Isak Nass
Diccionario ravkano:
-Oprichniki: guardia personal de los Oscuros.
-Moya soverennyi: mi señora.
Irina se quedó dentro de la tienda. Aleksander no daba indicios de regresar, por lo que aprovechó para mirar a su alrededor. Se notaba que era la tienda del general. Había estandartes con el símbolo del eclipse, mantas y muebles negros. A un lado, una mesa con varios papeles esparcidos y un mapa de Ravka. En una esquina, una cama de aspecto bastante cómoda con sedosas sábanas.
La única luz que iluminaba el interior era el de las velas, pero estas eran escasas. Los Oscuros preferían mantenerse en las sombras.
"Sombras" pensó Irina con ironía, revisando por encima del hombro sus manos y piernas apresadas por las sombras.
En innumerables ocasiones, ella y Aleksander habían mostrado su poder a los soldados fjerdanos y de Shu Han. Para ella era bastante fácil olvidar el hecho de que Aleksander era más poderoso. No solo porque era parte del linaje Morozova sino también porque era un amplificador viviente. Él mismo amplificada su propio poder.
Tanto poder que era capaz de mantenerla en esa postura mientras él iba a hacer lo que fuera que necesitara hacer en el campamento, haciéndola incapaz de invocar sus sombras.
Esperaba que Mal y Alina estuvieran bien, aunque era imposible saberlo.
Se removió incómoda. La postura en la que se encontraba la estaba pasando factura, sus miembros estaban entumecidos y algo adoloridos. Las sombras, por el contrario, se apretaron con fuerza y tiraron más de sus miembros. El mensaje estaba claro: no te muevas.
Irina hizo una mueca antes de resignarse a estar así.
El tiempo pasaba y lo único que podía hacer Irina era quedarse con sus pensamientos, recordando la conversación que había mantenido con Aleksander.
Y un día, quizá dentro de un año, o de 50, entenderás que todo lo que he hecho ha sido por nosotros. Entenderás que solo tienes un igual, que no hay más como nosotros y que nunca los habrá.
De alguna forma, aquellas palabras le recordaron a una persona. A alguien que no había recordado en mucho tiempo...
Hace 30 años
"Irina salió furiosa de la Sala de Guerra. Los oprichniki se pusieron rígidos al verla en ese estado. Habían estado al servicio de ambos Oscuros durante mucho tiempo y nunca habían visto a Irina cabreada.
Apenas podía pensar mientras recorría el pasillo. Lo último que quería era pensar en lo que había dicho Aleksander. ¿¡Cómo se atrevía a decir que debían utilizar la Sombra como arma!? ¿¡Acaso no sabía el mal y el dolor que habían causado!?
De repente, Irina chocó contra otro cuerpo.
-Ah, lo lamento moya soverennyi -se disculpó la persona frente a ella.
La mujer salió de su estupor y observó con quien se había topado. Era un hombre alto y de rasgos fjerdanos. Unos penetrantes ojos azules y cabello rubio. Tenía un kefta azul, Etherealki. Era un Agitamareas.
-No. Me debería de disculpar yo. No estaba mirando por dónde iba -habló ella dejando escapar un suspiro. Ignoró todo lo que había pasado y trató de ser amable con esa persona-. Lo lamento mucho.
El hombre negó con la cabeza.
-No se preocupe. Por cierto, moya soverennyi, si tuviera un momento libre, me gustaría pedirle un favor -pidió algo nervioso.
Irina asintió instandole a que continuara.
-Yo y mi hermana pequeña huimos de Fjerda hace dos años cuando nos enteramos de que ella era una Inferni. Nos acogieron en el Pequeño Palacio y ella comenzó su entrenamiento a tiempo. Yo, por otro lado, he flanqueado mucho. No estoy a la misma altura que los de mi edad. He escuchado que aparte de Baghra, entrenar con usted podría mejorar mis poderes.
Irina pensó en lo que le había dicho.
-¿Quieres mejorar el control sobre tu poder? -cuestionó. Él asintió-. Está bien. Pero a pesar de que sea algo mejor que Baghra en cuanto a personalidad, voy a pedir un esfuerzo por su parte. Sino dejo de enseñarle.
El hombre asintió.
-Por supuesto, moya soverennyi. Le agradezco mucho la oportunidad que me ofrece.
Irina sonrió ante sus palabras.
-No me las des todavía. Y llámame Irina. ¿Cuál es tu nombre?
-Isak, Isak Nass.
X
El entrenamiento con Isak iba bien. Pasaba mucho tiempo con él. A pesar de haber huido de Fjerda, aún tenía algo de miedo a usar su poder. Irina le enseñó a que formara parte de él y a aceptarlo.
En poco tiempo no solo sus habilidades mejoraron con creces sino que también lo hizo su confianza.
No pasaba tiempo únicamente con él, también tuvo la oportunidad de conocer a Krista, su hermana. Era un amor de persona.
Sin embargo, la guerra seguía latente en Ravka y había dos frentes abiertos. Aleksander iba a ir al norte e Irina al sur. Los dos Invocadores no habían hablado más de lo necesario, teniendo la pelea todavía latente.
Llegó el día en el que Irina avisó a Isak que tenía que irse, por lo que sus clases se interrumpian. Tampoco creía que necesitara más clases.
Pero su respuesta la sorprendió.
-Iré contigo. -Al ver que no hablaba, siguió intentándolo-. Por favor, he estado entrenado y ya puedo estar al frente.
Sus ojos se clavaban en los suyos. En el tiempo transcurrido juntos, Irina había descubierto que era bastante divertido. Siempre la hacía reír. Pero no solo eso. La hacía sentir joven una vez más.
Hacía mucho que no se sentía así.
Irina dijo que sí.
X
Ambos estaban besándose.
Estaban en la tienda de Irina. Después de tanto tiempo, habían acabado allí. Casi como si les doliera, comenzaron a quitarse la ropa. Isak se detuvo cuando vió el anillo que Irina llevaba en su cuello.
La Invocadora se dio cuenta al instante. Con suavidad cogió su anillo y lo acarició.
-No lo sabía -se disculpó Isak apartándose. No por temor ni nada, sino por respeto a Irina.
-Es... complicado. Yo le quiero con todo mi corazón, pero a veces necesitamos un tiempo alejados.
Isak la observó con cuidado. Cogió sus manos y besó sus nudillos.
-Al menos, si puedo ser algo, permíteme ser tu amante -pidió.
Irina le regaló una suave sonrisa y lo besó de nuevo.
Ambos compartieron cama, sus sentimientos y sus pasiones. Cuando Irina abrió los ojos al día siguiente, Isak Nass había desaparecido."
El sonido de pasos llegó hasta sus oídos. Vio a Aleksander entrar. Él la miró como si quisiera asegurarse de que estuviera ahí antes de ir a sentarse al escritorio.
No hablaron mientras él comenzaba a revisar los papeles y empezar a anotar algo en otro papel. Fue entonces cuando Irina notó en su mano derecha una parte del asta del ciervo.
-Así que, está hecho -murmuró.
En la silenciosa tienda, sus palabras sonaron demasiado altas. Aleksander detuvo lo que estaba haciendo para responder.
-Así es.
Continuó escribiendo hasta que Irina volvió a hablar.
-Isak Nass, el Agitamareas. ¿Qué le hiciste? -quiso saber la mujer.
Esperaba una mentira o que simplemente la dijera que no se acordaba. Irina se equivocó.
-Lo que debía hacerse -respondió mirándola a los ojos.
Irina apartó la vista, notando como su estómago daba un giro. El silencio regresó a la tienda y así continuaron hasta que Aleksander terminó de anotar en una hoja los nombres de los embajadores que asistirían a su demostración en la Sombra.
Fue y se los entregó a Iván antes de permitirse centrarse en Irina una vez más. Cuando entró, la encontró con los ojos cerrados y el cuerpo echado hacia delante.
Estaba dormida.
Dejó que las sombras la soltaran. Su cuerpo flácido cayó contra él. La agarró con delicadeza notando al instante como se acurrucaba en su pecho.
La dejó en la cama y la arropó para evitar que se enfriara.
Isak Nass.
Hacía mucho que no escuchaba ese nombre.
Hace 26 años
"Aleksander esperaba al inicio de la Sombra mientras dos oprichniki le traían a una figura encadenada y con una bolsa de tela en su cabeza.
Una vez estuvieron frente a frente, hizo un gesto a sus guardias. Estos arrebataron la bolsa y mostraron el rostro de Isak. Sus ojos se estrecharon al descubrir quién le había sacado de la cama.
-¿Tan cobarde es que es incapaz de atacar de día, moi soverennyi? -cuestionó controlandose para evitar insultar en fjerdiano.
A Aleksander no le importó su actitud, sino lo que había hecho.
-He escuchado que se ha vuelto muy cercano a Irina, señor Nass. ¿Alguna razón para ello?
Cualquier persona hubiera mentido con tal de salvarse. Isak no hizo tal cosa.
-Porque la amo.
El Oscuro asintió como si estuviera distraído.
-Eso he oído. Pero ese no es el problema. El problema es que hay rumores de que Irina Mikhaylova se está enamorando de un Agitamareas muy poco cualificado para servir en el Segundo Ejército.
Isak mantuvo su mirada en él, mostrando desafío.
-Eso parece.
-Sí. Eso parece -repitió Aleksander.
Con un movimiento de mano, las sombras empujaron a Isak a la Sombra. Al principio no pasó nada, pero luego llegaron los gritos.
Isak Nass murió aquella noche."
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