4.
[Jimin]
Alcé la vista al encontrar una mano muy reconocible sobre la pantalla del móvil que segundos antes absorbía toda mi atención. Estaba chateando con Jungkook, lo llevaba haciendo los últimos diez minutos del examen que acabábamos de hacer toda la clase. Si lo terminabas, podías invertir tu tiempo en lo que quisieras, siempre que no molestara a los demás alumnos. Yo, como siempre, lo invertí en Jungkook. Para mi suerte, el pelinegro invertía su tiempo en el móvil durante casi todo el horario escolar.
- ¡Me ha salido genial el examen! -alcé una ceja, intentando comprender por qué esas palabras habían salido de la boca de Taehyung con molestia. - ¡Genial te digo! ¡El mejor examen de mi vida!
- ...
- ¡Incluso me ha sobrado tiempo para repasar y retocar las mayúsculas! -soltó una especie de lamento y se derramó sobre mi escritorio dramáticamente, terminando en el suelo. Le observé desde arriba, intentando comprender su comportamiento. Era uno de mis desafíos diarios. Era el desafío diario de cada persona que conociera a Taehyung.
- Ahora es el momento en el que me explicas porque me lo cuentas como si fuera una mala noticia y no al contrario. - Taehyung suspiró a medida que se levantaba lentamente, terminando por sentarse sobre mi mesa, mis libros y varios bolígrafos. De ninguna forma podía ser cómodo. - ¿Está mal que vayas a aprobar?
- ¡Está mal que vaya a aprobar gracias a que me pasé toda la tarde estudiando con Hoseok! -no tardé en comprender el problema. O bueno, el problema para Taehyung. - ¡Estudiando! ¡No despegó la vista del libro ni un segundo! ¡Ni siquiera cuando me derramé el batido de chocolate encima adrede y tuve que cambiarme de ropa en frente suya! ¡Nada, absolutamente nada!
- ¿No te dijo que te ayudaría a estudiar?
- ¡Nadie dice eso en serio, Jimin! ¡Tú precisamente lo sabes muy bien! -suspiró y se dejó caer hacia atrás, quedando la mitad de su cuerpo boca abajo, colgando de mi pupitre. - Creo que tiene un fetiche con los libros.
- ...
- Puede que sea librófilo.
- Eso ni siquiera existe.
- Existe, y Hoseok lo es. -tomó aire y volvió a incorporarse de nuevo, cambiando completamente la expresión a una más decidida. - Tengo que quemar todos los libros del mundo. Deshacerme de la competencia.
Asentí un par de veces, centrándome de nuevo en mi móvil mientras las palabras de Taehyung se alejaban cada vez más y más de mi foco de atención, hasta que llegó un momento en el que apenas le oía. En su lugar, Jungkook mandándome fotos desde su clase, invadía cada sentido que poseía. Sonreí a la pantalla y respondí con un icono de un corazón a la última foto.
- ¿Y cuándo vas a dejarle? -la impertinente voz de Taehyung se coló de nuevo en el pequeño momento que me había creado con el pelinegro. Suspiré, ignorándole, entreteniéndome con las fotos que el menor no dejaba de enviarme. En la última se había pintado un eyeliner con rotulador y no podía esperar a ver el resultado de aquella idea. - Estoy empezando a reconocer su cara, Jimin. Hace años que no reconozco la cara de uno de tus chicos.
- No es mi culpa que tengas memoria de pez.
- Si me dieras más tiempo, los recordaría. No te pido mucho, tan solo un mes como mínimo. -se interpuso entre mi campo de visión y el móvil, observando de cerca la foto que acababa de abrir de mi pelinegro. - Es lindo. Me gusta su nariz. -le dejé que siguiera mirando las fotos. Después de todo, estaba completamente orgulloso de Jungkook, y si algo me gustaba, era mostrárselo a los demás. - ¿Puedo encariñarme con él o vas a cortar lo que sea que tengáis en poco tiempo?
Miré a Taehyung, quien estaba con la vista enfocada en el móvil, hablando sin distraerse. En verdad, tampoco le veía a él. Estaba ausente debido a sus palabras, pensando en qué responderle.
¿Era Jungkook diferente? ¿Era el chico con el que volvería a dar el paso?
Después de mi última relación hacía dos años, me costó un tiempo recuperarme. Y viendo el tiempo récord en que empecé a cortar las siguientes, no tardé en darme cuenta de que aquella ruptura me había afectado más de lo normal. Taehyung, como mejor amigo, se había acostumbrado a ni siquiera recordar el nombre de los chicos que me acompañaban durante un tiempo, pues no tardaban en desaparecer de mi vida, y por lo tanto de la suya, en un pestañeo.
Pero con Jungkook las cosas empezaban a ir diferente, empezaban a durar más, y lo que más me desconcertaba, es que no me cansaba en absoluto de él. Casi cuatro meses y seguía emocionándome como la primera vez que escuché un "sí" de sus labios.
Pestañeé, volviendo al mundo real, y arrebatándole mi móvil a Taehyung de las manos. Seguidamente la profesora entró en la clase y el timbré invadió cada centímetro del centro. En ese orden. Como punto final Taehyung se bajó de mi mesa, dirigiéndose a su sitio, un par de metros más adelante, en primera fila.
- ¡Ey, Taehyung! -A mitad de la clase le lancé una bola de papel, llamando inevitablemente su atención cuando le golpeó en la cabeza. La profesora ni se inmutó. A pesar de todo, escribí una frase en una nota y al igual que el otro papel, fue a parar a Taehyung, aunque en este caso en su regazo. La miró con desconcierto y luego a mí, lo que me desesperó. - ¡Ábrela! -susurré.
- Pue... puedes encariñarte de... ¿él? -me miró con extrañeza y vocalizó de forma muda la frase, repitiéndola sin quitarme la vista de encima. Yo vigilaba que la profesora no se percatara de nuestra falta de atención a su clase. - ¿Puedes encariñarte de él? -asentí efusivamente, alegrándome del avance de comprensión. - ¿De quién vas a encariñarte? - rodé los ojos, desesperado, y le escribí rápidamente otra nota que fue a para directa a su frente y luego al suelo. La cogió, leyó, y volvió a mirarme, abriendo la boca de par en par, comprendiendo finalmente lo que quería decir. - "No yo, sino tú. De Jungkook. Lo que antes me has preguntado" -leyó en voz baja para sí mismo, alta para el silencio de la clase. La profesora seguía sin percatarse. Taehyung me miró sonriente, con un brillo especial en sus ojos. Estaba emocionado. - ¿Hablas en serio? -asentí de nuevo, tan contento como él. - Puedo cogerle cariño...
- ¿Se puede saber a quién puedes coger cariño en medio de mi clase?
Y todo se quedó en silencio, tornándose a las palabras que la profesora soltó frente a Taehyung, quien se giró lentamente hacia ella. Estaba apoyada en su pupitre, y probablemente el castaño era la única persona que mantenía su confianza con esa profesora que parecía estar a punto de comérselo, y no en el buen sentido.
- A Jungkook -suspiré. No me esperaba menos de él. Al parecer toda la clase se sorprendió, incluida la profesora. Eran novatos con Taehyung aún. Acabábamos de empezar el curso. - El novio de Jimin.
Después todo el mundo se giró hacia mí. Sonreí educadamente y fingí no prestarles atención. No, de hecho no lo fingí. No me importaban, no les prestaba atención, porque mi cabeza estaba a rebosar con las palabras de Taehyung.
Mi novio. Hacía tiempo que algo no me sonaba tan bien.
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