Ventuno.
Ventuno:
[Lina]
Pasado...
Hago una mueca de dolor en cuanto Dean comienza a curar las heridas de mi espalda. Maldito Kirk.
—¿Por qué hizo esto? —pregunta mientras sigue curando mis heridas—. ¿Qué hiciste para que se enojase tanto y te lastimara de esta manera? —me acribilla a preguntas que no quisiera responder. ¿Es mi culpa que él haga estas cosas? ¿Lo es?
Acerqué mis rodillas a mi pecho y las rodee con mis brazos. Me aliento mentalmente para contar el porque del daño que me ha hecho ese hijo de puta. Pero no me apetece hablar, no ahora.
Si fuera otro momento -tal vez al comienzo cuando llegué aquí- estaría llorando un mar de lágrimas y quizás sentiría dolor. Porque ahora ya no sentía nada y mis ansias de escapar desaparecían. Entonces esto le daba oportunidad a otras clase de ideas, el suicidio era una maravillosa opción en este momento. Diablos. ¿Cómo llegué a esto? ¿Cúando perdí las esperanzas de huir?
Solté un suspiro de cansancio.
—No quiero hablar de eso —susurre.
Siento que Dean deja de curar mis heridas y lo veo arrodillarse frente a mí.
Toma mi rostro entre sus manos y me obliga a mirarle.
—No te rindas —pide—. Te sacaré de este puto infierno y cumpliré la promesa que le hice a alguien —promete y sé que no miente, pero aún así tengo miedo.
Quite sus manos de mi rostro con un poco de brusquedad y sonreí con amargura.
—La última persona que dijo eso, ahora se encuentra diez metros bajo tierra —gruñi con dolor—, No hagas promesas que no cumpliras, porque él te asesinara si intentas sacarme de aquí —una lágrima rodó por mi mejilla—. Y eres una buena persona como para morir por alguien tan insignificante como lo soy yo —limpié las lágrimas, no dejaría que alguien más muriese por mi causa.
Lo vi sonreír y de nuevo tomó mi rostro entre sus manos.
—Yo si cumpliré mi promesa Lina y es muy difícil que ese cabrón logré asesinarme —limpio mis lágrimas con demasiada dulzura—. Confía en mí pequeña y fuera de este puto infierno hay alguien esperando por ti —me regala una sonrisa cálida. ¿Alguien esperando por mí?
No pude evitar confiar en sus palabras y aferrarme a la promesa que acababa de darme. Porque si no fuera por esa promesa no hubiese aguantado tanto tiempo en ese lugar.
Presente.
Lo observo manejar con mucha concentración mientras tararea las canciones que la stereo reproduce, muerdo la parte interna de mi mejilla izquierda. Me aliento mentalmente para hacer la pregunta o más bien afirmar esto.
—No te agrada Lance, cierto —por más que quisiese que sonará a una pregunta, lo terminé afirmando.
Me mira por el rabillo del ojo, sin dejar de prestar atención al camino.
—No —suelta con simpleza y mucha sinceridad para mi gusto.
Tomo una gran bocanada de aire, ya decía yo que era obvio. Su actitud posesiva frente a Lance era una clara señal, no le agradaba ni un poco y no entendía porque.
—¿Por qué no te agrada? Es un gran amigo, además de mi psicólogo. Me ha ayudado muchísimo a superar todo lo que he pasado, Isaac —expliqué.
—Explicale a él que sólo son amigos, porque su forma de mirarte no es de amistad —masculla y aprieta el volante con un poco más de fuerza.
Crucé mis brazos sobre mi pecho y mis labios de fruncen.
—¿Cómo lo sabes? —pregunté molesta y comenzando a perder la poca paciencia que tenía.
Lo veo fruncir su ceño y sus labios, algo molesto.
—Porque te mira de la misma forma, en la que te miro yo —responde.
—¿Y cómo me miras tú, entonces? —espete, escondiendo la curiosidad que picaba en mí.
Una sonrisa se formó en sus labios.
—Como si quisiera follarte —suelta y no puedo dejar pasar el tono divertido de su voz—, Y también te mira como si quisiese hacerte olvidar y ser el hombre de tu vida —añade, en un tono mordaz.
Niego con la cabeza y golpeó su brazo.
—Eres un idiota —intento que no vea lo ruborizada que estoy por sus palabras.
A veces se comporta como un completo imbécil, aunque debo admitir que eso me agradaba.
—Pero quieres a este idiota
—suelta con arrogancia.
—Repítelo varias veces hasta que te lo creas, Blaire —bromee.
Su risa no tardó en llenar el vehículo y como era de esperarse me contagie de ella. Estos momentos eran los mejores, él lograba alejar a todos mis demonios. Era feliz a su lado y era ahí donde olvidaba todo lo que arrastraba conmigo. Eran momentos que no quisiera olvidar jamás, que deseaba que durasen una eternidad.
(...)
—¿De verdad quieres comer aquí? Porque podemos ir a otro lugar Pecas —me pregunta mientras caminamos hacia el establecimiento de comida rápida.
Hacía unos segundos que habíamos bajado del auto y él no parecía convencido de comer en este lugar. No quería que piense que sólo podía pagarme comida chatarra o eso me dio a entender.
Solté un pequeña risa.
—Estoy segura Isaac, me gustan las grasientas hamburguesas de McDonald's —sonreí como una niña pequeña.
—¿No lo haces sólo por complacerme? Porque de verdad podemos comer en otro lugar, aunque no parezca tengo dinero para llevarte a otro lugar —vuelve a reiterar.
Ruedo los ojos exasperada por su insistencia.
—Estoy segura —asevere.
Lo veo suspirar resignado por mi respuesta, se ve tierno haciendo eso, de verdad.
Elijo una mesa junto a una de las ventanas, mientras Isaac pide nuestra orden. Me siento con tranquilidad y observo como la oscuridad se va haciendo presente en la ciudad. Otro día llegaba a su fin y le daba lugar a uno nuevo.
Sonreí sin poder evitarlo, hacía demasiado tiempo que no me sentía así. Más allá del mensaje de Kirk -del cual Clive estaba haciéndose cargo- todo estaba bien. Siempre supe que regresaría, pero ahora no estaba sola. Tenía personas que me protegerían y él ya no podría llegar a mí tan fácilmente.
Agradecía que Clive apareciese en mi camino y el que me haya ayudado a salir de ese Infierno. Apoyé mi mentón en mis manos y no dejé de observar hacia afuera.
Mi comida fue depositada frente a mí e Isaac se sentó a mi lado.
—¿Qué tanto piensas? —pregunta con curiosidad mientras se lleva una patata a su boca.
—En que soy muy afortunada —sonreí y él me hizo un gesto para que prosiguiera con mi diatriba —. Soy muy afortunada de haber encontrado personas como vosotros, Madison, Clive y tú —tomé una patata y la llevé a mi boca, disfrutando su sabor.
—En realidad nosotros somos los afortunados Pecas y más que nada yo que me he sacado la lotería por encontrarte —sonríe de oreja a oreja.
Deposita un casto beso en mi mejilla.
—Me olvidaba mi madre quiere conocerte, Amber no ha dejado de hablarle de ti —suelta con tranquilidad.
Casi me atragantó con mi hamburguesa. ¿Su madre quiere conocerme? ¿En serio? Diablos.
Doy un sorbo a mi bebida e intento no atorarme de nuevo. Isaac golpea con suavidad mi espalda y se ríe de mí. Capullo.
Una vez arreglado mi problema, me animé a hablar:
—¿Le caeré bien a tu madre? —pregunté un poco asustada.
Lo vi negar con la cabeza.
—Claro que no. ¡Te amara, tontita! —lo veo beber de su bebida.
Asiento poco convencida, si supiera la mierda que arrastró conmigo no dejaría que su hijo saliese con alguien como yo. Mierda. Tranquila Lina, todo estará bien.
Volvemos a retomar nuestra comida y charlamos de cosas triviales. De paso Isaac me cuenta alguna que otra de sus historias como boxeador, sus primeras peleas y todo ese rollo. Podría escribir un libro, se los aseguró.
(...)
El auto es estacionado frente a la casa de Clive, quite el cinturón de seguridad.
—¿Qué te parece si mañana cenamos en mi casa y ya conoces a mi madre? —propone con una hermosa sonrisa.
¿Y quién podría decirle que no cuando sonríe así?
Puff, nadie y yo no soy la excepción.
—Me encantaría —acepté.
—Genial —dice y se acerca a mí para besar mis labios.
Llevé mis manos a su cuello y lo acerqué más a mí. Sus manos rodearon mi cintura acercándome aún más.
Su lengua ávida invadió mi boca y comenzó una batalla con la mía. Quien gustosa aceptó el reto y terminó perdiendo.
El beso se fue intensificando que de un momento a otro estaba sentada sobre su regazo, sus manos recorrían mi espalda baja, mientras las mías acariciaban el cabello de su nuca.
Pero todo se fue al demonio en cuanto una de sus manos se coló en mi blusa y recuerdos que no quisiera que regresarán me atacaron.
¡Él no es Kirk!
Me dije a mí misma intentando ahuyentar esos recuerdos.
Pero no me fue posible y más cuando una de sus manos acarició uno de mis pechos. Demonios.
Me separé de él de golpe, pude ver el desconcierto en sus ojos. Carajo.
—No puedo —solté con la respiración entre cortada y con unas inmensas ganas de llorar.
Tranquila Lin, solo respira, Isaac no es Kirk. Él jamás haría algo para herirte, lo sabés.
—Entiendo —dice al cabo de unos segundos—, No debí hacer nada, lo siento Pecas —había arrepentimiento en el tono de su voz—. No estas lista para tu primera vez, sé que eso es importante y quizá me he dejado llevar por la calentura del momento y no he pensado en lo que podrías sentir, perdóname por ser un idiota —asegura convencido.
Joder. Si supieras que no es eso, si supieras. ¿Sentirías asco de mí?
—Es momento de que entre —susurre, para que no note mis ganas de llorar.
Besa mis labios y asiente.
—No olvides la cena de mañana —sonríe.
—No lo olvidaré —prometí y bajé del auto.
Lo vi alejarse y me sentí miserable. Cuando se entere de la verdad no sé como lo tomará y tampoco quiero saberlo aún. Tape mi rostro con mi manos, si supieras lo jodida que estoy.
(...)
¡Hola! ¡Hola! ¿Cómo están? Espero que bien :3 Sé que demore un poco con el capítulo, pero aquí lo tienen ^^ El domingo publicaré otro :3
Capítulo intenso ;-; Ahora se viene lo bueno cielines :3 Prepárense para saber bien la historia de Lina más por completo.
Espero sus ☆ Sus comentarios ♡
Sus opiniones hacia el capítulo ♡
Grupo de Facebook: Lectores Vicky (Wattpad)
Vamos pasen por allí.
¿Quieren que les suba el reto que me tocó en la segunda fase? Les dejaré captura de que consistía el reto :3
Les mandó un abrazo enorme :3
—Vicky—
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