34; SORPRESA

SORPRESA

―¿Qué es lo que hacías dentro de ese maldito coche, Goeun? —inquiere entre dientes, tomándola del brazo aplicando algo de fuerza, provocando que ella lo mirara asustada.

—¿Q-Qué te sucede?

—Te hice una pregunta. ¿Por qué no respondes? ¿Mhm? —la apega más a él—. ¿De quién se trata?

—¡Por Dios, Jungkook! ¡Es sólo mi compañero de elenco! —responde zafándose de su agarre—. Voy a actuar junto a Song Kang, así que me ha hecho el favor de traerme.

—¿Song Kang?

—Sí, ahora cálmate para que podamos hablar tranquilos de una vez.

Jungkook soltó una risilla por lo bajo, para luego pasar el lengua por el interior de su mejilla, mientras inclinaba su cabeza un poco hacia atrás, lo que hizo que Goeun se tensara al darse cuenta que lo que menos harían era hablar tranquilos, porque lo que había dicho, al contrario de calmarlo, estaba logrando que se molestara aún más. Eso la desconcertaba por completo, porque no entendía cómo podía enojarle el hecho de que su compañero de elenco la dejara en su casa.

En ese momento sólo tenía ganas de pasar un buen momento con él, poder decirle de una vez cuánto lo había echado de menos, porque al verlo a la mañana quiso abrazarlo y decírselo, pero este sólo actuó como si la hubiese visto el día anterior, cuando la realidad era que hacía semanas no lo hacía.
Había sido tan frío con ella que no supo cómo actuar, porque hasta su manera de hablar había encogido su pobre corazón, y simplemente, decidió intentar hablar recibiendo malas contestaciones. Eso al llegar se dio cuenta que no había sido una buena idea, porque durante la filmación no había podido concentrarse bien por pensar en su manera de actuar sin explicación.

—¡El imbécil del que tanto has hablado, y nunca me dijiste que estaría en ese maldito drama! —vuelve a tomarla del brazo, provocando que se sobresalte—. ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Por qué no respondes?

—¡Porque no puedo creer que te pongas de este modo!

—¡¿Por qué nunca me lo dijiste?!

—¡Intenté, pero no has dejado de querer discutir!

Al escucharla, este soltó una risilla cínica que provocó que se estremeciera, pero luego volvió a tomarla de los brazos, endureciendo sus facciones, mientras ella lo miraba atemorizada.

—¿Crees que voy a creerme esa mierda? No soy un idiota, Goeun —dice entre dientes—. Te gusta, ¿no es así?

—¡¿Qué dices?!

—¡Respóndeme, carajo! —exige sacudiéndola, provocando que un quejido escape de sus labios.

—Vete —ordena con voz débil, sorprendiéndolo.

—¿Qué acabas de decir?

—S-Si vas a actuar de este modo, vete. No vamos a poder hablar —traga con dificultad, tratando de sostenerle la mirada, pero falla.

Jungkook no quería que se interesara en otro hombre, porque el pensar que estaba pasando, que era capaz de fijarse en alguien más, provocaba sus celos a gran medida.
Aquellos celos los sentía como si tuviese un cuchillo enterrado, por lo cual no podía ignorarlos por más que quisiera, lo que hacía que reaccionara de manera impulsiva, sin pensar en lo absoluto.

No tenía paz ni descanso producto del miedo de ser otra vez engañado, de ser traicionado, de otra vez recibir sólo mentiras que para él podrían resultar demasiado creíbles.
Fingía seguir siendo una víctima de todo, y todos, pero eso ya no era así.

Ahora Jeon Jungkook sólo era una víctima de sí mismo. De su cabeza.

—Quieres que me vaya —dice en casi un murmuro, asintiendo, y pasa la lengua por el interior de su mejilla.

—Jungkook...—habla arrepentida, pero este suelta su brazo, interrumpiéndola.

—Está bien. Me largo.

Al ver como volteó para comenzar a dirigirse hacia su coche, Goeun se arrepintió por completo por las palabras que salieron de su boca. Se reprochaba por no haber pensado con claridad, porque lo menos que quería era que se fuese cuando hacía tiempo que no estaba con él, y lo extrañaba demasiado, tanto así que sentía su pecho arder.

—No, por favor, no te vayas —pide siguiéndolo rápidamente, e intenta tomar su brazo, pero este se zafa bruscamente, provocando que ella se tambalee.

—Déjame en paz, Goeun.

—No te vayas, por favor.

—¿Sabes? Me arrepiento completamente de haber venido hasta aquí para verte, porque ahora sólo siento ganas de...—cierra los ojos y muerde su lengua, tratando de pensar con claridad sobre lo que va a decir, para luego tomar una bocanada de aire y volver a conectar sus miradas.

—Jungkook, por favor —dice rogante, mientras las lágrimas empiezan a brotar—. Lo dije sin pensar.

—Púdrete, Goeun.

—¡Jungkook! —alza la voz al verlo abrir la puerta del coche y como pasa de ella.

No podía soportar la manera en la que la ignoraba, marchándose como si nada, mientras ella estaba rompiendo en llanto, derrumbándose porque el dolor se instalaba en su pecho con intensidad.
Su cabeza estaba abrumándola, le resultaba agotador querer buscar respuestas ante esos comportamientos de su novio, a todas las preguntas que revolaban en su cabeza, porque se sentía en un maldito sube y baja con él. Pues, en un momento sentía que lo tenía todo cuando Jungkook la llamaba para decirle que la echaba de menos, cuando le dejaba mensajes de textos deseándole que tuviera un buen día, cuando estaba con ella y la llenaba de besos y abrazos, pero luego todo eso se desvanecía. Volvía a ser el mismo que enloquecía sin sentido alguno, hiriéndola de gran manera. Temía más que nada que sus pensamientos que, a veces, creía absurdos, estuvieran en lo correcto.

Anhelaba obtener respuestas que la hicieran sentirse segura y con claridad, que le quitaran aquellas inseguridades, temor, tristeza, y que, por primera vez, hicieran sentir su corazón cálido, que si pertenecía a un lugar.














(...)













Jungkook estaba completamente arrepentido de cómo había actuado la noche anterior, por lo que se preguntaba cómo podía arreglar aquella situación y que su novia lo perdonara. Se reprochaba por actuar tan impulsivamente sin pensar en las consecuencias, debido a sus celos que lo cegaban. Pero en cuanto despertó que pudo pensar con claridad, había empezado a pensar en todo lo sucedido sintiéndose disgustado, hasta que reaccionó a que actuó mal.

Ahora se encontraba nuevamente allí, sentía sus manos sudadas por lo que las pasó por su jean, tomando una bocanada de aire diciéndose que ella estaría dispuesta a escucharlo, como pasaba en cada discusión.
Al tocar el timbre esperó impacientemente unos segundos que se le hicieron eternos, y cuando escuchó el sonido de la puerta, sonrió a medias, hasta que vio a la adolescente frente a él. 

—¿Qué haces aquí? —inquiere alzando una ceja, dejando notar que su presencia no era para nada de su agrado.

—Hola, Mihyang. ¿Puedo pasar a ver a Goeun? —trata de sonar amable, aunque siente que no la soporta.

—Ella no está.

La adolescente quiso cerrar la puerta, pero este lo impidió con la mano, para luego suspirar conectando sus miradas, notando como ella rodó los ojos, como si estuviese frustrada y quisiera que se marchara cuánto antes.

—¿Ahora qué quieres?

—¿Ella está en el rodaje?

—Supongo —responde encogiéndose de hombros—. ¿Acaso no deberías saberlo?

—No...no he hablado con ella hoy.

—Bien, debo irme, así que ¿puedes marcharte?

—¿Estás sola? —inquiere con el ceño fruncido.

—Mi tía se fue con mi madre, así que sí y ahora debo irme como dije...

—¿Te irás sola? Puedo llevarte si quieres.

—No quiero causarte molestias —sonríe falsamente.

—No lo harás. Además, quiero darle una sorpresa a Goeun, así que...me gustaría que pudieras ayudarme con unos detalles—responde nervioso, rascándose la nuca, notando como ella abre los ojos a la par por la sorpresa.

—Así que le darás una sorpresa —pregunta con interés, cruzándose de brazos.

—¿Podrías ayudarme?

Al ver sus orbes oscuros que parecían rogantes y pensar en lo feliz que haría a su prima, no pudo evitar aceptar, aunque este le desagrada de gran manera, lo que provocó que este sonriera emocionado. Mihyang al cerrar la puerta, comenzó a dirigirse hacia el coche de este que se subió del lado del conductor, notando cómo admiraba maravillada su Mercedes Benz, lo cual le hizo soltar una risilla por lo bajo.

—¿A dónde debes ir?

—A la empresa donde trabaja mi papá.

—¿En cuál trabaja? —pregunta curioso.

—Oh, en Vysmine.

—¿Él trabaja en esa empresa? —voltea a verla sorprendido.

—Claro. Es mano derecha del señor Shang.

—Vaya, eso es genial.

—La verdad es que no. Ser el asistente del CEO es bastante complicado. Papá no pasa mucho tiempo conmigo por estar ocupado, mamá se la pasa con sus amigas o escribiendo, así que prefiero estar con mi tía —responde volteando a ver por la ventanilla, hasta que suspira cerrando los ojos por un momento—. Ni siquiera sé porqué estoy contándote ésto. Lo siento, a veces hablo de más.

—Hey, no te preocupes —le regala una sonrisa tranquilizadora—. Es lindo que te lleves así con tu tía.

—Sí, a veces la siento más como mi mamá que como mi tía —suelta una risilla, pero termina convirtiéndose en una sonrisa que dejaba notar su angustia.

—Pude notar que es muy dulce contigo, y creo que también te siente como una hija.

—Somos una gran compañía la una para la otra.

—¿Y ahora que harás que vas a la empresa de tu papá?

—Oh, dijo que aprovecharía su tiempo de descanso para comer conmigo —contesta con una sonrisa—. No pude negarme. Además, estaba sola allí. Pero ya, no hablemos de eso —sacude la cabeza—. Dijiste que necesitabas ayuda.

—Exacto. ¿Sabes si a Goeun le gusta las flores? —pregunta con algo de timidez, sintiendo su mejillas arder, aún más cuando la adolescente suelta una carcajada.

—Que romántico.

—Entonces, ¿lo sabes o no?

—Claro que sí. Yo sé todo sobre Goeun.

—Perfecto. Dime cuáles son sus favoritas.

Mhm...bueno, eso sí no lo sé, pero sí sé que le gustan —sonríe inocentemente, por lo que este suspira.

—¿Nunca te lo ha dicho?

—Bueno...Jimin siempre le regalaba tulipanes blancos. Pueden llegar a ser esas, ¿cierto?

Jungkook al escucharla no pudo evitar tensarse, mientras apretaba el volante al punto que sus nudillos se pusieron blancos. Pero al recordar que Mihyang estaba allí, y sentir su mirada, volvió a acomodarse repitiéndose que no debía pensar en ellos, porque ahora era imposible que se hablaran, ya que este estaba molesto con los dos.

—Quizás.

—Sí, definitivamente deberías regalarle las mismas. Seguro son sus favoritas, porque nunca le ha regalado otras que no sean esas.

Jungkook prefirió respirar profundo e ignorar aquellas palabras, porque no quería molestarse cuando ya había aceptado que actuó mal y quería remediar su error.
Si dejara llevarse por aquellos celos, sólo lograría empeorar la situación cuando sentía que estaba necesitando de ella.

Una vez que logró calmarse, todo el camino hablaron sobre los gustos de Goeun, como también un poco sobre ellos. Mihyang a pesar que le desagradaba de gran manera, al conversar con él comenzó a decirse que quizás no era tan idiota como había creído. Al contrario, hasta se le hizo agradable y chistoso, como también algo tímido, lo que llegó a sorprenderla y hacerla reír.
Mientras que el tatuado en ese momento, se sentía satisfecho al darse cuenta que estaba logrando algo que había creído imposible.

Se podía decir que hasta la tensión había desaparecido por completo entre ellos, pues al dejarla en la empresa Mihyang le extendió la llave, lo cual le sorprendió, hasta que ella le preguntó como le daría la sorpresa, lo que le hizo sentir algo estúpido. Pero luego empezó a tener inseguridad acerca de su suegra, y la adolescente le aseguraba que ella no llegaría hasta tarde, ya que estaba con su hermana. Este siguió con la inseguridad, hasta que ella alzó la voz sobresaltándolo, pero luego soltó una carcajada y al despedirse le sonrió, lo que hizo que este se diera cuenta que estaba ganándose a la prima de su novia, por lo que ya no sería un problema entre ellos.
Le gustaba pensar que podría sentirse más cómodo cuando las viera, pero sentía que aún le quedaba ganarse a la madre de su novia, porque aunque no lo quisiera, notaba que no le agradaba como intentaba fingir sólo por su hija, para que así se sintiese cómoda.















(...)













Las horas fueron pasando y Jungkook se encontraba esperando ansioso a su novia. Los nervios crecían cada vez más, mientras se preguntaba si lo que había hecho era suficiente para que lo perdonara, pues se había atrevido a hablarle para preguntarle su horario, sin que sospechara nada para tener todo listo.
Al escuchar el sonido de la cerradura se levantó rápidamente del sofá, rogando que fuese Goeun, y no su suegra porque no sabría cómo no decirle que había discutido con la castaña. Quizás hasta ella lo sabía, porque Jungkook conocía demasiado bien a su novia, y estaba seguro que no era capaz de ocultar lo afectada que podía estar con la discusión, por lo que esperaba que no se lo hubiera contado. Pues, sólo lograría que le desagradaba más a Jung, pero luego pensaba en que Mihyang no parecía saber de la discusión, así que podía ser que su madre no supiese nada.

Sentía sus latidos acelerados hasta que vio a su novia que al cerrar, volteó a verlo sorprendida, por lo que rápidamente tomó el ramo de rosas amarillas que había dejado en la mesa pequeña a su lado.

—Hola —saluda por lo bajo, sonriendo nervioso.

—¿Q-Qué haces aquí?

Goeun al ver la comida en la mesa pequeña, un globo que tenía escrito "I love u", flotando a un lado del pelinegro, y este con las rosas amarillas en las manos, no podía evitar preguntarse qué era lo que le sucedía. No lograba comprenderlo siquiera un poco.

—S-Son para ti —decide tomar el globo también, para así caminar hacia la castaña.

—¿Por qué haces ésto?

—Porque actué como un imbécil cuando no te lo merecías  —explica con tranquilidad—. Y estoy realmente arrepentido, Goeun. ¿Podrías perdonarme? —al estar en frente de ella, observa como baja la cabeza, tratando de ocultar su sonrisa, por lo que el alivio vuelve a él—. No sé cuáles son tus flores favoritas...

—No tengo alguna —contesta conectando sus miradas—. Me gusta que me regalen las que decidan, porque todas tienen un significado y son los sentimientos que tienen hacia mí.

—Oh, ¿y qué significan estas? —pregunta observando las rosas amarillas con el ceño arrugado.

Goeun bajó también la mirada a las rosas amarillas, mientras su sonrisa se torcía un poco.

—¿Que cada día estoy más enamorado de ti y quiero llenarte de besos ahora? —sonríe entregándole las rosas.

Se acercó más acariciando su cabello, mientras ella se decía que debía confiar plenamente en su novio, en sus palabras que tendrían que agitar su corazón y hacerla chillar de emoción.

—¿Lo dices en serio? —pregunta nerviosa, sin ser capaz de sostenerle la mirada.

—¿A qué te refieres?

—A que estás cada día más enamorado de mí —responde por lo bajo debido a su inseguridad y los nervios.

Eso provocó que Jungkook sintiese ternura, por lo que sus dientes delanteros se asomaron por sus delgados labios. Goeun no pudo evitar sonreír también, porque nada le gustaba más que ver una sonrisa en su rostro y que fuese causada por ella.
Este llevó la mano a su mejilla, acariciándole con delicadeza, inclinándose lentamente hacia adelante, sintiendo como sus respiraciones se mezclaban.

—Creo que tengo una mejor forma de responder que decir sí o no.

Este siguió acercándose, hasta que sus labios se juntaron de una forma delicada que la sorprendió. Al sentir como empezaban a moverse sobre los de ella, no pudo evitar corresponderle, siguiendo su ritmo plácido.
Se sentía maravillada, porque jamás la había besado de una forma tan tierna como estaba haciéndolo, por lo que pasó una de sus manos por su hombro, deseando que no se separara jamás, ya que podría vivir por siempre en ese beso.

El tatuado se separó lentamente y ella suspiró queriendo volver a repetir, pero este la sorprendió dejando besos pequeños en sus labios, hasta que los repartió por todo su rostro, causando su carcajada.

—¿Eso contesta tu pregunta, Goeun?

—Supongo —responde divertida.

—Oh, entonces, creo que voy a tener que volver a besarte hasta que te sientas segura —dice juguetonamente, tomándola de la cintura, observándola con una sonrisa.

—Acepto que lo hagas.

—Vamos a comer y me cuentas cómo te fue hoy.

Jungkook entrelazó sus dedos para comenzar a dirigirse hacia el sofá, pero ambos tomaron asiento en la alfombra para así comer más cómodos.
Goeun dejó las rosas en la mesa a un lado de la comida, y este empezó a preguntarle acerca de cómo iba con la filmación del drama, por lo que ella le contestó emocionada, ya que le gustaba sentir su interés. 

Este por momentos le daba de comer provocando que riera, ya que podía hacerlo sola, pero aún así aceptaba gustosa, porque estaba adorando lo tierno que estaba actuando con ella.
No quería que nada arruinara aquel momento, no quería que dejara de mirarla con ojos de amor, ni que dejara de sonreírle, de demostrar un verdadero interés hacia ella que hacía que todas sus inseguridades se esfumaran. En ese momento se sentía segura acerca de los sentimientos de su novio.

Choi Goeun sentía que al fin pertenecía a un lugar.














(...)















Goeun observaba a Jimin bailar, sus movimientos tan delicados que la dejaban maravillada, boquiabierta, pensando que podría pasarse días enteros observándolo sin aburrirse o distraerse, porque este sabía capturar toda su atención, y no sólo la de ella, de quién quisiera.
Cuando este volteó echando su cabello rosado hacia atrás, sonriéndole, Goeun salió de su trance, sintiendo sus mejillas teñirse de rojizo porque sabía que había notado lo que le provocaba. Pero al escuchar su risilla conectó sus miradas, notando como sus orbes mieles desaparecían de una manera tierna, y su sonrisa tan resplandeciente, que causó la suya.

La fémina abrió los ojos sobresaltada al despertar, encontrándose con la luz de la luna que se colaba por la ventana e iluminaba un poco su habitación. Sentía una presión en su pecho y sus ojos cristalizarse al recordar a Jimin.
Todos los días se esforzaba por no pensarlo, por no extrañarlo, manteniéndose ocupada, o tratando de pensar únicamente en su novio, pero, a veces, como aquella madrugada, fallaba.

Había veces como estas, donde no podía evitar preguntarse si había hecho bien en aceptar lo que le pidió Jungkook, porque recordaba cada momento vivido con Jimin, cada sonrisa, cada mirada cómplice, cada suspiro, cada carcajada, cada abrazo. Recordaba cada sensación provocada, su manera de hacerle sentir que no estaba sola, y eso provocaba que se arrepintiera. Pero prefería aferrarse a los recuerdos cuando de cierta manera jugó con ella, para así poder seguir adelante y no seguir su impulso de llamarlo.
No quería más problemas con Jungkook, porque lo quisiera o no, tenerlos le afectaba de gran manera.

Las lágrimas comenzaron a brotar y los sollozos luchaban para escapar de su garganta, por lo que rápidamente volteó observando a Jungkook, que dormía plácidamente un poco alejado de ella.
Movió su brazo, pero al sólo escuchar cómo gruñía, sollozó.

—Jungkook...—volvió a mover su brazo y al ver como quería voltear para seguir durmiendo, sintió desesperarse porque quería más que nunca sollozar desconsoladamente. El dolor en su pecho era insoportable, tanto así que sentía que se le dificultaba respirar—. ¡Jungkook!

Este no pudo evitar sobresaltarse y al abrir los ojos, los refregó sentándose rápidamente. Al escuchar los sollozos de su novia, la miró preocupado sin comprender qué estaba sucediendo.

—Hey, ¿qué sucede? —se acerca preocupado tomándola del rostro, pero ella baja la cabeza—. Goeun, ¿qué sucedió? Dime.

—¿P-Puedes abrazarme? —pregunta entre sollozos.

Este sin dudar, la envolvió en sus brazos, haciendo que volvieran a recostarse, mientras ella se aferraba a él con fuerza, intensificando su llanto. En ese momento sentía que necesitaba dejar ir todo el dolor, porque quizás así podría quitar ese impulso de llamarlo para escuchar su voz, que sabía que era lo único que podría lograr calmarla.
No quería extrañarlo de esa manera, pero sabía que era normal por todo lo que vivieron, ya que Jimin había sido la persona más especial para ella, antes de Jungkook.

Los minutos fueron pasando, mientras Jungkook acariciaba su cabello y dejaba algún que otro beso en su cabeza, sin saber qué decir al respecto, hasta que el llanto de la castaña fue calmándose.
Escuchaba como por momentos sorbía su nariz y temblaba, por lo que la estrechó más en sus brazos dejando otro beso en su cabeza.

—¿Tuviste una pesadilla? —al sólo recibir un movimiento de cabeza que no logró comprender, decidió tomarlo como una respuesta positiva—. No te preocupes. Me tienes aquí contigo.

Ella lo abrazó con más fuerza, escuchando los latidos tranquilos de su corazón, y este no pudo evitar sonreír, acariciando delicadamente su brazo.

—Lo siento —dice en un murmuro casi inaudible.

—¿Por qué? —inquiere confundido, arrugando levemente el ceño.

—Porque luego de semanas sin vernos, podemos pasar la noche juntos, y yo como estúpida te despierto llorando —responde alzando un poco la cabeza, para así observarlo con la poca claridad que entraba por la luna.

—No digas eso. Fue lo mejor que yo estuviera aquí esta madrugada para consolarte, ¿no crees?

—Lo siento.

—Hey, ya basta de disculparte —la toma de la barbilla—. Además, la madrugada no acaba.

—¿Qué quieres decir con eso? —pregunta sintiendo como su temperatura corporal aumenta, y traga con dificultad.

—Que además de abrazarte...me gustaría hacer algo más para hacerte olvidar lo de recién —responde con voz profunda, acariciando con el pulgar su barbilla, hasta que sube lentamente a su labio inferior, que está húmedo por su saliva al haberse remojado los labios segundos antes—. ¿No te gustaría, cariño? —Goeun siente como su respiración se vuelve pesada, mientras un cosquilleo baja por su vientre, y Jungkook sigue acariciando su labio inferior—. ¿Por qué no respondes, Goeun? ¿Estás imaginándotelo?

Este soltó una pequeña risa ronca, pero fue interrumpida por los labios de su novia, lo cual lo tomó por sorpresa, pero no dudó ni un segundo en corresponderle de la misma manera hambrienta. Bajó las manos a su cintura, colocándola por completo sobre él, provocando que sintiese el bulto bajo la tela de su bóxer.
Este dejó una mano sobre su cintura, mientras la otra la subía a su nuca profundizando más el beso, lo que hizo que sus dientes chocaran por un momento, pero a ninguno le importó porque el deseo era demasiado intenso.

Jungkook hizo que se presionara para que sintiese lo duro que ya se encontraba, por lo que ella hizo un sonido involuntario con la garganta, y empezó a hacer movimientos circulares,  buscando más fricción. El pelinegro gruñó y le quitó la camiseta que llevaba, mordiendo su labio inferior al lograr ver un poco sus senos pequeños, pero firmes.
Fascinado se sentó pasando las manos su cintura, subiendo hasta llegar a estos, comenzando a masajearlos, a apretarlos, mientras escondía su rostro en su cuello aspirando su aroma, para luego besarlo, pasando su lengua y dejando pequeñas mordidas, lo cual le sacaba jadeos y suspiros a Goeun.

Ella buscaba más fricción sintiendo sus bragas húmedas por la necesidad de sentirlo de una vez, por lo que este gruñó tirando un poco de su cabello, fingiendo embestidas. Este bajó los besos por su pecho, hasta llegar a sus senos llevando uno a su boca, mientras el otro lo apretaba con su mano, y Goeun se aferraba a su cabello, inclinando la cabeza hacia atrás.

—J-Jungkook —jadeó sin poder pensar con claridad, dejándose llevar por el placer, mientras este cambia de seno, apretando su cintura.

Sus sentidos estaban dispersándose y Jungkook levantó la cabeza, conectando sus miradas otra vez. Goeun tenía sus labios hinchados entreabiertos, su pecho subía y bajaba al igual que el de él, y sus piernas temblaban por la emoción de lo que se vendría.
Este mordió su labio inferior con fuerza, mientras ella volvía a moverse, por lo que cerró los ojos gimiendo por lo bajo, porque su erección se había vuelto demasiado molesta, y ya no era capaz de seguir ignorándola.

—Oh, Goeun, deja de hacer eso —murmura rogante, aunque sabe que no es lo que quiere.

—¿Por qué quieres que pare? —pregunta con la respiración pesada, aferrándose a su cabello.

—Porque no voy a poder soportarlo más.

Goeun sonrió satisfecha porque quería más que nada que la tomara, por lo que aumentó sus movimientos, escuchando como Jungkook gruñía, moviendo también sus caderas buscando más fricción.

—¿Estás poniéndome a prueba?

—También lo deseas.

—Quería hacerte disfrutar más —murmura con dificultad, llevando las manos a su trasero apretándolo con fuerza.

—Te quiero dentro de mí...ahora —dice observando su rostro, como este junta sus cejas jadeando.

Jungkook llevó rápidamente las manos al borde de su bóxer, por lo que Goeun se quitó de encima suyo para abrir el cajón de la mesa de noche y buscar un condón. Al tener uno en la mano, se lo entregó a su novio, para luego quitarse las bragas, deseando que se lo colocara rápidamente para poder sentirlo de una vez.

Una vez que terminó de desenrollarlo por el falo, tomó la muñeca de su novia, para acercarla de manera brusca, lo que causó que ella jadeara. Alineó el miembro contra su entrada y lo introdujo con lentitud, escuchando como un quejido quebrado escapaba de los labios de su novia, aún así buscaba relajarse mientras sentía como este la llenaba por completo, gruñendo.

—Me encantas. En verdad, me encantas tanto —musita comenzando a embestirla.

Goeun al escucharlo, jadeó pasando los brazos alrededor de sus anchos hombros, siguiendo su ritmo, lo que hizo que este se perdiera aún más en el calor de su estrechez.
A medida que más aumentaba el ritmo, a la fémina se le dificultaba más mantener la boca cerrada, por lo que Jungkook al escucharla gemir en su oído, inclinó la cabeza hacia atrás, cerrando los ojos.

—Mierda, no dejes de gemir así para mí—pide con su voz inyectada de placer. Apretó sus caderas a la vez que se entierra más en ella, lo que hizo que la castaña arqueara la espalda, gimiendo por lo alto, mientras clava las uñas en sus hombros—. Se siente tan bien, cariño.

Goeun no era capaz de contestar, porque sus embestidas rítmicas estaban haciendo que su placer la cegara, y el nudo en su vientre estuviese por explotar. Sus movimientos estaban volviéndose torpes y se sentía temblar, por lo que Jungkook al notarlo, en un movimiento rápido, la hizo recostarse, colocándose sobre ella sin salirse de su interior, por lo que gimió de sorpresa.

Estaba adorando sentir su calor corporal y más cuando este aumentó sus embestidas con facilidad, llevando los dedos a su clítoris hipersensible, haciendo movimientos circulares.

—E-Estoy cerca —avisa con la voz algo aguda, llevando las manos a su espalda, sintiendo sus piernas temblar aún más.

—Lo sé, cariño, lo sé. Quiero que lleguemos juntos —dice agitado cerca de su oído.

Sus embestidas se volvieron más torpes, pero rápidas al igual que el movimiento de sus dedos, por lo que Goeun clavó las uñas en su espalda sintiendo que iba a colapsar. Dijo su nombre en un hipo, mientras sus paredes apretaban el miembro de Jungkook, y sus piernas flaqueaban.

Este la embistió una última vez, sintiendo como se corría dentro del condón, mientras sacaba la mano de su feminidad, llevándola a su cadera, apretándola con fuerza y con la otra se aferraba a uno de los cojines, gimiendo ahogado.
Goeun jadeó por lo bajo, sintiendo como se derrumbaba por el intenso orgasmo, al igual que Jungkook que dejó caerse sobre su cuerpo, por lo que ella giró el rostro para tomar una bocanada de aire.

Este aún intentando recuperar el aliento, levantó la cabeza para mirarla, sonriendo al verla tan agotada.

—¿Goeun?

—¿Qué sucede? —pregunta agitada, conectando sus miradas.

—Te amo —confiesa en un murmuro, antes de juntar sus labios en un pequeño beso.

¡Hola!

¿Qué les pareció el capítulo? ¿Creen que Jungkook esté siendo sincero? ¿Goeun se estará arrepintiendo?

Decidí escribir un capítulo más tranquilo a comparación de los de siempre que les hace terminar enojadxs, aunque se me hizo bastante extenso. ¿Les gusta que sean así? Porque el siguiente creo que también lo va a ser y no quiero abrumarles

En fin, espero que les haya gustado tanto como a mí escribirlo, si es así no se olviden de votar y comentar

Capítulo dedicado a mi amorcito harmieh0595. Gracias por apoyar tanto esta historia, recomendarla, y enviarme tus audios que tanto adoro enojada por el comportamiento de Jk JAJSJSJ espero que hayas disfrutado del capítulo.
Te amo, cielito <3

¡Nos leemos pronto!

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