Ocho

[NARRADOR]

Derek había abierto los ojos casi mecánicamente al sentir el aroma a bosque y humo mezclados, se levantó tan de repente que casi cae al suelo a causa del mareo que se le vino encima. Se quedó quieto en donde estaba hasta que dejó de ver doble y, solo entonces, notó a Scott inconsciente a unos pocos metros de distancia.

Se le acercó y lo despertó de una forma no muy amable o cuidadosa, a menos que ustedes consideren cuidadoso un golpe en la boca del estómago.

El alfa verdadero abrió los ojos mientras jadeaba y se ponía de lado, luchando por respirar e insultar a Derek al mismo tiempo. Cosa que no logró, porque comenzó a toser y a jadear como si le estuviera dando un ataque de asma, aunque eso ya no era posible.

Derek se quedó viéndole desde arriba hasta que finalmente Scott dejó de toser.

- ¿¡Eso por qué mierda fue!? -Preguntó con una mano en el pecho.

- Estabas inconsciente.

- ¿Tu forma de despertar a alguien inconsciente es golpeándole? ¿De quién lo aprendiste?

- De Stiles.

El ojiverde se alejó unos pasos luego de responder y comenzó a observar el lugar mientras el alfa a sus espaldas se levantaba y sacudía la tierra de su ropa y cabello.

Estaban en una especie de bosque petrificado, como esos que fueron arrasados por un volcán y ahora están cubiertos por roca volcánica, tierra y ceniza.

- ¿Dónde estamos? -Preguntó Scott.

Derek le miró incrédulo ¿De verdad eso era lo que le preguntaba? Como si él supiera donde mierda estaban, se encontraba tan perdido como Scott.

El alfa verdadero, al no recibir respuesta, hizo un mohín. Era una putada haber acabado allí con Derek "Me importa una mierda tu existencia" Hale, ahora entendía como se había sentido Stiles cada vez que le dejaba solo con aquél lobo amargado.

Comenzaron a caminar, intentando oler u oír algo que les ayudara a seguir un rastro y de esa forma ubicarse en el planeta. Pero nada, no había ningún aroma que seguir ni sonido que escuchar, era como si estuvieran en algún plano existencial aparte, en el cual no existía nada ni nadie más que ellos dos.

Derek hizo una mueca que no permitió que Scott viera, la sola idea de quedarse solo con el alfa verdadero le daba escalofríos, preferiría comerse una rama de acónito condimentada con muérdago. Porque definitivamente, para él Scott no era el miembro más soportable de la manada.

Para su suerte, una silueta a lo lejos le hizo dejar de creer que eran los únicos allí. Era obvio, era una persona, el lobo de ojos verdes comenzó a correr hacia ella, siendo seguido de cerca por Scott, quien acababa de ver la misma silueta a lo lejos, de pie en una colina.

Cuando estaban a punto de llegar a ella, se les dio por parpadear a ambos, y la figura ya no estaba.

Derek frenó en seco, provocando que Scott chocara contra su espalda y casi le tirara al suelo. El pelinegro se volteó para gruñirle.

- Tío, relájate -Le pidió el alfa verdadero.- Fue solo un empujón.

- No me digas que me calme, estoy calmado.

- Primero: te pedí que te relajes, no que te calmes -Comenzó a enumerar Scott.- Y segundo: no te ves muy calmado.

- Hablando así suenas con Stiles.

- Ojalá Stiles estuviera aquí -Murmuró Scott para sí mismo.

Aunque Derek le escuchó, prefirió no responder. Debían encontrar una manera de salir de aquél lugar, o en lo posible, saber donde diablos estaban.

- ¡Mira, Derek!

Scott señaló hacia el suelo a unos metros de ellos, donde la ceniza y la tierra se veía más clara hasta donde se perdía de vista una especie de sendero.

- ¿Crees que sea el camino a casa? -Preguntó el alfa de rasgos latinos.

- No lo sé, pero cualquier cosa con tal de no quedarme aquí contigo -Dijo Derek comenzando a caminar por aquél sendero.

Scott bufó haciendo un mohín y le siguió, porque siendo sinceros, le daba miedo ese lugar y no quería estar solo. Y, aunque no lo admitiera, tener a Derek cerca le daba seguridad.

(...)

Mientras tanto, Stiles y Lydia también habían encontrado un sendero para seguir. Y no lo habían dudado ni por un segundo, querían salir de allí lo antes posible.

Habían comenzado a caminar y el terreno no cambiaba, era como si en aquél lugar no hubiera otro paisaje que no fuera ceniza. Aunque cada tanto se les cruzaba un árbol petrificado, el cual Lydia marcaba con su pinta labios en caso de que se perdieran.

La pelirroja vigilaba cada tanto a Stiles, temiendo que este perdiera el control sobre su cuerpo o, aún peor, que desapareciera. Sinceramente, prefería quedarse en aquél lugar con el Nogitsune a estar sola.

A pesar de que Stiles le aseguraba que era real, que tenía el control y que no iba a irse a ninguna parte sin ella; Lydia no se soltaba de su brazo y, aunque Stiles sabía que era por los nervios, el miedo y la necesidad de seguridad, le estaba empezando a molestar tener las uñas de la pelirroja clavadas en la piel. A este paso iba a salirle sangre, y no estaba de ánimos para sufrir una hemorragia.

- Lydia, sabes que te quiero y todo -Comenzó a hablar el ojimiel.- Pero a este paso me vas a amputar el brazo con las uñas.

La pelirroja, al darse cuenta que efectivamente le estaba clavando las uñas, se soltó. Aunque aún así se mantenía cerca de Stiles, rozando su brazo con el brazo del castaño.

Entonces Lydia recordó lo que había escuchado cuando rescataron a Stiles, el cual en ese momento ya no era Stiles pero aún así contaba. Melissa le había dicho al Sheriff cuando salieron del Loft que al parecer el joven humano tenía heridas por la zona más privada de todo ser vivo.

- ¿Ahora qué pasa? -Preguntó Stiles al ver que la pelirroja se había comenzado a detener de la caminata.

- Escuché a Melissa hablar sobre... Lo que te hicieron... Ahí abajo -Lydia sinceramente no sabía como hablar acerca del tema.- ¿Quieres hablar de eso?

- Lids, no creo que sea el momento ni el lugar para hablar de esas cosas.

- Pues tenemos tiempo, no se ve como que vayamos a encontrar una forma de salir se aquí muy pronto.

Stiles miró a la Banshee, la cual se había detenido y le miraba con los brazos cruzados. Era obvio que Lydia no iba a dejarle ir tan fácilmente sin que se desahogara, aunque realmente no quería hacerlo.

- No me violaron, si es lo que crees -Comenzó a hablar Stiles.- Pero me clavaron alfileres en lugares donde no debería ir un alfiler, además de que me conectaron los testículos a una batería de auto. Cuando el Nogitsune tomó el control su poder hizo que mis heridas cicatrizaran más rápido, y no, no pienso dar más detalles de lo ocurrido.

Sorprendida pero conforme con el desahogo de Stiles, Lydia asintió con la cabeza y retomó el paso. Volviendo a colocarse junto al ojimiel para así sentirse menos aterrada.

No duraron mucho caminando, ya que el camino se dividió en dos direcciones diferentes y, como separarse no era una opción, se detuvieron para pensar qué camino tomar. Mientras tanto, la pelirroja tuvo que sentarse un momento en el suelo para quitarse los tacones.

- Estos zapatos me están matando -Se quejó mientras se sobaba los tobillos.

- ¿Quieres mis zapatos?

- No, gracias. No voy a hacerte caminar por ahí sin... ¡Un cuervo!

- ¿Qué?

- Allí, mira -La pelirroja señaló a algún punto a espaldas de Stiles.

Stiles se volteó para ver que, efectivamente, había un cuervo de ojos rojos parado tranquilamente en la rama de uno de los árboles petrificados. Mirándoles como si fuera lo más normal del mundo.

El cuervo soltó un agudo graznido en su dirección y luego voló hacia el siguiente árbol, el cual estaba en el camino de la izquierda.

- ¿Le seguimos? -Preguntó Lydia, Stiles le miró incrédulo.

- ¿Quieres seguir a un cuervo?

- ¿Tienes una mejor idea? -Stiles negó.- Entonces decidido, seguimos al cuervo.

Y eso fue lo que ambos hicieron, retomar el camino siguiendo a aquella ave que de verdad parecía estarles guiando hacia algún lado.

NOTA DE LA AUTORA:

Hasta aquí el capítulo de hoy, espero que les haya gustado y que me dejen sus opiniones en los comentarios.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

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