Ventisette.

Ventisette:

[Isaac]

¡Diablos! Estoy tan molesto, joder. Creo que jamás había maldecido tanto en mi vida como hoy, sus palabras no dejan de rondar mi mente.

Ni la maldita música logra que dejé de oírlas y eso me enfurece todavía  más.

¡Sí, me fui! ¡La dejé sola cuando más me necesitaba! Y no, no fue por cobarde que lo hice. Sino porque la furia comenzaba a dominarme, escuchar esas cosas. Saber la mierda por la que había pasado, era peor que imaginarlo.

¡Perdí la puta cabeza! Y peor fue saber quien la hizo pasar por toda esa mierda, Kirk Marshall.

Sabía que clase de escoria era ese hijo de puta, pero enterarme que había dañado a Pecas me ponía como loco de la rabia.

Por eso me fui, necesitaba desquitar todo esto con el saco. Si no lo hacía perdería la cabeza y no quise decirle a ella que haría. Mierda.

Golpeó con más fuerza de la necesaria al saco frente a mí y me dejo embriagar por la letra de Make me wanna die de The Prettie Reckless.

Cantó a todo pulmón y no dejó de asestar golpe tras golpe.

«También abusó de mí, Isaac »

«Su nombre es Kirk Marshall »

¡Maldita sea! Escuchar esas palabras fue como si me echasen encima un balde de agua helada, fue como un puñetazo en el abdomen. No quiero ni imaginar cuantas veces le suplicó para que no la dañase, ni cuantas lágrimas derramó mientras la tomaba a la fuerza. Esta es la peor tortura a la que pueden someterme, imaginar la mierda que debió pasar. Demonios. Mi bestia interior pide a gritos acabar con ese cabrón y estoy a nada de concederle lo que desea. Carajo.

Debe creer que siento asco hacia ella, porque me he ido de esa forma. ¡Joder contigo Isaac!

Realmente eres un imbécil, debiste quedarte con ella, colega. ¡Has huido como un puto cobarde!

No estoy para tus sermones, ¿vale? Y no me quedaba otra opción, no podía seguir encerrado en el apartamento. Menos cuando estaba tan molesto al enterarme quien la dañó tanto, demonios. ¡Me siento un maldito inútil! Siento una impotencia terrible por saber todo lo que ha sufrido y no haberle salvado de todo eso.

Aún no le conocías y esta claro que no podías hacer nada.

Tienes razón, pero conocía al cabrón de Marshall. Podía haber hecho algo contra él, pude hacerle pagar sus crímenes. ¡Maldición! Quizás pude haber hecho la diferencia, no lo sé.

La música retumba en todo el lugar, pero aún así no me impide escuchar los pasos de alguien. No necesito darme la vuelta para saber de quien se trata, sin dejar de golpear el saco espeto:

—Lárgate Brant, quiero estar sólo —tal vez no debería tratarle de esa manera, solo tal vez.

Su risa no tarda en oírse.

—¿Me echas de mi propio gimnasio Blaire? —pregunta fingiendo estar dolido e indignado.

Vuelvo a dar otro golpe al saco.

—Sí, quiero estar sólo —gruño.

Su risa se vuelve a escuchar.

—Lamentó decepcionarte idiota, pero no me iré —asegura—. Y menos cuando una dulce jovencita llamó preocupada porque el imbécil con el que esta saliendo se ha ido sin decir a donde y la ha dejado sola —hay diversión en su tono de voz.

Volteó a verle y frunciendo mi ceño.

—¿Sabías lo de Marshall, cierto? ¿Por eso lo de tu advertencia el otro día? —intento estar calmado y no perder la poca cordura que me queda. Josh por su parte asiente y yo río con amargura—, ¿Cuándo ibas a decirlo? ¡¿Cuándo joder?! —elevó mi voz, estaba cegado por la irá—. ¡Dime! ¿Cuándo él estuviese frente a ella? ¿Cuándo la volviese a dañar? ¡¿Ibas a decirlo en ese momento?! —exigí saber, me había ocultado algo importante. Sabía la puta razón por la cual el cabrón de Kirk estaba merodeando por el gimnasio. ¡Y jamás me lo dijo!

Quite los guantes de mis manos y luego las vendas. Tiré de mi cabello, estaba tan frustrado y molesto por todo esto.

Me senté en uno de los bancos y oculte mi rostro entre mis manos. Josh no se hizo esperar y se sentó a mi lado. Le oí suspirar.

—Clive me pidió que no te lo contase, no aún —susurra—. Él sabe que conoces a Kirk y pensó que no era momento de que supieras sobre lo que le hizo a Lina —comenta mientras su vista esta puesta en algún lugar del gimnasio.

—Quiero buscarle y matarle con mis propias manos—confieso con demasiada rabia en cada palabra—, Estoy tan molesto, pero no sólo eso. Pensarás que es de maricas, pero siento unas inmensas ganas de llorar —susurro—. Quiero hacerlo porque me siento impotente, saber todo lo que le sucedió, me jode. ¿Entiendes? Quiero matar al hijo de puta que se atrevió a dañarla, porque la quiero. Porque se ha vuelto importante para mí y deseo protegerla —me sincero, jamás he dicho tanta cursilería junta como en este momento.

Su mano aprieta mi hombro derecho en un gesto reconfortante.

—Llorar por la chica que quieres no te hace menos hombre, Isaac —comenta con tranquilidad—. Te hace alguien de admirar pequeña bestia, no todos son capaces de proteger a quien quieren —una sonrisa se desliza por su rostro.

Niego con frenesí mi cabeza.

—No la he protegido de nada —susurro—. Pero quiero hacerlo, no quiero que vuelvan a lastimarle jamás. Ella es importante para mí y haré todo lo que este a mi alcance para hacerle la mujer más feliz del maldito mundo —una sonrisa se adueña de mi rostro en cuanto terminó de decir aquello.

Y no mentía, quería cumplir cada una de esas palabras y hacerla feliz. Porque deseaba con todas mis fuerzas hacerle olvidar toda esa mierda y que sintiera al menos la mitad de lo que yo siento por ella.

Veo como Josh se levanta de su lugar.

—Es hora de que regreses a casa y tengas la cabeza en la pelea —me advierte—. Te quiero concentrado Blaire, esta pelea es importante y si la ganas pasarás a las finales del Campeonato —asevera.

No puedo evitar sonreír con arrogancia.

—Sabes perfectamente Brant que ganaría la pelea aún con una mano atada a la espalda, nunca dudes de mis habilidades, capullo —ahí estaba mi parte hija de puta reluciendo.

—Eso espero niñato —me apunta con su dedo índice—. Ahora levanta tu trasero y vete a casa —me ordena.

Por mi parte ruedo los ojos y me levanto para irme. Era tarde ya y yo había entrado al gimnasio sin permiso de nadie. Pero es culpa de Josh por haberme dado una copia de la llave del lugar, por eso he podido entrar sin problemas.

Tomo mis cosas y camino a las duchas. Necesito un relajante baño antes de regresar a casa y enfrentar a Pecas -que debe estar pensando lo peor de mí-, suelto un suspiro cansino.

(...)

Guardo el auto en el estacionamiento del edificio y luego camino hacia el ascensor. Presionó el botón para mi piso y espero a que llegué a destino. Me siento nervioso hasta la mierda y no puedo evitar demostrar cuanto.

Las puertas del ascensor se abren y salgo para caminar hasta la puerta de mi hogar. Me quedó parado frente a esta mientras intento darme valor, joder. Apoyo mi frente en la misma y tomo una gran bocanada de aire.

No temes enfrentarte a tipos que parecen mastodontes de grandes, ¿pero no puedes enfrentar a Pecas?

Se mofa de mí, maldita consciencia.

Esto es diferente, muy diferente.

¡No seas tan cobarde, Blaire! Entra de una puta vez y enfrenta lo que se viene imbécil. Me aliento y tal parece que funciona. Ya que colocó la llave en la cerradura y entro en el lugar.

Mi tía se aproxima a mí y me rodea con sus brazos. Ni tiempo a reaccionar he tenido, con Madison siempre es así.

—Me alegra saber que estas bien —hay alivio en su tono de voz—, Ella se ha quedado dormida en tu habitación, yo debo irme —me explica mientras se separa de mí—. Cuídale y no seas un cabrón con ella, te quiere aunque no lo diga —me advierte y luego deposita un beso en mi mejilla. La veo irse cerrando la puerta de entrada tras ella.

Dejo mi bolso sobre el sofá y camino a mi habitación. Mi corazón late con frenesí dentro de mi pecho y eso es alarmante. Mierda. 

Apenas cruzó el umbral me quedó embobado viéndola dormir, se ve como un ángel. Una sonrisa se desliza por mi rostro sin poder evitarlo. Esta en paz, tal parece que los malos recuerdos no la abordan esta noche.

Quitó mi camiseta y busco en mi armario un pantalón de dormir. Tiró mis jeans a algún lugar de la habitación y me colocó mi ropa para dormir.

Me recuesto bajo las sábanas y me acerco a su pequeño cuerpo. Rodeó con mi brazo su cintura y la acercó más a mí. Aspiro su aroma a frutos tropicales y me dejo embriagar por el. Una de sus manos aprieta la mía y entiendo que no está dormida.

—Me alegra saber que estas bien —admite en un susurro.

Depósito un pequeño beso en su cuello.

—¿Te he despertado? —pregunté.

Ella niega con su cabeza

—Te quiero, Isaac —dice de sopetón y no puedo evitar que mi pecho se infle con orgullo por esas palabras.

Una sonrisa se adueña de mi rostro y por estúpido que suene, me siento el cabrón más afortunado de todos después de oír esas palabras.

—No más de lo que yo te quiero a ti, amor —susurre y dejé muchos besos en su cuello.

Y no mentía al decirlo, más que quererla la adoraba con locura y eso no cambiaría jamás.

(...)

¡Hola! ¡Hola! ¿Cómo estáis? Espero que bien :3 Espero os guste el capítulo ^^ Y como prometí actualicé hoy 💕

Espero sus ☆ Sus comentarios ♡
Sus opiniones hacia el capítulo ♡

Esto de invocar a los lectores fantasmas viene funcionando XD así que... ¡Yo os invocó lectores fantasmas! ¡Sigan dando señales de vida! Jajaja Os amo

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Subí adelantos del capítulo de hoy ;-; Así que haré lo mismo con los que sigan :3

Si tienen dudas, preguntas lo que sea no dudéis en hacerlas y os prometo que os responderé todo 💕

Os mandó un abrazo enorme 💜

Nos leemos sábado o domingo cielines 😙

—Vicky—

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