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-¿Una propuesta, dices? ¿Y a qué te refieres con salud eterna y juventud? ¿Encontraste la fuente de la juventud? - First ríe. Pero Gawin está más que serio. Perfectamente serio y solo dice su verdad sin importar cómo el otro se ríe o se burla. Si de verdad bromeaba, ¿por qué tan serio? Ahí es cuando First comienza a preocuparse. Tiene náuseas. -O bueno, tal vez por eso soy psicólogo y por eso estás aquí. - Traga fuerte. Endereza su bolígrafo en una mano y comienza a escribir cualquier síntoma psicológico que haya notado. -Esto es nuevo para ti. Pensé que eras uno de los que menos necesitaba ayuda de verdad...

-Soy un vampiro, doctor.

First se congela. Él pestañea un par de veces antes de mirar al que dice ser un vampiro. Un vampiro moderno. Gentil, guapo y humilde. Era sabido por el mundo que los vampiros existen. Pero verlos era raro, mucho más escucharlos exponerse. La luz del día es su enemigo, por lo que suelen salir por la noche. Donde pueden cometer los delitos que quieran y la policía local se encargará en la mañana.
La frase "soy un vampiro" suena tan ficticia y poco original, pero el miedo que provoca cuando es real... Vale su nombre.

-¿Qué...? Vamos, Gawin, ¿qué te pasa hoy?

-Estoy siendo sincero, - Sus ojos se iluminan en rojo y First tartamudea retrocediendo pero agarrándose de los brazos del sofá y su cuaderno cae. Esos ojos rojos regresan a su color humano, pero Gawin desaparece con una velocidad sobrenatural. First mira a su alrededor. Temblando. El pánico subiendo por todo su cuerpo y tomando dominio. Su oficina ahora es el reino del miedo. No es una zona de confort, no es un lugar feliz y con buenas vibras, ahora todo se siente... Maldecido.

Mientras presta más atención a lo que está adelante que atrás, el vampiro completa su aparición detrás de él. Acercándose a su oído. Dejándolo sentir sus labios fríos. First no se mueve esta vez y lo mira de reojo. -¿Ves? ¿Sigue pensando que le estoy jugando una mala pasada, señor Foccet?

-P-¡Por favor! - First se levanta volteando hacia él. -¿Qué deseas?

-Quiero ayudarte. Me temo que mis días habrían sido más oscuros si no hubiera recibido de su ayuda todo este tiempo, doc. No tienes idea de lo útiles que son tus palabras y apoyo. Crees que sí, pero no ves todo el potencial en ti. - Gawin se toma su tiempo para explicar y agarra la cabeza de la silla para inclinarse un poco. -Eres mi médico favorito. Ve esto como una forma de agradecerte.

-Pero... Eres un demonio. Tu gente se alimenta de sangre.

-No estamos en el período del ajo y las antorchas, señor Foccet, por favor. Por mí y mis drogas, que han sido robadas, todos los vampiros coexisten con los humanos. Encontré un método para que no nos muramos de hambre durante semanas.

-E--Entonces, ¿hay una manera de alimentarse sin lastimar a las personas?

-Sí.

-P--Pero de cualquier manera, tienes que alimentarte para siempre.

-Así es, alguien ha estado estudiando Crepúsculo.

-Alimentarse de sangre.... No sé si eso es lo que quiero para mi hijo-

Suena el teléfono de Foccet. Acostado sobre la mesita redonda al lado del sofá. Ambos lo miran. El dueño camina hacia él y acepta la llamada colocándolo sobre una oreja. -¿Sí, mariposa? - Intenta actuar con frialdad y tranquilidad, pero hay algo de desesperación en el tono.

-¡¿Qué?! ¡¿El hospital?! ¿Qué pasó? Muy bien, estaré allí en veinte minutos.

Cuelga y es imposible no mirar a Gawin. El vampiro levanta las cejas con una sonrisa mezquina. Sabiendo que su oferta está a punto de ser aceptada. -Ayane está en el hospital. - dice Foccet muy preocupado.


En veinte minutos, First está en el hospital mirando a su hijo a través de una pared de vidrio. Su hijo está acostado en una camilla. Una sábana blanca lo cubre desde la cintura y más abajo. Su pecho está expuesto ahora mismo por los muchos cables que le han inyectado. Todo para salvarlo de una respiración incorrecta. Le pusieron un respirador.... Está dormido desde entonces.
June llora sentada a su lado. Sosteniendo su mano en las de ella.

-Está empeorando. - Traga con fuerza First. Reteniendo sus lágrimas. -No quiero que June me vea así... Maldita sea. - Inclina la cabeza para secarse las lágrimas. Hombros rebotando sin parar. Gawin lo mira serio... pero con algo de empatía en los ojos.

-Lo siento, señor Foccet. Mejor te dejo en paz, esto no es asunto mío, tenías razón...

El vampiro se gira para alejarse mientras First se da cuenta de cada palabra en una variación de segundos. -¡Espera! ¡No! - Agarra una de las muñecas de la chaqueta de cuero del vampiro. Ese que se iba se detiene. Por completo. Y gira sobre un hombro lentamente. Muy lentamente. Ve al Sr. Foccet llorando. Un hombre que siempre sonríe, toma precauciones para no meterse en problemas, y siempre se muestra fuerte... Está llorando. Sus mejillas están rojas... También las bolsas de sus ojos.
Los hijos siempre tendrán poder sobre sus padres. Uno poderoso y hermoso.

-Por favor sálvalo. No quiero perder a mi hijo, por favor. - Llora sin vergüenza. Solo miedo. -Haz lo que necesites, solo sálvalo... Por favor.

Gawin pestañea lento y comprensivo. Se gira completamente hacia First para que el otro deje de agarrarle la muñeca. Con cuidado. -Cuando su madre se separe del niño, lo morderé.

-Solo una cosa.

-Dígame, señor Foccet.

-¿Tendrás la alimentación? Dijiste que te la robaron.

-Me queda una poca almacenada. Debo recuperar las demás.

-Haz lo que necesites. Me ocuparé de June ahora.

Tras decir eso, va a la habitación. Gawin lo observa acercarse a June, quién iza el rostro asustada. Quebrantada al máximo. Con una audición increíble, puede escuchar lo que hablan incluso tras la pared. —June, ¿podemos hablar afuera un momento?

—Sí, vamos. — Accede regresando la pequeña mano del infante a un lateral de su cuerpo y se levanta. Juntos marchan hacia un pasillo de máquinas expendedoras. Mientras marchan, Gawin desaparece. Similar a abrir un umbral, vuelve a aparecer sentado junto al niño. Lo observa de pies a cabeza. Escaneando todo ese pequeño organismo. No lo conoce, pero verlo así le duele hasta al más frívolo de los dioses. Es una pena que una vida que lucha tanto por vivir deba caer una tras otra vez. Vence a Goliat, pero aún quedan demonios esparcidos.

Gawin ilumina los ojos color carmesí. Desciende los colmillos con los que roba sangre y al llevarse una muñeca a la boca, mordisquea fuertemente el área de las venas. Creando dos enormes rasguños tan curvos como arcos. Gruñe, tiembla mientras muerde lo que es suyo.
Tomando en ventaja su tiempo de sanación, le quita el respirador a Ayane y cubre su boca con su muñeca.

Ayane arruga el entrecejo. Primero jadea incómodo. Quiere que lo que sea que caiga en su boca se detenga. Pero en unos segundos, se acostumbra y bebe. Bebe todo.

Gawin aleja su muñeca. Esta sana por cuenta propia. —No tan rápido, niño, no soy yo a quién debes beber. — Sonríe. Colmillos aún expuestos. Ayane sigue durmiendo. Como si nada.

El vampiro le coloca el respirador otra vez. Pero al hacerlo, cierto olor lo interrumpe. Un olor bastante desconcertante. Inhala fuerte como sabueso. Entonces olfatea el cuello del niño.
Temeroso, retrocede. Angustiado al máximo.

—No entiendo... ¿Cómo no lo llegué a oler antes? — Agranda los ojos. —Tiene sangre pura a pesar de tener cinco años. No es posible.

—Disculpe, ¿Quién es usted? — Pregunta la enfermera en la puerta. Gawin la mira angustiado. Habiendo sido visto por alguien. La enfermera mira sobre un hombro al pasillo donde están los padres de Ayane. —¡Sr. Foccet! — Pide.

Para cuando voltea, Gawin no está.

Los padres llegan corriendo. June alarmada mientras que First ya sabe de quién se trataba. —Ow... Qué extraño, — Se apena la enfermera. —Juraría que estaba sentado ahí en la silla.

—¿Quién estaba ahí? ¿Un hombre? — June comienza una plática con la enfermera de la cual First sonríe a la nada apologético, rascando su nuca.

Nanon y el novato, Gulf, fueron a la mansión de Gawin. Están esperando afuera recostados sobre el Lamborghini. El lobo vestido en ropa casual tímida. Típica de chico bueno y algo similar a ropa de jugar golf.

—¿Y por qué nuestra raza le robó las drogas al vampiro? Según me contó tu abuelo-- digo, el jefe, — Se corrige nervioso. —Gawin Damphe lo hace para mantener bajo control a los de su clase. Se ve como un hombre admirable.

Nanon suspira pues es la verdad. Nada es mentira. Gawin Damphe es un vampiro excelente en cuanto a la humanidad consta, con algunos defectos, pero así es. —Dejó de suplir carne a nuestra raza hacen meses. Hicimos una alianza con él para no matar personas y mantenernos controlados. Pero sin carne y lo poco que nos queda, nuestros hermanos mueren de hambre. Entonces, como castigo, le hemos quitado lo suyo.

—¿Dónde lo han dejado?

—Con una buena amiga mía, Loreinne Ditrot, algún día la conocerás.

—Bueno, — Gulf ilumina sus ojos en amarillo durante unos segundos entonces acorrala a Nanon contra el auto. Amenazando su cuello con una navaja. Brazo de retención convertido por completo en una pata de garras. Nanon lo mira sin poderselo creer. —¿Han escuchado eso, todos?

Los guardaespaldas de Gawin caen trepados desde los árboles. Quedan agachados con estilo. Se levantan para acercarse a los lobos. Dejan distancia al detenerse.

—Loreinne Ditrot, entendido. Iremos allá ahora.

¡No! — Les grita Nanon retorciéndose para salir. Los sujetos desaparecen sin más. Él mira desesperado a Gulf. —¡¿Qué hiciste?!

—Gawin me contrató para espiarlos. Disfruté estar con ustedes. ¡Adiocito! — Se va corriendo veloz.

—¡TE SALDRÁS CON LA TUYA AHORA, PERO NO PERMITAS QUE TE VEA O TE MATARÉ! — Grita Nanon viéndolo convertirse en un lobo cuatro patas y correr. Él permanece ahí respirando agitado.

—¡Maldición! — Golpea la puerta en medio girar, entonces permanece dándole la espalda al bosque, sujetado a la ventanilla del auto.


Los guardaespaldas de Damphe aparecen como destellos de portales a la tienda de tatuajes de Lorainne. Caminan por el lobby encontrando este sin gente en espera y un solo empleado en el contador. Uno de cabellos largos hasta las clavículas con ropa callejera. Brazos trabajados a exposición.

—¡Malditos vampiros! — Se levanta a grasnar con ojos amarillos y colmillos, estirando unas garras filosas. Brinca el contador para correr hacia ellos, pero los vampiros vuelven a desaparecer. El hombre lobo se detiene en el centro del lobby.

Para cuando aparecen, un vampiro lo agarra de las piernas al igual otro de un brazo. Lo levitan en horizontal. En cámara lenta.
Ese lobo gruñe cerrando los ojos por inercia.

Entonces, los vampiros tiran con fuerzas sobrenaturales, arrancando sus extremidades con una sangre abundante. Incluso se corta por la mitad del tirón. Lo dejan caer como bolsa encima de un charco carmesí abismal.

Siguen caminando. Sin sentimientos. Hasta llegar a la sala dónde Loreinne está. Ella llena de tatuajes por todo su cuerpo, hasta la quijada dónde los dibujos en tinta se detienen.
Se encuentra tatuando la espalda de un humano usando guantes negros, su cabello atado con una dona alborotada y el resto cae largo como cascada.

Ríe junto al humano de cualquier chiste. Luego voltea sintiendo otra presencia en el lugar. Una no bienvenida. Al hacerlo, deja de sonreír.

—¡Quen! — Grita a por su empleado. Poniéndose de pie alarmada. Respira agitada. Algo temerosa.

—¿Qué pasó? — El humano pregunta girando sobre un hombro sin salir de la plancha.

—Tu cachorro ya está muerto. — Avisa Phuwin (uno de los guardaespaldas) ya caminando. Sin ningún miedo.

Ella grasna tornando sus ojos amarillos y corre a él. Él la sujeta del moño, súper cerca a su pecho casi sin distancia. Ella se retuerce lanzando rasguños hasta que Thor, posa tras ella atravesando su pecho con su mano. Ella mira abajo viendo el gran agujero por el cuál Thor sostiene su corazón.

Convulsiona un poco, luego cae muerta.

—¡¿Qué carajos?! — Grita el humano, aterrado. —Debo salir de aquí.

Ambos vampiros lo observan irse. Sin inmutarse ni  ningún tipo de sentimiento. —Es nuestro mensaje para los lobos. No roben lo que es nuestro si no quieren perder a los suyos. — Phuwin anuncia.

Ambos caminan hacia una pared de bloques pintados en negro. La habitación es oscura, únicamente la ilumina una luz blanca que funciona como reflector en el centro. Phuwin golpea la pared con un puño. A sus laterales vuela polvo de cemento. Tras crear el hueco agarra una maleta. La saca, rompiendo todos los demás ladrillos que impedían el paso. Al hacerlo, se revelan todas las drogas pues ni habían cerrado la maleta.

—Lobos irrespetuosos. Bastante amable está siendo el jefe con matar a algunos y no a todos de una vez. — Gruñe Thor a medida que se van.


Para la noche, June duerme agotada en el mueble del hospital. First duerme sentado al lado de su hijo y sosteniendo su frágil mano.

Ayane, despierta de repente. Ojos en rojo. Se sienta apresurado con gruñidos. Se quita el respirador, pero sus piernas reciben temblores y ve estas estirarse. De la nada, parece crecer.  Mira a sus padres dormir. Agotados.

—Oh no... Mamá y papá están aquí. No quiero que me vean así.

Sale de la cama sigiloso. Tiene una bata puesta. A medida que camina al baño sigue creciendo de estatura. —No, no... — Chilla al encerrarse en el baño.

Se agarra al lavamanos. Viendo sus propias manos mucho más abajo. Se siente alto. Para cuando ojea su reflejo en el espejo, ha crecido por completo y los ojos están rojos. Sus colmillos están fuera y tiene unos extra que le salen como elefante por las mejillas. Habiendo cortado sus mejillas para salir.

Grasna como animal al espejo.

Su hijo ha sido salvado... ¿Pero a qué costo?

*N/A: OMG, ¿Qué les pareció este capítulo? ¿Por qué los de pura sangre no pueden ser vampiros y qué información hay sobre los pura sangre? ¡Todo eso lo descubriremos en el siguiente cap! Gulf espiaba a la manada de hombres lobo, ¿Qué creen que haga Ayane? 🥺🥺 ¿First & Gawin a unirse por está situación? *Pega gritito* 🤭🤭💖 Muchas cosas están por venir*

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