32; AUTOCONTROL
❝AUTOCONTROL❞
—¡Deja de llorar! —ordena enfurecido.
—Jungkook, por favor...—solloza la castaña cubriéndose el rostro con las manos.
—¡Todo ésto es tu maldita culpa! No puedo creerlo. En verdad, no puedo creer como fuiste capaz de decirle eso —dice entre dientes frustrado, pasando las manos por su rostro, subiendo hasta llegar a su cabello, tirando de este—. ¡¿Cómo pudiste ser capaz de hacerme algo así?!
Goeun estaba sentada en su cama haciéndose pequeña en su lugar. Se repetía a sí misma que no debía tener miedo porque se trataba de su novio, pero recordaba como al principio también actuaba igual de agresivo. Como lograba paralizarla, que quisiera huir, porque no sabía de lo que era capaz y alguien siempre estaba con ellos, por lo que lograban detener la situación.
Ahora que se encontraban solos en su habitación, quería más que nada que dejara de gritarle, que dejara de insultarle porque además de que le dolía, le hacía sentir una presión en el pecho que se le dificultaba respirar, sentía como estaba temblando.
Habían pasado días desde que ella había hablado con Jimin, desde entonces, Jungkook ya no le contestaba las llamadas por más que ella insistía y le dejaba mensajes.
Se había desesperado por su comportamiento, hasta que ese día al abrir la puerta, apareció frente de ella llenándola de felicidad.
Quiso brincar hacia él, pero este la apartó rápidamente desconcertándola por completo, pues desde que estaban juntos jamás se había comportado así de frío con ella. Al notarlo tenso subieron para hablar en su habitación y en cuanto cerró la puerta, Jungkook explotó.
Empezó a gritar por lo que le había confesado a Jimin, mientras ella lo miraba atónita sin saber qué decir porque no creía para nada que había hecho mal en confesárselo. Creyó que fue lo mejor decirle la verdad, para que así los comprendiera, pero ahora, al tener a su novio de esa manera se arrepentía completamente.
No había soportado su manera de mirarle, de gritarle, de insultarle, ni siquiera fue capaz de decir algo. Sólo rompió en llanto pidiendo que se detuviera, pero él no parecía ser capaz porque estaba siendo controlado por la rabia, por el dolor, por el rencor.
—¡Deja de llorar y di algo! —se coloca frente de ella, sin soportar verla de esa manera porque sólo despertaba más su rabia—. ¡¿Por qué fuiste tan estúpida como para hacer eso?!
—S-Sólo dije la verdad, no sabía que te molestaría —dice entre sollozos, bajando un poco las manos para verlo.
—Oh, claro, sólo exhibiste mis inseguridades con él. Perfecto —ríe cínico, tomándose el puente de la nariz por un momento—. ¡Jimin ahora me odia y todo por ti! Porque fuiste capaz de decirle que te prohibí hablar con él.
—¿Cómo iba a saber que eso iba a pasar?
—¡¿Es que lo ves?! ¡Eres muy estúpida! —grita frustrado—. ¿Cómo pasó por tu cabeza creer que Jimin sería incapaz de odiarme, si tú, que eras su supuesta mejor amiga, se alejaba de él por mí?
—Lo arreglarán. Siempre lo hacen —sorbe su nariz—. Por favor, cálmate.
—¡¿Cómo quieres que me calme cuando has hecho que Jimin me odie?! —voltea dándole la espalda, tomando una bocanada de aire al sentir un nudo en la garganta—. Jamás me lo va a perdonar y es todo tu culpa.
Goeun volvió a sollozar sintiéndose una idiota, porque creía que Jungkook tenía razón. Había actuado mal al decirle la verdadera razón de su alejamiento a Jimin, pero es que en ese momento había creído que era lo mejor y no quería este la odiara, porque sentía que no lo soportaría.
Ahora ella se odiaba. Quería golpearse a sí misma por haber abierto la boca y causar que Jungkook se enojara de esa forma con ella, porque sólo deseaba poder sentirse querida por él. Poder sentir sus brazos rodearla, ver sus ojos brillantes, pero no.
Lo tenía en frente completamente cegado por la rabia, odiándola, lo que hizo que sollozara desconsoladamente, clavando la uñas en sus brazos a través del suéter fino, para así intentar calmarse un poco, pero no funcionaba.
Jungkook suspiró tomando el puente de su nariz, tratando de desaparecer el dolor que sentía porque no iba a romperse otra vez por ese motivo, aunque cada día el ver como lo ignoraba lo destrozaba de peor manera.
Al voltear y ver como estaba la fémina, sintió como la culpa lo golpeaba, por lo que decidió acercarse a paso inseguro, colocándose de cuclillas frente a ella, quitando sus manos de sus brazos, para así lograr llamar su atención y que lo mirara, pero ella no podía dejar de llorar.
—Hey, mírame —pide con voz suave—. Mírame, cariño, por favor.
Goeun sorbió su nariz y sollozando volteó a verlo, sintiendo como este llevaba las manos a sus mejillas para limpiar las lágrimas con sus pulgares.
—Lo siento —dice con la voz más aguda de lo normal.
—Ven aquí —Jungkook se sienta a su lado y la toma de los brazos para hacer que se siente en sus piernas.
Goeun apoyó la cabeza en su hombro, sintiendo como sus brazos la rodeaban, por lo que se aferró a este aún sollozando, ya que la manera en que le gritaba, lo que le dijo, se repetía en su cabeza porque seguía sin creérselo.
—Lo siento. En verdad, lo siento —repite con voz débil—. No quería que eso pasara. Lo siento.
—Tranquila, ya pasó —murmura acariciando su cabello.
Los minutos pasaban, mientras este acariciaba su cabello y ella iba calmando su llanto, hasta que dejó de sollozar. Aún así, seguía sintiendo aquel dolor en su pecho, como también miedo, miedo de que su relación no tuviera un futuro.
Lo quería demasiado, a pesar de sentir que era un caos, pues estaba dispuesta a juntar cada pieza de su corazón destrozado para reconstruir el de él.
Sólo esperaba lograrlo porque no quería un final entre ellos. Pensar en eso la asustaba de gran manera.
Este llevó la mano a la mejilla de ella, e hizo que se separara unos centímetros para poder verla al rostro. Sus ojos y punta de nariz estaban enrojecidos por haber llorado, lo cual hizo que su corazón se encogiera, porque la voz de su cabeza le gritaba que había actuado demasiado mal.
—No quise actuar así, Goeun.
—Está bien, sé que fue mi culpa.
El pelinegro observó cada centímetro de su rostro sintiendo como la culpa iba aumentando, por lo que juntó sus labios en un pequeño beso, seguido de otro y otro, tratando de que así desapareciera y fuera reemplazada por la calma.
Al separarse y ver cómo las facciones de ella se relajaban, volvió a juntar sus labios, esta vez moviéndolos sobre los suyos siendo correspondido a los pocos segundos.
Al sentir como la lengua de ella se deslizaba sobre su labio, hizo que acomodara las piernas a los costados de él, mientras llevaba las manos a su cintura. Fue bajando lentamente las manos hasta llegar a su trasero que no dudó en apretar, provocando que ella hiciera un sonido involuntario con la garganta, llevando las manos a su nuca al profundizar más el beso.
—Te necesito, Jungkook —jadea sobre sus labios, ambos están con las respiración pesada.
Este abrió los ojos encontrándose con los suyos cafés que lucían deseosos, por lo que sonrió por un momento, para luego volver a besarla de manera hambrienta, apretando nuevamente su trasero. Jungkook subió las manos para quitarle el suéter junto a la camiseta, sintiéndose satisfecho al ver que no tenía sostén.
Tomó uno con su boca, estimulando el otro con su mano. Toda su atención estaba en sus pechos, disfrutando de como ella tomaba su cabello.
Goeun al sentir su lengua y dedos en los pezones, la hacían jadear, mientras su respiración se volvía entrecortada.
Cuando cambió ella suspiró comenzando a mover sus caderas buscando fricción, logrando sentir el bulto. Este gruñó apretando su cintura con la otra mano, disfrutando de la sensación, mientras ella buscaba mas contacto lo que hizo que este fingiera embestidas.
—Jungkook...—jadea tirando de su cabello y toma los bordes de su camiseta para quitársela.
Seguían con los movimientos buscando más fricción, Goeun acariciaba su torso bajando hasta encontrarse con el cinturón de cuero de su pantalón que desabrochó. Al bajar otro poco pudo acariciar la punta de su miembro sobre la tela de su pantalón, lo que provocó que este gimiera, mientras la observaba fijamente.
Ambos estaban ardiendo, necesitaban del otro porque la lujuria iba en aumento y, Goeun sentía como su corazón brincaba emocionado. El aliento tibio de su novio chocó contra su cuello cuando se aferró a ella al sentir como seguía con las caricias.
Este al ya no poder controlarse más, le quitó el pantalón, al igual que bajó el suyo, sintiendo la intensa mirada de la castaña cuando se quitó también el bóxer. Pero es que siempre quedaba maravillada al verlo con algunas venas marcándose.
Tanto así que al volver a colocarse encima de él, empezó a acariciar su miembro lentamente, extendiendo el líquido pre-seminal. Al sentir como apretó la base, este suspiró observándola con atención, y al volver a subir acarició su glande, por lo que Jungkook no se quedó atrás.
Pasó los dedos por su pliegues para recolectar un poco de lubricante y comenzó con los movimientos circulares en su clítoris.
Goeun cerró los ojos por un momento jadeando, no podía evitarlo por lo que sus caderas se movían siguiendo los movimientos del pelinegro, que disfrutaba de verla así.
—Por favor, Jungkook —jadea al sentir como sus dedos se deslizan a su entrada y cuando cree que va a introducirlos por completo, vuelve a subir a su clítoris.
—¿Qué quieres, mi amor? —pregunta con la respiración pesada al sentir como ella lo masturbaba y no puede evitar gruñir.
—Ya no puedo más. Te necesito —murmura soltando su miembro haciendo que le roce el vientre.
Este la tomó bruscamente de las caderas acercándola más, bajó una de las manos a su miembro guiándolo a su entrada, restregándolo, sintiendo como se tensaba. Sin más, empujó introduciéndolo, observando con atención como las cejas de ellas se contrajeron y un grito ahogado escapó de sus labios.
No había entrado por completo, por lo que volvió a salirse, para luego entrar con más fuerza y por completo, sintiendo como ella clavaba las uñas en sus hombros, gimiendo por lo alto, mientras él gruñía al sentir como sus paredes le apretaban el miembro.
Era una sensación deliciosa para ambos, a Goeun le gustaba sentirse llena y se aferraba a él para así sentirlo más profundo. Jungkook llevó las manos a su trasero apretándolo con fuerza, ayudándola con los movimientos que iban aumentando.
El sonido lascivo de sus cuerpos sólo lo excitaban más, ella llevó las manos a su antebrazos clavando las uñas, notando lo tenso que se encontraba.
Con cada empuje de su cadera lograba que ella gimiera, este la observaba atento, mordiendo su labio inferior con fuerza, hasta que sus miradas se conectaron.
Los recuerdos volvían a su cabeza, las última vez que tuvo a Heekyung de esa forma, como follaron de manera dura tratando de así quitarse todas sus ganas, pero ahora sólo deseaba que fuera sus ojos los que mirara.
Tragó con dificultad y cerró los ojos con fuerza, tomándola del cabello, escuchando como un grito ahogado escapó de sus labios. Empezó a embestirla con fuerza, duro, y profundo, deseando quitar a su exnovia de su cabeza, para así concentrarse en que estaba con Goeun, y eso le encantaba.
—J-Jungkook...
—Muévete —ordena dándole un azote que provocó que chillara, pero ese ardor se transformó en placer por lo que siguió rápidamente el ritmo de su novio.
Goeun sentía su orgasmo próximo, por lo que se aferraba a los hombros de Jungkook con fuerza, sintiéndose algo agotada. Cuando este le dio otro azote, para luego apretar su trasero enterrando los dedos con fuerza, la fémina soltó un grito ahogado, arqueando su espalda por la delirante sensación de haber alcanzado el orgasmo.
Jungkook gruñó al sentir como las paredes de ella se contrajeron alrededor de su miembro, pero aún así siguió embistiéndola, volviéndose algo descuidado.
—Déjame correrme en tu boca —pide entrecortado.
Goeun asintió y este se salió de su interior rápidamente, por lo que ella se colocó en cuclillas frente a él.
Lo tomó de la base humedeciendo sus labios para luego introducirlo en su boca, llegando hasta la mitad, mientras se ayudaba con la mano.
—Vamos, mételo todo, Goeun —murmura con voz profunda llevando la mano a su cabello, impulsando hacia adelante, deslizando el miembro hondo hasta su garganta.
Goeun hizo un sonido involuntario con la garganta, cerrando los ojos con fuerza, pero aún así siguió con los movimientos, escuchando como este gruñía. Se mantuvo así por unos momentos, hasta que Jungkook llevó también la otra mano a su cabeza dejándola inmóvil, para luego mover sus caderas embistiéndola.
Unas lágrimas rodaban por las mejillas de ella, pero escucharlo gemir aferrándose con fuerza a su cabello le fascinaba. Luego de un par de embestidas más, sintió como Jungkook se corría en su boca, llenándola de su esencia.
Este sacó el miembro de su boca, recuperando el aliento, y Goeun tragó con algo de dificultad, para luego pasar la mano por sus labios limpiándose los restos. El pecho de Jungkook subía y bajaba, tenía su rostro enrojecido, estaba sudado, por lo que pasó la mano por si frente y al observar a su novia, sonrió.
—Ven aquí —la toma del rostro acercándola a él, mientras ella sonríe—. Te quiero, Goeun.
—Yo te quiero más —murmura pasando las manos por sus hombros.
Este juntó sus labios en un pequeño beso, para luego esconder el rostro en su cuello, cerrando los ojos con fuerza al sentir una punzada en su pecho porque los recuerdos seguían allí, igual que la culpa.
(...)
Jungkook no podía creérselo. La suerte parecía no estar para nada de su lado, sentía que estaban poniéndolo a prueba.
Una prueba que sin duda sería muy fácil de fallar, porque aunque llevara mucho tiempo tratando de quitar sus recuerdos, de borrar todo rastro de ella, sentía que aún seguía dentro de él, metida muy profundo.
Seguía sintiéndose enfermo por ella que a la misma vez podría ser su cura, pero si lo pensaba con más claridad se decía a sí mismo que, en realidad, sólo terminaría matándolo por completo. No quería eso para nada, aunque cuando lo miraba con aquellos ojos almendrados, sentía que era capaz de tomar el riesgo.
Eso le hacía arrepentirse de haber aceptado volver a ver a sus amigos, porque por más que por momentos el rencor hacia Goeun lo golpeaba, prefería estar con ella sintiéndose seguro, que estar allí queriendo joderse a sí mismo.
Chungho y Heekyung se encontraban en el sofá grande sentados, mientras que Jungkook estaba en el pequeño y Donghyun en el otro.
Desde que llegó sintió como la tensión iba creciendo, cruzaban miradas, y sabía que ella estaba reprochándole por todas las llamadas y mensajes que había ignorado, pero estaba seguro que era lo mejor porque así evitaría caer en la tentación otra vez. No quería volver a arrepentirse de sus errores, además, sentía que estaba enamorándose de Goeun.
—Ya, no se pongan amargados. Tenemos que aprovechar que Jungkook está aquí, porque siempre nos deja abandonados por meses, ¿cierto? —pregunta Donghyun, ya que Chungho y Heekyung rechazaron beber.
—Sólo a nosotros, porque a pesar de estar ocupado cuando se trataba de Heekyung, hacía hasta lo imposible por verla —ríe.
Jungkook al escucharlo se tensó y tragó con dificultad, volteando a ver a Heekyung que reía como si lo que hubiese dicho no moviera nada en ella, como le pasaba a él porque los recuerdos comenzaban a pasar por su cabeza.
—Oh, eso era cuando estábamos de novios, ahora estoy en el mismo lugar que ustedes —rueda los ojos, restándole importancia—. Además, me imagino que ahora está con alguien más y, esa persona será la afortunada de que Jungkook haga hasta lo imposible por verla.
—¿Es así, Jungkook? —pregunta mirándolo con picardía, Donghyun.
—¿Por qué ya no nos cuentas nada? Te has vuelto demasiado amargado —reprocha frustrado.
—¿Qué importa si lo estoy o no? Si no quiero decirlo, no lo diré y ya.
—No me digas que es porque está tu exnovia aquí, hasta Heekyung ya está con alguien —comenta Chungho.
Jungkook en ese momento se estremeció y volteó a verla, como ella reía negando con la cabeza, sin siquiera mirarlo.
¿Esa era la razón por la que llevaba dos semanas sin buscarlo? ¿Ya lo había superado? Aquellas preguntas se instalaban en su cabeza, creando un caos dentro de él.
—¿Es cierto eso, Heekyung? —se atreve a preguntar tratando de mostrarse neutro.
—Al igual que tú, prefiero no contestar —sonríe ladinamente.
—Iré a buscar para beber —habla levantándose.
Comenzó a dirigirse hacia la cocina de la casa de Chungho, mientras intentaba mantener la calma, porque sabía perfectamente que no debería afectarle para nada el hecho de que Heekyung, estuviese con alguien más. Al contrario debería sentirse aliviado de saber que ya no le molestaría para nada.
Llevó la mano a su nuca tirando de su cabello, suspirando frustrado porque necesitaba quitarla de su cabeza.
Su celular comenzó a vibrar, por lo que lo sacó de su pantalón y al ver que era un mensaje de Goeun, tomó una bocanada de aire.
¿Qué estás haciendo?
La verdad es que me hubiera encantado que te quedaras más tiempo conmigo,
pero entiendo que no quisieras, amor.
Estoy con mis amigos.
Ya sabes, de los que te he hablado.
¿Y están sólo ustedes tres?
¿A qué te refieres?
Si no hay alguien más.
Ve al grano, Goeun.
Está bien.
Me refiero si Heekyung no está también
allí, como es la prima de Chungho, y sé
que aún no debe aceptar que estemos
juntos.
No.
Ella no está aquí.
¿Contenta?
No quiero que te enojes
Es sólo una pregunta, cariño.
Ya, déjame tranquilo.
No quiero estar con el celular
mientras estoy con ellos.
El hablar sobre ella sólo lograba enloquecerlo más, porque no entendía para nada su comportamiento, así como sucedió cuando estaban juntos. Comenzaba a creer que realmente estaba con alguien más, que ahora deseaba a otro hombre, que ahora otro tenía toda su atención y, eso provocaba que sintiera su sangre hervir.
Al escuchar unos pasos, rápidamente se acercó a la nevera, aún con el celular en su mano, tratando de mantener la calma.
—Oh, vine a ver porqué tardabas tanto —dice aquella voz femenina, causando que se estremezca.
—Lo siento, estaba contestando unos mensajes —carraspea la garganta, dejando dos botellas de Soju en la mesada. Al verla acercarse de manera segura y una sonrisa como si estuviese gozándolo, no pudo evitar tensarse repitiéndose que debía tener autocontrol.
—Tú nunca contestas los mensajes, así que ahora tengo la seguridad de que realmente estás con alguien —sonríe ladina—. Déjame adivinar. Es Choi Goeun, ¿o me equivoco?
—¿Si lo admito, también lo harás tú? —traga con dificultad al conectar sus miradas. Al no ser capaz de retenerla, volteó apoyando las manos en la mesada, sintiendo como ella vuelve a acercarse, por lo que cierra por un momento los ojos.
—Si quieres saber si ya te he superado, la respuesta es no —responde con suavidad, apoyando también las manos.
Este al sentir como sus meñiques se rozaban, giró la cabeza a verla sorprendido, mientras que ella lo miraba con una sonrisa tranquilizadora, que provocaba que todo el caos que sentía por dentro, desapareciera.
En ese momento no pudo evitar sonreír al igual que ella.
—¡Ya, traigan las bebidas de una vez! —el grito de Chungho los hace sobresaltar, pero luego ella suelta una risilla.
—Vamos, antes de que se molesten más.
Ella tomó ambas botellas que se encontraban en la mesada y este buscó dos más en la nevera, para luego seguirla.
En cuanto volvieron, observaron como ambos se encontraban en los sofá pequeños, concentrados en un videojuego, soltando algún que otro insulto molestándose.
Jungkook volteó a ver a Heekyung, que se sentaba en el sofá grande, por lo que no lo dudó ni un momento y se sentó a su lado, sintiendo como su corazón brincaba de emoción.
Carraspeó la garganta tratando de volver a sentirse normal, pero en cuanto le dio un sorbo al Soju, giró la cabeza compartiendo una mirada y sonrisa cómplice con Heekyung. Aunque no lo quisiera, lo emocionaba, porque eso significaba que aún seguía siendo importante para ella.
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