Trentuno.

Trentuno:

[Lina]

Pasado...

Me acomodó en el sofá y observé el techo de la habitación. El carraspeo de Lance me obliga a verle, suelto un suspiro.

—Vuelve a repetir la pregunta, por favor —pido y regresó mi vista al techo.

Sé que ha preguntado algo, pero lo he pasado de largo y le he ignorado por completo. Puede que le moleste mi falta de comunicación y mi poco interés por contarle lo que siento. Pero me da igual, no me apetece seguir recordando cosas que estan en el pasado o que deberían estarlo.

Han pasado dos meses, no es nada en comparación a los dos años que viví junto a Kirk. Pero es el tiempo suficiente para empezar de cero e intentar dejar atrás toda esa mierda.

Aunque las pesadillas no me la dejan fácil, cada maldita noche regresó a ese infierno. Soy transportada a la primera vez que abusó de mí, despierto asustada y hasta creo verle en la oscuridad de la habitación. Diablos.

—¿Cómo te está yendo en tus clases? ¿Has hecho amigos? —pregunta mientras anota cosas en su libreta.

Estoy cursando mis dos últimos años de Instituto, para así poder el próximo semestre comenzar con tranquilidad la Universidad. Al menos mi padre me había dado la oportunidad de estudiar antes de usarme como paga de esa deuda de mierda y logre avanzar los cursos.

Respire con profundidad.

—Me va bien—respondo con un encogimiento de hombros—. Y no me interesa hacer amigos, con Madison es más que suficiente —expliqué el porque no tengo amigos o más bien es una excusa para no tener que interactuar con mis compañeros y que sepan la verdad.

Cada vez que me ven, es como si supiesen lo que pasé. Es como si me juzgarán por no juntarme con ellos, como si supieran toda la mierda que arrastró conmigo. Saben que soy mercancía rota y por eso no se acercan a mí, muy en el fondo lo presienten.

Recuerdo cuando uno de mis compañeros tocó mi hombro para llamar mi atención y algunos de los malos recuerdos me asaltaron. Ese día tuvieron que llamar a Clive, me dio una crisis nerviosa sólo porque tocaron mi hombro. ¿Entienden lo grave del asunto? Sólo me tocó por un segundo y todo mi autocontrol se fue por el puto caño.

Desde entonces me miran diferente y es por eso que prefiero no hablarles, mantenter distancia es lo mejor.

—Clive me comentó lo de las pesadillas. ¿Quieres que hablemos de eso? ¿O quieres contarme porque no quieres hacer amigos? —pregunta con esa tranquilidad que le caracteriza y que suele molestarme bastante.

Sonreí con amargura.

—Clive debería dejar de contarte las cosas que me suceden —le espeto con molestia—. Y no me apetece hacer amigos, ellos me miran como si supieran todo y eso no me agrada —admití en un susurro.

Siento que cierra su cuaderno de golpe y me mira algo molesto. Se levanta de su asiento y se acuclilla frente a mí.

—¿Te has dado cuenta del retroceso que has tenido desde la primera sesión? —intenta hablar calmado, pero se nota que esta molesto—, Clive me cuenta las cosas porque quiere que mejores, Madison también lo desea, yo deseo que mejores también —explica—, Pero no me lo dejas fácil Lina, te cierras y eso es lo que no quiero que hagas. Quiero que vengas y me cuentes todo. Hasta lo más mínimo de tu día, porque me importa que mejores. Me importas, pero si no me dejas que te ayudé, no podré hacerlo —se aprieta el puente de la nariz, lo veo levantarse y caminar a la puerta—. Vete a casa, nos vemos en la próxima sesión —pide y me hace sentir una idiota. Cosa que soy y no puedo negar.

Muerdo mi labio inferior con fuerza.

—Cada vez que despierto luego de una pesadilla, creo verle en la oscuridad de la habitación —un nudo se instala en mi garganta en cuanto suelto esas palabras—. Pero lo que más miedo me da es recordar su promesa y temo que la cumpla —acercó mis piernas a mi pecho y sollozo. Quería escuchar lo que me sucede, bien. Escuchará toda la mierda que tengo para decir y es bastante lo que acarreó conmigo.

Siento sus pasos acercarse a mí, luego una de sus manos acaricia mi cabello.

—Él no volverá a dañarte —promete.

Y sin poder evitarlo me aferró a esa promesa.

Presente...

Siento que alguien besa mi espalda desnuda y luego como dibuja cosas imaginarias con sus dedos. Sonrío sin poder evitarlo y disfrutó de sus caricias mientras intentó volver a dormirme.

Pero mi intento es interrumpido cuando el lóbulo de mi oreja izquierda es atrapado por sus dientes.

Pecas muero de hambre, necesito que te levantes y me acompañes a preparar el desayuno —ronronea con voz seductora.

Suelto una risa por su intento de levantarme.

—No necesitas mi ayuda, Blaire —le espeto divertida y me acurruco más entre las sábanas—. El desayuno es tarea fácil —me mofó suyo.

Suelta un bufido.

—Corrí siete kilómetros hoy, me he duchado y ahora quiero desayunar con mi chica —se queja como un niño pequeño.

Josh le sumó dos kilómetros más a su recorrido matutino, hace unos días.

Me acomodó boca arriba y observó sus hermosos ojos azules, esos que me traen loca.

—Vale, pero yo preparare el desayuno; tengo algo planeado —sonreí y deposite un beso en sus labios.

Una sonrisa se adueñó de los suyos.

—Eres la mujer perfecta y eres mía —comenta con orgullo.

No puedo evitar rodar los ojos, quitó las mantas de mi cuerpo y busco una de sus camisetas para usarla. Me colocó mis bragas y caminó fuera de la habitación.

Acaricio la cabeza de Aquiles a modo de saludo y ambos nos encaminamos hasta la cocina.

(...)

Dejó un tazón enorme de frutas frente a él, luego otro de cereales y leche. Y para rematar un extraño licuado con muchos nutrientes y proteínas.

Lo veo alzar una de sus cejas.

—¿Todo esto es para mí? —pregunta con una sonrisa.

Asiento.

—Leí en Internet de casualidad —suspiro en cuanto veo su gesto de: "no te creo una mierda"—, Vale, investigue —admití a regañadientes—. Quería saber que podía hacer para ti y que fuera saludable por el boxeo. Así que esto es todo para ti y debes comerlo completo —dejé un casto beso en sus labios y me senté en uno de los taburetes para disfrutar de mi desayuno.

Para mí había preparado café, huevos y tocino. Delicioso. ¿Qué? Yo no necesito proteínas y nada de eso.

Isaac disfruta con una gran sonrisa de su desayuno y eso hace que mi pecho se infle de orgullo. Yo he logrado esa sonrisa y eso me encanta.

Lo veo llevar una cucharada de cereales y leche a sus labios, luego traga para poder hablar:

—¿Te apetece ir a ver una película? —pregunta en tono casual, como quien no quiere la cosa—. Hoy es domingo, no tengo que ir al gimnasio sino es hasta mañana. Tenemos el día para nosotros y debo admitir que tengo demasiadas ganas de ver una película que se ha estrenado hace muy poco —admite y bebe de su licuado. Hace una mueca de asco en cuanto siente el sabor, debe saber horrible.

Le doy un sorbo a mi taza de café.

—¿Qué película quieres ver? —pregunto con curiosidad.

Lo veo sonreír como un niño al que le acaban de dar un dulce.

—Que bueno que lo preguntas, iremos a ver la Liga de la Justicia, cariño —deja un sonoro beso en mi mejilla.

No puedo evitar soltar una pequeña risa, ya me imaginaba que podía ser esa. Ha pasado los últimos días hablando de ella y por eso no me sorprende que aproveche este día libre para ir a verla.

Terminamos nuestro desayuno entre risas, él se encargó de lavar las cosas y yo aproveché a darme una relajante ducha -ducha que fue interrumpida por Isaac y terminamos duchandonos juntos-.

(...)

Caminamos en dirección a su auto, su mano y la mía están entrelazadas. En mi estómago el revoloteo de las mariposas no se hace esperar y no puedo evitar que mis mejillas se tornen rojizas.

La película había sido increíble e Isaac parecía un niño viéndola. Realmente ama esas cosas y yo sólo puedo disfrutar de verle tan feliz.

—¿Te apetece ir a cenar o vamos al apartamento y cenas otra cosa? —pregunta moviendo sus cejas de arriba hacia abajo, de manera sugerente.

No pude evitar reír y golpear su pecho.

—Eres un idiota —le regaño.

Él por su parte rodea mi cintura con sus manos y me acerca más a su cuerpo

—Pero así me amas, ¿o no? —deja besos por todo mi rostro.

Comienzo a reír a carcajada sin poder evitarlo, amaba esa faceta suya.

Nuestro momento se ve interrumpido cuando mi móvil comienza a sonar, genial. Lo sacó del bolsillo trasero de mis jeans, veo que es de un número desconocido. ¿Quién será?

Deslizó mi dedo por la pantalla y llevó el aparato a mi oído.

—¿Hola? —contestó.

Mi corazón se detiene en cuanto su risa llena el auricular, demonios.

Pequeña mía. ¿Cuántas veces debo decirte que me perteneces? ¿Cuándo entenderás que nadie más que yo puede tocarte? —pregunta con sorna y mi cuerpo entero tiembla.

Isaac nota mi cambio de inmediato.

—¿Quién es? —intenta saber, pero no puedo responder. Ninguna palabra sale de mis labios y el miedo comienza a adueñarse de mí.

La risa de Kirk vuelve a escucharse.

Vamos cariño, dile quien habla a ese cabrón. Dile que no puede volver a tocarte, porque si lo vuelve a hacer será lo último que haga. ¿Quieres que lo mate? ¿Eso quieres? Porque no me estas dejando más opciones amor, sigues con él. Sabiendo que puedo perder la cabeza y enviarle bajo tierra —amenaza.

Una lágrima baja por mi mejilla.

—No le hagas daño, por favor—suplique y él vuelve a reír.

Pero me quedó de piedra en cuanto Isaac me quita el móvil y se lo lleva a su oído.

—He tenido suficiente de ti hijo de puta —espeta con toda la cólera—, ¿La amenazas para que regresé contigo? —inquiere—. Vuelve a llamarla y juro que te buscaré para partirte la cara. No busques tocarme los cojones Marshall, déjala en paz. Ella tiene quien la proteja de ti cabrón y ya no puedes ponerle un dedo encima —le advierte en un tono amenazante.

No espera respuesta de su parte y corta la llamada. Luego tira de su cabello con frustración, nervioso por lo sucedido hace unos segundos.

Camina de un lado a otro por el estacionamiento, por mi parte estoy quieta en mi lugar asustada hasta la mierda. Temo que cumpla su promesa y le lastime, eso no me lo perdonaría jamás.

No sé en que momento ha sacado su móvil, pero veo que lo tiene pegado a su oído.

—¿Podrías conseguir a alguien de confianza que cuide de Pecas? —le pregunta a alguien, se escucha un silencio—. Bien, gracias abuelo —susurra aliviado y agradece a la persona del otro lado de la línea.

Marca otro número.

—La llamó a su móvil —dice sin tapujos—, Díselo a Clive—pide—, No haré nada estúpido, papá —réplica—, La llevaré a la mansión, va a estar más cuidada ahí. Dile a mamá. ¿Puedes hacer eso?—aprieta el puente de su nariz—. Te dije que no haré nada estúpido, Ethan. ¿No escuchaste o debo repetirlo? —le espeta, lo veo negar con la cabeza algo molesto—, ¿Puedes hacer lo que he pedido? —pregunta y se oye un silencio—. Bien, en quince minutos la dejaré en la mansión. Adiós —se despide.

Guarda su móvil en su cazadora y saca un cigarrillo. Lo lleva a sus labios y lo enciende. Esta nervioso, demonios. Me acerco con cautela a él y lo abrazó por la espalda.

Apoyo mi cabeza en el.

—¿Qué vas a hacer? —pregunté temiendo por su respuesta.

Siento como suelta el humo.

—Primero llevarte a un lugar seguro, no hay mejor lugar que la Mansión de mis padres —explica y se da vuelta para verme, tomando mi rostro entre sus manos—. No va a ponerte un dedo encima, ¿vale? —besa mi frente con suavidad.

Cierro mis ojos y escondo mi cabeza en su pecho

—¿Adónde irás tú? —pregunté y temía que hiciese algo estúpido, le conozco, es capaz de ello y más.

Su risa hizo vibrar su pecho.

—Estas igual que Ethan, no haré nada estúpido Pecas —promete—. Sólo necesito desquitar este maldito enojo y el único lugar en donde puedo hacerlo es en el gimnasio —me abraza más a su cuerpo—, Mi bestia esta pidiendo a gritos destrozar algo y lo único a mi alcance, es un saco de boxeo —admite.

Asiento sin abandonar mi escondite, con él a mi lado me sentia protegida. Pero eso no quitaba el miedo que sentía de que Kirk le hiciera daño, temía perderle.

(...)

¡Hola! ¡Hola! ¿Cómo estáis? Espero que bien 😙 Aquí tenéis un nuevo capítulo :3 Espero os guste cielines ^^ Bastante intenso ;-; Maldito Kirk...

Espero sus ☆ Sus comentarios ♡
Sus opiniones hacia el capítulo ♡

Grupo de Facebook: Lectores Vicky (Wattpad)

Vamos no seáis tímidos y pasen al grupo 💕 Me gustaría muchísimo compartir cosas con vosotras, imágenes y eso :3 Me hace mucha ilusión.

Lectores fantasmas den señales de vida por favor :3 jaja

Os amo 💕

Os mandó un abrazo enorme 😍

—Vicky—

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top