Capítulo 4
20 de octubre del año 2633.
El domo de batalla era el único lugar de la ciudad situado en una gran zona muy alejada de la población. Convirtiéndolo en un enorme y vasto espacio bajo unos enormes techos acorazados, para que los soldados ejercitaran sus habilidades.
Ese lugar era un caldero de actividad, allí en lugar del parloteo que podías presenciar en el área de entrenamiento, todo era movimiento y acción. Exploradores que se lanzaban sobre plataformas, escalaban paredes, disparaban a blancos, se enfrentaban en enormes arenas cercadas, cruzaban pistas de trampas y más que nada, desplegaban su amplia gama de habilidades.
Nuestro pelotón transitó por el camino que cruzaba por el centro de la acción. Y comenzamos a disminuir la velocidad, hasta detenernos por completo.
Miré hacia atrás y noté el rostro de Scarlett sobrecogido de asombro.
Seguí la mirada de ella alrededor del domo, intentando imaginar que era la primera vez que lo veía. A su derecha estaba la jefe de brigada Bathsheba, con los ojos vendados, disparando un rifle llamado RDA (Rifle Destructor Antimateria) a una serie de blancos móviles, a los que les daba justo en el centro sin ninguna dificultad. Lo cual era sorprendente, porque ese tipo de armas tienen una alta potencia de salida y un mecanismo de tiro rápido totalmente automático. El arma por elección de los francotiradores, aunque era un arma muy difícil de manejar debido a su gran retroceso, pero ella podía demostrar el poder del RDA sin efectos adversos.
Más adelante se encontraba Reichstar, quien cargó contra una lámina de acero de unos 2 metros de altura y como 60cm de ancho. La cual voló por el aire y luego impactó en el suelo, causando un sonido retumbante.
A la distancia, el jefe de brigada Borraicho —Sobrenombre que le colocamos al nunca descubrir su nombre— estaba parado frente a un explorador con un fusil automático. Por su postura parecía que intentaría esquivar el mayor número de balas posibles —Probablemente de goma— pero cuando lo vi desenfundar su espada y arremeter contra el sujeto armado, me di cuenta de que no era así. El cañón del rifle del explorador de repente soltó una llamarada naranja, en ese momento, la hoja de la espada bloqueó la primera y segunda bala con una precisión milimétrica. La superficie del sable despidió dos chispas naranjas brillantes. Luego de eso volvió a mover sus brazos apuntando hacía la tercera y cuarta bala a una velocidad increíble. Entonces, el sonido de las balas siendo desviadas se escuchó de nuevo unas quince veces más, antes de quedar el lugar en silencio, luego de que el atacante quedara en jaque mate con una hoja afilada presionando su cuello.
Desde mi perspectiva esa espada podría desviar cualquier bala, transformándola en el arma defensiva más fuerte del mundo. Pero aun así no es fácil utilizar una hoja de 3cm de ancho para defenderse de una lluvia de balas que se acercan a una velocidad supersónica. Eso necesitaba una exacta predicción y una habilidad de respuesta perfecta para utilizar la espada, sin mencionar que la munición era real.
—¡Diablos! ¿Es siquiera posible eso? Me siento abrumado —expresó Josh luego de presenciar la demostración.
—Sí, es un poco abrumador la primera vez que lo ves —respondió Lotus.
—¿Has estado aquí antes? —le pregunté.
—Una sola vez, fue cuando nos enviaron a realizar el puto inventario de fallas estructurales.
—Miren –dijo Josh señalando al centro del domo—. Ahí está Alyssa junto a Annie.
Annie estaba con los brazos extendidos contra un banco de musculación. Del otro lado, Alyssa sujetaba una pistola pequeña similar a una de véngalas, que luego apuntó directo hacia arriba y disparó, enviando un proyectil con una elevada fuerza de arrastre hacia el techo del domo.
Annie se colocó en cuclillas sacudiendo por encima de un hombro su larga cabellera rubia, mientras se concentraba en el blanco. Luego saltó en dirección al proyectil antes de que se alejara, tomándolo con una mano y volviendo a caer sobre el suelo. Había atrapado el proyectil con una precisión casi perfecta, pero cuando sus pies tocaron el suelo soltó un gemido de dolor y colapsó sobre una rodilla.
Nos acercamos a ellas rápidamente, escuchando como Alyssa le daba un sermón.
—Que no pudieras aterrizar fue decepcionante, sin mencionar que estaba a punto de felicitarte hasta que la cagaste con ese mediocre aterrizaje. Pero imagino que es lo máximo que puedes lograr al utilizar el primer nivel del dispositivo.
—Mi señora, estamos listos para la exhibición —aclaró Scarlett emocionada apenas estuvimos frente a ella.
Pero esta ignoró por completo a la animada Scarlett.
—Dreyse, la próxima vez que me vuelvas a llamar por mi nombre te obligaré a realizar el salto que acaba de dar Annie —explicó con tranquilidad Romanova girándose hacia él, antes de cambiar su expresión a una llena de enojo—, nada más que en vez de caer en el suelo haré que aterrices sobre el estómago de tu hermana. Así observaremos como vomita sus intestinos por la boca y veremos cómo se le sale la mierda por el culo.
La amenaza fue lo suficiente fuerte como para tensarme incluso a mí. Al parecer al idiota se le había olvidado que nuestra comunicación estaba conectada con la de cualquier individuo que poseyera el dispositivo MAAIN.
—Lo siento comandante Romanova, no volverá a pasar.
Josh se tensó apenas la amenaza salió de su boca, causando que a la vez Lotus lo observaba de reojo.
—Ahora, capitán Dangerfield. ¿Me puedes explicar quién es esta mujer? —El interrogatorio de Romanova había comenzado.
—Ah, sí. Sobre eso, mi madre...—Scarlett comenzaba a explicar cuando fue interrumpida por Alyssa.
—No digas nada, escuché todo —reveló mirando a Moira—. Tu madre en serio es molesta, pero las reglas dicen que no tengo la autoridad para negarme a un noble; más cuando ella es la que paga por toda la mierda que utilizan ustedes.
Los nobles estaban por encima de cualquiera a excepción del comandante supremo. La razón de que muchos comandantes no podían objetar nada si era ordenado por un noble. Y más aún si pertenecía a la familia más rica de la ciudad.
»Aunque, eso me sabe a mierda. —aclaró ella— No permitiré que interfiera en la instrucción que yo les estoy dando a ustedes. Así que, para confirmarlo, haré lo siguiente.
El golpe que recibió Scarlett en el estómago seguido de esas palabras fue tan fuerte, que la dejó sin aire, obligándola a caer de rodillas sujetándose con fuerza del estómago. Buscando con desespero que el oxígeno volverá a su cuerpo.
—Comandante, ¿y eso a que vino? —preguntó Scarlett en el transcurso de normalizar su respiración.
—Quería confirmar si ella era algún tipo de guardaespaldas. Pensé que iba a evitar que te golpease, pero veo que no es así. Y por eso puede quedarse.
Romanova era el tipo de mujer que no se dejaba intimidar por nadie y por eso le temían tanto.
»Hoy haremos una exhibición que servirá como prueba para la activación del nivel 2 del MAAIN —explicó Romanova—. Cada uno de ustedes se enfrentará en un combate no letal uno a uno. Se les permitirá usar armamento, así como protección si lo desean. Y aunque es una demostración, quiero que se ataquen con todo.
El que nos ordenara eso era extraño, Un combate no letal. ¿Pero deberíamos ir con todo a por nuestro contrincante? Era un poco confuso la verdad.
—Comandante —Scarlett fue la única en preguntar una vez se reincorporó—. ¿A qué se refiere exactamente con atacar con todo? Pensé que la idea era demostrar nuestras habilidades sin herirnos.
—Necesito que den el cien por ciento en ese combate —explicó Alyssa— o la exhibición no valdrá de nada. Quiero que intenten matarse, pero sin llegar a lograrlo. Usaran munición no letal como balas de goma o balas quebradizas que se hacen añicos al contacto con la piel. Les dolerá y mucho, pero no las matará. Aun así, deben estar atentas y tener cuidado, si una de esas balas les da en un ojo; ya sean las de goma o quebradizas, les vaciará el ojo como si fuera un proyectil común y corriente. Y no quiero tuertas entre mis filas.
Pude notar claramente como todos tragábamos hondo luego de esa pequeña explicación, ¿en qué demonios estaba pensando nuestra comandante en ese momento? No me gustaba la idea de quedarme ciega por hacer una estúpida demostración. Pero ordenes eran ordenes, así es la vida del soldado.
»Bien, dicho esto escogeré a los duelistas de cada ronda. Entonces, el primer combate será el de Annie.
Al Romanova decir esas palabras lo vi todo tan claro en mi cabeza como agua quieta. Me colocaría de contendiente a Annie, estaba más que destinada a que mi nombre terminara la oración, pero cuando estaba por decir el siguiente nombre una exploradora se presentó ante nosotros con una respiración agitada y exaltada.
—¡Mi comandante, hay una emergencia!
—Primero normalice su respiración cabo —le ordenó Alyssa—. ¿Cuál es la emergencia?
Tomando una bocanada de aire y expulsándola por la boca, la chica habló al cabo de unos segundos.
—No tenemos noticias de la superficie. Un convoy de exploración que fue enviado desapareció y no hay rastro de ellos.
—Habla con Bathsheba y dile que organice un escuadrón de rescate y comience a buscarlos —sugirió la pelirroja.
—No puedo. No hay soldados que escolten al escuadrón de rescate. La mayoría se fueron con el convoy, incluyendo al comandante del Cuerpo de Soldados —aclaró.
—¿Qué? ¿Hace cuánto de eso? —interrogó Alyssa.
—Tres horas mi comandante.
—¿¡Tres horas!? —En un instante su calma se fue por completo— ¿Y me avisan hasta ahora? Contacta con los comandantes de la facción de Autodefensa y la Comunidad Científica, avísales que habrá reunión de líderes en una hora. ¡Ahora corre!
—¡Si señora! —contestó a la orden la pequeña chica antes de comenzar a correr a cumplir su tarea.
—Bien, tendremos que aplazar la exhibición y adelantar el ascenso a la superficie —nos informó la pelirroja—. Partiremos en cinco horas, les aconsejo que duerman. Las quiero listas transcurrido ese tiempo. Y Dangerfield —Antes de irse se giró hacia nuestra capitana con serenidad en su expresión.
—¿Señora? —respondió Scarlett.
—Eres responsable de la vida de tu pelotón en la superficie.
Dichas estás palabras nuestra comandante se fue a paso ligero. La emoción y euforia que había estado acumulando durante cinco años desapareció en ese momento, dejando solo una sensación de ansiedad e incomodidad, que subyugó por completo la animosidad que había estado guardando hasta ese día.
—Lo mejor sería que fuéramos a descansar —sugirió Scarlett suspirando en una muestra de cansancio—. Porque dudo mucho que mañana podamos hacerlo.
Nadie respondió. No había necesidad.
Las palabras sobrarían en esa situación o la convertirían en algo mucho más incómodo. Era evidente que todos, incluyendo a Maeve estaban nerviosos. En momentos así las palabras son clavos envueltos en carne de cerdo.
Cuando nos dirigíamos a las barracas para descansar, noté que Scarlett se había escabullido de nosotros, aunque sabía con exactitud donde encontrarla. Solo tuve que colarme por la parte trasera de las barracas y encontrar su figura en la oscuridad. Lo cual no fue muy difícil, porque el indudable olor a tabaco en el ambiente me ayudó a ubicarla. Estaba sentada en una pequeña caja de madera, expulsando humo por su boca como si se tratara de una chimenea.
—Apestas a cigarrillo —fue lo primero que le dije al acercarme a ella—, necesitas dejar de fumar. Eso definitivamente te llevará a la tumba.
—Entonces lo dejaré cuando muera, no te preocupes. —El tono grueso en su voz me tomó por sorpresa—. Mira, cada uno de nosotros lidia con el estrés, la ansiedad e inquietud de una forma distinta. Maeve entrena durante las noches; Lotus se baña durante interminables horas, Josh empieza a jugar con la piedrita que siempre lleva en su bolsillo, Annie se abraza a sí misma, aunque se esfuerce por ocultarlo. Y en cuando a ti y a mí, tú comienzas a decir y hacer estupideces y yo a fumar. ¿Ya ves como no somos tan diferentes?
—Tienes razón —respondí—. Pero no hay nada más horrendo que una mujer con un cigarrillo en la mano. Ningún chico podrá enamorarse de ti si ese asqueroso humo te cubre el rostro.
Ella soltó una pequeña risilla luego de eso.
—Sabes muy bien que este apocalipsis no deja espacio para el romanticismo, ni tolerancia para la simpatía —Su expresión melancólica cambió luego de esa frase, transformándose en una de asombro—. Fíjate, ya estoy hablando como Annie —volvió a sonreír.
—Moira se quedó a dormir en las barracas, ¿acaso piensa subir con nosotros? —le pregunté.
—Lo hará porque tiene el permiso para hacerlo, mi madre se lo dio después de todo. Y Moira es miembro del Cuerpo de Soldados, aunque no lo parezca.
Estaba enterada de lo sobreprotectora que era su madre con ella. Al principio pensé que era por motivos amorosos, pero luego Scarlett me reveló la verdad. Su madre salvaguardaba el futuro de la familia Dangerfield, pues estaba sería la cabeza de la familia una vez su madre muriera. Por lo cual nuestra capitana no tenía permitido morir hasta que dejará en el mundo alguna descendencia. Algo bastante crudo, pero real.
—Bueno, iré a dormir. Tú deberías hacer lo mismo cap. —Le hice la sugerencia.
—Lo haré cuando termine de fumar —respondió agitando el cigarrillo.
Me di la vuelta y caminé hacía la parte delantera de las barracas, pero al cruzar la esquina escuché una última frase.
»Quizás sea el último que pueda llegar a fumarme.
Me fui a la cama con esa última oración dando vueltas en mi cabeza. Sin llegar a imaginarme lo que pasaría transcurridas las 5 horas.
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