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15 de febrero de 2023
Un club en el sudeste de Tailandia no pierde la adrenalina ni las oportunidades de brillar, reproducen música electrónica a todo volumen mientras luces fosforescentes oscilan por todo el lugar adjuntas a hologramas de rayos láseres.
En un cuarto de karaokes, la televisión con líricas anda encendida, pero silenciada mientras un hombre gordinflón de kimono abierto se sienta frente a Gawin. A ambos los separa una mesa de cristal. Gawin está calmado, de piernas cruzadas, ambas manos entrelazadas sobre una rodilla y viste elegante. Es una cualidad poco eludible. Sonríe labial y endereza la espalda cuando el otro comienza a hablar:
—Gawin, amigo mío, te llamé porque tú eres un buen hombre de negocios.
—Oh, por favor, Reynen, no me diga eso. Hay muchos mejores que yo. — Gawin trata de ser humilde, pero por supuesto que sabe que es uno de los mejores en esta prohibida ocupación. Aquí no juegan hombres débiles, juegan quiénes no teman a morir por lo que quieren. En este juego penden sus hombres, los hombres de otros y la reputación.
Reynen ríe al notar esa humildad fingida. —Escucha, no quiero sacar provecho por ser quién te suple frascos para tu sangre, pero los humanos que han venido aquí últimamente me están pidiendo chicas vampiras, entonces dije «¿Por qué no? Déjame preguntarle al desgraciado de mi amigo». — Ambos ríen. —¿Conoces algunas chicas calientes que estén dispuestas a sexo y mordiscos casuales? Te daré tres mil dólares por mes.
—Mm. Tres mil, — Se lo piensa Gawin. —No me parece mala idea. Cuenta conmigo.
—¡Por Dios Santo! — Reynen golpea la mesa con un puño severas veces, contento, mira primero los lares antes de retener su mirada en Gawin. Viéndose tan feliz como si acabase de ser bendecido o invitado al cielo. Quiere hasta llorar. —Muchísimas gracias, Gawin. Eres el mejor.
—Ya deja los halagos. Podría casarme contigo, ¿sabes?
—A mí no me molestaría.
—Ouh.— Gawin finge retroceder en su propia silla alzando las cejas y el otro finge sonrojo usando tres billetes como abanico asiático para cubrirse la boquita. Ríen tras sus gestos faciales y recomponen sus poses. Reynen coloca los billetes en la mesa enfocado en estos. Gawin, por otro lado, inhala el aire. Cierra los ojos mientras, y presta oídos a la sala de strippers.
—¿Hay una chica en período quizás? — Inhala.
Reynen alza la mirada bastante tomado por sorpresa. —Oh. ¿Cómo supiste eso?
—Baila en tacones. Pobrecilla.
—Jum. ¿Cuál será? Ninguna olía así en el camerino desde esta mañana.
Gawin abre los ojos en color rojo, dirigiendo el rostro hacia la puerta. Sereno. Parece un robot por lo lento, pero perfecto, que completa el movimiento. Se levanta, desabrochando el botón final de la chaqueta, separa los paneles frontales entonces hunde sus manos en los bolsillos dirigiéndose hacia afuera.
—¿Gawin? ¡Gawin, espera!
Reynen apura sus piecitos dentro las sandalias para salir corriendo tras él.
Para cuando salen fuera de la habitación, Gawin se detiene, otra vez lento. Consiguiendo a la chica en período. Reynen le sigue la mirada hasta ver una hermosa chica asiática de cabello negro lacio y bikini azul en tacones del mismo color. Ella se sostiene del tubo con dos puños arriba su cabeza y se pone de cuclillas meneando las caderas de lado a lado.
No tiene senos destacantes ni tampoco caderas, pero sí muslos apetecibles.
—Ah, su nombre es Kim, hace muy buen trabajo. Bonita, ¿no? — Reynen sonríe coqueto al notar cómo Gawin la mira. Deseo total en sus ojos.
—¿Le gustan los juguetes sexuales?
—Ella puede hacer todo lo que le pidas.
—¿Puedo llevarla a mi casa hoy?
—Por supuesto. — Reynen sonríe.
La chica de casualidad mira en dirección a ellos. Endereza todo el cuerpo sin soltar el tubo, entonces camina en círculos alrededor de este hasta aferrarse al tubo y columpiarse en el. No puede ni brincar ni treparlo dado su período.
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—¡Ah! ¡AH! ¡Sí! ¡Así!
Kim grita al estar acostada en la cama de Gawin completamente desnuda, sudada al extremo y encadenada a la cabecera de la cama.
El jefe anda entre medio de sus piernas agachado, disfrutando comer su sangrante coño. La sangre es interminable y la dueña anda hormonal. Necesitada por demás.
—¡Dios! — Ella arquea sus senos erectos cuales fresas rosas bañadas en agua.
Gawin agarra bien esos senos. Los aprieta y sacude, antes de mantenerlos bajo sus manos, sin dejar de succionar el coño.
Por alguna razón, se le cruza una sensual imagen de First acostado como ella, atado a la cama recibiendo una mamada de su parte. Se imagina cómo gritaría los gemidos de esta forma, arquearía la espalda, ¿por qué piensa en él?
Gawin retrocede el rostro para confirmar que a quién tiene aquí es una mujer, y no al hombre con quién alucina. Al alzar la mirada ve a Kim jadear desesperada. Intenta actuar normal, pero Gawin se siente decepcionado. Decepcionado de alucinar y no tener a First de verdad. Cuánto amaría cumplir esa fantasía.
—¿Sucede algo, Gawin? Te detuviste.— Gime Kim.
—No. No te preocupes, preciosa, te haré venir. Sabes deliciosa, extrañamente deliciosa. — Él hunde la cabeza entre medio de sus piernas sin notar cómo los ojos le brillan en anaranjado a Kim antes de que ella vuelva a cerrar los ojos, placentera. Pega otro gemido.
First está en su casa cocinando algo. Se ve pálido, tiene ojeras de no dormir, y ha estado buscando información en libros de muchísimas páginas. Todos los siete libros forman pila en la mesa de estar. “Misterios Cósmicos”, “Bestiario En El Mundo Humano” “Hechizos & Leyendas”, etc. Ninguno tiene información de los dhür.
En estas seis semanas ha perdido contacto con Gawin, al igual viceversa. No sabe nada de él.
Alguien toca en la puerta mientras él fríe huevos. Mira atrás sobre un hombro. Confundido. Se dirige a la puerta y Gulf está parado ahí con un parche en el cuello y sujetando una maleta.
—¡¿Puedo quedarme en tu casa?! Gawin me envío a espiarte, pero quedas muy lejos del edificio dónde vivo. ¡¿Qué dices?!
—No.
First le cierra la puerta en la cara sin pensárselo dos veces. Escucha toques más fuertes junto a una apenada voz: «¡Oye, por favor! ¿Qué te hice mal~? »
Día después
Toques en la puerta otra vez.
First abre y encuentra a Gulf parado ahí de nuevo con otras ropas, pero la misma maleta. —Soy buena compañia, lo prometo--
—No.
Le vuelve a cerrar la puerta.
Tercer Día, Misma Hora: tres de la tarde.
First mira a través la ventana de la cocina que da con el patio y ve a Gulf frotarse la espalda contra un tronco, a distancia de la casa.
—¡Aquí no te vas a quedar! — Grita desde ya First.
Gulf lo mira como cachorrito triste y tiembla el puchero. Se da la vuelta para darle una patada al tronco.
Cuarto Día, Misma Hora.
A First ya le daba igual, así que permanece en el mueble de la sala de estar leyendo otro libro con un codo apoyado en el brazo del mueble y las piernas estiradas hacia adelante, tobillo entrelazado con tobillo. Lee sereno. Tranquilo al máximo.
Cuando escucha gritos: —¡NO, POR FAVOR NO ME LASTIMES! FIRST, ¡AYUDA! ¡AYUDAAAAAAAAAAAA!
El psicólogo alza los ojos harto. Cierra con una sola mano el libro entonces se levanta molesto del mueble. —Por tu vida más vale que no sea un truco para dejarte entrar--
Al abrir la puerta, se conmociona. Quizás demasiado. Y no, no es por el hombre lobo.
Ayane está sujetando la camisa del licántropo tras su cuello, amenazándolo con los colmillos. Gulf está encogido de hombros gritando a por ayuda.
—¡¿Quién eres y por qué molestas a mi papá?! — Grita Ayane.
—No lo molesto~, solo quiero quedarme en su casita. Sueltáme, ¡culmilludo feo!
—¿Ayane? — First pregunta casi en un susurro. Sin poderselo creer. Es su hijo. Su hijo finalmente está aquí. ¡Es él!
Ante la voz, Ayane deja de amenazar al licántropo mas no lo suelta, pero mira a su padre con miedo y felicidad. Su rostro maligno va cambiando, las cejas lentamente alza, y una sonrisa reemplaza los colmillos.
—¡Papá! — Corre hacia First dándole un fuerte abrazo. El progenitor le regresa el abrazo con creces, hundiendo su rostro en el hueco de su cuello, donde derrama lágrimas. Lágrimas alegres, ahoga risas incapaz de creer lo que está pasando.
—Hijo, eres tú. Dios, eres tú. Has, — Los distancia mientras llora. Su hijo llora igual feliz. —has crecido demasiado.
—Lo sé, ¿no? — Se alegra. Pero entonces abraza de nuevo a su papá. —Te extrañe mucho, papá. Lo siento. No quería lastimarlos a ti y a mamá porque ahora soy diferente a ustedes. Soy alguien malo.
—No, oye, no eres malo, Ayane. Jamás lo serías. Encontraré una cura para ti. La buscaremos juntos y te salvaré. Ya verás.
Gulf se queda a unos pasos mirando. Sonríe triste al ver ese amor entre padre e hijo. En lo profundo de su ser desearía tener eso que tienen. Jamás lo ha tenido incluso en sus peores momentos pues nació huérfano. Todo lo que ha sabido hacer es cuidarse de sí mismo y trabajar para otros, pero jamás tener una familia. Incluso si no es de sangre.
Sonríe triste en dirección a ellos entonces se va. Decepcionado. Al menos, tendrá qué contarle a Gawin.
La casa de Nanon recibe toques a la puerta. Es una casa móvil estacionada en un bosque lejos de árboles y un gran campo. Parece alejado de todo.
Nanon abre primero confundido, luego aborrecido. Porta una camisa blanca manga-larga, únicos dos botones abiertos, pantalones negros ajustados, para culminar, descalzo. Suspira al ver ese licántropo que tanto lo molesta.
—¿Puedo quedarme contigo? — Pregunta Gulf sin ánimos. No le quedó opción, era la última persona en su lista (conste que una lista muy corta). Nanon se le queda viendo sospechoso.
—¿Qué pasó con tu edificio?
—Se me pasó la fecha de pago y tengo miedo de los lobos en la casa de tu abuelo... — Gulf aprieta los dientitos antes de balancear la maleta de adelante a atrás.
—Bien, pasa---
Apenas Nanon da permiso, Gulf pega un chillido hilarante abriendo paso adentro. Entra sin más, pero queda parado a unos centímetros de la cocina. —¡Wow! Parece una casa de ensueño, Nanon. Se siente tan cálido aquí. Tenía frío.
Nanon cierra la puerta, sube los primeros escalones, entonces pasa de largo al tierno licántropo. Se detiene frente al refrigerador para sacar leche. —¿Quieres chocolate caliente? — Ofrece paciente.
—Si se puede, por favor.
—Deberás dormir en el mueble, ¿sabes? Solo tengo una cama.
—Bien por mí. Muchas gracias.
—Los lobos debemos ayudarnos. ¿Cuánto tiempo estuviste en la de First?
—Cuatro días. — Gulf se abraza así mismo, frotando sus brazos para quitarse de encima el frío. —Hasta que supe que jamás me dejaría entrar.
Nanon ríe. —¿Quién te dejaría entrar?
—Jo, grosero.
Una vez tiene la olla puesta a hervir, camina hacia Gulf. —¿Cómo está tu herida?
—Bien, pero aún tarda en sanar. No sé por qué. Normalmente desaparecen rápido. Mordiste muy duro, idiota.
Nanon acorta espacios para alzarle el parche. Poco a poco. Hasta ver la mordida aún infectada. Es pequeña, pero se ve amarillenta.
—Vamos a cambiarte este parche. Siéntate.
Gulf se sienta en la mesa redonda cerca suyo. Nanon busca unos parches dentro las gavetas superiores de la cocina, al llegar se agacha sobre el moreno.
—Mantente quieto, ¿sí?
—Solo no me lastimes otra vez.
—Te tengo aquí, todo vulnerable, a solas, no puedo prometer eso ¿o sí? — Nanon brinca una ceja dándole una sonrisa mezquina. Gulf agranda los ojitos mirándolo con miedo. Echándose para atrás en la sillita, quedando arrinconado. No tiene escape.
Pasan segundos mirándose así. El modelo aterrorizando al tierno lobo.
Hasta que Nanon ríe. —Era una broma. Me da satisfacción saber que te asustas fácilmente.
—No seas tan malo. — Pide en un puchero. Le parece injusto el tratado de todo el mundo o quizás, el Karma ya llegó por haber traicionado a este guapo licántropo. Porque, oh, si no parecía todo un castigo entonces, ¿era coincidencia que nadie lo quisiera en el día de hoy excepto este chico? ESTE específicamente. Bueno, nomás no le preguntó a Gawin por ser un vampiro.
Nanon tira suave del parche. Hilos salivosos desprenden tanto de la herida como de la calcomanía sucia. Estaban adheridos como carne muerta. Acostumbrado a este tipo de heridas e incluso peores, el licántropo se abstiene de hacer rostros y como todo veterano coloca el parche viejo en la mesa, reemplazando el cubrimiento de herida con el nuevo. Aplana el mismo en un suave masaje.
Gulf, con dolor, se agarra al dorso de esa mano. Ni se da cuenta él mismo pues anda cabizbajo. Nanon al ser bruptamente detenido se le queda viendo. Ve ese dolor. Por alguna razón también lo entristece verlo así. No le causa gusto como pensó que lo haría cuando planeaba vengarse de él. ¿Por qué? ¿Por qué le preocupa este traidor?
Gulf mira arriba. Se percata del agarre entonces suelta. —Lo siento. No sé por qué te agarré así. ¿Te agarré muy duro?
Nanon sigue mirando. Casi hipnotizado. El licántropo sentado se le queda viendo confundido. —¿Nanon? — Pregunta tímido.
—¡¿QUÉ?!
—¡AY! TÚ TE ME QUEDASTE VIENDO, NO HICE NADA.
—SE ME QUEMA EL CHOCOLATE CALIENTE.
—¿Y ESO YO QUÉ?
—GRRRR.
Nanon se detiene frente a la hoya todo enojado meneando el chocolate caliente. Gulf lo observa enojadito también. Le da su mejor perfil aunque no se miren ahora mismo.
Luego permanece pensativo.
«Pero es verdad... Su mordida no se ha ido, es extraño.» Se acaricia la herida sobre el parche. Masajeando ahí.
8:00 P. M.
First y Ayane ven una película juntos. Ambos en el mueble, el menor acostado con la cabeza en el regazo de su padre mientras el progenitor ríe también de la serie animada que ven. Disfrutan esa serie juntos. Justo como antes. Nada ha cambiado excepto el físico y lo que es Ayane.
Alguien toca en la puerta.
Ayane se sienta rápido, —¿Será mamá? — Pregunta inocente.
—Tú quédate aquí, yo iré. — Asegura First. Camina confiado hacia la puerta. Al abrir encuentra a Gawin ahí. Tal lo mira cariñoso. Habiéndolo extrañado todas estas semanas. —Hola.— Anuncia humilde.
—Hola.— Saluda First, algo cortante pues no olvida que Gawin le dio tiempo para pensar en matar a Ayane, no ayudarlo.
—Perdón, — Realiza Gawin. —lo que hice no estuvo bien. Lo reconozco. Sé que tu hijo está ahí, me alegra mucho. De verdad.
First cierra la puerta en silencio y ahora quedan ellos dos bajo la iluminación color bronce de una lámpara en el porche.
—¿A qué viniste, Gawin?
—Saber cómo estabas. — Traga grueso. —Y revisar que todo esté bien. Además, creo que debes ver algo, sobre Ayane.
—¿Ahora qué--?
Gawin saca el teléfono de un bolsillo y le muestra un vídeo que ya tenía en reproducciones. Con un solo click a la pantalla se reproduce. En el video, captado por alguien con pésimo agarre celular, se ve a Ayane en la granja desde lejos. La escena donde hizo flotar la horda de mafiosos para drenarlos enteros. First queda sin habla. Cuánto más mira, sus ojos se cristalizan.
—Eso... N--No puede ser Ayane. Él jamás... — Mira la puerta atrás suyo, luego a Gawin. —él no...
—Y seguirá haciéndolo mientras no tengamos una cura. — Guarda el teléfono. —Escucha, solo prepárate y pasa tiempo con él. Porque no sabemos qué puede suceder. Mis sangres no serán suficientes para él así que mejor yo le traeré de beber.
—Gawin.
—¿Sí?
—¿Seguro que no hay una cura?
Gawin se le queda viendo al rostro. Por varios segundos. Gira por completo hacia él y le besa la frente, sujetando su nuca en una dulce caricia. —Seguiré buscando. Te lo prometo.
Se va a ir cuando First lo agarra de una mano. Gawin voltea y el humano lo agarra de los mofletes, y a un beso lo conduce. Sellan un beso en el porche. Manteniéndose quietos corporalmente. Conforme los segundos, Gawin intensifica el beso bajando un poco la cabeza para atrapar los de First al enderezarla.
First ladea su cabeza para el tercer beso, sosteniendo una de sus mejillas.
Ayane, todo presentado, observa a través de la única ventana con vista al porche. —¿Ese tipo es mi nueva mamá? — Murmura. Se cubre la boquita impresionado.
First retrocede el rostro poco a poco. Deseoso por más, pero debe parar antes de que sea muy tarde. Gawin también retrocede. Mirándolo con anhelo. Ambos se mantienen la mirada en los labios.
—¿Por qué me besaste? — Pregunta Gawin sonriendo a medias.
—Quería hacerlo. Quizás es porque no te había visto desde hace tanto y tus palabras.... Luego ver a mi hijo, estoy feliz.
—Bueno, te lo agradezco y me alegra que estés feliz. ¿Repetimos esto la próxima vez que nos veamos? — Juega Gawin.
First ríe. —Puede ser. Ahora ve.
Gawin marcha con una sonrisa. Queriendo buscar la cura cuánto antes. Ayane se esconde al First girar hacia la puerta.
Ninguno notó cómo un dron volaba arriba la casa. Un dron con cámara de vigilancia. Alguien los estaba mirando con un propósito
maligno.
*N/A: OMG PRIMER BESO ENTRE LOS PROTAGONISTAS!! Ayane regresa a casita 😭😭😭💖💖 ¿Gulf y Nanon convivirán? ¿Qué hay con ese dron? + ¡¿La stripper es una criatura?! Bueno, bueno, chicos & chicas, no me gusta decirlo pero nos quedan DOS capítulos 😭😭 Espero les haya gustado este cap, ¿smut al siguiente con nuestros protas? 😏 JUMMMMMM*
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