9-La mansión de los Addams

Los días pasaron y aunque todo iba muy tranquilo, algunos idiotas provocaron problemas a Nevermore con algunas bromas o comentarios en redes. Al ser de Jerichó, cuando los marginados iban, les insultaban o se burlaban de ellos, especialmente de Enid y compañía quienes eran las que más acudían al poblado.

—Hola Enid—saludó el chico al verla en la cafetería.

—Holi...—dijo sin muchos ánimos.

—¿Qué te ocurre?—le preguntó sentándose a su lado.

—Pues...—contó todo lo sucedido y empezó a llorar ante la mirada de sus amigas quienes estaban igual aunque no lo exteriorizan como la loba.

El chico le dio un abrazo y la rubia enseguida correspondió entre lágrimas. Tn sentía mucha pena porque los idiotas las tratasen así cuando eran unas personas muy amables. Al separarse, ella le dijo que ojalá todos fueran como él.

—Enid—Miércoles apareció asustando a todos los presentes—¿por qué has abrazado a mi pareja?.

—Estaba consolando a Enid—respondió éste.

—Le he preguntado a ella—pero dijo lo mismo—así que esos idiotas...te tengo dicho que pases de esa basura de persona.

—Sus palabras hacen daño—contestó triste.

—Tus garras hacen más daño—ese comentario hizo reír a todos.

Por desgracia para los idiotas, entraron a la cafetería e increparon a las presentes de nuevo mientras Tn pedía junto a Miércoles en una mesa cercana. El chico al ver a su chica levantarse, soltó un suspiro porque sabía lo que estaba por llegar.

—Oye—le susurró.

—¿Vas a detenerme?

—No, eso no funciona contigo...solamente...no los mates...

—No prometo nada—se crujió los nudillos—hora de sacar la basura.

—Creo que esto le gusta demasiado...—el chico se puso a tomar su café mientras escuchaba los gritos de dolor de esos idiotas. 

Incluso en cierto momento tuvo agachar la cabeza porque uno pasó por encima suyo volando hasta golpear una de las mesas.

El incidente provocó unos pocos desperfectos que pagaron los abusones o de lo contrario Miércoles acabaría la faena y de paso...con sus vidas. Enid de camino a Nevermore estuvo más contenta porque sabía que ya no les iban a molestar más.

Esa tarde Tn recibió la noticia o mejor dicho, la orden, de que iría con ella en esa semana de vacaciones a la mansión Addams.

—Espero que te portes muy bien—dijo su madre entregando su maleta—y cuidado con no dejarla embarazada...al menos por el momento.

—Dios...mamá...no digas esas cosas—replicó rojo de vergüenza.

—No se preocupe—comentó la chica—tendrá hijos cuando sea el momento, tengo cierta curiosidad por sentir el dolor del parto...es el más doloroso.

—Lo mismo va para ti—le dijo Tn—no hables de eso ahora.

Ella lo agarró de la oreja y el padre del chico tuvo flashbacks de que su esposa hacia exactamente lo mismo a su edad.

—Siguiendo los tristes pasos de tu padre...—pensaba mirándolo con cierta tristeza.

Enid los despidió con un fuerte abrazo, les deseó que lo pasasen muy bien en la mansión de los Addams y el coche arrancó. Solamente iban ellos dos en la parte trasera, contemplando el paisaje mientras estaban tomados de la mano.

—¿Con ganas de ver a tus padres?—preguntó queriendo romper el hielo.

—No—respondió fría e insensible como de costumbre.

—Ya veo...—volteó a mirar el paisaje, estaba algo nervioso.

Durante gran parte del viaje fue eso, silencio. La realidad era qué Miércoles no sabía muy bien como actuar en esos casos. Apoyó la cabeza en el hombro de su chico y éste sonrió feliz antes de darle un beso en la frente. Esos pequeños detalles y momentos que Tn tenía con ella era la que la hacia sentirse tan débil que era una tortura para ella.

Cuando llegaron, los padres ya estaban en la puerta. El lugar era tal y como había descrito su pareja. Un sitio frío, gris, con una enorme mansión en mitad de lo que parecía la muerte en la naturaleza.

—Hola Tn, me alegra verte de una pieza—dijo el hombre abrazando al muchacho—bienvenido a la mansión.

—Gracias, son muy amables. Les he traído algo de parte de mis padres y yo—sacó una caja con mucha comida y vinos.

—Eres tan amable...como la muerte cuando sega sus almas—comentó la mujer con esa sonrisa.

El chico se quedó de piedra y miró a su chica quien al verlo, suspiró.

—Es su forma de darte las gracias

—Eso pensaba pero no estaba seguro del todo

—Tranquilo, ahora vamos

—Pero las maletas...

—Large se hace cargo—replicó ella empezando a caminar.

Mientras caminaban, Miércoles les contó porque fue preguntada, sobre su estancia ese año en Nevermore. Y ella preguntó por Pugsley quien estaba con un familiar en una cárcel disfrutando de unas buenas vacaciones. Al parecer tuvo un cambio y se volvió como Miércoles.

—Me enorgullezco de él—fue todo lo que dijo la chica.

Tn iba viendo toda la mansión y le pareció asombroso la cantidad de cuadros, armaduras y demás muebles con los que contaba. Aunque al tener tan poca luz salvo antorchas y candelabros, resultaba algo fría y daba un poco de miedo. También vio enormes arañas de las paredes que la familia decía eran inofensivas.

—Yo por si acaso no me acerco—pensó el chico—¿qué es lo más peligroso de este lugar?.

—Obviamente yo—respondió Miércoles caminando tranquila—si has sobrevivido a mí, el resto será sumamente fácil.

—Ajá...

Los padres de la gótica tenían que hacer unos recados así que dejaron a Tn en manos de su hija y Large ya había llevado las maletas a su habitación. Estarían en la misma ellos dos. Algo ideado por su madre pero que no le molestaba en absoluto a su hija quien decía que así lo controlaría mejor y evitaría que algo de la mansión lo mate.

Al entrar en la habitación, pudo ver lo siniestro y oscuro que era el sitio. Colocó todas sus cosas en el armario y tras eso, vio a su chica acercarse y darle una pequeña caja.

—Dime que no es un dedo—comentó éste algo asustado sabiendo los gustos de ella.

—No, tú solamente ábrelo y punto—ordenó.

Al hacerlo con sumo cuidado, se quedó sorprendido de ver que era un pequeño colgante que se abría en forma de corazón negro con una foto de ellos dos, de las pocas que se habían hecho. El chico esbozó una sonrisa feliz.

—Es precioso—dijo—gracias—se lo colocó—lo atesoraré de por vida.

—Idiota—volteó a otro lado porque no le gustaba que vieran su debilidad.

Tn se acercó y la abrazó por la espalda antes de besarla en el cuello provocando una pequeña oleada de frío en todo su ser que le gustó mucho. La fue besando ahora en los labios hasta que en cierto momento, ella quedó de espaldas a él pero agarrada en la mesa. El chico deslizó sus manos y le bajó la prenda negra a la gótica que trató de decir algo pero no pudo por ser besada.

—Me apetece comerte mi fría y bella Addams—susurró él enrojecido y temeroso a partes iguales por si se llevaba un guantazo como la otra vez.

—Hazlo—susurró ella rodeándolo con los brazos.

Pero a los pocos segundos, el chico fue separado y vio como Miércoles tomaba un cuchillo ante los ojos abiertos de él. Lo lanzó a un lado impactando en la pared.

—¿A qué has venido tío?—preguntó enfadada y subiéndose la ropa interior.

El hombre apareció ante la sorpresa de Tn.

—Como siempre nunca te pillo desprevenida—dijo éste con una sonrisa y presentándose al chico—¿sabes?, una vez pille a tus padres pero ya en mitad del acto.

—Si llegas a hacer eso conmigo estarías muerto y bajo tierra—contestó molesta—ahora será mejor que te vayas a comer abejas o lo que sea, Tn y yo tenemos asuntos que tratar.

—Entiendo sobrinita—reía el hombre—un placer Tn.

Éste se marchó y de nuevo se quedaron a solas. Miércoles le tomó de la mano y lo llevó hasta la cama. Cuando ella estaba sobre el chico, se quedaron mirándose.

—Aún no sé...qué has visto en mí...—estaba pasando por ese momento débil.

—Miércoles, eres preciosa, fuerte, independiente, inteligente...sabes hacer cosas que otros serían incapaces a tu edad...no conozco mejor mujer que tú y...—fue besado.

—Gracias por tus halagos...yo...ojalá se me dieran mejor estás cosas y no ser tan torpe en el amor.

El chico la abrazó y de nuevo se besaron hasta que la fogosidad regresó.

Bajaron a cenar al cabo de un buen rato y Tn pensó por un momento que le servirían gusanos o alguna comida por el estilo cuando para su sorpresa, era carne que olía de maravilla.

—Bueno Tn, queremos saber más del normie que le ha arrancado el frío y oscuro corazón a nuestra hija—miraba la mujer con esa sonrisa.

—Esto...no hay demasiado que contar...nosotros...—empezó a hablar como pudo y tuvieron una agradable cena hasta que los padres de ella se besaron con intensidad.

—Vamos a dar un paseo por la mansión, quiero enseñarte mis máquinas de tortura—la pelinegra se llevó a Tn de allí.

De está manera, los dos caminaron tomados de la mano por los pasillos.

Continuará...

Espero que les haya gustado.

Un saludo  :D

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