Cincuenta

[NARRADOR]

Si Stiles creía que yendo a la reunión con sus amigos iba a poder tener un poco de tranquilidad y, así, poder despejar su mente. Pero se equivocó. Sobre todo porque parecía que ese día todos tenían una anécdota que contar.

La noche empezó como siempre, comieron pizza y jugaron videojuegos hasta que ya era de madrugada. Stiles intentaba evitar cualquier tipo de conflicto con Scott, al cual aún no entendía por qué habían invitado si los gemelos casi ni hablaban con él. Las cosas iban bien hasta que llegó el momento de hablar de la vida amorosa de cada uno. Pimero fueron Danny y Ethan, poniéndose muy cariñosos entre ellos. Luego Scott contó que él y Kira tendrían una cita el fin de semana y que iba a regalarle uno de esos cursis collares que se parten en dos para que cada uno de los emparejados se quede con una parte, lo cual al humano le parecía infantil. Luego Aiden contó que él y Lydia se estaban acercando poco a poco, era una relación algo incómoda, pero poco era mejor que nada. Liam agregó que lo suyo con Hayden no había funcionado y que habían quedado como amigos. Llegó el turno de Stiles y quiso que se lo tragase la tierra ¿Qué iba a contarles? Hey chicos, adivinen, Derek me ve digno de tener sus crías. Aunque aquello le convertiría en quien más progresos había tenido, no pensaba decirlo en voz alta. Para su suerte, Isaac, Dios lo bendiga, notó su incomodidad y habló.

— Una chica de la escuela me ha llamado hoy –Dijo con una pequeña sonrisa, aunque no sonaba realmente muy emocionado.— Me dijo que quiere que vaya a su fiesta de cumpleaños.

Stiles sintió la tentación de preguntar ¿No que te gustaba Chris?  Pero entonces recordó que Isaac, hasta donde sabía, solo se lo había dicho a él. Y no quería mandar al frente al amigo que acababa de contar aquello para que dejaran de preguntarle a él.

La conversación siguió y consiguieron que su parte de contribución a los chismes fuera ignorada. Luego de un buen rato haciéndose bromas entre ellos y riendo, se fueron a dormir a eso de las tres y media de la mañana.

Stiles se despertó al escuchar un ruido fuerte que venía desde la ventana, estaba acostado en una bolsa de dormir junto a esta, por lo que pudo escuchar claramente un suave golpe en esta. Como si alguien hubiera intentado abrir y entrar.

Miró hacia el otro lado, hacia Isaac. El pecho del rubio subía y bajaba acompasadamente, parecía estar realmente dormido. Igual que los demás, todos parecían estar profundamente dormido a excepción de él, que era el único que había escuchado aquél ruido. Salió de la bolsa de dormir y se puso de pie, acercándose a la ventana mientras se quitaba las lagañas de los ojos.

Pegó el rostro al cristal y se quedó rígido al ver lo que se encontraba del otro lado. Tres siluetas altas y robustas se encontraban de pie a varios metros de la ventana. Se mantenían en las sombras, pero Stiles podía verlos, lo que no conseguía era reconocerlos.

Sintió una mano en su hombro y dio un respingo, Danny estaba a su lado, mirando fijamente a la ventana. Stiles se sintió tentado a preguntar cómo había conseguido liberarse del abrazo aprisionado se Ethan, pero no lo hizo, volvió a mirar a la ventana.

— ¿Tú también los ves? –Le preguntó, temiendo que se lo estuviera imaginando.

Pudo ver por el rabillo del ojo como Danny asentía con la cabeza. Eso le hizo aliviarse y aterrarse en partes iguales, si Danny los veía significaba que no estaba alucinando, pero también significaba que si había tres desconocidos afuera, mirándoles.

— ¿Qué ocurre? ¿Qué hacen despiertos? –Preguntó Ethan desde la cama. No se voltearon a verlo.

El gemelo se puso de pie y despertó a su hermano, Aiden despertó a Liam, Isaac se despertó por el ruido que hacían y luego despertó a Scott. Así acabaron todos amontonados de forma algo cómica frente a la ventana, mirando a aquellas tres siluetas.

— ¿Aún crees que miento Scott? –Preguntó Stiles, sin poder retener la sonrisa que adornó su rostro al ver la sorpresa y el miedo en los ojos del alfa verdadero.

(...)

La sonrisa de Stiles no se había borrado ni siquiera luego de que aquellas tres siluetas se fueran. Incluso luego de que pasara el resto de la noche y a primera hora se llamara a una reunión de la manada en el hogar de los gemelos. Derek llegó trayendo con él a Kira y Malia, y Stiles se vio tentado a hacer una broma acerca de cómo lo tenían de taxista, pero se contuvo, no era el momento.

Hablaron acerca de lo ocurrido en la madrugada y los que no habían estado presentes escucharon atentos.

— Stiles tenía razón –El mencionado amplió su sonrisa antes las palabras de Scott.— Podrían ser los doctores.

Aquél podrían hirió un poco su orgullo, pero eso no evitó que murmurar un te lo dije. No supo si le escucharon, si alguien lo hizo, no hubo comentarios al respecto.

Sintió a Ethan a su lado, el brazo del gemelo chocando contra el suyo por lo cerca que estaba. Jugando, le dio un pequeño codazo y el ahora beta se lo regresó, comenzaron a darse ligeros codazos mientras reían bajo, alrededor de ellos, la reunión continuaba.

Sintió presión contra su otro brazo y, sin mirar, creyó que se trataría de Aiden. Dio un codazo hacia ese lado y rió, pero el golpe no le fue devuelto. En cambio, Ethan de codeó, o más bien le empujó, contra el cuerpo a su izquierda. Mientras caía contra este pudo ver a Aiden del otro lado de la habitación, sentado junto a Lydia.

No quiso levantar la vista, solo había otro lobo que tenía brazos tan gruesos como los gemelos y él, como si nada, le había dado un codazo y había caído contra él. Se incorporó rápidamente y centró su atención en Malia, quien estaba discutiendo con Scott sobre lo que deberían hacer.

Solo esperaba que ni Ethan ni Derek, porque al sentir el cuero de una chaqueta le fue aún más obvio que era Derek, notaran como su corazón parecía querer hacer un agujero en su caja torácica a base de latir como loco. La sonrisa de suficiencia que tenía antes había sido reemplazada por una mueca rígida. Ese sería un momento perfecto para que se lo tragara la tierra.

NOTA DE LA AUTORA:

No tengo perdón de Dios por haber tardado tanto en actualizar. Sepan perdonarme. Es que últimamente los fines de semana casi no estoy en mi casa y no tengo tiempo para escribir, demasiada gente revoloteando a mi alrededor como para concentrarme al 110%. De todas formas espero que les guste el capítulo.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

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