Capítulo 4

- Amigo, eso es jodidamente feo.

Fruncí el ceño a Yoongi mientras se probaba el siguiente conjunto de su armario.

- No sé quién te compró esa camisa, pero debes quemarla para salvar los ojos de los demás -asentí afirmativamente y él puso los ojos en blanco.

- Tú lo compraste Jimin, ¿recuerdas?"

Me puse la mano en la barbilla y pensé.

- Si lo hice, debo haber estado realmente drogado ese día porque esa mierda es ¡HORRIBLE! -me reí y me arrojó la camisa.

- Entonces, ¿cómo te va con tu niñera? -me sonrió y yo lo miré.

- Siento que él tiene un problema conmigo -dije y Yoongi se sentó a mi lado en su cama.

- ¿Oh, sí? ¿Por qué es eso? -me cuestionó y planté la cara en la cama.

- Porque él nunca quiere tener una conversación. Siempre es tan distante, pero, aún así, cuando ustedes se acercan, ¡él brilla como si fuera Navidad! -me quejé y él se rió entre dientes.

- Tal vez le gustemos más que a ti -se encogió de hombros y yo lo miré.

- Soy el gran Park Jimin, les gusto a todos, hombre. Y, aún si ese fuera el caso, ¿por qué diablos se ofreció como voluntario para ser mi guardaespaldas cuando hay como un millón de otros idiotas sin tiempo para mirar? ¿Ah? -lancé mis manos al aire- Podría haberme mudado a un lugar diferente. Literalmente, no es tan difícil.

Yo inexpresivo.

- Tal vez NamJoon no se siente cómodo contigo. No sé lo que está pensando ese hombre -Yoongi respondió y me estremecí.

- ¡Es tan jodidamente espeluznante! Tengo miedo de quedarme dormido a su alrededor porque, ¿y si me despierto y él está de pie con un cuchillo en sus manos? -jadeé y me senté- ¿Y si esa fuera la razón por la que está tan decidido a quedarse conmigo? ¡Tal vez quiera matarme y darse un festín con mis huesos! -susurré con horror.

- Eso es una lástima. Soy demasiado sabroso para que sus dientes lo manejen.

Yoongi negó con la cabeza mientras ponía los ojos en blanco.

- Estoy seguro de que ese no es el caso y solo estás siendo dramático otra vez, Jimin. Solo pregúntale si te asusta tanto.

Negué con la cabeza hacia él repetidamente.

- ¿Qué pasa si eso lo enoja? ¿Qué pasa si decide matarme en ese mismo momento? Ni siquiera podré despedirme. Oh, mi pobre JungKookie, ¿y si Kim NamJoon tiene un complejo de Lolita? Mi pobre Kookie no será capaz de luchar contra él! -grité con horror.

- JungKook tiene cuatro años y es un niño.

Golpeé a Yoongi en el brazo.

- ¿A quién le importa un culo de rata? ¿Qué pasa si él quería a Koo todo este tiempo y solo está tratando de acercarse a él? -me puse de pie y caminé por la habitación- No, no dejaré que ese hombre malvado toque a mi precioso hijo -asentí con una mirada en mi rostro- ¡Él tendrá que atravesarme para llegar a mi bebé y no voy a caer sin luchar!

Pensé en estrategias de batalla en mi cabeza.

- Tiene a JungKook llamándolo Sr. Nam y lo siguiente que sabes es que estará gritando su nombre y no en el buen sentido -me crucé de brazos y golpeé mi pie ansiosamente.

- Sí, excepto que ve a Koo como un hijo y no es tan pervertido -mi mejor amigo me sonrió.

- ¿Puedes convertirte en mi guardaespaldas? -le rogué y él se negó.

- No. Tengo lugares donde estar -dijo y me burlé.

- Más bien en la polla de Tae Hyung -resoplé y sus ojos se estrecharon hacia mí- ¡Tu sabes que es verdad! -farfullé y él me arrojó una almohada.

- Necesitas un filtro en tu boca, chico -dijo Yoongi y chillé en protesta.

- ¡Haz que se aleje de JungKook y de mí! ¡Me asusta hasta la muerte! ¡Yoongi, la próxima vez que me veas, estaré en las noticias con mi cadáver saliendo de mi casa en una camilla! -chillé.

- ¿Por qué diablos eres tan malditamente tonto? -dejó escapar un soplo de cabello y me levanté, tirando de su cuello.

- ¿Quieres que muera a manos de Kim NamJoon? ¡YO MORIRÉ! -le grité en la cara y me apartó las manos de un manotazo.

- Eso es genial y todo. ¿Tengo que pagar el funeral?

Me golpeé la cara con la mano y dejé escapar un fuerte suspiro.

- Es oficial. Todos quieren que muera. Me iré a casa ahora y me prepararé para mi muerte -asentí para mí mismo mientras me ponía los zapatos.

- Estás exagerando, hermano. NamJoon te ve como un amigo. Solo le gusta escucharte hablar. Aunque no sé por qué, eres molesto -Yoongi me empujó fuera de su habitación y bajó las escaleras.

- Gi, sólo quiero agradecerte por ser el mejor amigo que he tenido y te quiero mucho por todo lo que haces por mí -escupí y tiré de él en un fuerte abrazo- Cuando muera esta noche, por favor habla en mi nombre en mi funeral -le supliqué y él me miró fijamente.

- Te veré mañana, Minnie. Ahora sal de mi casa -señaló la puerta mientras subía los escalones de su habitación.

Estará pensando en todos los recuerdos que compartimos y lo feliz que lo hice.

Se alegrará de tener al gran Jimin como su mejor amigo porque soy único.

- ¡Oh, mierda! -grité mientras caía por un tramo completo de escaleras.

- Eres tan jodidamente estúpido -Yoongi dijo desde su habitación y miré hacia abajo a la cuerda del zapato que se había desatado.

- Tenías un trabajo, cordones de zapatos. Un trabajo.

Los até de nuevo y salí de la casa y también de mi auto.

Koo estaba con Kim porque dijo que quería pasar un tiempo con él.

Ese era el código de Quería follarme a tu chico mientras no estabas.

Espero que Koo haya recordado los movimientos de kárate que aprendió hace un año para poder patearle el trasero a Kim.

Aunque estoy seguro de que sus patadas no le harán daño a un grandullón como ese maldito NamJoon.

Me quejé en voz alta mientras salía del camino de entrada y me dirigía a mi casa.

My anaconda don't,
my anaconda don't,
my anaconda don't want none unless you got buns, hun...~♪

Mi teléfono comenzó a sonar el tono de llamada y lo recogí.

Maldita sea, tenía 16 llamadas perdidas y 33 mensajes de texto, todos del que llamaron la encarnación de Satanás, Kim NamJoon.

Me estaba haciendo estallar como si fuera mi madre o algo así.

- ¿Sí, Lucifer? -me puse el teléfono en las orejas cuando doblé una esquina.

- Oye -su profunda voz exhaló en mi oído.

- ¿Todo bien? -pregunté, queriendo asegurarme de que Koo estaba fuera de las manos del demonio.

- Sí -rodé los ojos mientras continuaba hablando.

- ¿Kookie está bien?

- Sí.

Miré a nada en particular mientras mi mano agarraba el teléfono.

- ¿Sólo querías llamarme? -yo pregunté.

- Sí.

Dejé escapar un suspiro de irritación.

- Maldita sea, Kim. Me hiciste pensar que algo malo estaba pasando con la cantidad de veces que explotaste mi maldito teléfono.

Finalmente estaba en casa cuando me detuve en mi camino de entrada.

- Lo siento -murmuró y luché contra el impulso de hablarle por teléfono.

- Adiós, Lucifer -le colgué cuando salí de mi auto.

Realmente no tenía sentido sus llamadas y mensajes de texto, pero aparte de eso, sólo quería llamarme...

Me dirigí a la casa y mis piernas estaban en los brazos de un cuerpo pequeño.

- ¡Papá! ¡Estás en casa!

Miré hacia abajo para ver a Koo sosteniendo mi mitad inferior y le sonreí.

- Oye, hijo mío. Tu piadoso padre ha dado a conocer su presencia -me sonrió mientras negaba con la cabeza- ¿Por qué estás tan sucio? -pregunté, observando su aspecto desaliñado.

- El Sr. Nam me estaba ayudando a hornear un pastel -entrecerré los ojos en la pared.

Este idiota estaba tratando de acercarse a mi hijo a través de su amor por la repostería.

Oh diablos, no.

Yo no soportaría esto.

Este hombre tenía un motivo oculto y yo iba a averiguar cuál era.

- Kookie, por favor sube a tu habitación. Voy a decirle unas palabras al Sr. Nam y no quiero que me escuches -ordené con los dientes apretados y él asintió, corriendo en dirección a su habitación.

Caminé por el pasillo hasta la cocina donde NamJoon estaba limpiando los mostradores.

- ¡Oh, hijo de puta! -gruñí, levantando la cabeza hacia mí con sorpresa.

- ¿Qué?

Lo señalé.

- ¡No me vengas con ese 'qué', Kim NamJoon! ¡¿Qué diablos quieres con mi hijo?! -lo fulminé con la mirada y él se apoyó contra el mostrador, viéndose tan tranquilo y calmado como siempre.

- ¿Eh? -levantó una ceja hacia mí y puse mis manos en mi cadera en movimiento de diva.

- Escucha hijo de puta, no sé lo que quieres con mi querido JungKook, ¡pero te joderé si piensas en corromperlo! -me crucé de brazos y lo miré fijamente.

- ¡QUÉ! -el farfulló hacia mí, rompiendo su cabeza- ¿Quieres decir? -dijo los mundos lentamente, un tono oscuro tomando el control.

- Quieres follarte a mi hijo, ¿no? -le entrecerré los ojos y él se acercó a mí, elevándose sobre mí.

Sus ojos verdes estaban torcidos por la ira mientras me miraba.

- Escucha, Park. No sé qué diablos está pasando por tu mente, pero no quiero al pequeño Koo de esa manera.

Mis ojos se abrieron ante todas las palabras que salieron de su boca.

- Puedo asegurarte que JungKook no es a quien quiero. No puedo creer que pienses que soy una persona tan baja -negó con la cabeza y me rodeó para salir de la habitación.

Entonces, me sentí mal.

Honestamente, realmente me sentí mal.

Simplemente no sabía cuáles eran sus intenciones con JungKook.

Podría haber estado tratando de hacerse amigo cercano de él, pero convertirse en amigo de mi hijo es convertirse en amigo mío.

Y todo este tiempo no dejé que nadie rodeara a mi hijo.

Tenía que confiar en ti lo suficiente para estar cerca de mí.

Pero sabía dentro de mí que confiaba en Kim a pesar de que era espeluznante e inquietante.

No le gustaba tener conversaciones conmigo pero lo hacía tan fácilmente con otras personas.

Me hizo preguntarme qué estaba pasando por su mente.

- Nunca pude preguntar quién es la persona a la que él quería.

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⚘ Atte. ⚜☦ Ðҽʋιℓ Ɱιɳ ☽⋆

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