarro.

—Depende. ¿Qué quieres, mocoso?

—Dejar de ser virgen.— Mew dice sin titubear ahora relamiendo sus labios.

—Jóvenes de hoy en día... Eres guapo, de hecho. Tu ropa colegial te da ese look tan ilegal... Que te ves apetitoso. Aceptaré esta cantidad de dinero porque quiero que un lindo joven como tu me folle. Aunque la mayoría lo hace mal en su primera vez. ¿A dónde vamos?

—Ah... No había pensado en el lugar.

La mujer suelta una carcajada.

—Tu papi y mami están en casa. Típico niño. Bueno... Hagamoslo gratis y pagaremos un hotel. ¿Te parece? Dile a mami y papi que hoy llegarás tarde.

Ella susurra lo último en su oído derecho.

💫

Compran una habitación de hotel. Al ingresar a la habitación, ella se sienta en la cama de piernas cruzadas. Mew se detiene frente a ella sin saber qué hacer.

—Ven aquí.— Ella le ordena. Él camina hacia ella. Ella le abre los pantalones y se los baja en conjunto con el bóxer.

—Wow. Eres un niño pero seguro tendrás un buen tamaño cuando adulto.— Ella adula con una sonrisa mientras mira desde abajo a Mew quién sonríe.

Ella se pone de pie para desabrochar su camisa hasta quitarla al unísono con el bulto.

Mew la toma de la cintura y la besa a la boca. Ambos comparten un beso ilegal muy apasionado.

—¿Puedo quitarte el vestido?— Mew pregunta cuando mueve sus besos al cuello de la mujer.

—Haz conmigo lo que quieras.— Ella dice.

Él baja su vestido hasta sus tobillos y la acuesta en la cama trepando su cuerpo. Le quita las bragas para mirar su entrepierna.

—¿Quieres entrar?— Ella pregunta mordiéndose una sonrisa mientras se abre de piernas.

Mew sonríe y se alinea para entrar en ella de a poco con cuidado. Ella se agarra a los brazos del menor.

—¿Te duele?— Él pregunta.

—No me hagas reír, mocoso. Ya muevete.

Ella rie.

Él comienza las embestidas ya yendo algo fuerte. Ella sólo se sujeta de sus brazos. Mew gime embistiéndola con movimientos bruscos.

—Aburrido.— Ella suelta y él se detiene.

—Lo siento. Debí haber hecho algo mal.

Él dice todo nervioso. Ella ríe.

—Apestas en el sexo normal. No sé por qué. Pero si quieres ser interesante... Maltratame. Dame nalgadas. Tira de mi cabello.

Ella se da la vuelta para otorgarle su retaguardia.

—¿Pero eso no la lastimaría?— Mew pregunta con algo de miedo.

—¿Lastimarme? Niño, te amaran. Preferirán esto que tener sexo normal aburrido contigo. Vamos. No me vas a herir.

Mew tiene mucho miedo pero la agarra del cabello tirando un poco de su cabello.

—Así.— Ella dice.

Él vuelve a entrar en ella pero esta vez más fuerte y brusco mientras le da una nalgada.

—¡Así!— Ella grita del placer. Él se emociona un poco al escuchar sus gemidos. Una sonrisa se cuela en sus labios.

Él se inclina sobre su cuerpo sin dejar de embestirla con demasiada rápidez y le da una ligera bofetada en el rostro a ella cosa que la hace sonreír.

—¿Ahora te gusta? Dime, ¿te gusta?— Él dice a su oído dándole otra bofetada por lo que ella ríe con su cachete en rojo.

—¡Sí!— Ella grita.

Él entra dos dedos a su boca manteniéndolos ahí sin dejar sus movimientos.

Fin del flashback.

—Y así nos la pasamos todos los días siguientes. Tenía sexo conmigo gratis. Rudo. Cada vez con más objetos sexuales. Hasta que en uno de los días...

Mew me dice todo triste.

Flashback

—Esta vez quiero que me aprietes de la garganta mientras lo hacemos.

Ella le dice a Mew en otro hotel. Están sentados de rodillas frente al uno al otro. Mew en boxers y ella en bragas con una camisa de tiras.

Card, ¿estás segura?— Mew pregunta.

—Vamos~. Puede que te guste.

Ella menea sus grandes pechos a los lados con una sonrisa. Mew ríe.

—De acuerdo.

Se adelantaron a hacerlo después de quitarse la ropa. Ella estaba gimiendo mientras que Mew la embestía sujetándola del cuello. Su cuello estaba rojo pero ella reía. Mew constantemente revisaba su rostro antes de mirar cómo su miembro entraba y salía de su entrepierna.

A él no le gustaba este arriesgado juego pero prosiguió por ella.

De repente, ni ella misma se percató de cuan asfixiada estaba. Mew llegó al éxtasis e inconscientemente apretó tanto su agarre que se escucho un crujido en los huesos de la mujer.

Fin del flashback.

—Le rompí el cuello accidentalmente.— Mew dice. —La sacudí tantas veces para que se despertara que eso solo rompió otros huesos más de su cuello... No podía conmigo mismo. Sólo grite y grite queriendo despertar de esa maldita pesadilla. Esa vez, la desesperación fue tanta en aquella habitación que para verificar si todo era real, tome unas tijeras y me pinche un dedo hasta sangrar. Los que limpian las habitaciones me encontraron. Llamaron a mis padres, me llevaron a la policía, pero como era un menor en experimentaciones sexuales con una adulta me dejaron ir. Después de esos días trate de suicidarme bebiendo montones de pastillas pero mis padres me salvaban.

«Hizo lo mismo que yo hace unos momentos.» Es lo que pienso mientras me le quedo viendo.

—No tuve más opción que aceptarlo.— Mew dice. Ahora una lágrima dejando sus ojos. —Qué tiempos.

Él bromea lo último para limpiar su lágrima con un verdadero sollozo.

—Lo siento, Mew... Supongo que ambos estamos rotos.— Yo digo.

—Los rotos se arreglan los unos a los otros.

El azabache contesta, tomando una de mis manos.

—Por favor, hazme olvidar.— Yo le suplico ahora tirando el cuadro a un lado.

—Belleza mía, eso costo dos dólares.

Él se apena por el maltratado cuadro pero yo lo tomo de los cachetes.

—Mew, hazme olvidar todo lo pasado.

—¿Y si no lo logro con mi sexo normal?

—Lo vas a hacer bien. Por favor.

Yo le suplico. Él se me queda viendo al rostro acariciando uno de mis cachetes.

—De acuerdo.— Él asiente la cabeza repetidas veces. Yo hago igual con una leve sonrisa.

—Es hora de complacer a belleza mía de una vez por todas.

Mew bromea con una sonrisa mientras se quita la camisa. Yo solo puedo reír.

—¿Cómo puedes hacer bromas en este momento?— Yo le pregunto.

—Tu te traumas, yo me humorizo.

—Esa palabra no existe.

—Pues me la acabo de inventar, belleza mía.

Él me da otro beso en los labios. Yo le correspondo. Por primera vez el beso se siente suave. Como yo lo quería.

*N/A: 🥺💖 Ternuritas*

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