42; FINAL

FINAL

-¿Qué haces aquí, Jimin? -pregunta arrugando el rostro, Jungkook, mientras que Jimin no podía apartar la mirada de Goeun, sintiéndose completamente decepcionado. Ella tragó en seco, sin saber qué decir o hacer, hasta se sentía temblar de los nervios.

Choi Goeun, según por lo que había visto en películas y dramas, siempre creyó que estar en un triángulo amoroso era emocionante, dulce, divertido, pasional. Hasta hubo momentos donde deseo tener toda esa emoción, esa pasión, esa atención, ese intenso amor. Pero ahora que podía decir que parecía estar en uno, estaba agotada de que esas emociones la hiciesen sentirse en una montaña rusa que cada vez que venía la caída, no podía pensar con claridad. Era como si hasta se olvidara de su moral.
Sus sentimientos eran tan confusos en ese momento, quería arrancarlos de su pecho y olvidarse de todo, porque sentía que estaba asfixiándose.

Había anhelado tanto el amor, y ahora, sólo quería poder ser libre de aquellos sentimientos.

-Jimin, ¿no vas a responder? -examina bajando los dos escalones del pórtico, para acercarse a él-. ¿Qué haces aquí?

Jungkook lo miraba interrogante, pidiendo una respuesta que lograra calmar las teorías que creaba su cabeza, ya que provocaban una gran inquietud en él, y no quería por nada volver a discutir con Jimin. Sólo él sabía cuánto le había dolido tener que mantener la distancia, que ya no pudiese sentir el cariño de su parte al mirarlo, que ya no lo abrazara o planearan hacer cosas juntos cuando este era realmente especial para él. Demasiado.

No quería ser controlado nuevamente por sus celos, así que tomó una bocanada de aire, intentando seguir manteniendo la calma, aunque podía ver cómo Jimin miraba dolido a Goeun, como también a él. No lograba entender el porqué, y eso le desesperaba.

-Jungkook...-habla Goeun, bajando rápidamente para acercarse a él tomándolo del brazo, por lo que llama su atención-, no hagas nada, ¿está bien? Por favor, tranquilízate.

-Hey...-aparta su brazo con suavidad, llevando la mano a su mejilla-, no haré nada de lo que piensas. Estoy bien.

Goeun al escuchar la suavidad con la que le hablaba, cómo parecía estar siendo sincero, suspiró aliviada, apartando lentamente su mano. Este intentó ignorar eso, volviendo la mirada a su mejor amigo. La fémina hizo lo mismo, notando cómo este tragaba con dificultad y tenía sus manos empuñadas como si intentara mantener la calma.

Y es que Jimin tenía un caos en su cabeza, tanto así que se le dificultaba respirar porque, además, tenía un nudo en su garganta. Sentía que si hablaba rompería en llanto, y eso era algo que necesitaba evitar, porque aunque Jungkook intentara mostrarse tranquilo, lo conocía tanto cómo para saber que sólo estaba conteniéndose.

Cuando su mirada se encontró con la de Goeun que demostraba temor, como también arrepentimiento, bajó la mirada a la vez que humedecía sus labios, para luego soltar un suspiro.
Debía calmarse para poder hablar de una vez por todas, aunque no creía que fuese el momento correcto, porque podía notar con facilidad los ojos enrojecidos e hinchados de ambos.

Parecían tener suficiente por ese día, y eso provocaba que se arrepintiera de haber tomado una decisión tan impulsiva, sin antes haber esperado que alguno contestase su llamada.
Pensaba en que quizás había sido egoísta, porque sólo quería poder liberar toda la culpa que sentía, sin pensar en cómo estaban ellos en ese momento.

-Yo...sólo necesitaba hablar de algo con Goeun -responde con voz algo débil-, p-pero ya no importa. Es mejor...es mejor que me vaya.

-No, espera, Jimin -el escucharla hace que este vuelva a voltear a verla, algo sorprendido, y que Jungkook la mire confundido.

-¿De qué tienen que hablar? -indaga alzando una ceja, observándolos, provocando que se tense.

-Jungkook, es mejor que te vayas -dice ella tratando de suavizar sus palabras.

Este la miró indignado, por lo que la tomó del brazo, observando por un momento a Jimin que parecía demasiado incómodo por la situación. Goeun miró su agarre y este empezó a caminar hacia su coche para que se alejaran del castaño.

-Aún no terminamos de hablar, Goeun -habla entredientes, aunque intentaba mantener la calma.

-Ha sido suficiente.

-Pero...

-Por favor, Jungkook -pide angustiada-. Ha sido demasiado por hoy.

Este suspiró bajando la cabeza y sin que ella lo esperara, este cayó de rodillas en el césped, provocando que ella abriera los ojos a la par sorprendida. Pero aún así, lo tomó de los brazos intentando levantarlo, aunque era en vano porque a comparación de él, no tenía nada de fuerza.

-¡¿Qué haces, Jungkook?! ¡Levántate! -exclama desesperada. Al levantar por un momento la mirada, pudo divisar como Jimin que está a unos metros, observa aquella situación completamente desconcertado-. ¡Jungkook, por favor!

-Por favor, perdóname -pide mirándola angustiado, sin importarle que ella intentase hacer que se levante-. Por favor.

-Levántate. No hagas ésto.

-No me importa tener que humillarme de esta manera, si es que consigo tu perdón -confiesa, por lo que ella se cubre el rostro con las manos, sintiéndose realmente agotada-. Goeun...

-¡Levántate de una vez, Jungkook! -alza la voz ejerciendo más fuerza, y este al darse cuenta que parece estar haciéndola enfadar, obedece rápidamente-. ¿Qué rayos pasa contigo? ¿En verdad no comprendes que ya ha sido suficiente por hoy? ¡Ya no quiero seguir hablando contigo, porque estoy agotada! ¡Toda esta situación me ha agotado!

Jungkook al ver su rostro enrojecido, sus ojos cristalinos, sintió cómo su corazón se encogía. Pues, por más que había estado intentando de todas las formas posibles que notara su verdadero arrepentimiento, que de verdad esta vez iba a cambiar, parecía que solamente estaba logrando que se cansara aún más de él.
Suspiró bajando la cabeza, pensando que quizás sí había sido suficiente por esa noche, aunque si fuese por él, podría seguir rogándole si tan sólo eso significase que sí podría volver a estar junto a ella.

-Está bien. Está bien. Me iré -dice provocando que suspire aliviada-. P-Pero antes dime que volveremos hablar sobre ésto.

-Jungkook, ya no hay de qué hablar, ¿no te has dado cuenta? -pregunta desesperada, mirándolo con sus ojos cristalinos, mientras este intenta contener su llanto.

-No es así, porque aún quedaron cosas por decir.

-Jungkook...

-Por favor...-la observa rogante con su respiración pesada, reprimiendo los sollozos que querían salir. A Goeun le dolía verlo de esa manera, pero aún así, está tan agotada mentalmente, como físicamente, por lo que necesita que se marche de una vez.

-E-Está bien -respondió provocando que este sonría algo aliviado.

-Gracias. Entonces, ahora sí me iré -intenta dar un paso hacia adelante para acercarse a ella, la cual desvía la mirada dando un paso hacia atrás para alejarse, por lo que él presiona los labios, sintiendo su corazón encogerse-. Nos vemos, Goeun.

-Adiós, Jungkook.

Este giró su cabeza para ver hacia dónde se encontraba Jimin con sus manos metidas en los bolsillos de su suéter, y supo que los estaba observando atento, porque cuando sus miradas se encontraron, este la desvió rápidamente. No comprendía porqué él parecía incapaz de mirarlo al rostro, siquiera había respondido su mensaje el día anterior, lo que hacía que sintiese una inquietud en su pecho. Pero se decía que no debía cometer de nuevo el mismo error de dejarse llevar por sus celos.

Decidió ignorar esa situación y mientras se dirigía al coche, volvió su mirada a Goeun que se abrazaba a sí misma, sin mirarlo, pero sabía que quizás era por lo afectada que estaba. Le dolía su manera de ser con él, pero también sabía perfectamente que se lo merecía por todo el daño que le había hecho.
Aún así, no quería pensar que podría ser la última vez que sea vieran, esperaba y rogaba que ella cumpliera su palabra sobre volver a verse para hablar. Y anhelaba más que nada que cuando eso pasara, ella se diera cuenta que realmente iba a cambiar. Iba a ser alguien que sí se mereciera, porque sin ella, se sentía morir.

Goeun lo vio marcharse en su coche sintiendo cómo el alivio la envolvía, porque tenerlo en frente, mirándola rogante, notando que parecía estar arrepentido de verdad, era realmente doloroso para ella, ya que antes de hablar había decidido darle un final a lo que tuvieron. Iba a seguir el consejo de las personas que la rodeaban, que sabían lo tóxica que era su relación y lo mal que le hacía. Hasta Goeun sabía que sólo se hacía mal siguiendo al lado de una persona que jamás la amó como le decía, sino que amaba a alguien más a quien ya no podía tener, y por eso se dio la oportunidad con ella.
Eso había jodido por completo su autoestima, llenándola de más inseguridades, haciéndole creer aún más que siempre era insuficiente para los demás. Eso no estaba bien.

Al voltear, comenzó a acercarse a Jimin, notando cómo este se tensaba y masajeaba su nuca. No parecía estar nada bien, era fácil de notar, y ella al recordar que había visto el beso con Jungkook, tragó con dificultad.

-¿Quieres pasar? -pregunta débil, aún abrazándose a sí misma.

-N-No es necesario -contesta sin mirarla.

-Pero quieres hablar.

-Creo...creo que es mejor dejarlo para otro momento -dice conectando sus miradas, sintiendo cómo miles de sensaciones lo invadían. Es cómo si sus órganos estuviesen jugando entre sí.

-Pero...

-Ya has tenido más que suficiente. No quiero cargarte más con lo que tengo que decir.

-¿De qué se trata, Jimin? -indaga arrugando levemente la frente, sintiendo como una inquietud se instala en su pecho.

-Te llamaré, ¿sí? -intenta sonreír, pero le sale más una mueca, y decide voltear para comenzar a caminar hacia su coche, diciéndose que es lo mejor no hablar ahora.

-Jimin, espera -exige tomándolo con suavidad del brazo, por lo que este gira a verla con curiosidad-. ¿Estamos bien?

Jimim observó sus orbes cafés notando el miedo en ellos y cómo lucían cristalinos, por lo que tragó con dificultad ,sintiendo su corazón dar un vuelco porque le dolía verla de esa manera. Pero ya había tomado una decisión cuando la vio, sólo que no podía decírsela en ese momento por Jungkook.
No le gustaba para nada ver que parecía tener miedo, que parecía estar siendo atacada por sus inseguridades, por lo que la envolvió en sus brazos, estrechándola más entre estos al sentir cómo ella se aferraba, soltando un pequeño sonido involuntario con la garganta. Goeun escondió el rostro en su pecho, sintiendo como el aroma a su colonia inundaba sus fosas nasales, cómo sus latidos eran acelerados, lo cual le daba más inseguridad. Su cabeza estaba atacándola y temía perder a Jimin, aunque quería tener la esperanza de que eso no sucediera, porque recordaba sus palabras acerca de que jamás lo perdería.

¿Jimin sería capaz de romper aquella promesa? No quería pensar que lo era.

-Todo va a estar bien -asegura antes de dejar un beso en su cabeza y separarse, aunque ella no lo quisiera.

-¿En verdad? -pregunta insegura, por lo que este desvía la mirada, tomando una bocanada de aire para mantener la calma.

-Te llamaré.

-¿Cuándo? ¿Mañana? ¿Mañana hablaremos? -inquiere buscando su mirada.

-Yo...no lo sé. No quiero decirte un día en específico, pero vamos a hablar. Tú sólo...intenta estar bien, ¿sí? -la observa por un momento, sintiendo cómo una presión se instala en su pecho y un nudo se forma en su garganta.

-No sé cómo estarlo. Todo ésto es...demasiado, Jimin -confiesa con un hilo de voz-. Ya no quiero seguir así.

-Lo sé, creo que para los tres está siendo demasiado -dice con voz débil y medio sonrió angustiado.

-¿Los tres?

-Ya debo irme, Goeun.

-P-Pero Jimin...

El castaño tuvo que luchar contra sí mismo para no seguir allí, para no acercarse a ella y pedirle que lo abrazara hasta que pudiese sentirse bien, hasta que su cabeza dejara de atacarlo y su corazón ya no doliera. Este se dirigió hacia su coche, conteniendo el llanto, porque no podía dejar de recordar a su mejor amigo. Recordaba cómo fue capaz de arrodillarse ante ella para suplicarle perdón demostrando que estaba realmente arrepentido, que quizás sí la amaba como tanto decía.
Eso hacía que se detestara aún más y que no supiese cómo confesar lo que sucedió entre él y Goeun.

Estaba realmente agotado.














(...)














Jungkook se abrazaba a sí mismo, por momentos enterrando sus dedos en sus brazos intentando así mantener la calma, mientras su pierna se movía de arriba abajo. La ansiedad era parte de él, y quería más que nada marcharse en ese mismo momento porque el silencio llegaba a ser ensordecedor.
¿Podía marcharse? Claro que sí, pero recordaba la promesa que le había hecho a Jimin sobre empezar terapia, ya que sentía que era necesario para que su amistad volviera a ser la misma.

Comprendía que Jimin no creyera en que iba a cambiar, siquiera él podía creerlo porque ya lo había dicho tantas veces, y siempre volvía a lo mismo. Siempre volvía a esa ira que lo invadía, a los celos que lo cegaban. Sabía que no estaba bien sentirse enojado con el mundo, hasta con él mismo, pero no podía evitar sentirse de esa manera por todo lo que había sucedido en los dos últimos años.
Quería más que nada volver a ser el mismo Jungkook risueño, bromista que siempre tenía algo que hacer porque no le gustaba mantenerse quieto, pero ahora estaba tan agotado que ya siquiera era capaz de entrenar. Uno de sus pasatiempos favoritos.

Veía a los demás trabajando en sus proyectos, estando realmente emocionados, esperando que él también dijera algo sobre los suyos en solitario, pero todo el tiempo se sentía agotado. Decía que quizás sólo descansaría por un tiempo, lo cual le frustraba porque él no era así, pero no era capaz de moverse de donde estuviese. Sólo quería quedarse recostado, sintiendo cómo sus lágrimas brotaban, aunque ningún sollozo salía.

-¿Qué es lo que sientes cada vez que recuerdas esa relación? -se atreve a preguntar el terapeuta, luego de unos minutos de completo silencio, ya que Jungkook no había contestado su última pregunta luego de hablar un poco acerca de su relación con Heekyung.

-Me siento un idiota -responde encogiéndose de hombros.

-¿Puedes hablar un poco más sobre eso?

-Me pregunto cómo es que podía seguir allí cuando no me sentía amado, valorado, respetado, a pesar de que intentaba complacerla siempre, hasta cambiando muchas cosas de mí -dice con sus ojos cristalinos-. Me pregunto cómo podía seguir allí cuando las veces que discutíamos, me gritaba tanto que me sentía tan pequeño. Llegaba a sentir miedo porque no era para nada la persona que yo creía conocer -confiesa limpiando sus lágrimas rápidamente, para luego sorber su nariz-. Siento que lo intenté tanto, pero jamás llegué a lograr que lo nuestro funcionara como tanto deseaba. Creo que me rompí a mí mismo para lograr llenar sus vacíos, pero...no funcionó. Con ella nunca nada funcionaba, porque, en realidad, lo quería todo.

-¿A qué te refieres con que lo quería todo?

-Ella insistía en querer que nuestra relación se hiciera pública, aún cuando lo nuestro no íba para nada bien. Era un motivo constante de peleas, aún sabiendo que si eso pasara, quizás...una gran parte de personas me atacarían por estar en una relación -suspira frustrado-. Supongo que ella quería fama, ser conocida por otros hombres que pudieran darle algo que quizás yo no...No lo sé. Pero sé que estar conmigo nunca le bastó.

-Pero aún así tú seguías aferrado.

-Porque había veces en donde parecía amarme.

-Te conformabas con esos pequeños momentos, ¿no es así?

Jungkook al escucharlo, abrió los ojos a la par sorprendido, pero luego volvió a enterrar los dedos en sus brazos con algo de fuerza, intentando mantener la calma. Recordaba aquellos momentos donde ella parecía amarlo, y ahora pensaba que, en realidad, ya no lo sentía así.
Era como si desde que se había enterado que se atrevió a estar con uno de sus mejores para llamar su atención, ya no fuese capaz de sentir que siquiera en un principio llegó a amarlo, por más que todo parecía de color de rosas.

Su corazón se había encogido y su garganta ardía por el nudo que se había formado, sintiendo la ira nuevamente invadirlo. Necesitaba marcharse de una vez por todas de allí, por más que sabía que era necesario, pues se suponía que lo ayudaría, así como ayudaba a los demás miembros cada vez que decidían retomar la terapia al sentirse mal. Pero para él, no estaba siendo nada fácil. Estaba completamente negado a seguir allí, aunque intentaba recordar la promesa que le había hecho a Jimin.

-Jungkook, si vienes aquí, ¿no crees que es necesario hablar? ¿Cómo podría intentar ayudarte a sanar tu dolor si no lo haces? -examina el hombre de cabello oscuro, dejando las gafas en su escritorio.

-Yo no quería venir aquí.

-¿Y por qué lo has hecho? -pregunta desconcertado.

-Porque le hice una promesa a mi amigo. Se supone que debo demostrarle que voy a cambiar para que nuestra amistad vuelva a ser la misma -responde molesto.

-Jungkook, no puedes hacer terapia porque te lo piden, si tú no lo quieres. Tú tienes que estar dispuesto a querer hablar, a dejar salir ese dolor que tienes, sino no sirve, ¿entiendes?

-No quiero estar aquí. No quiero absolutamente nada.

-¿Estás seguro de eso?

Jungkook al escucharlo, lo observó con su respiración pesada, por lo que su pecho subía y bajaba, mientras su visión se encontraba nublada por las lágrimas acumuladas.

Se sentía explotar en cualquier momento, por más que estaba conteniéndose.

-Sólo quiero volver a ser yo -confiesa con hilo de voz y rompe en llanto, cubriéndose el rostro con sus manos-. Sólo quiero estar bien.

Jungkook sollozaba desconsoladamente, sintiéndose tan desesperado por un respiro, porque deseaba más que nada volver a sentir algo de calma en su vida, pero ahora era todo tan caótico, teniendo su cabeza tan llena de problemas. Y es que se sentía tan roto, sin reparación alguna, sin forma alguna de arreglo, tanto así, que su corazón no podía vivir en paz.
















(...)












Goeun caminaba de un lado a otro, sintiendo cómo los nervios la controlaban, pensando qué podría ser lo que Jimin quería hablar con ella. Desde lo sucedido días atrás, el miedo la había invadido por más que intentaba pensar en la promesa que se hicieron.
No quería volver a mantener la distancia con él, no podía quitarse los recuerdos de lo que sucedió en el motel, de sus palabras. Pero su cabeza era un caos que no le permitía pensar con claridad, que no le permitía saber qué era lo que sentía exactamente.

El no saber si a pesar de lo sucedido seguían siendo mejores amigos, la estaba volviendo realmente loca. Sabía que era necesario que hablaran de lo que sucedió, ella lo había intentando, pero comprendió que él no quisiera.
De todas maneras, quizás ahora había llegado el momento de hablarle. Por esa razón detestaba no entender con claridad qué era lo que quería, lo que sentía, pero sí sabía qué era lo que pensaba que era lo mejor.

Al ver un coche aparcar en frente de su casa, sintió cómo sus latidos se aceleraban. Se trataba de Park Jimin, y eso de cierta manera la emocionaba, como la llenaba de miedo, ya que sabía que esta vez no se trataba de compartir tiempo juntos, de poder estar entre sus brazos y sentirse cálida, sino de una conversación que era necesaria.

En cuanto este estuvo frente a ella, intentó controlar sus latidos y su respiración, como también controlar el impulso de aferrarse a él, ya que notó cómo quería sonreír, pero le salió más una mueca torcida. Con cada segundo que pasaba, el miedo parecía invadirla más, porque este sólo había dicho un "Hola, Goeun". No hubo abrazo, no hubo beso, lo cual la decepcionó demasiado y quiso decir algo al respecto, pero aún así, tomaron asiento en el sofá.

Jimin tenía su brazo apoyado en el respaldo, jugaba con sus dedos, mientras mordía ligeramente su labio inferior, intentando así controlar sus nervios. Goeun lo observaba con atención, sintiendo su estómago revolverse, pero fingía estar bien, aunque este lo notaba con facilidad al conocerla.

-¿Cómo has estado? -pregunta la fémina, ya que no quiere tocar tan rápido el tema de conversación.

-No muy bien...-presiona los labios por un momento-, pero intento despejar mi cabeza. ¿Y tú?

-Agotada -responde jugando con la manga de su suéter.

-Jungkook ha intentado comunicarse contigo, ¿no es así?

-Cuando acabo con las filmaciones, he vuelto a encontrarme con demasiadas llamadas y mensajes de él -confiesa, por lo que este hace una mueca y desvía su mirada-. No sé qué hacer para que comprenda que ya...ya no hay nada que hablar.

-Le dijiste que hablarían de nuevo, Goeun.

-Sólo lo hice para que se marchara. Estaba demasiado agotada, Jimin.

-Él no piensa darse por vencido -comenta conectando sus miradas, y Goeun muerde su labio inferior, intentando ignorar cómo su garganta arde por el nudo que se forma.

-Y-Ya no quiero hablar de él.

-Pues, yo necesito que hablemos de los tres, Goeun -al escucharlo, siente cómo su estómago se revuelve, por lo que desvía la mirada por un momento, mientras él intenta volver a conectarlas aunque se siente fatal por la manera en la que nota que le afecta-. Sabes que necesitamos hacerlo -habla con suavidad, y ella asiente intentando mantener la calma-. ¿Entonces?

-No sé qué decir. No sé qué siento -admite observándolo con sus ojos cristalinos.

-Está bien. Entonces, simplemente, déjame hablar a mí. Y si cuando acabe, tienes algo qué decir, hazlo.

-Está bien.

-¿Sabes? Recuerdo la primera vez que te conocí. Estabas en el suelo, tu cabello estaba recogido, llevabas un vestido blanco, y tu rostro estaba rojo por la vergüenza -comenta riendo, logrando sacarle una sonrisa a Goeun, la cual bajó la mirada.

-Nunca me dijiste qué fue lo que pensaste de mí al verme -dice algo extrañada por eso-. Yo sí lo hice.

-¿En verdad quieres saberlo? -pregunta arrugando levemente la frente, y ella asiente segura-. Pensé que eres la mujer más linda que he visto en mi vida. Sentí la necesidad de conocerte, Goeun -confiesa sin timidez alguna, mientras que Goeun lo observa sorprendida, sin saber cómo actuar, qué decir al respecto-. En un principio, creí que sólo quería una amistad, pero no sé en qué momento mis sentimientos comenzaron a confundirse. Es como si, simplemente, revolucionaste en mi tantas sentimientos que siempre intenté reprimir.

-Jimin...

-Siempre negué estar enamorado de ti, Goeun, porque lo que siento por ti no es de los nervios que todos hablan, de sentir que tu corazón va a salirse de tu pecho. Contigo me siento en paz, me siento cálido, seguro. No siento mariposas, ni esas mierdas -dice tomando su mano, mientras ella sigue mirándolo atónita-. Por eso no creí que podía llegar a ser amor, pero cuando supe que estabas con Jungkook, el miedo me invadió. Fue así como entendí que todo lo que sentía es eso. Es amor. Porque sentir la paz que me das, la seguridad que me provocas, eso es el amor -suspira, sintiendo cómo su visión se nubla, mientras las lágrimas de la fémina están empezando a brotar-. Siempre había evitado el amor por miedo, porque temía salir con el corazón roto, y no saber cómo recomponerme luego. Temía que una parte de mí se perdiera por esa persona. ¡Estaba jodidamente asustado! -limpia rápidamente sus lágrimas y sorbe su nariz, para luego mirarla con una pequeña sonrisa-. Te amo. Te amo cómo no tienes una idea.

-También te amo, Jimin -confiesa con un hilo de voz, mientras él la mira consternado, porque no era realmente algo bueno para él saberlo, aunque su corazón se haya agitado-. Creo que, a pesar de todo, mi corazón siempre estuvo anhelándote y amándote. Pero, en este momento, no merezco todo de ti cuando yo no puedo darte todo de mí, y aún tengo sentimientos por Jungkook.

Al escucharla, presionó los labios, asintiendo con la cabeza, mientras sus lágrimas brotaban. Él agradecía que fuese sincera, aunque de cierta manera le doliera, pero era realmente necesario, por lo que no debía dar marcha atrás, ya que ella parecía también ir por el mismo camino.

-Lo sé -sonríe afligido-. Te amo demasiado, pero tampoco podría estar contigo si eso significa lastimar a Jungkook -confiesa con voz débil, mientras ella muerde su labio inferior que había comenzado a temblar por el llanto reprimido-. No puedo, ni quiero hacerlo, porque es una de las personas más importantes para mí. Él está realmente mal y hacerle algo cómo eso, yo...no...no podría por más que te ame y quiera estar contigo más que nada.

-Lo comprendo -asegura con un hilo de voz-. Yo tampoco quiero lastimarlo.

-Creo que ya estamos lo suficientemente lastimados los tres, aunque él aún no quiere darse cuenta.

-Lo sé.

-Ya no puedo seguir así, Goeun.

-¿A-A qué te refieres? -pregunta temerosa.

-A que necesito sanar.

-Está bien -dice más relajada.

-N-No. No lo entiendes -murmura negando con la cabeza y la observa con una sonrisa afligida-. Necesito un tiempo al menos.

-¿Q-Qué?

-No puedo alejarme de Jungkook, aunque quizás sería necesario, pero al menos, necesito salir de ésto -explica intentando suavizar sus palabras-. Sé que tú no tienes la culpa de todo lo que sucedió, de cómo empezó todo ésto, porque, en realidad, la culpa ha sido de los tres. Pero ahora...estoy agotado. Necesito volver a estar bien.

-P-Pero alejándote...

Goeun no fue capaz de seguir hablando, ya que rompió en llanto, sintiendo cómo su corazón daba un vuelco, por lo que Jimin no lo dudó ni un segundo y la envolvió en sus brazos. Cerró los ojos con fuerza, mientras sus lágrimas brotaban e intentaba reprimir el llanto. La fémina desde que él le había dicho que necesitaba hablar, pensó que podría tratarse de algo cómo eso, de algo doloroso que rompiera un poco su alma, pero el pensar en que quería alejarse de ella, romper su promesa, era aún peor de todo lo que había pasado por su cabeza.

Jimin se sentía realmente fatal por tenerla derrumbada entre sus brazos, aferrándose a él, pidiéndole que no lo hiciera. Sabía que al estar también mal, necesitaba de su apoyo, pero no era sano para él seguir a su lado cuando ya no estaba haciéndole bien, y eso hería también a su mejor amigo.
Si iba a estar al lado de ella, ya sea como amigo o algo más, quería que lo fuese haciéndose bien, porque no quería arruinar la forma en la que se hacían sentir.

-Jimin, no...

-Tranquila. Tranquila. Todo va a estar bien, bonita -asegura acariciando su cabello y deja un beso en la coronilla de su cabeza.

-¡No! No es así. No va a estarlo -solloza alejándose un poco para así poder verlo, por lo que él la toma del rostro-. No digas que todo va a estar bien porque no va a estarlo. Te he perdido hasta como amigo.

-No. Claro que no es así -aclara limpiando sus lágrimas-. No me has perdido. Te he dicho que nunca lo harás.

-Entonces, ¿por qué te alejas? -pregunta desesperada.

-Porque es necesario para mí. No nos estamos haciendo bien, y así no somos nosotros, Goeun -explica angustiado-. Nosotros siempre nos hemos hecho bien. No arruinemos eso.

-No quiero perderte -solloza bajando la cabeza.

-No vas a hacerlo. Es sólo por un tiempo hasta que estemos bien -asegura volviendo a abrazarla.

-Promételo, Jimin -pide aferrándose a él-. Por favor, promete que volveremos a estar bien.

-Hey, mírame -dice, pero ella se niega, aferrándose aún más a él-. Mírame, Goeun -ordena, por lo que la castaña obedece sorbiendo su nariz, y él vuelve a tomarla del rostro, mirándola con dulzura mientras limpia sus lágrimas con los pulgares-. Te prometo que cuando sane, y si aún sigo amándote, te buscaré asegurándome que tú también hayas sanado, y a lo mejor, tú también puedes seguir amándome, entonces, podremos intentarlo. Y si no nos amamos de esta manera, entonces, seguiremos con nuestra amistad, porque eso te prometo que se mantendrá pase lo que pase.

Goeun al escucharlo, no pudo evitar sollozar, sintiendo cómo el miedo iba esfumándose, como aquellas palabras le daban esperanzas para seguir avanzando y sanar en algún momento.

-Gracias -dice entre sollozos, intentando parar el llanto.

-¿Por qué?

-Por siempre hacerme bien.

-Ya, tienes que confiar en que estaremos bien -dice con suavidad, llevando un mechón de su cabello detrás de su oreja-. Tengo que irme.

-Por favor...

-Confía en mí, ¿sí? -pide observándola fijamente, cómo sus ojos están enrojecidos e hinchados, sus mejillas empapadas de lágrimas y enrojecidas, igual que su nariz. Le duele verla de esa manera, pero sabe que ambos sufren por aquella decisión.

-Te amo, Jimin.

-Yo te amo aún más, bonita -murmura antes de dejar un beso en su frente-. Estaremos bien.

Este la abrazó sintiendo cómo ella empuñaba su suéter, como parecía temer soltarlo porque sabía que en cuanto cruzara la puerta, ya no volvería a verlo por un tiempo, ni volverían a hablar. Ya no sabrían nada de la vida del otro, más que lo que saldría en las redes.
No podía creerse que no volvería a tenerlo en frente, que no volvería a sentir su aroma, que no volvería a sentir sus abrazos sanadores.

Jimin se levantó para dirigirse hacia la puerta, y cuando ambos quedaron en frente del otro, ella lo miraba rogante como si aún le pidiera que cambiara de opinión, pero este le regaló una sonrisa tranquilizadora. De cierta manera, eso calmó aquella inquietud que ella tenía instalada en su pecho.
Y llegando a ser insuficiente, Jimin llevó la mano a su mejilla para acercarse lentamente y juntar sus labios en un beso. Sus labios se mantuvieron quietos, y se quedaron así por unos pocos segundos, hasta que él decidió romperlo. Pudo notar cómo ella parecía estar más tranquila, mirándolo de manera algo esperanzadora, por lo que él también se sintió más en calma, y murmuró un "lo prometo", antes de salir por aquella puerta.

Goeun al verlo dirigirse a su coche, sin voltear a verla, sintió su corazón dar un vuelco, por lo que cerró la puerta, apoyando su frente en esta mientras volvía a romper en llanto. Le dolía la decisión que había tomado, pero sabía que era lo mejor para ellos.

Una pequeña parte de ella quería ser egoísta y rogarle que cambiase de opinión, pero la parte más grande, se sentía segura de que el vínculo que tenía con Park Jimin era demasiado difícil de romper. No podrían ni la distancia, ni los años, ni él, siquiera ella misma lo podría deshacer.
Se amaban demasiado, por esa razón conocían cada rinconcito de sus corazones, cada cicatriz, cada herida. Lo esperaría el tiempo que sea necesario, teniendo la ilusión de que siguiesen amándose de esa manera, y quizás, así podrían darse una oportunidad de intentarlo. Pues, ambos estaban seguros que si se encontraban nuevamente, ya estando sanos, y se daban esa oportunidad, funcionarían.














(...)












Jungkook se encontraba en su habitación, caminando de un lado hacia el otro, escuchando cómo daba el buzón de voz, lo cual le hacía sentir su sangre hervir y un grito de rabia escapó de sus labios. Estaba tan enojado con el mundo, con él mismo que sentía una presión insoportable en su pecho y sus ojos arder por las lágrimas.
Pensaba si algún podría liberar esa ira, si podría dejar de sentirla, porque era cada vez peor, y sentía que podría acabar con todo lo que tenía en sus manos.

Necesitaba huir de todo lo que estaba sintiendo, correr descalzo, sintiendo cómo la brisa fresca golpeaba su rostro. Necesitaba huir de todo lo que llevaba dentro, para no volver a mirar detrás, pero sentía tan imposible algún día poder deshacerse de todo lo que le atormentaba, porque no importaba cuánto buscase la luz, no parecía encontrarla.

Sentía que todos los días seguiría cayéndose a pedazos y no dejaría de llorar.

-¿Por qué no puedes atenderme? ¡Dijiste que hablaríamos y no has cumplido tu palabra! -toma una bocanada de aire al darse cuenta que estaba demasiado exaltado, y quizás, eso no va a ayudarle con ella-. E-Escucha, sólo...sólo necesito que nos veamos, que hablemos. Quedaron muchas cosas por decir y lo sabes. Goeun, te amo...en verdad lo hago y no quiero perderte. Hablemos, por favor... tan sólo...por favor.

Este colgó la llamada, soltando un grito de frustración, mientras tiraba su celular en la cama, para luego sollozar llevando las manos a su cabeza tirando de su cabello. Su respiración era pesada, su rostro estaba enrojecido y empapado de lágrimas, mientras una vena se marcaba en su frente.

Al escuchar unos toques en la puerta, inhaló y exhaló intentando mantener la calma, aunque sentía que no era capaz de lograrlo, pero aún así, se limpió las lágrimas para abrir la puerta. En cuanto se encontró con Jimin que llevaba su cabello oscuro dividido, cayendo por su frente, cómo sus orbes mieles parecían inspeccionar su rostro y la preocupación se volvía parte de él, volteó dándole la espalda para acercarse a la ventana.

-¿Qué sucede? -pregunta adentrándose a la habitación, Jimin.

-Nada.

-Jungkook, no digas que no es nada cuando todos notamos cómo finges estar bien -habla molesto-. ¿Cómo vas con la terapia?

-L-Lo he dejado -responde sorbiendo su nariz.

-¿Qué? -se acerca a este sorprendido-. ¿Por qué lo has dejado, Jungkook?

-É-Él me dijo que si decidía tomar terapia, debía ser porque yo lo quería porque de nada serviría si lo hacía por obligación -explica desviando la mirada-. Jimin, yo jamás volvería a cometer otro error contigo, pero no puedes obligarme...

-¿Obligarte? -ríe cínico-. Si te pedí que tomaras terapia es por ti. ¡Fue por ti, no por mí! Quiero que vuelvas a estar bien, quiero que vuelvas a ser tú, Jungkook -explica frustrado-. Te extraño, carajo. Todos te extrañamos, ¿no lo ves?

-No sé cómo hacerlo -confiesa con sus ojos cristalinos.

-A veces tenemos que tocar fondo para volver a florecer -se encoge de hombros.

-Siento que lo he hecho, pero luego acabo cayendo aún más -dice agotado, cubriéndose el rostro por un momento, mientras se sienta a un lado de la cama-. ¿Cuándo voy a salir de esta mierda? ¿O me sentiré así por siempre? No quiero acostumbrarme a ésto. No quiero acostumbrarme a vivir con este dolor.

Jimin al escucharlo hablar de esa manera, se acercó a él sentándose a su lado, mirándolo abatido. No le gustaba para nada ver a uno de sus mejores amigos de esa manera, tan perdido, y con un dolor que no era capaz de ocultar porque estaba consumiéndolo.
Jungkook giró a ver con los ojos cristalinos a Jimin cuando sintió su mano sobre el hombro, encontrándose con aquellos orbes mieles que demostraban cuánto le dolía verlo de esa manera. En ese momento, saber que contaba con su apoyo, hizo que quisiera explotar, por lo que su labio inferior comenzó a temblar y se cubrió el rostro con una de sus manos para que este no pudiese verlo. Pero el castaño, soltando una pequeña risilla, lo abrazó, mientras que Jungkook rompía en llanto cayendo más sobre él, hasta apoyar la cabeza en su brazo.

-Lo siento -dice con un hilo de voz, Jungkook.

-¿Por qué? -arruga levemente la frente, acariciando su cabello largo.

-Por todo. Lo siento, Jimin.

-Shh...todo eso quedó en el pasado -dice con suavidad-. Ahora tienes que dejar ir todo.

-¿Cómo puedo hacerlo? -pregunta sollozando, enterrando los dedos en los brazos de Jimin-. Duele demasiado. No quiero sentirme más así. Duele tanto.

Jimin sentía a Jungkook temblar entre sus brazos a causa de los sollozos, y el escucharlo decirle cuánto le dolía, provocaba que sintiese su corazón encogerse. Quería buscar la manera de ayudarlo, pero sabía que sólo podía mantenerse a su lado, dándole su apoyo, mientras él transitaba aquel proceso para salir a flote nuevamente, aunque esperaba que no fuese realmente necesario que tuviese que tocar fondo.















(...)














El tiempo seguía pasando y Jungkook cada día iba sintiéndose más vacío, sin ánimos de avanzar en sus proyectos como sus demás amigos, aunque le gustaba verlos emocionados por cómo les iba más que bien a pesar de sus nervios. Y es que estaban demasiado acostumbrados a ser un grupo y que de pronto tuviesen sólo proyectos en solitarios, era algo nuevo para ellos.

Jungkook leyó los mensajes de Jimin, como también vio sus fotografías sobre su regreso a Corea del Sur luego de haber estado en Nueva York, lo cual debía ser algo bueno, ya que podría haberlo extrañado al pasar todos sus días a su lado, pero ya nada le importaba. Nada provocaba alguna buena emoción en él. Nada lo motivaba.

Sucedía que a causa de la gran tristeza que sentía, era cómo si no pudiese ver nada, como si sólo hubiera silencio y todo fuese oscuro. Estaba cayendo profundo en aquel hoyo oscuro y frío, haciéndole sentirse pequeño y débil.
Ni siquiera era capaz de recordar el Jungkook de antes, el cual era feliz, porque, además, eso le hacía ver cuánto se había jodido su vida.

Ya no quería seguir así. Necesitaba algo que pudiese provocarle algo más, alguna buena emoción. Y es que se sentía completamente solo, a pesar de tener sus amigos, pero acababa recordando su relación, como sus errores.

Eso le hacía preguntarse: ¿si la hubiese buscado a tiempo, estarían juntos? ¿Estaría bien y no sintiéndose miserable?

Lo mejor era que intentase superar aquella relación, pero Jungkook era un condenado por seguir atrapado en una relación que ya tuvo su final, aferrándose a los recuerdos de lo que fue. Y ahora de daba cuenta de que la necesitaba, sentía que la necesitaba tanto que era desgarrador saber que ella ya no lo necesitaba a él.

Sólo necesitaba que cumpliera con su palabra sobre hablar, aunque haya pasado más de un mes de eso. Pero necesitaba que pudiese escucharlo, necesitaba demostrarle que podía amarla bien, y que podrían estar juntos.

Jungkook mordiendo su labio inferior, volvió a marcar su número, ya que llevaba intentando llamarla más de diez veces. Goeun cambió su número, pero este hacía unas tres semanas que lo había sacado del celular de Namjoon, sin que este lo supiera.
Se decía que por más que no intentase llamarla por el momento, lo necesitaba, porque tenía la esperanza de que algún día volviese a contestarle.

Y ahora, luego de un tiempo, estaba volviendo a intentar saber de ella, pues había escuchado a Narae nombrarla, decir que había llegado a Seúl luego de cumplir con unos proyectos. El escucharlo, hizo que su corazón se agitara, sintiendo la necesidad de poder verla, y que no sea sólo a través de una pantalla.

-¿Hola?

Jungkook al escuchar su voz, sintió sus latidos acelerarse, cómo el oxígeno parecía abandonar sus pulmones por un momento. No podía creerse para nada que luego de tantos intentos, luego de tanto tiempo, ella haya respondido una de sus llamadas.

-G-Goeun...-su voz salió débil y temblorosa a causa del nudo que se formó.

-Jungkook, escucha...

-N-No. Espera -la interrumpe rápidamente-. P-Por favor, sé que no debería volver a llamarte, sé que no...sé que no debes querer volver a saber de mi porque ahora pareces estar más que bien -ríe amargo, sintiendo su visión nublarse por las lágrimas que se acumulan-. Y-Yo...no...tú...-suelta un suspiro, mientras se masajea la frente al no poder pensar con claridad sobre qué decir, porque tiene tanto que soltar.

-¿Estás ebrio, Jungkook?

-Un poco...quizás -confiesa riendo, limpiando las lágrimas que brotan, mientras desliza su espalda por la pared-. Te extraño, Goeun.

-Voy a colgar...

-¡No! ¡Por favor, no lo hagas! -pide desesperado-. E-Está bien. No hablaré de eso. Podemos hablar de otra cosa.

-Es que...no quiero hablar contigo -admite provocando una punzada de dolor en el pecho de Jungkook.

-¿Por qué? ¿Me odias? -pregunta con un hilo de voz.

-¡No! Claro que no te odio. Yo...no podría -responde nerviosa-. Es sólo que...lo nuestro acabó.

-Pero aún te amo, Goeun -recalca sintiendo su labio inferior temblar, mientras intenta contener el llanto.

-Escucha, estamos mejor sin hablar, sin saber del otro...

-No. Yo no estoy mejor así -la interrumpe rápidamente-. No sé cómo estar sin ti. Te necesito.

-Con el tiempo...

-¡El tiempo no está ayudándome en nada! Me duele...me duele hasta respirar, Goeun -confiesa rompiendo en llanto-. Por favor, hablemos. Dijiste que lo haríamos...

-Jungkook, no me hagas ésto...ni te lo hagas a ti -pide agotada-. Tienes que aceptar que acabó.

-¡Dime cómo! ¡No sé cómo hacerlo!

-El tiempo...

-¡El tiempo otra vez! ¡Al carajo con eso porque no me sirve! -alza la voz molesto.

-Adiós, Jungkook.

-No me cuelgues, Goeun -ordena rápidamente, pero al no escuchar respuesta alguna, siente sus latidos acelerarse-. ¿Goeun? ¡Goeun, contéstame! ¡Carajo!

Este al bajar su celular y observar que había finalizado la llamada, tiró el celular a un costado a la vez que rompía en llanto desconsoladamente, cubriéndose el rostro con las manos. El hablar con ella sólo había logrado que se sintiese que esa necesidad aumentaba, que su manera de hablarle provocara que lo desesperara el hecho de pensar que ya no sentía absolutamente nada por él.

Era cómo si sintiese que apuñalaba su corazón, por lo que necesitaba respuestas.

¿Cómo era posible que se haya olvidado de él tan rápidamente? ¿Acaso no había llegado a amarlo? ¿Era por eso que jamás se lo había dicho?

En ese momento, su cabeza estaba empezando a atormentarlo con todas las preguntas que aparecían, por lo que se levanto limpiando sus lágrimas, completamente decidido.
Sorbía su nariz mientras bajaba las escaleras con rapidez, levantando la cabeza al ver la puerta de la entrada abrirse, permitiendo que observara a Jimin, el cual entraba sacudiendo su cabello que estaba húmedo por la lluvia.

-Hey, ¿qué haces? ¿Cómo estás? -pregunta animado con una sonrisa, pero al ver su rostro, pudo notar sus ojos enrojecidos y sus mejillas algo empapadas. Este volvió a pasar las manos, mientras sorbía su nariz, desviando la mirada para intentar disimular-. ¿Qué sucede? ¿Quieres hablar?

-No. Debo salir.

-¿Ahora? -frunce el ceño mientras se acerca a él-. Jungkook, es de noche y está lloviendo. Es mejor que te quedes aquí.

-Necesito hacerlo.

Este intentó pasar por su lado para dirigirse hacia la puerta, pero Jimin colocó la mano en su pecho, impidiéndolo sin ejercer demasiada fuerza, lo que provocó que Jungkook apartase su mano bruscamente. El más bajo, en ese momento, abrió los ojos a la par por la sorpresa, ya que no se había esperado para nada su manera de reaccionar.

-No puedes impedirlo, ¿está bien? -habla por lo bajo, inclinándose hacia adelante, lo que hizo que Jimin arrugara el rostro.

-¿Estás ebrio?

-Volveré dentro de un rato -Jungkook tuvo la intención de volver a caminar, pero Jimin lo tomó rápidamente del brazo.

-¿A dónde crees que vas?

-¡Ya basta, Jimin! -alza la voz, volviendo a apartar su mano-. No me molestes. No estoy de humor, carajo.

-¡¿Cómo puedes siquiera pensar en conducir ebrio y con esta maldita lluvia?! -pregunta alterado, observando cómo este desvía la mirada mientras pasa la lengua por el interior de su mejilla-. ¡Podría pasarte algo!

-¡Me importa un carajo! ¡Debo ir a buscarla!

-¿Buscarla? -examina frunciendo el ceño-. No me digas que...

-¡Sí! Así que no me molestes, ¿está bien?

-¡No dejaré que cometas una estupidez! -dice tomando su brazo-. Ella no quiere verte. Tienes que aceptarlo de una vez, Jungkook.

-¡¿Tú qué Diablos sabes, Jimin?! -pregunta molesto-. ¡Acabo de hablar con ella!

-Ya basta. Deja de hacerte ésto, por favor -pide intentando sonar tranquilo, mientras Jungkook lo observa con su respiración pesada y sus facciones endurecidas-. Tienes que seguir con tu vida, así cómo ella lo está haciendo.

-Estás viéndola, ¿no es así? -pregunta dolido, liberándose de su agarre, mientras se aleja.

-¿Qué? -arrugó su rostro por la confusión-. ¡Claro que no!

-¡No me mientas, Jimin! Por eso no quieres que vaya a verla. Claro que sí
-ríe histérico, sintiendo sus ojos arder por las lágrimas retenidas-. ¡Eres un maldito traidor!

-¡Jungkook, contrólate! Estás ebrio y cegado por los celos, así que no sabes lo que dices.

-¡Eres un maldito traidor! ¡Sabes que la amo, y aún así, intentas estar con ella! -escupe enfurecido, acercándose a él que lo mira con sus facciones endurecidas, intentando mantener la calma-. ¡Sólo quieres volver a utilizarla! ¡Sólo quieres follártela, cuando sabes que estoy sufriendo porque la amo! ¡Tú nunca la has amado!

-¡Carajo! ¡Si fuera así, ella ya no me importaría en lo absoluto!

Jungkook al escuchar aquellas palabras, abrió los ojos a la par por un momento, procesando lo que acababa de decir, ya que jamás se lo hubiera esperado.
¿Acaso eso significaba que Jimin ya había estado con ella? ¿Por qué él no lo sabía? ¿Por qué jamás se lo dijeron? El pelinegro sentía sus latidos acelerarse, pero estaba atónito, mientras las lágrimas brotaban.

Jimin al darse cuenta lo que acababa de hacer, cubrió su rostro con la mano por un momento, detestándose por haberse dejado llevar por la rabia.
El sólo hecho de que Jungkook pensara que podía ser esa clase de persona con Goeun, cuando era alguien demasiado importante para él, aún cuando llevaban tiempo sin hablar, provocaba que enfureciera.

-Jungkook...

-¿Follaste con ella? -pregunta con un hilo de voz, sintiéndose temblar de impotencia.

-E-Escucha...-su voz sale temblorosa e intenta acercarse, pero este da un paso hacia atrás.

-¿Cuándo? -Jimin no responde, sólo niega con la cabeza, siendo incapaz de seguir reteniendo las lágrimas-. ¡¿Cuándo?! ¡¿Cuántas veces?! ¡Responde, carajo!

-E-En el viaje que hicimos a Francia...

-Por esa razón te volviste antes, ¿no es así? ¿Por eso ella te llamaba? -Jimin bajó la cabeza, detestándose por completo, mientras que Jungkook lo confirmaba-. ¿Lo ves? Luego te comportaste cómo un maldito imbecil con ella. ¡Jamás la amaste! ¡Sólo querías demostrarte que hasta tu mejor amiga podía caer por ti, porque tienes tanto ego!

Jimin levantó la mirada, observándolo con sus ojos cristalinos, mientras las lágrimas seguían brotando y su labio inferior temblaba. En ese momento, pudo notar la culpa que este sentía, lo que hizo que su corazón diese un vuelco al darse cuenta lo que no era capaz de decirle.

-Lo siento...-dice con un hilo de voz.

-No...

-E-Ella ya no quería saber de ti cuando intentaste acercarte en la fiesta, y yo...yo no pensaba -intenta explicarse con la voz temblorosa-. S-Sé que no debía, pero también...también la amo, y sólo...me dejé llevar...sólo...

-¡Cállate! ¡No quiero escuchar más! -alza la voz enfurecido-. ¡Me traicionaste, Jimin!

-¡Lo siento! ¡En verdad, lo siento! -habla desesperado, intentando acercarse, pero este se aleja y comienza a caminar hacia la puerta-. ¡Jungkook...!

-¡Púdrete! Me hiciste sentir un loco por mis celos, pero tú realmente buscabas apartarla de mi lado -apunta entredientes-. Siempre fingiste ser una víctima, pero no dudaste en traicionarme en cuanto tuviste la oportunidad. No quiero que vuelvas a acercarte a mí.

Este salió dando un portazo, sin importarle empaparse por la lluvia, mientras que Jimin no pudo evitar sobresaltarse por el portazo que dio al salir. En ese momento, sentía que las palabras de Jungkook habían apuñalado su corazón, y se sentía la peor persona del mundo, por lo que rompió en llanto cubriéndose el rostro con ambas manos.
















(...)














Goeun luego de la llamada, sentía cómo una presión se había instalado en su pecho, cuando antes de eso estaba bien. En el tiempo que había pasado, junto a la terapia que estaba haciendo, sentía que estaba mucho mejor de lo que creía que podría estar al terminar con Jungkook. No podía decir que todos los días estaba bien, tenía sus altibajos. Días dónde despertaba con la angustia instalada en su pecho, algunas veces acababa en un llanto en algún momento del día, mientras que otras veces podía sobrellevarlo, distrayéndose.

Había otros días donde se sentía bien sin él, donde se daba cuenta que haber tomado la decisión de seguir su vida sin esa relación tóxica, fue lo mejor que pudo hacer. Y es que, todas las personas cercanas a ella se lo decían.
Cuando escuchaba que le decían que se notaba muchísimo mejor, hasta radiante, ella comenzaba a pensar, dándose cuenta que tenían razón.

Estaba muchísimo mejor sin Jungkook.

Estaba avanzando, no rápido, no lento, era a su tiempo y ella intentaba respetarlo, aunque a veces se sintiese frustrada. Ahora, a pesar de que le afectaba saber que él no estaba bien, no podía permitirse arruinar ese avance.
Sería volver al principio, sería volver a ser atacada por sus inseguridades, que la angustia volviera a invadirla, así como la desesperación.

Goeun bajó las escaleras soltando un suspiro, mientras tenía el celular en su mano, pensando en que había hecho bien en bloquearlo. Ya había pasado varios minutos desde que la llamó, pero no podía dejar de pensar en su manera de hablarle, en su llanto, en el dolor y desesperación que le había transmitido.

No quería pensar en cómo debía estar después de que colgase su llamada, aunque sentía el impulso de llamar a alguno de sus amigos, pero sabía que lo mejor era que volviera a no saber nada de él. Y es que sentía que sólo así podía seguir avanzando para superar por completo lo que fue esa relación tan destructiva.

Goeun escuchó unos toques en la puerta que la hicieron arrugar la frente por el desconcierto al no saber de quién podría tratarse. Pues, sabía que su madre no era porque ella no estaba en Seúl, y no esperaba a nadie. Sin más, decidió caminar hacia la puerta, sintiendo cómo la sangre abandonaba su cuerpo al abrir.

Jeon jungkook se encontraba frente a ella, con su cabello rizado empapado, su flequillo pegado a su frente, y su ropa también algo empapada. Podía ver su pecho subir y bajar por su respiración pesada, cómo sus ojos se encontraban inyectados de sangre por haber llorado, lo que provocó que tragara con dificultad al notar que había dolor y rabia en sus orbes oscuros.

Este parecía tener la intención de entrar, pero ella se adelantó saliendo, a la vez que cerraba la puerta tras su espalda. Sentía cómo su corazón latía con fuerza, cómo miles de sensaciones recorrían su cuerpo al verlo luego de un tiempo, por lo que deseaba que tan sólo fuese una sueño.

-¿Q-Qué haces aquí? -pregunta con la voz temblorosa.

-Yo no soy el único mentiroso aquí -dice por lo bajo, intentando mantener la calma.

-¿Qué?

-¿Qué es lo que no me has dicho, Goeun? -examina acercándose a ella, pero esta, temblorosa, se alejó cautelosamente, chocando contra la columna de madera.

-Vete, por favor.

-¡No! No me iré hasta saber toda la maldita verdad -dice entredientes.

-¡¿De qué verdad hablas?! -pregunta comenzando a alterarse-. ¡Por favor, vete!

-¡Tú sabes perfectamente a lo que me refiero! -habla molesto, inclinándose hacia adelante para acercar sus rostros, lo que hace que ella gire la cabeza al sentir su aliento a alcohol-. Quiero saberlo todo.

-Vete. ¡Estás ebrio, Jungkook!

-¡Quiero que respondas!

-¡Ya se acabó, Jungkook! -grita histérica-. ¡Vete!

-¡No lo haré! ¡Me hiciste sentir que todo este tiempo fue mi culpa que lo nuestro acabara, cuando todo este jodido tiempo fue todo una mentira! -escupe con sus ojos cristalinos.

-¡¿De qué carajos hablas?!

-¡¿Por qué nunca respondiste mis "te amo"?! ¡¿Por qué siempre te quedabas callada?! -pregunta enfurecido, y ella lo observa atónita, sin responder-. Nunca me amaste, ¿verdad?

-Jungkook...-su voz sale débil, aún sin saber qué decir al observar el dolor en la expresión de su rostro, pero sobre todo en su mirada.

-¡Todo el jodido tiempo que estuviste conmigo, amaste a Jimin, y te atreviste a reclamarme por haber tenido sentimientos por Heekyung! -dice entredientes-. ¡Tú nunca me lo dijiste!

-N-No es así...

-¡¿Por qué?! ¡¿Por qué nunca me amaste?! -cuestiona tomándola de los brazos con fuerza, provocando que ella chille-. ¡¿Por qué estabas conmigo?! ¡¿Qué Diablos era para ti?!

-¡Suéltame! -exige forcejeando, pero este tiene más fuerza que ella.

-¡¿Por qué nunca me dijiste qué te follabas a Jimin?! -pregunta enfurecido, provocando que ella lo mire asustada-. ¡¿Creíste que podías quedar como una maldita víctima?! ¡Lo sé todo, Goeun!

-¡¿Qué rayos pasa contigo?! ¡No sabes nada de lo que sucedió! -grita desesperada, sintiendo sus brazos arder por el agarre, por lo que rompió en llanto-. ¡Déjame ir!

-¡No hasta que me digas porqué nunca me amaste!

Jungkook sentía cómo la rabia, el dolor, el resentimiento, lo cegaban por completo, porque no recibía las respuestas que tanto necesitaba. Necesitaba que ella hablase, que le dijese algo que pudiera desaparecer aquel torbellino de emociones.
Necesitaba volver a sentir algo de calma en su interior, porque sentía que explotaría en cualquier momento, y la manera de actuar de la fémina, no lo ayudaba para nada.

Mientras que Goeun al sentir su aliento de alcohol, su manera tan agresiva de actuar, sus ojos inyectados de sangre, estaba llena de miedo. Si bien, cuando estaban juntos y este se enfadaba por algo, siempre sintió algo de temor aunque jamás la había dañado, más que con sus palabras. Pero en ese momento, ya no sabía de lo que era capaz porque parecía que toda la ira que antes intentaba seguir reprimiendo, ahora estaba intensificada, y no era capaz de controlarse.

-¡Déjame ir, carajo! ¡Que me sueltes, Jungkook! -grita desesperada-. ¡Suéltame!

Goeun logró empujarlo con fuerza, provocando que este retrocediera y perdiese el equilibrio por un momento, pero eso pareció desencadenar aún más la ira de Jeon Jungkook. Este la observó con sus facciones endurecidas, acercándose rápidamente amenazante a la vez que levantaba su mano, lo que hizo que ella chillara por el miedo, mientras se cubría el rostro.

-¡Jungkook!

Este al escuchar aquel grito masculino, girando su cabeza a ver hacia su costado, observando cómo se encontraba Jimin bajo la lluvia, observándolo asombrado como con temor, hizo que volviese su mirada a Goeun. Esta se cubría el rostro, temblando, mientras sollozaba desconsoladamente, por lo que miró su mano levantada.

¿En qué momento había pasado por su cabeza la idea de golpearla? ¿En qué momento se había convertido en alguien así?

-Oh, Dios...-dice atónito en un murmuro casi inaudible, bajando su mano rápidamente-. Goeun...

La fémina bajó un poco las manos, sintiéndose temblar del miedo, observando cómo este la miraba arrepentido, lleno de miedo por sí mismo. Giró a ver hacia Jimin que no dejaba de observar a Jungkook, pero la miró por un momento, indicándole que entrara, por lo que no dudó en obedecer.

Jungkook la vio correr hacia adentro de su casa, dando un portazo, por lo que el pelinegro cayó de rodillas, rompiendo en un llanto desconsolado. Jimin rápidamente se dirigió al pórtico, acercándose al pelinegro, llevando la mano a su espalda.

-Estoy aquí para ti -murmura inclinándose hacia adelante-. Todo va a estar bien.

El pelinegro sentía cómo sus miedos estaban envolviéndolo, los pensamientos lo ahogaban volviéndose cada vez más tortuosos, sus manos temblaban, y no era capaz de hablar al sentir cómo no podía respirar. Y es que, luego de tanto, Jeon Jungkook había tocado fondo.

¡Hola!

¿Qué les pareció este último capítulo? ¿Cómo creen que termine esta historia?

Sé que este último capítilo no terminó bien, que quizás esperaban algo completamente distinto, pero aún falta el epílogo.

Perdón por no haber actualizado casi por dos meses, sé que lo esperaban demasiado, pero es que no tenía inspiración y estoy con exámenes en la Universidad. No prometo traerles rápido el epílogo, pero obvio no voy a tardarme el mismo tiempo, seguro sean como unas dos semanas. No lo sé.

No se olviden de dejar su voto y comentarios que adoro leer

¡Nos leemos pronto en el epílogo!

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