• 4 •

Las clases finalizaron, y después haber pasado por la casa de Jimin a buscar todas sus cosas, fueron a la de Taehyung. Este había comenzado a preparar el almuerzo para cuando mamá llegara, ya que de ultimo minuto le dijo que si podría volver para el almuerzo.

Jimin entró a la cocina unos minutos después, recargando su peso en la pequeña isla de la cocina, con el celular en mano y una boba sonrisa en el rostro.

—¿A que se debe? —preguntó el pelinegro notando la expresión en su rostro.

—¿Eh? —dejó el celular a un lado, ahora prestando atención a lo que hacía en la cocina.

—¿A qué se debe tu cara?

—Yoongi sabe que me gusta la saga de Harry Potter, dijo que también es Slytherin. 

—Que bueno, ¿Y también ha leído los libros? —preguntó mirando esta vez hacia la cocina.

—No lo sé, le peguntaré.

Y justo cuando el mayor iba a decir alguna otra cosa la puerta principal se abrió, Taehyung sabiendo de quien se trataba no dijo nada. El recién llegado fue hasta donde se encontraban los chicos, dando a conocer su presencia en la casa.

Taehyung solo levantó la mirada, hizo una mueca al ver lo miserable que se veía. 

—Hola Jimin, hace un tiempo que no te veía —dijo con una cínica sonrisa y suavizando su semblante al notar la presencia del rubio. Taehyung lo miraba con desprecio.

—Hola Señor Kim, si, estaré viniendo más seguido. —sonrió con amabilidad, sintiéndose incomodo.  

El mayor asintió y luego miró a su hijo, en su rostro se formó una mueca que disimuló con un chasquido con la lengua —¿Y tu madre? —Y su voz sonó tal y como siempre salía cuando se dirigía a Taehyung, fría y casi sin expresión.

—De guardia. —respondió sin interés al mantener una conversación con él, mirando lo que hacía.

—¿Cuándo volverá?

—En un rato.

Asintió —Bien, saldré a las cinco. Asegúrate de cerrar bien. —Y se dió la vuelta con la intensión de salir de la cocina

—Saldré también. —soltó esta vez levantando la mirada para enfrentarlo.

Se giró y lo miró con cinismo —¿A donde?

—A casa de un amigo, volveré mañana después de la escuela.

—Bien, tampoco es que me importe a donde vallas. — Y sin más se retiró del lugar.

Taehyung bufó. Miró a Jimin, esté lo miraba sin expresión.

—Quisiera decirle lo miserable que es —Dijo en frustración.

Sus manos se volvieron puños sobre la superficie de mármol, se obligó a relajarse y no explotar en rabia.

La puerta principal volvió a escucharse, esta vez levantó la mirada vió su madre atravesar la cocina, saludó primero al rubio, luego a su hijo con un beso en la frente.
La miró mejor y notó que debía estar cansada, bajo sus ojos habían manchas no tan oscuras, pero notables. Sus ojos más achinados que de costumbre, pero aún así no quitaba la sonrisa de su rostro.

—Te hice el almuerzo,—Sonrió. —Sabía que llegarías cansada. —dijo en cuanto se separó de su madre.

—Te lo agradezco, pero tomaré un baño primero, mis pies duelen. —Se giró para irse, pero Taehyung la tomó de la mano y luego sonrió.

—¡Iré a casa de Jungkook! —giró hacía su hijo consternada, luego asimiló mejor las palabras de su hijo y su rostro iluminó.

—Ahora estoy muy cansada, y antes de volver a irme iré a dormir algo, mañana estaré aquí a después de que llegues de la escuela podrás contarme como te fue. ¿De acuerdo?  —Asintió — Bien, ¿A que hora irás?

—Saldremos a las cinco para comprar unas cosas, luego iremos a su casa.

—Está bien, diviértete y toma muchas fotos, ya sabes —le giñó un ojo y una sonrisa pícara apareció en su justo antes de salir de la cocina.

—¡Mamá! —gritó para luego cubrir su rostro con sus manos y huir de las miradas burlonas de Jimin, que se encontraba en modo espectador, disfrutando de la vergüenza ajena. 

—Adoro a tu madre —Confesó luego de una risa.

—Búrlate te mi luego, necesito que me ayudes a escoger que llevarme.

El rubio asintió y subió junto con Tae a su habitación, donde se tardamos una hora entera escogiendo lo que llevaría para quedarse tan solo una noche. Lo básico sería, una pijama, ropa de emergencia, lo que se pondría al día siguiente para ir a la escuela, un par de sábanas y una almohada, eso sin contar los artículos personales. Taehyung insistía con que no era suficiente y terminó llevándose tantas cosas que su mochila era mucho más abultada que la de Jimin.

Después de despedirse de su madre, salieron de la casa, fueron a pie hasta un supermercado, donde solo compraron comida chatarra, y snacks para la noche.

Sin darse cuenta ya se hallaban frente a la mansión que tenía por casa el menor. Con tan solo entrar a ese vecindario tuvo más o menos una idea de como sería la del pelinegro, pero esto era una grosería de casa. Solo de mirar la fachada ya te hacías ideas de como era por dentro, era enorme.

Y fue cuando los nervios de Taehyung aparecieron de nuevo, donde fue consiente delo que estaba por hacer. Aun estaba a tiempo de darse la vuelta y volver por donde vino en cuanto Jimin alzó su brazo para tocar el timbre.

Este lo notó y frunció el entrecejo —Escucha, ya te lo dije, les agradarás, a demás, en algún momento tendrías que conocerlos. — Y finalizó hundiendo por fin su dedo en aquel aparato que resonó al interior de la casa.

Y casi al instante la puerta se vió abierta por una mujer joven, sonriente de cabellos oscuros, ella debía ser su madre.

—¡Hola chicos! —saludó alegre a lo que ellos le devolvieron el gesto —Soy Sun Hee la madre de Jungkook, pasen, él ya bajará —Se hizo a un lado dejándolos pasar.

Y Joder, solo el tamaño del living era de dos habitaciones unidas.

—Mucho gusto, soy Jimin, el que aun no se cree donde está parado es mi mejor amigo, Taehyung —Dijo el rubio sacándolo de su viaje astral.

Ella rió con el comentario de su amigo —Entonces tu eres Taehyung —dijo dirigiéndose ahora hacia el mencionado —Jungkook habla mucho sobre ti. 

Y con tan solo esas palabras las mejillas del pelinegro enrojecieron, bajó el rostro para intentar cubrirlo.

—No te avergüences, lo hace de una buena manera, dice que eres tierno, y no miente.

—¡Mama! —de pronto, la voz del menor resonó por la habitación haciendo que las miradas de los presentes cayeran sobre él, este estaba aún las escaleras mirando con reproche a su madre —Hola muchachos, pueden subir y dejar su cosas en mi habitación.

—Hijo, recién llegan, deja que conozcan la casa —Una sonrisa enorme apareció en su rostro, mientras que por parte del menor le dedicaba miradas de reproche.

Taehyung se permitió ver a Jungkook más a detalle, traía unos shorts que llegaban a sus muslos, una enorme camiseta negra y andaba sin calzado, su cabello andaba como siempre, desordenadamente hermoso.

Su mirada encontró a del pelinegro, con una sonrisa de por medio les hizo un gesto con la mano para que subieran.

—Si necesitan algo estaré abajo en la cocina preparando la cena, están en su casa, pueden hacer lo que seles plazca. 

Y dicho esto desapareció dejando a los tres menores al inicio de las escaleras.

—Hola Jungkook. —Saludó Jimin pasando por su lado, como si de su propia casa se tratase.—No te molestes en guiarme,  encontraré tu habitación de todas formas.

Y antes de desaparecer miró a Taehyung sonriendo y levantando sus cejas una y otra vez.

—Bueno, ¿Me mostrarás tu casa? —lo miró, este estaba a solo dos escalones más arriba que él.

—Te dije que lo haría —Sonrió —Ven, empezaremos por mi cueva.

Comenzaron a subir, cuando dieron con un pasillo lleno de puertas no evitó sentirse pequeño. —Valla que es grande. —murmuró para sí.

Jungkook avanzó y tomó la perilla de la puerta y abrió, caminó hasta él, entraron cerrando detrás de sí.

~¿Cómo se respira?

—Bienvenido a mi lugar seguro. —dijo apoyando la espalda en a puerta.

Una enorme pantalla colgando dela pared, bajo de este un estante con controles de consolas y muchos videojuegos perfectamente ordenados, frente a el un enorme sillón, en una esquina una PC de dos pantallas, silla Gamer y audífonos Gamer. También habían unas butacas. Luces en las esquinas superiores del techo, decorando y dándole un mejor aura al pequeño cuarto, porque según en una de sus conversaciones, este lugar era el más pequeño de la casa.

—No lo puedo creer —susurró mirando todo a su alrededor. —¿Enserio vives aquí?

—No salgo de aquí.

—¿Y quién lo haría? —Ahora, giró para mirar al menor. Su pequeño ser sufriría un paro en cualquier momento. Jungkook ya no estaba en la puerta, ahora estaba detrás de sí, su mirada era profunda y penetrante.

Y de nuevo, los nervios se apoderaron de su ser por la cercanía.
Inconscientemente retrocedió unos pasos para mantener una distancia prudente, pero chocó con el sofá detrás de sí. Maldijo a sus adentros.

—Se convirtió en mi lugar seguro desde que la tengo, aunque mi habitación es un poco más grande, prefiero estar aquí.

Su tono de voz era el mismo de siempre, y se preguntaba como era que podía sonar tan normal cuando sus ojos lo miraban con tanto detalle y descaro. Jungkook notó su incomodidad, por lo que formó más distancia entre ambos.

—¿Q-Qué comeremos? —preguntó intentando salir de aquel momento que de pronto había sido incomodo —Soy alérgico a las fresas y al maní, por lo que no puedo comer nada que leve esas cosas.

Y no mentía, una vez por accidente había ingerido jugo de fresas. Aquella sensación de no respirar le había invadido, sin mencionar el sarpullido áspero que apareció en su piel. 

Una experiencia que había ocurrido en muy pocas ocasiones, pero que seguía siendo horrorosa.

—Entiendo. No te preocupes, mamá está haciendo Sushi. —Y la sincera sonrisa que le dedicó le hizo relajarse.

—¡Amo el sushi!

—Jungkook, ¿Cuántas veces debo decirte que cuando saques el...? ¡Oh! Tu has de ser Taehyung, mi hijo habla mucho de ti. —De pronto, la puerta se vió abierta, reveló a un hombre joven, muy simpático, que al entrar aunque tuviera el entrecejo hundido, sabías que por su tono no estaba del todo enojado. Al ver a Taehyung su mirada expresó aceptación y le brindó una sonrisa.

Jungkook le dedicó una mala mirada que el pelinegro ignoró.

—Mucho gusto, soy el padre de este desordenado. —siguió, refiriéndose a su hijo. Taehyung rió.

—Es un placer conocerlo señor Jeon. —Estrechó su mano con el nombrado.

—Pero que educado, me agradas muchacho. ¿Ya vez? deberías aprender a tratar a tus mayores con respeto muchacho malcriado. —Recriminó esta vez volteando a ver a su hijo, que le miraba con los brazos cruzados, ceño fruncido y labios apretados en una fina línea.

—Por más que lo reproches seguiré llamándote viejo.

—La juventud de hoy en día cree que puede gobernarse sola. —Murmuró. —Bien, ¿Y cómo conociste a mi creación?

—Somos compañeros de clases, señor.

—Papá, has de estar ansioso por hablar con él, pero justo íbamos para mi habitación con los demás. —El brazo de Taehyung fue jalado por el pelinegro, hasta la puerta.

—No tengo problema Jungkook. —susurró antes de salir de la habitación.

—No. Créeme, luego no dejará de hacerte preguntas.

—¡No te salvas de mí muchacho malcriado!.

Jungkook había dejado de jalarlo en cuanto entraron a la que él creía que era su habitación. Y si, lo era, allí esta Yoongi sentado junto a Jimin en uno cojines y almohadas puestas en el suelo, frente a la apantalla en la pared. Soobin venía entrando de una puerta que parecía ser el baño.

—¿Ya le mostraste la casa?— preguntó Jimin una vez que escuchó la puerta cerrase con ellos en la habitación.

—En realidad no. Ya lo haré luego.

—Bien, entre TaeTae y yo trajimos chuchería del supermercado.

—Perfecto, Soo ya había traído, pero mientras más mejor.

—¿Y qué se supone que haremos? —dijo por primera el pálido desde que había entrado al lugar.

—Primero organizaremos los colchones y ver como dormiremos más tarde. Luego cuando la cena esté lista bajamos y vemos películas en el salón, Soobin trajo palomitas de microonda así que será fácil y rápido. Eso, o podemos escogerlos juegos esos de baile que tengo en mi cueva. 

—También jugaremos esto —Soobin, quien no había dicho nada, sacó de su mochila una caja negra, larga, muy plana y grande. La abrió y de ella sacó una tabla de la Ouija.

—¡Oh mierda! —Exclamó Jimin, que al igual que Jungkook y yo estaban sorprendidos.

~Nota mental, siempre desconfiar del callado del salón.

En realdad, Soobin era una buena persona, jamás había hecho nada malo en clases, sus notas no eran ni altas ni bajas, era un punto medio. No sobresalía, casi no hablaba y siempre estaba encima de Yoongi. 

Jamás esperó que de pronto trajera esa cosa.

—¿De donde carajos sacaste eso Soobin? —regañó su pariente.

—Lo encontré en el ático, en casa —dijo restándole importancia.

—¿Lo has usado? —el negó— ¡Ni lo harás! Le diré a mamá.

—Mi tía debe de saber de está cosa, ella tuvo que haberlo escondido en casa. ¿Por qué estaría allí si no? —Contraatacó, defendiéndose. Bien, ahora se encontraba de espectador en una pelea familiar.

Después de acordar no decirle nada a la madre de Yoongi a cambio de no jugar a como el pálido llamó "El juego del diablo" fueron a organizar en donde dormirían. Jimin con Jungkook, en la cama del ultimo, Yoongi, Soobin y Taehyung, cabrían perfectamente en dos mini colchonetas inflables unidas.

La señora Jeon había llamado a los chicos a cenar unos minutos después.
Nadie comió en la mesa, todos, e incluyendo a los padres de Jungkook habían ido al gran salón a ver una película mientas comían.

Siendo más  específicos, habían puesto la saga de películas de la Purga, las había escogido Yoongi.

Después de la cena los dos mayores se fueron a su habitación, dejando a los más jóvenes desvelarse hasta tarde.

Cerca de las dos de la mañana ya todos estaban comiendo comida basura mientras tenían música de fondo en una pelea de almohadas.

No era una pelea de almohadas común.

Los ojos de todos fueron vendados, cada uno tenía una almohada. Consiste en que en cuantos más golpees con tu arma —La que vendría siendo la almohada — se irán contando, quien obtenga  la menor cantidad antes de que termine la canción pierde. Quien pierda debe pagar el almuerzo el resto dela semana.

¿Ridículo? sí. La idea final fue de Jimin.
Aunque en parte beneficiaría a todos menos a quien deba pagar, claro está.

Todos se encontraban aún en el salón. Todos tenía sus ojos vendados, y una almohada en mano. Todos alertas por si recibían de pronto un golpe.

Taehyung solo se dejaba llevar por el oído, algún ruido y sabría que tan lejos o  cerca estarían los demás, sin mencionar que en muchas oportunidades fueron lanzados golpes a  la nada.

De pronto escuchó como una de las almohadas ajenas era estampada contra alguien, siguió el sonido y comenzó a dar golpes sin lograr darle a nadie. Se echó al suelo.

Y fue un error, ya que chocó con la espalda de alguien y seguido recibió un gran almohadón cerca de la parte trasera de sus costillas. En defensa también intentó golpear a quien le golpeaba, y si logró darle aunque sea dos fueron demasiado. Se dejó caer al suelo, donde sintió como quien sea que le golpeaba anteriormente también era golpeado desde atrás, haciendo que cayera sobre él..

La canción terminó dando por finalizada la ronda. Todos se sacaron las vendas de sus ojos, Taehyung al hacerlo miró a Jungkook de espaldas sobre él a la altura de su pecho y estomago, y sobre Jungkook, Soobin. Este ultimo se bajó, y detuvo la nueva canción que había comenzado a sonar.

Jungkook se giró y miró de quien estaba tirado, las miradas de ambos se encontraron y el menor sonrió y volvió a la misma posición restándole importancia.

Sintió una sensación de calor en su pecho, una nueva, una que jamás habías sentido en su vida antes. Y se sintió bien. También, por primera vez, no se puso nervioso ante Jungkook, cosa que le extrañó, pero no pasaba por desapercibido que cualquier cosa que haga talvez se de por perdida esa confianza que de pronto logró tener.

—Bien, cada uno diga cuantos contó, y sin trampas. —dijo Yoongi también echado en el suelo.

—Nueve —comenzó Jimin.

—Ocho— le siguió Soo.

—Once —dijo el pelinegro menor.

—También tuve Once —esta vez el pálido se le adelantó.

Oh no. Eso significaba que había tenido la menor cantidad, eso también significaba que tendría que pagar el almuerzo de todos. 

~O estoy amarrado a las desgracias, o ellas no me quieren dejar ir. —Pensó haciendo un gesto de frustración.

Todos le miraron esperando a que dijera su cantidad de golpes dados —No se burlen.

Y dicho eso Yoongi y su primo ya tenían lo que sería el inicio de una carcajada. 

—Cuatro.

Dicho y hecho, Los primos ya se andaban retorciendo en el suelo.

—No es tan difícil Taehyung —dijo Soobin entre risas, golpeando el suelo con la palma.

—Lo fue. —murmuró, a lo que el chico aún sobre el le escuchó y subió su mirada para verle.

Y, ¡Oh Jesucristo! Esa mirada que te asegura un paro cardíaco de nuevo.

—Ya es tarde. —dijo de pronto el rubio, levantándose del suelo. Al parecer todos habían optado por lanzarse allí para su protección. —Deberíamos dormirnos ya. A demás hay que levantarnos a las seis, y son las tres con cincuenta.

—Esa apenas fue la primera ronda, y no hemos terminado de verlas películas —se quejó Soobin —Y todavía quedan de esas papás que trajo Taehyung.

—Soo, no empieces. Esta vez no te vamos a complacer, Jimin tiene razón. Es tarde y por la mañana te vas a estar quejando.— regañó por quinta vez en la noche Yoongi.

No quería imaginar como eran esos dos en su casa.

—Si, es mejor que subamos. —dijo Jungkook comenzando a levantarse.

—¿Dejaremos este desastre así? —cuestionó Soobin tomando de la mesa ratona unos nachos.

—Si, no hay problema. Ya lo arreglaré mañana por la mañana. 

Una vez que todos estuvieron duchados y con el pijama encima se acostaron cada uno en donde le correspondía.

Eran las cuatro de la mañana y aun no conciliaba el sueño. Sin mencionar que le tocó dormir con Soobin en en medio, y tiene la mayor parte de las camas inflables para él. La  verdad cada cosa que hacía ese chico le sorprendía, es que jamás esperas nada fuera de lo normal de un chico que parece que ni está en clase.

Entre pensamientos sin respuestas y muchos de ellos incompletos, dando vueltas en la cama y siendo casi echado al suelo por Soo, sintió su brazo ser picado varias veces desde arriba.

Se dió la vuelta con algo de pereza y  se encontró con la cabeza sobresaliente de Jimin en la cama de Jungkook. 

—Cambiemos. —susurró y lamió su labio.

—No. —respondió de la misma manera y volvió a darse la vuelta, dándole la espalda al mayor.

—Oh, vamos Taetae, a ambos nos beneficia, tú duermes con tu amor yo con el mío.

Lo pensó mejor y... Y no.
Eso significaría compartir la misma cama que Jungkook, y eso significaría que en cualquier momento podría llegar a abrazarlo y eso tal vez no le guste al contrario, ya que con la manía que tiene de abrazar lo primero que tenga a su disposición y esa sea Jungkook, talvez lo odie.

O eso creía.

—Si cambiamos te ayudaré a pagar el almuerzo de todos toda esta semana, lo prometo.

Suspiró y asintió. Ya Jimin se  había bajado de la cama, había hecho a Soobin a un lado, donde antes se encontraba el pelinegro y se acostó junto a Yoongi, que dormía plácidamente. Vio como el rubio sonreía y con total confianza posó su pequeño brazo por la cintura ajena. 

Lo que le sorprendió a él y a Jimin fue que después de unos segundos Yoongi había correspondido, enredando sus piernas y dejando que Jimin se aferrara a su pecho.

La mejor parte fue ver la tonta sonrisa de Jimin. Ellos estaban avanzando.

Se giró y miró a Jungkook dormir, no era exagerado como Soobin, solo se mantenía tranquilo,  boca arriba.

Se coló en la cama y cuando estuvo lo suficientemente cerca del cuerpo ajeno formó una distancia prudente, cuando se acomodó y estuvo acostado junto a él se permitió ver más a detalle cada una de sus facciones. Inconscientemente sonrió. De nuevo esa esa boba sonrisa que no podía evitar formarse cada vez que el menor estaba ya sea presente o en sus pensamientos.

Jungkook se removió, quedando ahora de costado, cara a acara con Taehyung. Un escalofrió le recorrió el cuerpo entero cuando sintió las piernas ajenas enredarse con las suyas, luego su brazo, que pasó por el pecho de Taehyung, haciendo que ese escalofrío se convirtiera en una sensación eléctrica.

No sabía cuando había dejado de respirar. Jeon Jungkook lo estaba abrazando.

¿Debería estar feliz por eso, o asustado? Tal vez el menor no estaba consiente de sus movimientos nocturnos en su cama y cuando amaneciera estaría algo molesto por el contacto.

~No es como que él quisiera amanecer abrazado a alguien como yo.

Cuando su mano tomó el brazo sobre su pecho para intentar quitarlo de encima, el agarré se volvió más fuerte, impidiendo que llevara su acción a cabo. 

Él estaba despierto. 

Miró a Jungkook, este abrió sus ojos y... ¡Joder! ~¿No se cansa de mírame así?

No parecía sorprendido de que ahora no sea Jimin quien estaba a su lado.

—Ni siquiera lo pienses. —Un susurro ronco de su parte lo tomó por sorpresa.

Taehyung tenía esa cara de sorpresa en la que sus cejas estaban levemente alzadas y su respiración se convertía en un desastre.

—Ven aquí. —dijo de la misma manera, este dejó el agarré en la espalda Taehyung y la bajo a su cintura desnuda, eliminó toda distancia entre ambos y dejó al mayor abrazar su pecho. Mientras el contrario se permitía inhalar el aroma de Taehyung, con su nariz en los belfos ajenos.

Él no lo creía. Su corazón latía desenfrenado y su respiración era un desastre. Cerró sus ojos inhalando profundo, para hacer el intento de calmar aunque sea su respiración. Jungkook parecía tranquilo, talvez él lo veía como algo normal, ¿Por qué él no podía verlo igual?

~Porque él te gusta y estas a nada de rozar tu nariz con su pecho- Y esa fue la respuesta de su subconsciente, aquella que le traicionaba siempre que podía.

Jungkook pareció darse cuenta de los tímidos movimientos de Taehyung por querer abrazarle también, por lo que subió su mano solo un poco por la cintura contraria, atrayendo más hacia sí su cuerpo.

—Tae, está bien, puedes abrazarme. —susurró de pronto haciendo erizar la piel ajena.

~El quiere matarme de un paro cardíaco.

Uno de los brazos de Taehyung pasó de estar atrapado en medio de ambos cuerpos a estar en la espalda ajena. 

Taehyung se separó un poco y alzó su mirada, encontrándose con la ajena. Sonrió dejando parte de sus nervios de lado.

—Gracias. —susurró y relamió sus labios resecos.

—¿Por qué? —Cuestionó frunciendo levemente el entrecejo.

—Por hacerme compañía.

Y con eso ultimo, después de un "buenas noches" por parte de ambos, cayeron en los brazos de Morfeo.

Jktaesbear_


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