EPÍLOGO
❝EPÍLOGO❞
En primavera, cuando todo parecía florecer hermosamente, menos con los corazones de aquellos tres jóvenes, los cuales se encontraban sufriendo por aquel triángulo amoroso, fue cuando decidieron alejarse. Tomaron la sana decisión de separar sus caminos -a excepción de Jungkook y Jimin- y ahora la nieve caía, incesante, cubriendo de blanco la ciudad. El tiempo había seguido su curso, sin detenerse en absoluto por más que hayan tocado fondo.
Estaba a punto de cumplirse un año de lo sucedido. Desde entonces, Jungkook sólo quería olvidar por completo los últimos dos años. Quería desaparecer todo el dolor, que la horrible presión con la que cargaba en su pecho se desvaneciera porque ya no podía con aquella lucha interna. Pues, sentía que hasta había una tormenta en lo intangible de su alma.
Jungkook sabía que ya no podía seguir así, que necesitaba volver a estar bien, por lo que inició un tortuoso proceso de sanación, sabiendo que hasta que lograra sanar, sus heridas seguirían sangrando cada vez que recordara todo lo que había logrado herirlo.
Era de tarde y Jungkook se encontraba en un restaurante, en un espacio privado. Se aferraba a su chaqueta por más que allí no hacía frío, al contrario, era un lugar cálido, lo cual agradecía, ya que antes de entrar sintió cómo el frío calaba hasta sus huesos por más que estuviese bien abrigado.
Pero suponía que no se encontraba de esa manera tan sólo por el frío, sino porque los nervios, la ansiedad, eran parte de él. Movía su pierna incontrolablemente, revisando la hora en su celular, como también el hecho de si llegaba a recibir un mensaje. Esperaba que no haya tomado la decisión de cancelarle, aunque la voz en su cabeza le decía que era lo más seguro. Suponía que debía entenderlo si eso llegase a suceder, porque no era algo fácil lo que iba a pasar, pero sí estaba seguro de que era algo realmente necesario. Por más que los meses pasaron, que se sentía muchísimo mejor, tanto emocionalmente y psicológicamente, todavía había algo que lo inquietaba, y es que, necesitaba poder finalizar aquella situación con una buena conversación.
Soltó un suspiro de frustración al ver la hora de su celular, pues eran las 05:45 PM y habían quedado en verse a las 05:30 PM. La voz en su cabeza seguía diciéndole que debió habérselo esperado, pero es que él necesitaba hablar, aunque no sabía que sentiría al volver a encontrarse con aquellos orbes.
La desilusión lo golpeó y pensaba en si lo mejor era marcharse, pero la puerta se abrió, provocando que él sintiese cómo un escalofrío recorría su espina dorsal, tan sólo al pensar en voltear y enfrentar la situación. Jungkook, tragó con dificultad y se levantó sintiendo sus piernas flaquear al girar, encontrándose con aquella fémina que llevaba tanto tiempo sin ver.
Ella llevaba un gorro rosado, un tapado del mismo color, pantalón blanco y botas. Jungkook la vio quitarse el gorro y acomodar su cabello castaño que llevaba más largo, como también algo ondulado. Al ver su pálida piel con sus mejillas y punta de nariz sonrosadas, cómo sus ojos cafés se conectaban con los de él, sintió sus latidos acelerarse.
No sabía qué decir, parecía que había olvidado por completo cómo se hablaba, mientras que Goeun esperaba alguna reacción de su parte. Pero al notar que a pesar de que allí dentro no hacía frío, él seguía con aquella chaqueta negra que parecía que era el doble de su tamaño y su gorro del mismo color, arrugó levemente la frente. Pues, si la razón llegaba a ser por si lo veían, estaban completamente solos, sin que pudiesen llegar a fotografiarlos.
—Hola, Jungkook —decide hablar ella, al cabo de unos cuantos segundos al darse cuenta de que él parecía seguir sin reaccionar.
Jungkook sentía cómo parecía comenzar a dificultarle respirar, por lo que se quitó el gorro, sorprendiéndola cuando notó que había cortado su largo cabello ondulado. Ahora lo llevaba corto y liso, cayendo desordenado por su frente por lo que pasó sus dedos echándolo hacia atrás, para quitarse la chaqueta permitiendo que viese su suéter negro. Al acomodar la chaqueta sobre la silla, tomó una bocanada de aire, esperando que eso pudiese ayudar a que se relajase.
—Hola —su voz sale casi inaudible y la puerta volvió a abrirse, por lo que al ver a la camarera, carraspeó la garganta, fijando su mirada nuevamente en la castaña—. ¿Q-Quieres que ordenemos algo?
—Un café estaría bien.
Jungkook le señaló la silla, por lo que Goeun tomó asiento, intentando ignorar la tensión que comenzaba a formarse por más que la camarera se acercara a ellos para tomar su orden. Él decidió pedir también un café y la mujer se marchó, provocando que la castaña sintiese su estómago revolverse por los nervios.
Antes de llegar, se quedó en su coche por unos minutos, debatiéndose sobre si sería correcto entrar, porque sabía perfectamente que aquella tensión estaría presente, al igual que los recuerdos y los nervios. Pero era mucho más intenso de lo que había imaginado, porque no era nada fácil estar luego de tanto tiempo, frente a la persona que había destrozado su corazón.
Ella jugaba con sus manos, intentando mantener la calma y no seguir el impulso de marcharse.
—Por un momento...creí que...te habías arrepentido —comenta por lo bajo.
—Lo pensé demasiado.
—Lamento si sentiste que fui algo...insistente —menciona haciendo una mueca, antes de apoyar sus brazos en la mesa—. Creo que es necesario hablar, ya sabes...
—Darle por completo un cierre —habla conectando sus miradas, mientras él asiente presionando los labios por un momento.
Jungkook no era capaz de retenerle la mirada por más de unos segundos, por lo que acabó desviándola, pensando en cómo era posible que en casi un año pudiese verla tan cambiada. Y es que, estaba exactamente igual aunque con su cabello un poco más largo, pero había algo en ella que hacía que él la viese completamente distinta.
Después de pensarlo por varios segundos, volviendo a observar sus orbes cafés, sintiendo su corazón encogerse, se dio cuenta de que tan sólo se trataba de su mirada. Ya no había absolutamente nada que le hiciese sentirse especial, que le hiciese dar cuenta que aún tenía sentimientos por él. Y eso la hacía verla completamente distinta ante él.
—Tu cabello...
—¿Q-Qué tiene? —pregunta pasando rápidamente sus dedos por este para acomodarlo mejor.
—Me refiero a que está corto.
—Oh...eso. Me lo fui cortando de a poco, hasta dejarlo así hace apenas unos días —menciona haciendo una mueca.
—Creí que te lo dejarías largo más tiempo.
—Lo haría, pero como sabes, hace poco tiempo se enlistó Taehyung, y al haber acabado con mis proyectos, decidí que también llegó mi momento —informa sorprendiéndola—. Soy el único que falta y es también una de las razones por las que fui algo...insistente para vernos.
—Tranquilo, no lo fuiste —aclara por lo bajo.
—Bien. Sentía que no podía hacerlo sin hablar contigo.
Goeun desvió la mirada pensando en qué decir, pero la puerta se abrió, permitiendo ver cómo la misma mujer se acercaba con una bandeja y las tazas de cafés sobre esta. Ambos dirigieron su mirada a ella, observando cómo dejaba las tazas frente a ellos, lo cual le agradecieron antes de que se marchase.
La fémina podía notar con facilidad cómo él no era capaz de retenerle la mirada por más de dos segundos cuando lo atrapaba mirándola, lo que le hacía sentirse algo extrañada, ya que recordaba perfectamente que antes no era así. Al contrario, siempre era ella la que acababa desviándola, por no poder soportar la intensidad de sus orbes oscuros que provocaba que se estremeciera y acelerara sus latidos.
Pero ahora recordaba aquella última vez que lo vio, comprendiendo perfectamente el porqué parecía no ser capaz de mirarla por mucho tiempo. Ese era el mismo motivo por el que ella aceptó verlo, pero, simplemente, si lo hacían en un lugar público.
Eso había provocado que Jungkook sintiese un presión instalarse en su pecho al pensar que podría temerle, pero sabía perfectamente que eso era demasiado válido. Luego de cómo fue capaz de actuar, hasta él mismo se tuvo miedo. Se había decepcionado completamente de la persona que pareció convertirse a causa de sus celos, de sus inseguridades, de la ira que llevaba tiempo instalada en su pecho.
—Lo siento —musita cabizbaja, sorprendiéndola.
—¿Qué?
—Lo siento tanto, Goeun —dice con un ligero temblor en su voz, conectando sus miradas y traga con dificultad intentando retenerle la mirada—. Siquiera soy capaz de mirarte sin recordar lo que estuve a punto de hacer.
Goeun, al escucharlo, sintió cómo un escalofrío recorría su espina dorsal porque no podía evitar recordar esa noche. Aún podía escuchar la tormenta de esa noche, sentir la mano de Jungkook en su cuello y recordaba tan bien su mirada oscura que destilaba dolor, rencor y odio, lo que provocaba que sintiese su estómago revolverse.
Sabía perfectamente que aunque pasara el tiempo, aunque sanara sus heridas, sería algo que jamás podría ser capaz de olvidar cuando pensara en Jungkook y en la relación que tuvieron.
—Créeme que si hubiese alguna manera de volver el tiempo atrás, sin dudas, buscaría la forma de evitar todo lo que sucedió esa noche, todo lo que hice en nuestra relación —asegura por lo bajo—. Estaba tan jodido...
—Lo sé —musita desviando la mirada—. Creo que, de cierta manera, los tres lo estábamos.
—Cometí tantos errores...
—No fuiste el único.
—Todavía...algunas veces...pienso en lo mal que me comporté contigo —confiesa con voz débil a causa del nudo que se ha formado en su garganta—. Tú no te lo merecías para nada. Estoy tan arrepentido.
—También me arrepiento de muchas cosas.
—¿Te arrepientes de haber estado conmigo? —pregunta con temor mientras juega con sus manos, intentando así, liberar un poco la ansiedad. La observa con atención, buscando alguna respuesta aunque ella no lo mira y parece estar pensando en su pregunta—. Goeun...
—No —responde en un murmuro casi inaudible, conectando sus miradas, mientras Jungkook siente cómo disminuye la inquietud en su pecho.
—¿Puedo...puedo hacerte otra pregunta? —al verla asentir, se removió en el lugar como si estuviese debatiéndose sobre si hacerla o no, lo que despertó más la curiosidad de la fémina—. ¿Me amaste?
—¿Qué? ¿A qué...?
—Lo siento —musita sonriendo nervioso mientras masajea su nuca—. Nunca contestaste mis "te amo", es por eso que...yo...no sé. Hay veces en las que me pregunto porqué jamás los respondiste.
Goeun parecía seguir procesando sus palabras, lo que hacía que Jungkook se tensara aún más y se recriminara por habérselo preguntado. Era una duda que necesitaba desaparecer, pero a la misma vez, sabía perfectamente que aunque el tiempo haya pasado, su respuesta podría llegar a dolerle.
—Lo hice. Te amaba profundamente, al punto de cegarme por ti —responde segura de sus palabras, provocando que Jungkook sienta cómo la inquietud desaparecía por completo y su corazón parece sacudirse.
—Entonces, ¿por qué jamás me lo dijiste? ¿Por qué jamás me los respondiste?
—No lo sé. Creo que me sentía demasiado lastimada por ti y eso no me lo permitía —explica intentando no perderse en los recuerdos—. Pero sé que te amé más de lo que debía.
—Lo siento, Goeun —dice en un murmuro casi inaudible, sintiendo cómo su visión va volviéndose nublada—. Sé que te lastimé demasiado, de muchas formas, que no merecías todo lo que te hice pasar. Trabajé demasiado en terapia para poder aceptar todo lo que hice y perdonarme por eso. No tienes una idea de cuánto me arrepiento, pero espero que...espero que algún día tú puedas perdonarme.
Goeun, al ver un verdadero arrepentimiento en sus orbes, soltó un suspiro tembloroso, deseando poder ser capaz de retener el llanto que quería escapar.
—Yo también espero que algún día me puedas perdonar por lo que hice —menciona mientras Jungkook se inclina hacia adelante, conectando sus miradas nuevamente—. Debí haberte dicho desde un momento todo lo que sucedió con él...
—Supongo que era demasiado obvio, pero no quería pensar en eso.
—No lo sé. Pero cuando nosotros terminamos, sé que...me equivoqué al estar con él y jamás decírtelo a pesar de que tú me buscabas —dice bajando la voz, sintiendo cómo su visión vuelve a nublarse—. Creo que no quería decírtelo porque no quería pensar en que...eso haría que lo nuestro realmente terminara —sonríe angustiada y limpia rápidamente una lágrima que empezó a brotar, mientras Jungkook baja la mirada mordiendo el interior de su mejilla, intentando así mantener la calma y no llorar—. Pero sólo acabé empeorándolo todo.
—Goeun...—ella lo mira atenta—, ¿cuándo estabas conmigo, también lo amabas a él?
—No. Cuando terminamos y Jimin y yo volvimos a ser amigos, fue cuando mis sentimientos por él volvieron a despertar —explica con un ligero temblor a causa del llanto retenido.
Jungkook, inhaló y exhaló, sintiendo cómo todas las dudas que tuvo en esos meses, desaparecieron por completo al ser respondidas por la fémina, creyendo en las palabras que salían de sus labios. Mientras que Goeun, jugaba con sus manos con su visión nublada, limpiando en algunos momentos sus lágrimas, intentando ser discreta para que él no lo notase. Pues, al tocar ese punto, no podía evitar recordar su relación con aquel pelinegro.
Recordaba cómo ella en ese tiempo, deseaba más que nada amar y ser amada, sin importar de quién pudiese tratarse. Y quizás, cuando sus sentimientos comenzaron a confundirse por Jungkook, decidió cegarse y ser optimista, aunque sabía que había ciertas cosas de él que estaban logrando lastimarla, pero pensó que era posible repararlas.
Por más que debió haber pensado en su amor propio, no podía, porque había pasado tiempo desde que se vio afectado y hasta parecía ya no tener. Fue así, cómo terminó aceptando lo que nadie debería, todo a cambio de atención, a cambio de recibir algunas dulces palabras, de que le dijeran que la amaba, o tal vez, de llenar algunas carencias.
Decidió aceptar a aquel pelinegro que parecía ser tan encantador, el cual comenzó a hacerle llorar constantemente, creyendo en las palabras que decía sobre que eso sucedía por su culpa. Decidía creer en sus palabras, pensando en cómo solucionarlo para que ya no sucediera. Pero todo se había vuelto un círculo vicioso.
Nunca pensó que por amor, comenzara a sentir miedo, que le gritaran tan fuertemente que la hicieran llorar de terror. No entendía cómo fue capaz de aceptarlo, cuando tan sólo quería estar con una persona que la hiciese sentirse protegida, que la tratase con suavidad, que le diese calma. Pero tan sólo se encontró con palabras tan hirientes, las peores que podrían haberle dicho, sintiéndose insuficiente.
Había llegado al punto de fingir hasta para sí misma, que podría seguir soportándolo porque lo amaba, pero estaba desmoronándose. Sólo estaba autodestruyéndose, aunque quería confiar que algún día cumpliría su palabra sobre cambiar.
Y ya no podía decir que era por amor, porque había llegado a odiarlo, a querer devolverle ese dolor que le provocaba constantemente, porque estaba sacando lo peor de ella, por más que nunca llegó a hacer nada. Pero al tomar la fuerza suficiente para acabar con esa relación, volviendo a juntarse con las personas que adoraba y recuperando su amistad con Jimin, aquella llama revivió. Jamás tuvo la intención de que algo así sucediera, pero es que con él era todo tan distinto.
Con Park Jimin no se dormía llorando por alguna discusión, con él podía ser ella misma sin miedo alguno, la ansiedad de querer ser suficiente siquiera existía, porque le daba paz y le hacía sentirse segura. Con él no era necesario desnudarse para conseguir placer o sentir algo de amor de su parte, porque eso lo encontraba en pequeñas cosas que podrían pasar por desapercibidas ante otros ojos. Pues, hasta sentía que Park Jimin desprendía magia, porque era realmente perfecto.
—¿Y Jimin? —arruga levemente la frente—. ¿Q-Qué sucede entre ustedes? ¿Están bien?
—Él me acompañó a unas sesiones de terapia. Al principio, fue algo difícil de sobrellevar, pero estaba aterrizado con la idea de que todo pudo haberse jodido por completo entre nosotros dos —confiesa haciendo una mueca—. Fuimos unos verdaderos idiotas, principalmente yo, pero antes de que se enlistara, nos dimos cuenta de que seguíamos siendo nosotros. Somos como hermanos, no podíamos arruinar todo así.
—Oh...lo siento tanto —dice con un hilo de voz, antes de que un pequeño sollozo escapase de sus labios.
—Hey, no...—se inclina hacia adelante, tomando su mano, provocando que ella se sorprenda al sentir la calidez de su piel. Por más que tuvo el impulso de apartarla, al encontrarse con sus orbes oscuros que la miraban afligidos, no fue capaz de moverse—. Los tres cometimos errores, así que el hecho de que nosotros dos nos peleáramos, fue nuestra culpa. En ese momento era alguien tan inseguro, que me dejé llevar por mis celos, sin pensar en absoluto de que se trataba de mi mejor amigo. Me cegué como un idiota.
—Es que...
—Ya, fui el que más se equivocó.
Goeun tomó una bocanada de aire temblorosa, limpiando con su mano libre sus lágrimas, sintiendo cómo Jungkook acariciaba suavemente el dorso de su mano con el pulgar. Al conectar sus miradas, notó cómo este se tensó soltando un suspiro mientras apartaba su mano.
—Eres maravillosa, Goeun —habla provocando que ella abra los ojos a la par por la sorpresa—. Creo que siempre me voy a lamentar el haber hecho las cosas tan mal contigo, porque una parte de mí, siguió aferrándose a Heekyung. Realmente te amé, aunque no de la manera en la que merecías.
—Tú también eres maravilloso —asegura provocando que él medio sonría, negando con la cabeza—. Sólo en ese momento no eras tu mejor versión, y lo entiendo. Te lastimaron demasiado.
—Creo que pronto lo estaré.
—Estoy segura de eso —le regala una media sonrisa tranquilizadora antes de levantarse, provocando que Jungkook también lo haga rápidamente al ver cómo toma su chaqueta—. Ya debo irme.
—¿Goeun? —la fémina voltea mirándolo atenta—. ¿M-Me...Me permites abrazarte por última vez?
Ella abrió los ojos a la par por la sorpresa ya que jamás se hubiese esperado que le pidiese algo así, mientras que Jungkook, a paso inseguro, se acercó más a ella. La castaña abrió la boca, intentando poder responder, pero su voz no salía, lo que hizo que él desviase la mirada, pensando en que quizás no debió pedirlo. Pues, entendía perfectamente que ella no pudiese aceptar luego de cómo había actuado, pero al pensar que esta sería la última vez que se verían, sentía la necesidad de abrazarla.
Para su sorpresa, sintió los delgados brazos de la fémina, rodear su cintura y cómo apoyaba cabeza la cabeza en su pecho, lo que hizo que jadeara. Pero sin dudar en absoluto, la envolvió con sus brazos, escondiendo su nariz en el cabello de ella, aspirando su aroma a flores. Pensaba en que, sin saberlo, en el último tiempo había echado de menos aquella sensación, su dulce aroma, lo pequeña que se sentía, por lo que la estrechó más entre sus brazos. Cerró los ojos con fuerza al pensar en que antes la abrazaba constantemente y disfrutaba de aquella sensación que le daba calma, pero esta...sería la última vez.
—Espero realmente que algún día puedas perdonarme —dice en un murmuro casi inaudible, cerca de su oreja—. Yo te perdono, Goeun.
Las manos de Goeun estaban en su espalda, parecía aferrarse a él y podía sentir y escuchar sus latidos algo acelerados. Con el tiempo había olvidado por completo la sensación, hasta lo sentía aún más grande y fuerte, sin saber si era realmente así.
Estar en sus brazos siempre la había llenado de intensas sensaciones, Jeon Jungkook siempre le había causado intensas emociones, por lo que no podía creerse que ahora estas se hayan apagado, desvanecido.
Finalmente, lo había superado por completo.
—Ya lo hice —aclara sorprendiéndolo.
La fémina se separó unos centímetros, encontrándose con sus orbes oscuros y cristalinos y con su sonrisa, pensando en que volver a verlo sonreír, a pesar de cuánto la había herido en el pasado, llenaba su corazón de alegría. Quizás era por el hecho de que tan sólo estaba recordando aquellos buenos momentos que tuvieron, lo lindo que causó en ella, y no lo que le hizo huir de él y jamás querer volver a regresar. Pero así estaba bien.
Tan sólo quería que volviese a ser el Jeon Jungkook del que todos hablaban, al que todos admiraban y adoraban. Quería más que nada que pudiese volver a estar bien y ser feliz.
—Adiós, Jungkook —dice con una media sonrisa, separándose por completo de él para poder tomar sus pertenencias y comenzar a caminar, mientras Jungkook intentaba de que su voz pudiese salir aunque se sentía temblar.
—Adiós, Goeun —el murmuro sale casi inaudible, quizás al punto de que no fue escuchado por ella, la cual siquiera volteó a verlo por última vez.
La visión de Jungkook se había vuelto nublada y el nudo en su garganta provocaba que sintiese que se le dificultaba respirar. Aún sentía que quedaba dentro de él un poco de amor hacia ella, pero sabía que eso iría esfumándose con el tiempo al ya nunca volver a tenerla, porque en ese momento en que salió por la puerta, le dio el cierre que tanto necesitaba.
(...)
Había llegado la primavera y, con eso, sus hermosos colores, volando flores de color blanco y rosado por la ciudad. Durante la mañana, con la brisa fresca golpeando el rostro de Goeun, despeinando un poco su cabello, recibió un mensaje que provocó que se detuviera, sintiendo cómo el oxígeno abandonaba por un momento sus pulmones y su corazón se agitaba.
Park Jimin le había escrito, preguntando si podían verse, por lo que no dudó en aceptar, pese que el sólo hecho de pensar en volver a verlo cuando hacía más de dos años que eso no pasaba, provocaba sus nervios. Cuando le respondió que pasaría por ella a las 05:30 PM, Goeun comenzó a contar las horas.
Deseaba más que nada volver a verlo, pero a la misma vez, la voz de su cabeza le decía que no estaba del todo bien, porque el ver a Jimin, también significaba volver de cierta manera a un pasado que debía seguir superando, aunque ya no le afectaba de la misma manera.
Cuando la hora llegó, Goeun sintió cómo su estómago se revolvía de los nervios, y al tenerlo en frente, su corazón se sacudió, deseando más que nada poder seguir su impulso de correr a abrazarlo, así como antes cada vez que se veían. Pero ahora sabía que las cosas ya no eran las mismas entre ellos, por algo llevaban más de dos años sin verse, así que temía cómo podía llegar a reaccionar si llegaba a hacer algo así.
Jimin, tan sólo le había sonreído, para luego abrirle la puerta del copiloto así se subía, lo que hizo que una parte de ella se desilusionara por las intensas ganas que tenía de fundirse en él en un abrazo. De todas maneras, intentó más que nada comprenderlo, porque era demasiado entendible que actuase de esa manera, ya que hasta podía sentir que no era la única nerviosa.
El castaño había comenzado a conducir una vez que colocó música, logrando que la tensión disminuyera un poco. No habían dicho palabra alguna, lo que tenía demasiado tensa a Goeun, porque eso no era normal entre ellos.
Se había esperado que hablaran durante todo el camino, pero quería más que nada creer que Jimin estaba esperando a que llegaran, que una vez que eso pasara, todo volvería a ser como antes entre ellos.
¿Jimin era capaz de romper su promesa?
Y es que, quizás, debió esperarse aquella manera de comportarse de Jimin, porque desde que supo hacía dos meses que él ya había acabado con el Servicio Militar, y jamás se contactó con ella, comenzó a ser algo obvio. Pero decidió no concentrarse en eso, porque pensaba que podría necesitar más tiempo, ya que los tres habían acabado destrozados.
Al llegar al mirador, no pudo evitar sorprenderse, por lo que Jimin la observó con una media sonrisa, para luego bajar del coche. Ella también se bajó del coche y al verlo apoyarse en el capó, decidió imitarlo, aunque de manera insegura.
—Es maravillosa la vista, ¿no crees? —pregunta observando la ciudad, provocando que ella al escucharlo luego de varios minutos, sintiese un cosquilleo en su estómago por los nervios.
—Lo es —responde por lo bajo.
Goeun, aunque quisiera, no podía concentrarse en verla, porque su mirada estaba puesta en Park Jimin. Este llevaba su cabello castaño corto, cayendo por su frente, con su cuerpo ahora luciendo más fornido.
Sentía que había cambiado, pero no sólo físicamente, sino también su manera de ser, lo que hacía que sintiese una presión en su pecho.
O quizás, era que ambos habían cambiado.
—Háblame de ti, Jimin —decide volver a hablar al ya no poder soportarlo más, por lo que Jimin alzó ambas cejas por la sorpresa, girando la cabeza para poder verla, volviendo a relajar sus facciones.
—Pues, llevo unos...¿dos meses?...intentando volver a acostumbrarme a mi vida —menciona soltando una ligera risa—. Estuve un tiempo con mi familia, así cómo también reencontrándome con mis amigos. Se siente bien —admite con una sonrisa—. ¿Y tú?
—Hace más de una semana terminé con las filmaciones de un drama. Esta vez fue algo diferente. Nada de romance —comenta encogiéndose de hombros, mientras él la mira sonriente.
—¿Te gustó eso? ¿Querías algo distinto?
—Sí, eso creo.
—¿Cómo estás, Goeun? —pregunta bajando la voz, buscando su mirada.
—Estoy bien —responde observando sus mieles que reflejan algo de preocupación—. Fue algo difícil, pero creo que también...necesario, porque me ayudó a comprender demasiadas cosas. En verdad estoy bien.
—Lo sé. Te noto...distinta.
—No soy la única que lo está —murmura provocando que Jimin sonría volviendo su mirada hacia el frente.
—Terapia, el Servicio Militar, los años...creo que es normal que haya cambiado —menciona volviendo a mirarla mientras suelta una ligera risa—. Pero ambos estamos bien, eso es lo que importa, ¿verdad?
—Cierto —musita bajando la cabeza al ver que Jimin volvió la mirada hacia el frente.
Este observaba la ciudad, sintiendo cómo la tensión comenzaba a aumentar, por lo que soltó un suspiro intentando relajarse, como también librarse de los pensamientos que empezaban a aparecer. Sabía que debía hablar, que si estaba allí era por algo, pero no sabía cómo comenzar, ni qué palabras eran correctas.
—Lo siento, Goeun —dice en un murmuro casi inaudible, llamando por completo su atención.
—¿Por qué?
—Por no poder cumplir mis promesas —responde angustiado, colocándose frente a ella.
—No pasará, ¿verdad? —pregunta por lo bajo, con una sonrisa de angustia.
—Creo que no soy el único que siente que algo ha cambiado entre nosotros.
Ella asintió bajando la cabeza, sintiendo cómo la presión en su pecho aumentaba, porque desde antes de verlo ya lo sabía, pero aún así, se le estaba dificultando un poco aceptarlo.
—Hey...—murmura tomándola de la barbilla para conectar sus miradas—, aún así, somos amigos, ¿lo olvidas?
—¿Qué clase de amigos seríamos ahora? —pregunta arrugando levemente la frente, mirándolo con algo de inseguridad.
—Esos amigos que cuando coinciden en un lugar, se ponen al día, que disfrutan de esos momentos por más que sean pequeños.
Goeun sintió cómo su visión se nublaba, porque eso significaba que hasta su amistad había cambiado por completo, cuando antes eran de hablarse seguido, de verse cada oportunidad que tenían.
Jimin, al notarlo, no dudó en envolverla, estrechándola entre sus brazos mientras Goeun se aferraba a él, escondiendo el rostro en su cuello.
—Sólo no quiero traer el pasado de regreso. No quiero que la historia se repita entre los tres —murmura cerca de su oreja—. Tenemos que seguir estando bien. Ésto no significa para nada que haya dejado de quererte, bonita.
Goeun cerró los ojos con fuerza, permitiendo que las lágrimas brotaran, aferrándose aún más a él, asintiendo con su cabeza para hacerle saber que lo comprendía perfectamente. Y es que, ella en el pasado se había enamorado de su personalidad, de su corazón, de su esencia, de su alma, de él por completo, por lo que, a pesar de que había pasado el tiempo, aún había lugares donde Jimin seguía habitando.
No quería terminar de soltar su cálida presencia, pero sabía que era lo mejor para ambos y qué podía hacerlo, porque estar juntos, sólo significaba también tener que convivir con un pasado que ninguno quería.
—También te sigo queriendo, Jimin —dice con un hilo de voz. El castaño sonríe y deja un beso en la coronilla de su cabeza.
—Sabes que puedes llamarme si me necesitas, ¿verdad? —pregunta acariciando su cabello—. Eso no va a cambiar.
—Tú igual puedes hacerlo.
—Quiero que sigas bien, ¿sí?
—Tú también —habla separándose para limpiar sus lágrimas, sorbiendo su nariz.
Jimin la observó con una sonrisa, limpiando una de sus lágrimas con el pulgar, para luego pellizcar suavemente su mejilla, haciéndole sonreír a la vez que apartaba su mano.
—Ven aquí, bonita —dice dulce, extendiendo sus brazos.
Goeun, no lo dudó ni un segundo, volvió a aferrarse a su cuerpo, sintiendo aquel calor corporal que le daba calma, mientras Jimin la envolvía con fuerza. Ambos se quedaron así por un tiempo, observando la ciudad, mientras conversaban como si no fuese la última que se verían.
(...)
El tiempo seguía su curso normalmente.
Con el otoño caían las hojas en un espiral, y con la brisa, algunas lo hacían más rápido mientras otras más lento, provocando que cautivara el ver el suelo de los parques que eran tapizados por el remolino de colores.
Ahora en el departamento de Jungkook, se encontraban todos -a excepción de Seokjin-, por lo que podía escucharse las risas y gritos ya que Taehyung se encontraba jugando a un videojuego con Hoseok, lo que hacía que los demás rieran por momentos.
Estaban bebiendo, mientras comían un poco y disfrutaban de la compañía que tanto habían extrañado. Conversaban animadamente, prestándole atención por momentos a cómo jugaban, hasta que escucharon el timbre.
Jimin rápidamente se levantó para ver de quién se trataba, al ver que era Seokjin, abrió sin dudar, recibiéndolo con un cálido abrazo.
—¡Lamento la tardanza! ¡Ya no tienen que esperarme más! —exclama haciéndolos sonreír.
Se levantaron uno por uno a abrazarlo como si no lo vieran hacía tiempo, lo cual no era así, pero estaban acostumbrados a recibirse con un abrazo. Cuando Seokjin observó a Jungkook, lo envolvió en sus brazos con fuerza, haciéndole reír para luego sacudir su cabello, ya que a pesar de que llevaba poco más de una semana de su regreso, seguía poniéndose demasiado feliz de verlo seguido otra vez.
—¿Por qué te tardaste? —pregunta curioso el más joven.
—Oh, Yeji no me soltaba, ya saben cómo es —ríe echándose sobre el sofá a un lado de Yoongi—. ¿Y mi cerveza?
—Te traeré una fría. Bueno, para todos
—habla al ver las que estaban vacías sobre la pequeña mesa rectangular de madera blanca.
Jimin soltó una ligera risa y al ver al pelinegro levantarse para dirigirse a la cocina, escuchando como Seokjin hablaba con Yoongi, sobre algo que este veía en su celular, decidió levantarse para seguirlo. Al entrar, lo vio inclinándose hacia adelante, para sacar más cervezas de la nevera y, Jungkook, al sentir una presencia, giró a verlo sorprendido.
—Hey, ¿sucede algo? —pregunta curioso, dejando las cervezas sobre la isla de la cocina.
—No, sólo venía a ayudarte. No puedes cargar con las siete —suelta una ligera risa para acercarse a tomarlas.
—Mhm...tú y yo dijimos hace tiempo que empezaríamos a comunicarnos más —apunta con el semblante serio—. Ya, dime qué sucede, y no digas que nada, porque te he visto demasiado atento a tu celular.
—Jungkook...—murmura rascando su nuca.
—Escucha, si quieres hablar sobre eso ahora que he salido, déjame decirte que...si quieres buscarla...búscala —habla tranquilo, apoyando la mano en su hombro—. Yo no voy a ser un obstáculo otra vez. Lo único que no quiero, es perderte, Jimin.
—No.
—¿Qué?
—La busqué hace meses atrás, hablamos y seguiremos adelante —menciona sorprendiéndolo—. Decidimos tomar distintos caminos, Jungkook.
—Pero...creí que estabas hablando con ella...
—Oh, no. En realidad, es una amiga de Narae —responde con una media sonrisa tímida—. Me la presentó hace unas semanas. Es linda.
—Vaya, ¿por qué no me lo contaste? —reprocha golpeando su hombro, provocando que este suelte una carcajada—. Y yo como idiota, hablándote del pasado.
—Es que...en realidad, no se lo he dicho a nadie. No es algo que hayamos hablado todavía —se encoge de hombros—. Sólo puedo decir que estoy conociéndola y me gusta.
—Me alegro por ti, Jimin —sonríe y lo señala—. Tienes que seguir poniéndome al día con eso, ¿eh?
—Lo haré —asegura riendo.
Jimin observó cómo este abría una de las latas, para darle un sorbo, por lo que presionó los labios mientras pensaba en si haría lo correcto en tocar aquel tema, pero es que algo en él decía que era necesario.
—Oye, si tú quieres buscarla...
—No —dice rápidamente, interrumpiéndolo—. Por más que intente hacer las cosas bien, que le demuestre que la amo, ella va a seguir sintiéndose lastimada por mí. Y yo...yo tampoco podría estar con ella, sabiendo lo que sucedió entre ustedes cuando terminamos, Jimin —confiesa haciendo una mueca—. No deberíamos estar juntos sintiéndonos lastimados el uno por el otro. Quiero que esté con alguien que realmente la merezca y que siga siendo feliz.
—Está bien. Tienes razón —medio sonríe, palmeando su hombro—. Ya encontrarás a alguien.
—Por el momento no quiero eso. Creo que necesito más tiempo para volver a darme esa oportunidad —admite sorprendiendo a Jimin—. No quiero lastimar a nadie más.
—Tomate el tiempo que necesites. Yo también haré lo mismo, iré a mi tiempo con Jihyo.
—Eso es.
—Ven aquí.
Jungkook, al ver cómo este extendía sus brazos, sonrió para abrazarlo, sintiendo cómo Jimin palmeaba su espalda. Este hizo lo mismo, apoyando la barbilla en su hombro, aunque fuese más alto, pero al sentir cómo despeinaba su corto cabello, no pudo evitar reír mientras se separaba para acomodarlo.
—Ya, vamos con los demás.
Ambos comenzaron a caminar ahora tranquilamente al haber hablado, pues Jungkook estaba completamente seguro de sus palabras, ya que aunque hasta hacía unos meses atrás quería poder tener algún día otra oportunidad, ahora aceptaba que realmente había una grieta entre ellos que no podría ser reparada jamás. Al volver, vio alguna que otra fotografía, como también le preguntó a Seokjin sobre ella, por lo que el saber que estaba más que bien, le hacía bien también a él.
Aún no se sentía listo para conocer a alguien, como estaba haciendo Jimin, pero sabía que algún día ese momento llegaría, y esta vez, haría las cosas bien con esa persona. No quería volver a lastimar, ni ser lastimado.
(...)
El tiempo seguía pasando para Goeun, la cual se encontraba en la filmación de un nuevo drama. Estaba realmente disfrutando aquellos días se rodaje, sin esperarse aquella tarde una sorpresa al recibir un carrito de café y bocados, por parte de Song Kang.
Ella había chillado emocionada, porque jamás habían hecho algo así por ella, sonrojándose al recibir también un ramo de flores de su parte.
Este ahora se encontraba con una gran sonrisa en su rostro mientras la fotografiaba, pidiéndole que no cubriera su rostro con las flores, a pesar de saber que lo hacía por timidez.
—Hermosa —dice provocando que sienta su rostro arder, aunque ve el flash.
—Ya, ¡listo!
—Me gusta —sonríe al ver la fotografía mientras ella se acerca.
—Gracias por ésto —murmura tímida.
—No es nada.
Choi Goeun y Song Kang desde que habían filmado un drama juntos, se hicieron muy buenos amigos, pero con el tiempo y el hecho de que él haya acabado su relación hacía tiempo atrás, aquella química que tenían fue creciendo más.
La fémina sabía que él ya no la veía solamente como una amiga, hasta se lo había dejado en claro en varias ocasiones, como esta, y ella no le era del todo indiferente. Pues, parecía estar correspondiéndole cada vez un poco más al notar cómo parecía ser alguien bueno para su corazón.
Ella ya no quería repetir una historia, donde su vida giraba entorno a la otra persona y que su corazón palpitara en esas manos. No quería dedicarle aquellos latidos a alguien que sólo lograba partir su corazón en dos. Ya no quería estar con otra persona que la dañara tanto, que la hiciese sentir que se ahogaba por el llanto desconsolado y que su corazón no soportara tanto sufrimiento, para que todo se resolviera con un "Te amo", volviendo a confiar, a llorar. Un ciclo interminable.
Se había traicionado a sí misma, aceptando todo de esa persona por no amarse o por soledad, sintiéndose sin fuerza propia. Quiso acabar con eso por momentos, pero siempre terminaba volviendo, perdiéndose por completo, sin saber quién era. Por buscar tanto el amor, había dejado de amarse por completo.
Amarse no es para nada fácil, y ella lo sabía perfectamente, porque sus heridas habían comenzado desde niña, desde que aquella persona que se suponía que debía cuidarla y protegerla, a quién llamaba "papá", la abandonó. Así fue aprendiendo un mal concepto del amor, buscando desesperadamente poder satisfacer aquella necesidad de ser cuidada, protegida, amada.
Pero ahora sabía, que aquella relación tan tóxica, la había hecho abrir los ojos, pues gracias a eso buscó ayuda y tuvo la fuerza necesaria para salir adelante, para aprender y saber qué era lo que ya no permitiría nunca más. Ahora estaba haciéndose cargo de sí misma, entregándose día a día todo lo que necesitaba, sin buscarlo en otras personas.
Había encontrado su propia fuerza, se sentía resplandeciente como nunca antes, dándose cuenta de que no era para nada aquellas palabras horribles que recibió en esa relación, que no era insuficiente para nadie. Ahora era una mujer segura, que confiaba en sí misma, y que aun más importante, había aprendido a amarse.
—Bien, ya tengo que irme —habla haciendo una mueca, Song Kang—. Pero te deseo mucha suerte. Lo seguirás haciendo bien.
—Gracias —sonrió cuando él se colocó en frente.
—Te escribiré y seguiré demostrándote cuánto me gustas —aclara llevando un mechón de su cabello detrás de su oreja, observándola fijamente para demostrar la seguridad de sus palabras—. No me daré por vencido si tú no me lo pides, ¿está bien?
—Está bien —asintió en un murmuro casi inaudible por la timidez.
—Te veo pronto, Goeun.
Al sentir cómo este besaba de manera lenta y suave su mejilla, no pudo evitar sentir su rostro arder, lo que hizo que él sonriera al notar sus mejillas sonrosadas. La fémina llevó la mano a su mejilla besada, sintiendo un cosquilleo en su estómago mientras veía a Song Kang alejarse, hasta que él giró a verla aún sonriente, por lo que ella movió su mano despidiéndose.
Le gustaba cada vez más, pero esta vez, se tomaría el tiempo necesario hasta estar completamente segura de querer dar ese paso para empezar una relación.
Goeun ahora quería un amor que le ofreciera estabilidad, un amor que le diera seguridad, porque el amor no es sufrimiento, así que ya no volvería a permitirse perderse en otro amor tóxico.
¡Hola!
¿Qué les pareció este final? ¿Se lo esperaban? ¿Les gustó?
Lamento haberme tardado tanto en publicar el epílogo, además de los exámenes, entré en un bloqueo de escritor terrible porque el final que tenía pensado, dejó de convencerme y más al leer unos comentarios JAJAJA
Gracias a todas las personas que apoyaron esta historia que fue un gran descargo de mi parte, así que es especial. Voy a extrañar poder leer sus comentarios en cada capítulo, hasta la manera en la que terminaban enojándose, así como me pasaba al escribir. Sé que puede a algunxs no les guste este final, pero en mi opinión era mejor que tomaran caminos distintos, porque ya sea que se quedara con uno de ellos, el pasado siempre iba a estar ahí y no hubiese sido una linda relación como merecían.
Si alguien quiere seguir leyéndome, pueden pasarse por mi perfil donde tengo más historias. Les amo ♡
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top