Diciasette.

Diciasette:

[Isaac]

Me removi en la cama, mientras un sonido que no lograba identificar estaba perturbando mi preciado sueño. Joder. ¿A quién demonios se lo ocurre llamarme a esta hora? ¡Alto! ¿Qué hora es?

Me siento en mi cama y paso mis manos en mi rostro. Luego intento acostumbrarme a la oscuridad que me rodea. ¿Qué jodidos?

El sonido de mi puto móvil sigue retumbando en la habitación, lo busco a tientas en la mesilla de noche. Cuando doy con él, miro la hora. ¡Son las cinco de la madrugada, demonios! ¿A quién se le ocurre llamarme a esta maldita hora? Veo en el identificador de llamadas que se trata de Josh y quiero asesinarle.

Deslizó mi dedo en la pantalla y llevo al maldito aparato a mi oído.

—Espero que me llames por una buena razón —gruño, mi mal humor matutino haciéndose presente.

Su risa no tardó en llenar el auricular.

—Buenos días para ti también princesa —bromea y volvió a reírse. Capullo—. Ahora levanta tu bello trasero de la cama y corre los cinco malditos kilómetros que deberás correr de ahora en adelante —me ordena y les puedo jurar que tiene una gran sonrisa en su rostro en este momento. Ama torturarme y esta es una de sus favoritas.

—¿Es parte del nuevo entrenamiento? —pregunté, pero no necesitaba que respondiera, ya sabía la respuesta.

—Te advertí que ahora sería más pesado el entrenamiento, Blaire —me recuerda—. Espero que ya estés comenzando a correr los cinco kilómetros —dice divertido y yo ruedo los ojos aunque sé que no puede verme.

—Claro —ironice— No sabes el entusiasmo con el que estoy corriendo Brant, nos vemos luego capullo —dije y colgué la llamada, sin darle tiempo a regañarme. Carajo.

Me levanté de un salto de mi cama y busqué mi ropa de correr. Me vestí rápidamente, tomé mi móvil, los auriculares y bajé a toda velocidad en busca de Aquiles. Necesitaba su compañía en esta travesía.

Pasé por mi botella de agua a la cocina y salí a correr junto a Aquiles. Coloqué los auriculares en mis orejas y dejé que la melodía de Secrets de One Republic me deleitara.

Imágenes de mi beso con Pecas me invadieron y sin poder evitarlo una gran sonrisa se apoderó de mi rostro. Ahora me esperaban unos largos cinco kilómetros por reccorer y pensar en esa chica hermosa, que comenzaba a volverme loco.

(...)

Levanté las pesas, ya casi acababa la primera parte de mi nueva rutina de entrenamiento y para así poder seguir con el resto de cosas que Josh quería que hiciese.

Tenía tiempo de sobra para entrenar, así luego pasar por Pecas e ir al cine. No sé como lo tomará Amber, se supone que sería una salida de hermanos. Y ahora no sería así, vendría alguien más con nosotros.

Mientras seguía levantando las pesas comencé a tararear la letra de Moving On de Asking Alexandria, realmente amaba esa jodida canción.

Sentí que alguien quitaba un auricular de mi oído, dejé las pesas y miré a la persona que se encontraba junto a mí. Andrew.

—¿Qué haces? —espete con el ceño fruncido.

Lo veo arquear una ceja divertido.

—¿Qué hago? —pregunta irónico—. Quiero saber que paso anoche contigo y Lina. Soy tu mejor amigo y quiero saberlo todo —me miró expectante por mi respuesta.

—No hay nada que saber, idiota —respondí y volví a levantar las pesas—, Con seguridad Madison ya lo sabe y si ella lo sabe —dije dando una pausa a mi diatriba y bajando las pesas—. Tú también lo sabes —añadí.

—Pero quiero escucharlo de tus labios —réplica.

Solté un bufido.

—Bien, la besé. ¿Feliz? —pregunté rodando mis ojos.

—¡Por supuesto! —chilla—. Espero sean felices y coman perdices —se ríe el idiota.

—Ya lárgate y déjame entrenar en paz —pedí.

Lo veo asentir con su cabeza y alejarse a correr en una de las corredoras. Yo dejó a un lado las pesas y me dirijo a comenzar mis veinte minutos en la bicicleta estacionaria.

(...)

Luego de la bicicleta, le siguió treinta minutos de trote. Diez minutos de cuerda y ahora lo que más me gustaba diez minutos de saco de boxeo. Que estaba más claro que el agua que serían más de diez minutos y Josh acabaría cabreado por eso. ¿Me importa? Por supuesto que no, me afecta muy poco sus berrinches.

Coloqué las vendas en mis manos y luego los guantes. Caminé hacia el saco más cercano y comienzo a darle golpes suaves. Me deleitó escuchando a Metallica y con bastante entusiasmo golpeó con más fuerzas el saco.

El rostro de Pecas aparece en mi mente y no puedo evitar sonreír. Demonios. Esa chica es la dueña de todos mis pensamientos, debía admitirlo.

Y no le mentí al decir aquellas palabras, realemnte quiero protegerle de lo que sea. Y por sobre todo la quiero sólo para mí, soy muy egoísta lo sé. Pero deseo que sea así y llamenme imbécil.

La mano de alguien en mi hombro me regresa a la realidad, volteó y veo a Josh. Quitó mis auriculares y me dispongo a oír lo que sea que dirá.

—Ya puedes irte Blaire, debes descansar —ordena—, En menos de un mes tenemos una pelea importante y te quiero listo —dice con seriedad, por mi parte asiento—. Y por favor dile a Lina que te haga sonreír así más seguido —me mira divertido. Andrew no puede mantenter su boca cerrada.

—¡Vete a la mierda, Brant! —espete con diversión, enseñándole mi dedo corazón.

—Ya lárgate Blaire, nos vemos el lunes —vuelve a ordenarme y se va.

Quito mis guantes y luego las vendas. Camino hacia mi bolso y después a las duchas, aunque no lo crean necesito una con urgencia.

(...)

Estaciono el auto frente a la casa de mi abuela y luego miro a mi hermana.

—¿Estas segura que no te molesta que Pecas venga con nosotros? Porque si no te gusta la idea, puedo cancelar e iremos nosotros dos —le volví a preguntar. Aunque me haya dicho que le gustaba la idea, puede que cambiará de parecer en el camino hacia aquí.

—Ya dije que no hay problema —responde en un tono cabreado.

Niego con la cabeza divertido, es demasiado temperamental.

Bajé y corrí hacia la puerta de entrada. Toqué el timbre y esperé a que alguien saliese. Me quedé boquiabierto cuando ella abrió, se veía preciosa.

¿Quieres una servilleta para la baba campeón?

Tú, ni opines.

La observé a detalle, llevaba un jean azul ajustado. Una blusa suelta de color blanco y una cazadora de color negro. Su cabello estaba suelto. Cualquier cosa que usase le quedaba perfecto, ella era perfecta. Carajo, he olvidado de hasta de como se respira.

—¿Nos vamos? —pregunta con timidez.

Asentí y ambos caminamos hacia el auto. Hice sentar a Amber en los asientos traseros y a Pecas en el asiento del copiloto. Encendí el motor y puse marcha hacia el cine. Íbamos en silencio, pero no  era uno incómodo; puedo asegurar que no.

—¿Eres la novia de mi hermano? Porque eres muy hermosa, además Isaac no ha dejado de hablar de ti y se nota que le gustas mucho —pregunta Amber rompiendo el silencio. ¿De verdad ha dicho todo eso?

—Enana te he dicho que somos amigos —me quejó, avergonzado de sus recientes palabras.

No tenía pelos en la lengua, de eso seguro.

—Claro y yo soy Santa —dice con sarcasmo.

Esta pequeña se las sabe todas y sólo tiene cinco jodidos años. Y sí, ya descubrió que Santa no es real. Que en realidad son nuestros padres y mucho no le afectó.

Pecas suelta una risa por la contestación de Amber, me espera una larga velada. Veo que estas dos se llevarán mejor de lo esperado.

(...)



¡Hola! Aquí os dejó otro capítulo :3 ¿Me amais cierto? He actualizado dos veces hoy :3 Estaba bastante inspirada ^^ Espero os guste este capítulo :3

Espero sus ☆ Sus comentarios ♡
Sus opiniones hacia el capítulo ♡

Os mandó un abrazo enorme :3

Vicky


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