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—Maldita alarma. —A regañadientes, se obligó a estirarse y apagar de un manotazo aquel aparato que resonaba en su habitación, indicándole que ya era hora de levantarse.

Salió de su amado colchón y se encaminó al baño de su habitación, para hacer su rutina mañanera de todos los días.

Se miró al espejo. Su cabello era un desastre y bajo sus ojos habían notorias ojeras que hacían resaltar aún más piel.
Lavó su rostro para sacarse el poco sueño que aún le quedaba, y luego entró a la ducha.

Una vez abajo, con el desayuno servido y hecho por su madre, se sentó y tomó un vaso con jugo de fresas. 

—Buenos días —Saludó con pereza, anunciando su llegada a la cocina.

—Buen día. —Respondió su padre, mirando su celular mientras desayunaba.

—Buen día hijo, ¿Cómo dormiste? —preguntó la mujer con su albornoz puesto mientras comía.

—Casi no dormí.—Confesó después de bostezar.

—Te he dicho que dejes de desvelarte jugando videojuegos Jungkook. —Regañó con el  entrecejo hundido, mirando con reproche al pelinegro.

Tomó unas tostadas y las sobrellenó con crema de maní, para luego llevárselas a la boca.

Aún el sol no terminaba de salir por completo, y hoy era uno de esos día el los que reinaba el calor, no uno  exagerado, ya que siempre había un fresca brisa junto con este.
Aún así, truene, relampaguee o hasta parezca que la tierra de a poco se derrita, preferiría quedarse durmiendo en cama. 

Pero también estaba su madre,  impidiendo su plan de querer dormir hasta el mediodía.

—Come rápido, debo llevarte un poco más temprano hoy, tengo junta y debo llegar antes —dijo su padre terminando de comer.

Asintió, bebiendo más jugo.

Se despidió de su madre después de terminar con su desayuno, subió al auto de su padre, que lo dejó exactamente a las seis con cincuenta frente al enorme edificio. Se adentró y fue a dejar sus cosas en su casillero.

Yoongi estaba justo donde siempre esperaba a Jungkook, en las gradas del campo de fútbol comiendo de una bolsa de papas fritas.

—¿También te obligaron a llegar más temprano? —dijo el más pálido haciendo una mueca en cuanto Jungkook estuvo lo suficientemente cerca para que le escuchase.

—Hola para tí también, idiota. —Se sentó junto a él y este les ofreció de sus papas, las cuales no negó. —Y si, tuve que levantarme más temprano.

—¿A que hora te dormiste después de la partida?

—A las cinco, solo dormí una hora, o menos —Pasó sus manos por su rostro. —¿Dónde está Soo? —preguntó, ya que el mencionado rara vez estaba sin la compañía de Yoongi.

—Le pedí que me comprara más de estás papas—dijo sin interés, alzando su paquete de papas en mano. —Allí viene —Señaló hacía el comienzo de las escaleras, en las gradas.

Esperaron a que se acercara y se sentara con ellos, este le tiró las papas Yoongi y saludó a Jeon. Hoy traía la misma cara que ponía Yoongi al despertar, Al parecer desvelarse hasta las cinco de la madrugada hizo que su malhumor se hiciera presente.

—Jungkook, sigo enojado contigo —Soltó después de un silencio para nada incomodo, en el que él aun tenía su cara de querer matar gente —Te dije que disparas y me cubrieras. Perdimos por tu culpa.

—¡¿Mi culpa?! —Llevó una mano a su pecho, indignado y ofendido —Te dije que fueras por detrás y atacaras, no que yo tendría que cubrirte.

—Si, pero Soo pudo haber matado al bando completo con una bomba desde donde estaba, y tu solo lo querías enviar para atrás y hacer que muriera —Defendió Yoongi a su primo. —A demás, desde atrás solo se podía matar a tres de ellos, donde el estaba mataba fácilmente a todos y tu solo  querías ser el que se quedara con la gema.

Los miró con indignación negando con la cabeza.

—Claro, pero cuando necesité otra granada no me la enviaste —Dijo con enojo fingido, tratando de quedarse con la ultima palabra.

—¡Lo hice Yo! — Exclamó Soobin poniéndose de pie de golpe. —Yo te di de mis recargas y ni lo notaste.

No le sorprendió para nada, a veces era impulsivo, sin mencionar que era como un repelente de personas.

Y ahí se encontraban. Tres chicos discutiendo sobre la partida que tuvieran horas atrás, en la que terminaron perdiendo por no coordinar. Jungkook solía jugar hasta muy tarde, y algunos fines de semana hasta amanecía.

Se aburría siempre y a excepción de la escuela, casi ni salía de casa por estar encerrado aquellas cuatro paredes frente a una consola, dormía no más de cuatro horas durante la semana. De vez en cuando dormía sus horas completas, y eso era cuando su madre le prohibía usar la consola.

Cuando el timbre para la entrada a clases sonó los tres se dirigieron a su aula y entraron sentándose en sus mesas de siempre. Yoongi junto a Jungkook, y Soobin una mesa frente a ellos, junto con una chica que apenas conocía.

Cuando entró inevitablemente vio hacia los asientos de Jimin y Taehyung, solo estaba el primero, con los brazos cruzados sobre la mesa y su cabeza reposando sobre esta, por lo cual no le vio llegar.

Sus intenciones de saludarlo y preguntarle por la ausencia del mayor se vieron interrumpidas porque el profesor de historia había llegado, haciendo que todos los que se encontraban fuera de sus asientos volvieran a ellos, y quienes no prestaban atención, lo hicieran.

Se preguntó el porque Taehyung no había venido. Tal vez tuvo un problema, o se habrá enfermado de nuevo. Esperaba que eso ultimo no sucediera de nuevo.

Unos segundos antes de que el profesor cerrara la puerta le escuchó su voz reclamar: —La próxima vez que llegue tarde a mi clase se quedará afuera, Kim.

Y luego un entrecortado: —Si, lo siento. No volverá a pasar.

Su mirada viajó hacia la puerta del aula, el profesor se hizo a un lado dejando entrar a quien estuvo esperando. Este pasó por su lado con su respiración algo agitada, sus miradas se encontraron y se sonrieron en forma de saludo, luego fue hasta donde Jimin y se sentó a su lado.

Durante toda la clase se mantuvo impaciente porque llegara la hora del almuerzo. Esa y el resto de las clases antes de la hora de comer se la pasó quejándose junto a Yoongi de cualquier cosa que ambos murmuraban para ellos.

Habían pasado dos días desde que había amanecido con una cabellera oscura sobre sus narices, recordaba todo perfectamente; el como Taehyung se había tensado cuando lo acercó más a si mismo. Cuando con inseguridad él lo rodeó con su brazo, o cuando le agradeció al hacerle compañía. 

Lo recordaba todo, y aquel calor en su pecho se hacía presente cada vez que recordaba aquello.

Porque, simplemente aquel chico inseguro de si mismo, que se siente insuficiente y vacío le atraía de alguna manera.

La primera vez que entablaron una conversación lo había encontrado destrozado. Ese chico necesitaba a alguien que estuviera dispuesto a quererlo de verdad, a alguien que le recuerde y demuestre lo hermoso que es y que no tiene que dejarse acomplejar por las personas. 

Entiende que tiene a Jimin, y que este es su mejor amigo, pero también sabía que no era lo mismo, porque entendía que quería sentirse amado. Suena loco, pero estas cosas las descubrió mayormente aquel día en el confesó que quería terminar con su vida.

Sabía muy poco sobre la situación en su casa, en como le trata su padre. Pero ya tenía una idea de como sería, ya que no cualquiera diría semejante cosa sin razones.

Ese chico necesitaba que le demostraran cariño y claro que estaba dispuesto a darle el que fuera necesario.
Él necesitaba salir de aquel lugar, necesitaba un respiro. 

El timbre había sonado haciendo que saliera de sus pensamientos. Volteó a mirar a Taehyung, este ahora estaba guardando sus cosas en su mochila al igual que el chico a su lado. Hizo lo mismo también.

En cuanto salió del aula lo vió recostado en los casilleros frente a este, luego él lo miró también y caminó hasta quedar frente a frente.

—Uhg... Hola Kook. —Dudó jugando con sus dedos. Jungkook sonrió ante el apodo.

Hoy estaba diferente y no lograba descifrar que era, ya que con solo ver sus ojos sabía que no había dormido, y estos se mantenían sin ese brillo propio de Taehyung. Al contrario, no tenían expresión y se notaban cansados.

—Hola Tae.—Correspondió. —¿No estabas con Jimin? 

—Se acaba de ir con Yoongi y Soobin a la cafetería.

Tal vez solo era él, pero Taehyung hablaba muy bajo, y no despegaba la mirada de sus zapatos.

—Oh, Claro. — Asintió.

Miró al suelo y luego a Taehyung. Ambos estaban parados en medio del pasillo, con estudiantes yendo de un lado a otro, pero no les importaba. Taehyung parecía querer decir algo, por lo que el contrario esperó a que lo decidiese o encontrara las palabras que buscaba.

Y unos segundos antes de que pudiese preguntar algo, escuchó un sollozo de parte de su mayor, por lo que se preocupó  y estuvo alerta. Eliminó la poca distancia entre ambos acercándose a él, le obligó a mirarle cuando tomó su mentón dejando ver así, como se esforzaba por no dejar salir sus lágrimas. Mordió su labio inferior, y su respiración se volvió un desastre. 

Entonces tomó su brazo y haló de él con cuidado de no lastimarle. Se vió metido en medio de una masa de gente, con un chico a punto de romper en llanto detrás, en parte de desesperación al no encontrar un lugar sin nadie, se volteó a mirar a Taehyung, este miraba perdida en el suelo aún con su brazo sostenido por él.

Volvió su mirada al frente, y luego de unos segundos  en los que sus ojos con desesperación buscaron por el lugar sin obtener nada, siguió caminando a paso rápido hasta llegar a los baños al otro lado de los pasillos, y agradeció de que justo no hubiera nadie en ellos.

Una vez dentro soltó a Taehyung y cerró la puerta detrás de sí. Y por inercia su mirada ya se encontraba en la cabellera del contrario, ya que la contraria aun se mantenía aún en el suelo.

—Taehyung... —llamó casi susurrando. El nombrado alzó la mirada.

Ahora aquellos ojos estaban cubiertos por lágrimas que insistían por ser libres, cosa que pasó en cuando cerró sus ojos con fuerza y buscó refugio en el pecho contrario cuando el menor extendió sus brazos para recibirle.

Sus sollozos resonaban en aquel lugar, y aunque era grande y espacioso se sintió como  si estuviesen en un cuarto tan pequeño que apenas entraban ambos. Taehyung lloraba con intensidad mientras se acomodaba en el hombro del menor y afianzaba en agarre.

Jungkook aunque moría por saber que ocurría se limitaba a esperar a que llorara lo que fuera necesario y liberara aquello que le atormentaba.

Mientras los minutos pasaban el llanto se hacía menos audible de a poco, hasta que llegó a solamente ser sollozos y sonidos que ahora consideraba tiernos. Aunque él ya lo era.

Se mantuvieron en total silencio un rato, en el que Jungkook sintió la respiración entrecortada y el desesperado corazón de Taehyung latir —Gracias a que ambos cuerpos se mantenían juntos—. Él acariciaba su espalda y cabellos esperando ser reconfortante, mientras que el mayor solo se mantenía quieto en su lugar, inhalando el aroma ajeno y disfrutando del cariño que le era ofrecido, tratando en lo posible de dejar de hipar.

Aflojó el agarre y se separó tan solo un poco, aún sin soltar del todo el abrazo para poder verle a la cara.

Pareció buscar las palabras entre el nudo en su garganta para decir algo, por lo que tal vez se sentía presionado por hacerle saber lo que pasaba. Y claro que Jungkook lo notó.—No tienes que contarme si no-

Se apresuro a decir, pero ve vió interrumpido por el contario: —Es mi mamá.

Lo miró expectante, esperando a que siguiera si era lo que quería.

—Esta mañana la encontré encerrada en el baño del primer piso —hizo una pausa para tragar saliva e intentar calmar el nudo en su garganta. —Tenía moretones en el brazo... —apresó su labio y subió la mirada tomando aire, intentando no romper de nuevo mientras intentaba contar lo sucedido y relajaba su respiración. —...y estaba tratando de cubrir su rostro, donde tenía uno al rededor de su ojo. También tenía el labio roto.

A pesar de que nuevas lágrimas se hacían presentes, resbalando por sus mejillas lentamente, él seguía contando la razón de porque había llegado tarde esa mañana:

—Él la golpeó. —Y con esto Jungkook volvió a atraer al mayor a su pecho, donde de nuevo, lloró.

Lloró de impotencia, al no poder hacer nada, ni por él ni su madre.

Jungkook sentía una opresión en su pecho, y no, no era por el chico que lloraba a mares sobre él. Era porque aunque no conocía a su padre, ya tenía sus ideas de la mierda de persona que debía de ser. 

Porque, desconocía la razón por la cual este era así con su familia. Tampoco el por qué los maltrataba.

Había conocido a la madre de su chico, y podría jurar que era una de las mejores mujeres que había conocido, ella era el soporte de Taehyung, y la que intentaba hacer  feliz a su hijo.

Taehyung también es una maravillosa persona. Él, aunque no lo creyera así, era especial, y tenía muchas cosas que le gustaban por mil a Jungkook.
Si, era un chico inseguro, con miedo y sin autoestima, pero Jeon había visto mucho más allá en el tiempo que tienen de amistad, y quizás, mucho más atrás.

No entendía como aquel tipo podía hacerles tanto daño a dos personas tan buenas y puras que tan solo necesitan que las quieran.

Taehyung volvió a romper el abrazo, y esta vez se separó por completo del cuerpo ajeno, comenzando a dar vueltas y de ir de un lado a otro en el baño —Le dije que podíamos ir y denunciarlo, pero no me hizo caso e insistió con que viniera hoy aquí —Dijo, absorbiendo su nariz y secando el resto sus lágrimas.

—¿Jimin lo sabe? —Se dió un golpe mental al haber preguntado aquello.

Claro que debía saberlo, era su mejor amigo y debía ser a quién él le contara las cosas en primer lugar. Eso, y porque después de una confesión así en lugar de darle palabras de apoyo solo preguntaba por quienes sabían de esto.

Aunque se sorprendió cuando Taehyung se detuvo y negó con la cabeza mientras hacía una mueca. —Eres la primera persona a quien le cuento esto —confesó dejando salir una exhalación de frustración.

Entreabrió sus labios intentando decir algo, pero luego los cerró al no encontrar sus palabras. Eso claro que no lo esperaba.

Y eso significaba que Taehyung estaba confiando en él.

—Bien, si quieres puedo acompañarte a la policía. Es el maltrato y él puede ir a prisión por eso —tomó a Taehyung de los hombros, insistiendo con mantenerse cerca de él y que dejara su inquietud. —Si no quieres, entenderé.

Hizo inconscientemente un puchero—No quiero ir —musitó manteniéndole la mirada.

Asintió y relamió sus labios.

Pensó durante unos segundos, quería ayudarle y no encontraba nada que el considerara útil.

—Bien —dijo frustrado aún sosteniéndolos hombros ajenos. —La verdad, no se como ayudarte Tae. Pero cuando no quieras estar en ese lugar ven a mi casa, sea la hora que sea. No es sano, ni para ti ni para tu mamá, pero tú más que todo necesitas salir con urgencia de allí. Ella, puede estar en su trabajo, y con eso se distrae, pero tu no. Te encierras en ese lugar, donde nadie puede hacer nada por ti.

»En cambio, afuera tienes a Jimin, Y ahora también me tienes a mi. ¿Bien? Ahora, cuando salgamos de aquí, y vayas a tu casa, no te encerrarás. Iré contigo y te estaré esperando, porque saldremos, ¿Esta bien?

Asintió, y volvió a abrazarle, esta vez sin llanto de por medio. Era uno sincero.

—No tienes que ayudarme Jungkook, pero te lo agradezco —Musitó sobre el hombro contrario, haciendo que su cálido aliento chocara con el cuello contrario. Una descarga eléctrica recorrió el cuerpo Jungkook.

Relamió sus labios. —Quiero hacerlo, y no te preocupes, somos amigos —Musitó también.

Y entonces, después de lavarse el rostro y secarlo, se miró al espejo, en sus ojos había una leve hinchazón que delataba su anterior llanto, sin mencionar que aún seguían algo rojos.
Aún así, ambos salieron de allí.

Uno seguro de lo que haría, siendo o intentando ser un apoyo emocional para el contrario.
Y el otro con mil sentimientos revolviendo su estómago, sintiendo en parte emoción al saber que quien lo traía flechado se preocupaba e interesaba por él.

Jktaesbear_


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