• 9 •
Dos chicos se hallaban echados en el sofá más grande, uno de ellos acostado sobre la extensión de este, con su cabeza sobre un cojín en las piernas del que se encontraba sentado en la esquina de la acolchada superficie.
Ambos después de haber hecho un recorrido por toda la casa en busca de que hacer, optaron por mirar la televisión, y eso hacían desde hace ya unas horas.
El reloj en la pared marcaba las 12.04am.
Taehyung jugaba con el cabello del menor sobre sus piernas mientras miraba concentrado la película que era transmitida.
Jungkook solo miraba al igual que Taehyung dejando que este hiciera con su cabello lo que le plazca, dejando que así mostrara su cariño.
Cuando la película había terminado ambos estaban en la aún oscura habitación del mayor, acostados boca arriba sobre la blanda superficie mirando al blanco techo sobre ellos.
Ninguno de los dos había desayunado, pero tampoco es como si tuviesen ganas de comer.
—Ahora... ¿Qué haremos? —Preguntó el mayor, girándose para quedar frente a Jungkook.
Este resopló y abultó los labios.
—No lo sé. —Se giró también.
Intercambiaron miradas por unos minutos, luego, justo cuando el menor iba a proponer algo Taehyung se levantó de golpe y casi corrió a su clóset. Siendo seguido por la mirada contraria aún en la cama.
Taehyung abrió el closet y se agachó para buscar entre sus cosas.
—¿Qué haces? —Jungkook sonrió al ver cómo Taehyung gateaba para adentrarse más, siendo así una bolita.
—Espera.
Taehyung salió con una caja entre sus manos, se lanzó en el colchón y la abrió, le dió la vuelta dejando que todo lo que encontraba dentro cayera y quedara regado en la cama.
Se trataban de fotos viejas, cartas, algunas prendas, objetos no tan grandes y cosas que alguna vez Taehyung dejó en el olvido.
Él pasó sus manos entre todas aquellas cosas, regando todo aún más buscando entre ellas.
—¡Aquí está! —Exclamó desenredando una cadena de un brazalete.
Jungkook por otro lado se quedó mirando las fotos, donde en una de ellas se apreciaba a un Taehyung como de ocho años sonriente sobre el mesón de la cocina, sosteniendo un bote de helado, detrás de su madre que parecía estar preparando algo.
Taehyung seguía ocupado en desenredar las dos prendas, por lo que tomó algunas entre sus manos y las miró a más detalle.
Un Taehyung bebé con una enorme sonrisa de no más de dos años siendo levantado por su padre, parecía haber estado dando vueltas sobre su lugar, ya que ellos eran algo borrosos.
Otra foto. La mamá de Taehyung dándole de comer a su hijo que al igual que la foto anterior, no mostraba tener más de dos años.
Otra. Esta vez no estaban en casa, era un piscina y Taehyung tal vez de doce o trece años siendo cargado por su padre dentro del agua. Él se aferraba al cuello contrario como si su vida dependiera de eso, también porque tenía una cara de horror.
—¿Sabes nadar? —Inquirió y alzó la mirada hacia el chico que luchaba por sacar la cadena del brazalete.
Taehyung le dió una mirada rápida y volvió a lo suyo. —No. Y me da miedo el mar. —Confesó relamiendo sus labios.
Jungkook asintió en comprensión.
—No deberías ver eso. En primer lugar es vergonzoso, también porque algún día quemaré todas y cada una de esas fotos.
Jungkook guardó silencio unos segundos y le miró atento.
—Entonces, las veré todas antes de que lo hagas. —Respondió y volvió hacia las cosas regadas frente a él.
Jungkook tomó una de él junto a sus padres, mirando y sonriendo melancólicamente como entre los tres se abrazaban y miraban a la cámara. Su madre a su izquierda, sonriendo sinceramente a labios cerrados. Su padre detrás, sonriendo con su brazo rodeando a la esposa y por ultimo, un Taehyung de unos nueve o diez años haciendo una mueca divertida. Detrás de la foto estaba escrito "Día de campo en Daegu" y al superior derecho la fecha: 22 de Enero.
Taehyung terminó con lo que hacía y en cuanto miró el rostro de Jungkook, luego a la imagen entre sus manos, apretó los labios y comenzó a guardar todo lo que había sacado de caja dentro de ella, quitándole la que el chico frente a él sostenía, creyendo que ahora podría sentir pena por él.
—Son tonterías. Ya te digo... Las quemaré. —Se apresuró a decir. Jungkook le sonrió y se acercó a él lo suficiente, teniendo una distancia prudente.
—Te veías tan feliz.
Entonces Taehyung entendió. —Si, lo era. —Sonrió nostálgico. —Pero todo aquello solo eran mentiras.
Desvió la mirada hacia la cadena entre sus dedos y exhaló. —No le tomes importancia. —Levantó la mirada y sonrió. —Ten. —Le ofreció la cadena.
Esta era de plata fantasía, con un dije en medio. Era de cuarzo ónix, uno que había comprado hace bastante tiempo. —Me gustó cuando la vi, pero solo la usé una vez. Ahora es tuya.
Jungkook amplió su sonrisa y se dió la vuela. —Entonces pónmela.
Taehyung volvió a tomar de ella y la pasó por el cuello contrario, la enganchó y terminó el proceso acercando su nariz a la nuca de Jeon, inhalando su aroma varonil.
Jungkook rió y se removió. —Me das cosquillas, Tae. No hagas eso.
Y así como estaban, Jungkook de espaldas a Taehyung, este ultimo pasó sus brazos por la cintura contraria y dejó reposar su cabeza en uno de los omoplatos contrarios, abrazándole.
Había caído en cuenta que una vez que Jungkook se fuera, todo ese espacio que mantenía lleno de tranquilidad se iría con él y volvería a su mundo de todos lo días. Apretó el agarre y suspiro.
—Jungkook... —Le llamó en un susurro. El contrario puso sus brazos sobre los que le sostenían e hizo un sonido para que continuara. —Quédate hoy. —Apretó sus ojos, esperando a que él se negara. Esperando como siempre, lo peor.
Jungkook quitó los brazos contrarios y se dió la vuelta, viendo así el rostro expectante de su mayor.
Taehyung comenzó a sentir un nudo en su garganta y sus ojos comenzar a empaparse.
—Por favor.—Siguió en el mismo tono, casi suplicando. —Solo será esta vez, lo prometo. —Reprimió un sollozo y apretó sus labios.—Así mi padre sabrá que hay alguien en casa y no tendré que escucharlos. Solo esta noche.
Jungkook tomó el rostro contrario, obligándole a mirarle a los ojos, ambos muy cerca del otro. Le dedicó una sonrisa y besó la punta de su nariz.
—Puedo quedarme las veces que quieras. ¿Si? —Con sus pulgares limpió las lágrimas que habían logrado escapar de su prisión en los ojos de Taehyung. Besó sus húmedas mejillas y luego su frente, aún sosteniendo su rostro entre sus manos. —Me quedaré. —Sonrió de lado, aceptando.
Taehyung mordió su labio inferior y se abalanzó al cuerpo del menor, abrazándole desde el torso, dejando reposar su cabeza en el hombro derecho, justo en el hueco del blanco cuello de Jungkook.
Este le recibió, y acarició la negra cabellera de quien dejaba escapar leves suspiros, erizando la piel del menor al contacto del cálido aliento de Taehyung a su piel, ya que Taehyung nunca apagaba el aire acondicionado cuando tenía días completos en su casa.
De nuevo esas sensaciones en ambos.
Esas que les hacían sentirse bien el uno con el otro. Taehyung sentía a las llamadas mariposas revolotear en su estomago. Jungkook de pronto le daban escalofríos o descargas eléctricas en su cuerpo.
Ambos se complementaban, solo que aún no eran consiente de ello.
Dieron las 12.00pm y ninguno dormía. Ambos se hallaban en el patio trasero sentados al borde de la piscina, Jungkook con la mitad de sus piernas dentro del agua mientras Taehyung solo tenía sus piernas cruzadas fuera de esta.
Esa noche el cielo estaba cubierto por nubes, evitando tener vista de la luna y las estrellas.
Una fresca brisa hacía bailar las melenas de ambos. Las luces de la casa se hallaban apagadas, a excepción de las que están dentro de la piscina.
¿Cuánto era el tiempo el que ambos se hallaban allí? Ninguno podría responder con exactitud aquella pregunta, pues tenían tal vez más de dos horas hablando y riendo entre ellos.
Al momento de hacerle saber a los padres del menor que se quedaría a dormir en casa de Taehyung, su padre no dudó en llevarle en el auto las cosas que él creía eran necesarias para su hijo.
¿Por qué razón en uno de los bolsillos del enorme bolso había metido un paquete de condones?
No lo sabía, y eso era algo de lo que el mayor no debía enterarse, ya que Jungkook apenas puede con la vergüenza que su padre se había encargado de formar.
Fuera de aquello, Jungkook ahora tenía ropa suficiente como para quedarse en casa del mayor una semana completa, sin exageraciones. Pues, su madre se había encargado de llenar aquel bolso con tal vez el armario completo.
Justo ahora, Jeon sentía sus pies fríos, pero no era algo de lo que le tomara importancia, pues estaban dentro del agua y podía moverlos a su antojo.
Taehyung hablaba de lo mucho que le gustaba pintar, cosa que Jungkook descubría. Contando también que él se había encargado de pintar la mayoría de los cuadros que estaban colgados en las paredes de uno de los pasillos, y la sala principal.
Jungkook admiraba el brillo en los ojos contrarios al hablar de lo que le gustaba.
—¿Y por qué dejaste de hacerlo? —Quiso saber. Se acomodó inclinándose hacia atrás, apoyándose de las palmas de sus manos, manteniendo la mirada fija en el pelinegro a su lado.
Aunque Taehyung nunca mantuviera el contacto visual mientras hablaba y en su lugar mantuviera su mirada fija en el agua, o sus pies, Jeon tenía toda su atención en cada cosa que decía o hacía, siguiendo sus gestos.
—No lo sé. —Respondió relamiendo sus labios, de nuevo, debido a que la brisa se encargaba de secarlos cada vez que hacía esto. —Un día de pronto no volví a tomar los pinceles.
Taehyung giró hacia el menor. —Y mi mamá se encargó de llevar todo al ático.
—Te compraré pintura nueva, y esos materiales con los que pintas. Quiero que vuelvas a hacer eso que te gusta. ¿Bien?
—No tienes que comprarme nada, Kook. —Volvió su vista al agua. —Yo puedo comprarlo con mi dinero.
—Entonces dime, ¿Por qué no has comprado nada? Ya dije, lo haré yo.
Taehyung asintió resignado.
Jungkook ahora jugaba con lo que colgaba de su cuello con una sonrisa.
Sacó sus pies del agua sintiendo la fría brisa congelar de sus rodillas a abajo, se levantó y extendió su mano a Taehyung para ayudarle a levantarse también.
—Ya vayamos a dormir, mañana estaré hasta la tarde.
Taehyung asintió y sonrió.
Aún sin soltar sus manos fueron dentro, donde Jungkook secó sus piernas y después subieron a la habitación del mayor, donde se echaron a cada uno usar sus celulares.
Taehyung mensajeándole a Jimin.
Jungkook mensajeándole a Yoongi.
Luego de un rato ya Taehyung se hallaba sobre el pecho del menor, balbuceando cosas en lo que ambos se quedaban dormidos.
—...Y tal vez podría empezar a hacer ejercicio. —Pausó sintiendo como el brazo de Jungkook pasaba de estar sobre su espalda a estar bajo el camisón que traía, acariciando directamente la espalda baja de Taehyung.
Su piel se erizó al primer roce desregulado su respiración.
—Yo puedo ayudarte con eso, me gusta el ejercicio.
Taehyung soltó una pequeña risa. —Lo sé, eres mil veces más resistente que yo.
Jungkook rió también, haciendo que su pecho vibrara, cosa que Taehyung sintió al estar con su oreja sobre él.
Alzó la mirada encontrando la blanca dentadura del menor, este le miró y dejó de reír.
—Eres muy bonito, Kim. —dijo y pasó su mano por sus cabellos, despeinando de ellos. Taehyung sonrió tímidamente.
—¿Por qué siempre andas diciendo eso?—Balbuceó.
En un movimiento ágil, Jungkook giró para quedar sobre Taehyung. Sus rodillas sostenían de su peso a los lados de las caderas del mayor, y sus palmas apoyadas a los lados de su cabeza.
—Porque lo eres, y me gusta decirte así.
Entonces, Jungkook intentó eliminar la distancia entre ambos, buscando principalmente las mejillas del mayor, pero se vió arrugando su nariz cuando Taehyung cubrió su rostro con sus manos, escondiendo del chico sobre el cuerpo propio el sonrojo que se creó.
Porque en primer lugar, Jungkook ahora estaba donde él, eso era demasiado para su pequeño ser.
En segundo, diciendo esas cosas sobre su persona, viniendo de quién en serio le gustaba le ponía nervioso.
Con eso era inevitable sonrojarse.
—No digas eso. —dijo Kim, su voz salió ahogada por estar cubriendo su rostro.
Jungkook con una mano tomó las contrarias y con cuidado las alejó.
Taehyung apretaba sus ojos y mantenía fruncidos los labios. Jungkook río.
—Y también eres muy tierno. Pero eso ya lo sabías ¿No? —Su cálido aliento llegó al rostro del mayor.
Taehyung abrió los ojos sorprendiéndose con la cercanía del rostro ajeno al propio. Tan cerca que sus narices por poco rozaban.
—Si. Ya lo sabía. —dijo bajito. Ahora se miraban fijos a los ojos, ambos corazones latiendo desesperados.
El menor sonrió y acercó su rostro para dejar un casto beso en la frente de Taehyung. Este arrugó la cara, sonriendo.
—Te cansaras de hacer eso. —Dijo entre una risa nerviosa.
—No me cansaría de besarte. No pienses eso.
Y para dejarle en claro eso, volvió a dejar besos esparcidos por su rostro, demostrándole así el cariño que comenzaba a formarse entre ambos.
Y de nuevo, ambos durmieron juntos, ambos compartieron las mismas sensaciones reconfortantes y sentimientos alojados en sus estómagos.
Ahora los dos se habían encargado de hacer crecer eso que les hacía sentirse bien. Pero mucho más a Taehyung, un chico que fue lastimado de una forma horrible, pero quién aún así, había encontrado quien le alegrará sus días.
Y Jungkook no tenía problema alguno en hacer feliz a quien ahora le había enamorado.
Jktaesbear_
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