1-El arma secreta de Enid Sinclair
Miércoles estaba pensativa, cuando trataba de escribir en la máquina para su novela, a la mente únicamente le venía la imagen de Tn sonriendo, sirviendo el café o atendiendo a los clientes con esa amabilidad que tanto repudiaba en las personas. Cosa le habló a su manera varias veces al contemplarla de esa manera.
—Lo siento, estaba distraída—dijo ella mirando a la mano—¿qué sucede?.
—En los últimos días has estado igual, ¿hay algo que te preocupa?—preguntó golpeando el escritorio para comunicarse con la pelinegra.
—Solamente estoy pasando por un momento de debilidad, quizás estoy volviéndome demasiado débil—contestó antes de arrancar la hoja—necesito que me dé el aire.
La mano se quedó viendo a la Addams salir de la habitación, era muy extraño verla de esa forma y menos cuando no había ningún asesinato o misterio por resolver.
Caminó por los pasillos, miraba a los estudiantes y muchas veces los veía en parejas, besándose y teniendo esos momentos tiernos que a ella le provocaba tantas arcadas. Por un instante, se imaginó con Tn y tuvo que negar con la cabeza para intentar sacudirse aquellos pensamientos.
—¿Qué narices me pasa?—pensaba mientras aceleraba el paso.
Aunque lo negase, ese sentimiento de desamor con Tyler seguía presente. Ese dolor era algo que la apuñalaba y resultaba tan emocionante como ella imaginaba. Recordó la cita donde casi se besan, el momento del beso en la cafetería antes de que la visión le revelase la identidad del chico, un hyde y monstruo asesino.
—Roomie—llamó la voz alegre de la loba—te buscaba.
—¿Para qué?—preguntó con la mirada fría al igual que su voz.
—Para ayudarte con tu...—se acercó a ella—el chico que te ha robado el corazón.
—Te arrancaré el tuyo como sigas por ese camino—amenazó la gótica.
Enid suspiró.
—¿Entonces no quieres información sobre ese normie?, tengo mis fuentes...y hemos aceptado revelarte nuestro secreto—dijo mientras le miraba con esa sonrisa suya.
—¿Hemos?—la loba guiñó el ojo.
Miércoles, resignada pues sabía de la insistencia de la loba, decidió aceptar a ver que era lo que le quería enseñar. Caminaron por unos pasillos hasta cerca de un rincón, Enid miró a su alrededor varias veces para asegurarse de que no había nadie allí. Apretó un ladrillo y una pequeña puerta se abrió.
—La biblioteca de las Belladonas no es el único lugar secreto—dijo entrando y seguida por su roomie antes de cerrar la entrada.
Ambas traspasaron una pequeña sala y tras la siguiente puerta...Miércoles abrió los ojos.
Allí, tenía una gran sala con muchos estantes repletos de carpetas con nombres y apellidos, era algo completamente extraño. Pero no estaban solas, Yoko y Divina estaban allí también en una mesa con muchas hojas y un pc junto a una impresora.
—Bienvenida—dijo abriendo los brazos Enid—aunque no lo creas, el chisme ha estado presente desde siempre...por eso, las apodadas primeras chismosas de Nevermore decidieron crear esté grupo y usar este lugar secreto.
—¿Me estás queriendo decir qué os dedicáis a los chismes y anotarlos y guardarlos aquí?—la loba miraba los estantes, cada carpeta era una persona con sus datos, chismes y redes sociales.
Por supuesto encontró el suyo y había fotos con Xavier junto a notas como; ¿amor?, ¿fracaso amoroso?, ¿saldrán juntos?, y luego con Tyler.
—Cada etapa ha habido una reina, y en está época soy yo—decía con cierto orgullo Enid.
—El chisme es una enfermedad—comentó Miércoles—¿solamente estáis vosotras tres?.
—Claro que no, tenemos...fuentes en Jerichó—respondió—al igual que en Nevermore, hay otras tres personas, cada una de un año diferente. Aquí investigamos y debatimos—mostró una pizarra cercana—ahora...¡eres tú el chisme del momento!.
—No me interesa—ella quiso irse de allí cuando Enid le mostró una carpeta.
—Es de Tn, toda su información—Miércoles fue a agarrarla cuando Enid no se la quiso dar—ah, no, no va a resultar tan sencillo roomie.
—¿Qué deseas a cambio?—preguntó porque la conocía muy bien.
La loba se quedó pensativa durante unos pocos segundos.
—Qué confieses todo—sonreía.
Ella suspiró y les dijo que había captado su atención, pero que se negaba a rendirse a eso qué llamaban amor pues desde lo de Tyler sabía que era una pérdida de tiempo.
—Toma, quizás en algún momento confieses ese amor...y como roomie, te ayudaré a conquistar su corazón—le entregó la carpeta.
Miércoles se sentó y estuvo mirando, no había mucho, por el momento ya que era nuevo en el pueblo pero había lo suficiente para saber sobre él.
—Por fin sirve de algo sus chismes—pensó mientras leía su vida, las fotos de sus redes y demás cosas personales anotadas.
Tras leer todo, cerró la carpeta, no había nada raro. Parecía el típico normie que solamente deseaba llevar una vida normal. Se levantó de su asiento y decidió ir a Nevermore, tal vez si lo conociese en persona y se acercaba a él, podría descubrir más respecto al tema.
Se marchó con cuidado de no ser descubierta por otros alumnos para que la sala siguiese siendo secreta. Enid le mostró su arma secreta, que era la sala, allí reunía toda la información porque decía que era lo más valioso por encima del oro.
Fue hasta el pueblo, entró a la cafetería y allí se sentó para esperar que Tn le atendiese.
—Ah, hola—saludó el chico—¿qué deseas tomar?.
Al mirarle a los ojos, pareció que se paralizó su cuerpo entero y le costaba hablar.
—Café—dijo finalmente—y...algo de comer—dijo un poco tartamuda.
El chico soltó una pequeña risa, haciendo que se sintiera estúpida por un momento.
—Muy bien, ¿algo más?—ella negó con la cabeza y él se marchó.
—¿Cómo soy tan idiota y patética de no poder pedir un dichoso café?—pensaba ella, se habría golpeado la cabeza allí mismo.
Después de dejarle su café y algo de comer sobre la mesa, Tn intentó volver a su trabajo cuando una niña tropezó con él arrojando su zumo a Miércoles. La pequeña pidió perdón pero sobretodo, sintió mucho miedo cuando vio que la pelinegra le hacia esa mirada tan fría y sin sentimientos marchándose llorando.
—Lo siento, enseguida te limpio—dijo Tn trayendo unas cosas—¿te encuentras bien?.
—Sí—respondió mientras se secaba con unas servilletas.
Cuando se marchó, estuvo tomando el café y sacó un libro para hacer como que lo leía, cuando en realidad, estaba esperando a que él terminase su turno de trabajo.
En el momento que eso sucedió, lo vio sentarse en una mesa cercana con algo de comer. Miércoles suspiró, y recurrió a una arma de Enid, un papel donde le apuntó preguntas que debía hacerle para entablar una conversación amistosa.
—Sigue teniendo mala ortografía—pensó viendo la caligrafía de la joven, aunque entendía lo que ponía.
Miércoles se armó de fuerza, ya en pie, se acercó a Tn quien al verla allí parada le preguntó si deseaba algo.
—¿Puedo sentarme y...y...charlar contigo?—cada palabra le dolía como una patada en la cara, le resultaba un mundo.
—Claro, siempre es bueno hablar con una persona inteligente—contestó sonriendo mientras ella se sentó enfrente.
Y ahí estaba...esa sonrisa suya...haciendo latir su negro corazón.
Continuará...
Espero que les haya gustado.
Un saludo :D
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