Capítulo 8
– ¿Qué carajo acabas de decirme? –suspiré mientras me palmeaba la cara y paseaba por la sala de estar– ¿Acabas de decir lo que creo que acabas de decir, Park Jimin? –Yoongi me gritó al oído y aparté el teléfono.
– Sí, ajá. Todo lo que acabo de decir, lo escuchaste. ¿Algo más, Kim Yoongi? –me burlé y lo escuché chasquear los dientes.
– Cierra la boca –murmuró, pero sabía que se estaba sonrojando– ¿Quisiste decir lo que dijiste? –preguntó y yo suspiré.
– Sí.
Dejó escapar un resoplido y eso significó para mí dar más detalles.
– No lo sé, pero NamJoon ha estado en mi mente desde que él, ya sabes, metió su dedo en mi trasero y me chupó como una paleta –tarareé en recuerdo y Yoongi hizo un ruido de disgusto.
– Amigo, también podrías decir que eres gay –chasqueó la lengua y negué con la cabeza.
– No. Estos sentimientos desaparecerán pronto –afirmé.
– ¿Oh, sí? ¿Cómo sabes eso? ¿Cómo vas a lograr eso? –cuestionó y dejé de caminar en seco.
– Bueno, quiero que NamJoon me folle –asentí afirmativamente y escuché bolsas chocando en la cocina.
Me giré lentamente para ver a NamJoon allí de pie, con el pecho agitado mientras cerraba la puerta de golpe.
Me miró directamente, con el evidente matiz de lujuria en sus ojos.
– U-uh Yoongi, tengo que huir –murmuré mientras colgaba y tiraba mi teléfono en el sofá.
Corrí hacia las escaleras y subí como si el diablo me estuviera persiguiendo.
Por el efecto aterrador de sus pasos golpeando el suelo, supe que afirmativamente me estaba persiguiendo.
Subí corriendo las escaleras de dos en dos, corriendo a la velocidad del rayo hasta que llegué a mi habitación y cerré la puerta de golpe.
No tuve tiempo de cerrar con llave porque NamJoon abrió la puerta.
Mis ojos se abrieron al verlo.
Se notaba que se rindió a su bestia interior porque sus ojos verdes estaban cubiertos de deseo y sus músculos sobresalían de su camisa.
– Hablemos de esto –dije, levantando mis manos mientras retrocedía lentamente– Quiero decir que lo que escuchaste no fue nada. Por favor, no me mates –sonreí con los ojos cerrados mientras me preparaba para el impacto.
Pero nunca llegó.
Abrí un ojo y casi saltó de su lugar hacia mí y estrelló sus labios contra los míos.
Sus brazos se envolvieron con fuerza alrededor de mi cintura y mis pies se levantaron del suelo.
Jadeé ante el resultado repentino y su lengua se movió en mi boca.
– ¡Mgh! –gemí en su boca, envolviendo mis brazos alrededor de su cuello.
Su beso fue embriagador y me capturó con cada movimiento de su lengua.
Lamió el interior de mi boca, acariciando y memorizando su caverna personal y luego apartó sus labios de los míos, comenzando a lamer el costado de mi cuello, y yo arqueé la espalda.
Quería más de él sobre mí.
Lo quería dentro de mí.
Me asustó tanto cómo estos pensamientos se agolpaban en mi cabeza.
Sus ojos esmeralda se convirtieron en una mirada aguda cuando me di cuenta de cada cosa que hacía.
Me sentía como si estuviera en un ciclo interminable de placer, y no tenía idea de cómo salir o cómo escapar de este hombre que parecía empeñado en marcarme y hacerme saber que no tenía escapatoria, pero que estaba totalmente de acuerdo con eso.
Dije que lo quería, pero no sabía en qué tipo de hombre podría convertirse Kim NamJoon una vez que lo llevaran a ese límite.
Sus labios se convirtieron en una sonrisa fría mientras su mano libre atraía mi cara hacia la suya y lamía mis labios, degustando cuidadosamente el sabor.
Su otra mano se deslizó lentamente por mi estómago e hice una mueca por la falta de ropa en mi cuerpo.
– Ahora que finalmente te tengo donde quiero, no creas que puedes correr. Puedes intentarlo, pero me encanta la persecución –susurró en mi oído, su voz ronca y erótica, enviando escalofríos y hormigueos por todo mi cuerpo.
Aunque sus palabras parecían equivocadas, me dieron ganas de venirme en los pantalones una y otra vez.
Me asustó, pero me cautivó aún más.
No estaba respondiendo negativamente porque sabía que lo quería.
Su mano tiró de mi cabello, tirando de él hacia atrás y exponiendo la carne suave de mi cuello.
Su otra mano subió por mis muslos, acariciando la piel suave mientras lamía mi cuello, chupando la superficie caliente, enviando gotas de placer.
Lamenté la sensación y palmeé la parte posterior de su cuello.
Este hombre inquietante y silencioso encendió una llama dentro de mí como ningún otro, preparándome para correrme con una sola mano.
Él era la principal causa de mi deseo, el epítome perfecto del sexo.
Él comenzó esto y tenía toda la intención de llevarlo a cabo.
Dejé escapar un suave gemido, rogando en silencio por más.
Estaba jadeando pesadamente, y él no me había hecho mucho.
Él era verdaderamente el tipo de hombre que asustaba cada parte de mí, pero me encontré atraído por él.
NamJoon era un hombre que podía hacerme lo que quisiera y no lo negaría.
Dejó que mis bóxers cayeran al suelo con un sonido suave, mi frente quedó expuesta al aire frío mientras sonreía.
– Para alguien que se me resiste, pareces muy duro –NamJoon me susurró al oído y luché contra un escalofrío ante su voz cálida, profunda y ronca.
Su cálida mano se deslizó hacia el frente, acariciando mi sensible pene y gemí sin aliento, corriéndome en sus manos.
Estaba avergonzado de lo rápido que me corrí solo de su mano.
Sacó su mano, insertando un dedo que estaba empapado en mis jugos calientes en su boca y me mordí el labio.
– No tienes suficiente acción, ¿verdad? –sonrió, sacudiendo el semen de sus dedos y mordiéndose el labio inferior mientras su mirada se oscurecía.
– ¡Oye! ¡¿Qué diablos quieres decir con eso?! –chillé, mi orgullo aguantando el golpe.
Tomó ese mismo dedo todavía empapado y lo deslizó dentro de mi ropa interior, frotando mi sensible agujero y yo me pavoneé, arqueando la espalda mientras mi agujero temblaba de anticipación.
Nunca había sentido este sentimiento, pero saber que era Kim NamJoon quien me estaba haciendo esto agudizó mis sentidos.
– Estoy feliz de que no hayas tenido ninguna acción, Jimin. Significa que seré el único que estará aquí –deslizó su dedo dentro de mí, solo lo suficiente para romper el anillo de músculo.
Me guiñó un ojo y yo gemí mientras giraba su dedo alrededor, estirando mi agujero virgen y yo arqueaba mi espalda, queriendo más y más de él.
– N-nam... –susurré y él se rió sombríamente.
– Me pregunto cuántas veces puedo follarte antes de que sepas que todo de ti es mío –dijo, su voz adquiriendo un timbre bajo, enviando ondas de placer por todo mi cuerpo.
Su boca se aferró a uno de mis pezones y chupó la protuberancia caliente, y aullé con anticipación.
Este hombre había descubierto una de mis sensibilidades.
Gemí cuando él deslizó otro dedo, entrando y saliendo de mí, mis ojos rodando hacia la parte posterior de mi cabeza.
– En este momento, te quiero y quiero estar en ti. Te tendré y serás mío –dijo y supe que no había ninguna pregunta u objeción a eso.
Su lengua se abalanzó y comenzó a girar alrededor de mi pezón, mordisqueándolo y sorbiéndolo, provocando ondas de mero deseo en mi polla.
En mi imaginación,
estaría completamente contigo,
sé que tienes esa fiebre por mí,
ciento dos...~♪
La habitación comenzó a oscurecerse, intensificando el estado de ánimo y no hizo nada para disipar mi fuego eterno.
– Déjame decirte algo, Park Jimin –susurró en mi oído, su tempo caliente me hizo visualizar la pesada noche por delante.
– Para mañana por la mañana, el único pensamiento que estará en tu cabeza es que me perteneces –Kim asintió y le eché un vistazo a sus ojos oscuros.
Y le creí a cada palabra que dijo.
Antes de que terminara la noche, mi cuerpo sabría a quién pertenecía.
Sabría quién era exactamente su dueño antes de que terminara la noche.
– Joon... –me estiré y él me levantó y envolvió mis piernas alrededor de su cintura.
– Esperé demasiado para esto –deslizó otro dedo y frotó juguetonamente el interior de mis paredes y mis bolas temblaron.
– Deja de burlarte de mi –supliqué, queriendo sentir más de su cuerpo contra el mío.
– ¿Oh? –levantó una ceja mientras curvaba un dedo dentro de mí y mis ojos se abrieron cuando golpeó un punto y dejé escapar una serie de gemidos agudos.
Empezó a quitarse la camisa y los pantalones con un encogimiento de hombros y era fácil ver que llevaba una camisa de franela desabrochada y pantalones de chándal.
Mostró sus abultados bíceps, sus pectorales llenos y bien definidos.
Descubrí que toda el agua de mi cuerpo se fue a mi boca y estaba babeando al verlo.
Su línea en V estaba tan bien realzada que quería tocarla.
Dejé que mis ojos se arrastraran más abajo y enganché en un suspiro la vista de su miembro inhumano.
Era largo y grueso, balanceándose entre sus piernas como un péndulo.
Me lamí los labios y miré la punta que rezumaba líquido preseminal.
Me encontré asombrado por su cuerpo y quería sentirlo contra el mío.
Traté de apartar la mirada, pero no pude porque era tan magnífico.
Sus rasgos endiabladamente sexys se convirtieron en una sonrisa una vez que me atrapó mirándolo.
– Todo esto es tuyo, Jimin –se inclinó y atrapó mis labios con los suyos y yo me estiré y agarré su pene, acariciándolo de arriba abajo.
Gruñó en el beso mientras nuestras lenguas se arremolinaban alrededor de la boca del otro.
Tracé las venas distendidas a lo largo de su eje, gustándome lo grande que era.
Primero desconectó el beso y respiré aire.
Se inclinó y agarró el lubricante de la mesita de noche y enjabonó su miembro completamente.
– Jimin, después de esto, nadie más podrá verte así –sus ojos se clavaron en los míos, del verde océano al verde esmeralda.
Era como si el momento se detuviera y todo lo que podía ver era el uno al otro.
Toca mi cuerpo,
ponme en el suelo.
Lucha conmigo,
juega conmigo un poco más...~♪
Sus manos estaban en mis nalgas y las separó, la cabeza de su polla penetró mi entrada.
– ¡Joder! –me agarré sus hombros para mantener el equilibrio y eché la cabeza hacia atrás.
Su pene se había deslizado parte por parte, la quemadura de mi entrada al ser estirada era evidente.
Gemí y gemí cuando él se empujó completamente hasta la empuñadura y tocó fondo.
– Mi nombre no es joder. Es Kim NamJoon –gruñó cuando comenzó a empujar hacia arriba desde el fondo.
Justo en ese momento, supe qué tipo de amante era Kim NamJoon era un amante brutal que marcaba cada trozo de piel que podía conseguir.
Era rudo y dominante y quería cada parte de mí.
– ¡Santa mierda, Nam! –grité cuando golpeó mi próstata de frente.
Su sonrisa cayó de su rostro y tomó su velocidad, embistiéndome aún más fuerte y dejé escapar gritos de fervor.
– ¡Maldito infierno! –sollocé, llorando de placer.
– No te preocupes, Jimin. Te haré sentir muy bien –murmuró, sus ojos atrapando los míos– Eres vocal. Eso es lo que sospechaba de una persona ruidosa como tú –dijo mientras metía su gruesa polla más profundamente en mi cuerpo y me tenía retorciéndose de tanta pasión que no podía contenerme por la intensidad.
NamJoon me sujetó con sus manos cuando la inmersión total de sus fuertes embestidas me hizo rebotar sobre él, apretando su gran polla.
Un hormigueo subió por mi columna vertebral y justo en ese momento, supe que tenía que correrme por el endurecimiento de mis bolas.
– Mierda, J-joon, necesito correrme.
Sus ojos se endurecieron ante su nombre y su respiración se aceleró.
– No. –dijo y yo gemí ante la negación.
– Por favor, Joon... –hice un puchero y temblé mis labios.
Su lengua barrió y lamió su labio inferior, sus ojos fijos en mí.
– Eres un pedazo de infierno, maldición, sólo me tientas –se burló y me solté sobre su pecho, mirándolo con ojos llorosos mientras me follaba hasta llegar al clímax.
– Mierda –gruñó cuando sus jugos calientes brotaron dentro de mí.
Dejó de empujar y caí contra su pecho, su suave miembro se deslizó fuera de mí.
Limpió el semen y el sudor con toallitas cerca antes de acostarnos en mi cama.
Empezó a cubrirnos con las sábanas y me acosté sobre su pecho mientras él estaba debajo de mí, con las piernas entrelazadas.
– ¿NamJoon? –pregunté y él gruñó.
– ¿Qué? –respondió, sus brazos alrededor de mi cintura.
– De ahora en adelante, debes inclinarte ante el dios que soy –asentí afirmativamente y él se quedó quieto.
– Ve a dormir, Jimin.
– No hay necesidad de ser grosero, Sr. Succiono el Corazón de las Personas –gruñí.
– Park.
– Ya entendí.
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⚘ Atte. ⚜☦ Ðҽʋιℓ Ɱιɳ ☽⋆
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