LIENZO 21
Agárrense los pantalones que vienen curvas, comienza la acción y la historia comienza a enrevesarse, que la disfrutéis!!
PETER
Llegué a toda prisa al lugar acordado albergando la esperanza de que el asunto fuera más grave de lo que mi hermano daba a entender con su actitud; Drogo parecía realmente nervioso y no era típico en él.
Por lo que había sucedido momentos atrás, no deseaba dejar sola a Alice, aunque en el estado en el que se encontraba mi hermano, era casi imposible de que se despertase antes de que ella marchase a la galería.
Pero no podía evitar sentir la necesidad de protegerla ante cualquier persona que osara atacarla o hacerle daño. Yo mejor que nadie comprendía lo que era ser un ente diferente y extraño en un mundo de humanos.
Cuando llegué al aparcamiento de la facultad, vi como él caminaba a un lado y a otro con las manos inquietas, esperándome impacientemente cuya aura emitía rayos provocados por su tensión.
Cuando levantó su vista, dio varios pasos hacia mí con rapidez sobrehumana. Casi podía verlo temblar.
—Peter, tenemos problemas...
—¿Qué es lo que pasa? —Le pregunté preocupado. Sus manos agitaban su cabello mientras que seguía dando vueltas a mi alrededor con la respiración entrecortada. La situación comenzaba a tornarse oscura.
—La organización ha vuelto a operar de nuevo; nos están buscando, pero, sobre todo, buscan a Alice.
No podía ser...aquellos bastardos no podían haber vuelto...Ya habíamos pasado por una situación preocupante en el pasado con la desaparición de varios de los habitantes de nuestra pequeña ciudad, cuyo destino precisamente no fue demasiado bueno. Algunos cadáveres fueron encontrados desparramados por el bosque cercano a la mansión, mientras que otros tantos ni siquiera volvieron a casa.
Y ahora que parecía que la paz se había instalado en nuestro alrededor, la diosa fortuna volvía a golpearnos con ardiente maldad.
—No lo entiendo, hacía muchos años que ellos dejaron de buscarnos, ¿Qué los ha atraído hasta aquí?
Drogo me miró serio; no me gustaba nada lo que estaba escuchando. Aun no sabía cómo él se había enterado de todo el asunto y eso...eso me preocupaba aún más pensando en que quizás él tuvo un percance con ellos. Si eso era así, probablemente supieron que Alice se encontraba con nosotros en la mansión.
Pero la explicación de Drogo me dejó aún más helado por lo inesperado.
—Hemos descubierto que nos han delatado uno de los nuestros, en concreto Mía Cooper.
Mía fue la novia de Drogo hacía años atrás, pero la convirtió en vampira por sus continuas provocaciones. Él se vio obligado a convertirla porque la encontró en la bañera con las muñecas cortadas y no podía dejarla morir.
Desde entonces, la culpabilidad había corroído el alma de mi hermano, volviéndolo incluso más frío y despiadado que antes. Todo ello fue desencadenado porque Drogo decidió dejar de verla y ésta, loca de tristeza y celos, pensó que la mejor forma de que estuvieran juntos para siempre, era provocar que él la mordiese y convirtiera en lo que él era.
Después de tantos años sin saber de ella, había vuelto de la peor de las formas. Cuando era humana no era buena, sino una traicionera y buscona; todo lo que en su cabeza se cruzaba, lo obtenía como fuera.
Drogo la conoció hacía muchos años en una época de libertinaje y bailes de salón, donde no importaba nada más que la belleza sobre el paso del tiempo.
Cuando ella se enteró de la condición de mi hermano y de su inmortalidad, ella hizo lo posible para engatusarle y conseguir su propósito a toda costa. Pero él siempre le dejó claro que solamente la veía como una amiga con derecho, no exactamente como una novia.
Sus obsesiones comenzaron a ser más y más profundas, más tenebrosas. Y así logró lo que quería; ser inmortal, pero mi hermano la repudió diciéndole que no quería verla más cerca de él.
Pensábamos que la sombra de su demonio que alguna vez azotó a mi familia, se había largado para siempre, pero el mal siempre vuelve y busca venganza.
La situación era crítica y más con ella como elemento del tablero. Ahora comprendía su estado.
—¿Qué podemos hacer, Drogo?
—Está claro que debemos buscar refuerzos...
Y sabía a qué tipos de refuerzos se refería.
ALICE
Me desperté lentamente con la sensación que un gran peso me oprimía el pecho. Apenas recordaba nada de lo que me había pasado o de lo que había hecho ayer; era todo tan confuso.
Intenté moverme, pero mi cuerpo no se encontraba por la labor. Todo a mi alrededor daba vueltas y parecía que no iba a parar.
Giré mi rostro como pude, comprobando que no me encontraba sola. Sarah estaba a mi lado en la cama, mirándome con su eterna sonrisa; me sobresaltó verla ya que no comprendía nada de lo que estaba pasando y tampoco reconocía el lugar.
—Tranquila Alice estás en mi casa, estás a salvo; Sebastián y yo estamos aquí para protegerte—Me dijo guiñándome un ojo intentando calmar la extraña situación. Pero un pálpito en mi interior me gritaba de que no podía calmarme sino estar atenta a mi alrededor. Decidí hacer caso y ser cautelosa, aunque Sarah me caía bien, tampoco la conocía tanto como para confiar ciegamente en ella. Comencé a preguntarle:
—¿Qué...qué me ha pasado?
—Te lo explicaremos cuando venga Sebastián, por cierto, te traje algo que te alegrará.
Sarah sacó un maletín de mediano tamaño de cuero, mostrándome un bello violín de color caoba con unas bellas rosas violetas pintadas. Aquella sorpresa fue completamente inesperada pero sumamente agradable. Sonreí un tanto incómoda al no saber las razones por las que me encontraba en la casa de Sarah, aunque lo que más me preocupaba era el no saber la dirección de ésta.
Pero intenté relajarme un poco ya que, por el momento, no había nada grave por lo que preocuparse.
—Es...es increíble Sarah, es demasiado bonito.
—Es tuyo, lo compré para ti; así haremos tiempo hasta que venga mi hermano, ¿Te sabes alguna canción?
Pero ¿Cómo sabía Sarah que yo tocaba el violín? No recordaba habérselo dicho. Y lo que era aún más extraño, ¿Cómo demonios había pagado un instrumento así con su sueldo? Para eso debió de haberse pasado meses ahorrando, pero claro, a mí apenas me conocía de unas semanas
Pero mirando aquella belleza, no tuve más remedio que comenzar a tocar; más tarde vendrían las preguntas cuando Sebastián estuviera presente.
Recordé la partitura de la canción "amor eterno", que compuse al poco de comenzar a tocar el violín hacía varios años atrás. Mis dedos comenzaron a bailar sobre las tensas cuerdas de aquel hermoso violín relajando la tensión que tenía sobre los hombros.
Sarah me escuchaba maravillada con las manos en el pecho. Mis ojos se cerraron y mi mente voló hacia la imagen de mi bello vampiro. Mi corazón latía música en aquel momento y sentía como una fuerte conexión con él, como si lo sintiese presente delante de mí.
Aquella armonía que se tejía cuando nuestros ojos chocaban, eran como música acoplada creando una bella melodía. Mis dedos, a pesar del tiempo que había pasado, tocaban como el primer día, pero esta vez con mayor inspiración. Años atrás mi música era más fría y casi nunca tocaba canciones bellas o felices.
"Amor eterno" fue la primera canción que compuse y no sabía el motivo por el que la hice. Una mañana me levanté con la necesidad de componerla, como si alguien en un futuro necesitara escucharla.
https://youtu.be/qFL2xGrtEm4
SARAH
Hacía tanto tiempo que no la veía tocar, era absolutamente increíble y talentosa. Recuerdo aquel día que nos acercamos a la ventana y ella iba de un lado para otro escribiendo partituras y tirando otras. Con el violín en mano, aquella bella melodía comenzó a sonar y nos envolvió a todos los presentes. Desde aquel día, Sebastián la visitaba más a menudo, admirándola oculto en las sombras.
Me sentía feliz por haber cumplido una de las cosas que le prometí a Jane; entregarle el violín de su padre. Era perfecto para ella, su piel contrastaba con la palidez de su rostro y era tan hermoso verla tocar sabiendo que su padre lo hizo pensando en ella. Él deseaba que su hija fuera una virtuosa en el violín al igual que él y por esa razón talló uno para ella como regalo cuando ella cumpliera 18 años, pero no pudo dárselo de su propia mano.
Mientras que la miraba embobada tocar, sentí la presencia de mi hermano en el marco de la puerta con la mirada perdida en las manos de Alice. Aquella escena me recordaba el pasado, cuando éramos custodios de su vida y de su seguridad.
PETER
Al cabo de unos minutos unos viejos conocidos llegaron hasta nosotros; eran Christopher, Alina y Jack, unos viejos amigos nuestros.
Los conocimos fortuitamente cuando comenzamos a vivir en Mistery Spell. Nos ayudaron a controlar la sed de sangre, nos enseñaron a cazar y controlar nuestros poderes, todo ello con una paciencia digna de mención y admiración. Si no fuera por ellos, mis hermanos y yo hubiéramos sido unos sanguinarios y hubiéramos puesto en peligro a mucha gente. Le debíamos demasiado; eran de nuestra total confianza ya que se la habían ganado durante años.
Nos saludaron calurosamente entre risas y bromas; había pasado mucho tiempo desde la última vez de nuestro encuentro. Ellos eran originarios de Mistery Spell pero su trabajo los hacía estar continuamente de viaje, encargándose de ayudar a los vampiros recién convertidos para evitar que cayesen en la sed de sangre y que estuvieran expuestos a los humanos.
—¿Cómo están mis blanquitos preferidos? —Preguntó Alina con sus habituales bromas.
—Muy bien colmillitos, ¿Sigues con tu moto nueva o ya la estrellaste? —Dijo Drogo a Jack.
Todos comenzamos a reírnos y nos abrazamos, pero Christopher no se encontraba del todo bien, podía notarlo.
—¿Eh, que ocurre? —Le pregunté.
Él intento apartar la mirada de mí, pero yo no cesé en mi insistencia. Emitió un soplo de desesperación decidiendo hablar para despejar nuestras dudas.
—He descubierto algo de mi vida que...me desconcierta. Yo... yo estuve encerrado como un prisionero en las instalaciones de la organización que nos persigue. Por fortuna pude escapar gracias a la ayuda de algunos además de un plan estratégico que estuve ideando durante tanto tiempo que no logro recordar.
Lo más extraño de todo es que, cuando corría por los pasillos para poder dar con la puerta de salida, encontré una sala cuyo cartel ponía algo que me llamó la atención, "sala del médium 1".
No pude evitar la curiosidad de mi pecho, entrando en la sala antes de largarme de aquel lugar, pero lo que encontré me dejó completamente helado.
Encontré a una mujer flotando en una especie de cápsula con los ojos cerrados que parecía estar muerta, pero su aspecto era más de estar dormida. Era pelirroja y cuando la miré...sentí como una conexión, no lo sé explicar...Había algo en ella que no lo entendía, pero me hacía sentir que ella era algo mío.
Revisé la sala porque me sentí en la obligación de hacerlo. Encima de una de las mesas, había un libro que recopilaba la información de esa mujer además de diferentes experimentos escritos en clave que fueron haciendo con ella.
Lo que nunca me iba a esperar que en ese libro encontraría más cosas mías que suyas.
—¿De qué hablas, Chris? —Preguntó Drogo.
—Aquella mujer era mi madre, Drogo.
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