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Miraba como las gotas de lluvia resbalaban hasta perderse al final del su ventana, dándole a aquella escena un ambiente mucho más triste del que ya lo era.
Estar totalmente solo era una de las cosas que más le disgustaba, no tenía a nadie para hablar, para decirle como era su manera de ver las cosas, lo que le gustaba y lo que no.
Era estresante, era agotador.
Se levantó del suelo caminó hasta salir de su habitación. Bajó hasta llegar a la cocina, donde buscó algo para comer, ya sea de esos paquetes de galletas que mamá compra o helado en el refrigerador.
Encontró el helado y tomó junto con una cuchara, los llevó hasta la sala. Se lanzó en el sofá más grande, y encendió la televisión.
Hace dos semanas desde que se había recuperado de aquella fiebre, hace dos semanas había estado recibiendo las visitas de Jimin y Jungkook. Entre los dos acordaron llevarle a Taehyung los trabajos pendientes durante el tiempo que estuvo enfermo.
Volvió a la escuela hace una semana. Nadie le había extrañado, o al menos el lo veía así. Sabía que aunque ese lugar era cómodo a su ser, tampoco era que socializará con las personas. No recuerda haber intentado tener amigos por su propia cuenta.
De hecho, Jimin fue quien se acercó a Taehyung un día en el jardín de niños, para pedirle que se subiera con el al colchón inflable, ya que solo le daba miedo. De allí el inicio de su amistad.
Fuera de eso, estaba una chica que conoció en un viaje escolar hace ya unos años, uno donde dos escuelas rentaron un campamento por dos semanas. Todos los años lo hacían, aunque dudaba que este año el quisiera ir.
Simplemente no tenía ganas, ni ánimos. Ver a la chica le agrada, porque ella es muy amigable y bonita, le agradaba. Pero no le agrada la idea de tener que salir de casa, por dos semanas, ya le es suficiente con tener que ir a petición de Jimin a esa feria.
Y tampoco sabía si era buena la idea de su amigo al tener que ir. Ya para el era tarde retractarse, sabía que Jimin insistiría hasta conseguir lo que quiere.
Pasaba de la media noche, y tenía la casa totalmente para él.
Eso se escuchaba bien, pero no era así.
Su madre, de nuevo tuvo que ir a cumplir el turno nocturno en el hospital y su padre tal vez llegaría al día siguiente de su trabajo.
Se levantó del sofá después de terminar el helado, importándole poco dejar la televisión encendida. Caminó a la puerta que da hacia el patio trasero y la abrió.
Aún llovía, llovía con tal intensidad que parecía que caería un diluvio. No se terminaría en un largo rato.
Iba a poner un pie fuera de su casa, para así permitirse mojar en la lluvia cuando su celular, en el bolsillo de su sudadera vibró.
Lo tomó y miró la pantalla.
Una llamada.
Una llamada de Jungkook.
Y fue cuando entró en pánico y dejó caer el celular al suelo.
Su rostro expresaba horror y pánico, miraba la pantalla de su celular mientras leía el nombre de como había agregado al pelinegro una y otra vez, sin saber que hacer exactamente.
¿Qué se supone que debía hacer? Entre ellos no habían llamadas, y aunque el contrario en muchas oportunidades de había recordado que quería que lo llamara cuando fuera necesario, nunca se vio en necesidad de aquello.
Porque la verdad tampoco quería incomodar contando cosas innecesarias que luego aburran a las personas. Ya que siempre ha tenido en mente que las personas pueden llegar a aburrirse de él en cualquier momento, en cualquier cosa que haga o diga.
Pero allí estaba, su celular vibraba con insistencia, la pantalla revelando el nombre de como lo había guardado en su lista de contactos, y él estaba allí, debatiendo consigo mismo, cosa que siempre hacía en momentos así.
Respiró hondo, tomó el celular y aceptó la llamada.
No dijo nada, esperó a que el contrario dijera algo, mientras este se dedicaba a mirar como corrían los segundos en lo que transcurría de llamada.
La línea se mantuvo en silencio unos segundos que para el mayor parecieron eternos hasta que el contrario decidió hablar —¿Estas ahí? —se sobresaltó —Solo puedo escuchar lo que parece ser lluvia. ¿Estas en la lluvia a estas horas? Podrías volver a enfermar.
Y una sonrisa escapó inconscientemente.
—Estoy aquí, y no, no estoy bajo la lluvia.
Decidió cerrar la puerta y volver a la sala de estar, en la que se dejó caer en el sofá, con el celular pegado al oído y una ridícula sonrisa en el rostro.
—... A demás de que pasan de las doce Jungkook, ¿Por qué me llamas a esta hora y como estabas tan seguro de que te contestaría?
—La verdad, no estaba al cien porciento seguro, hace unos días mencionaste que no logras quedarte dormido sino después de las dos de la mañana, y son las una con dieciséis. Te llamé porque en primer lugar he querido hacerlo desde hace días, y esperé a que tu lo hicieras. Nunca lo hiciste así que me sentí desesperado.
—¿Desesperado por querer tener una llamada conmigo?— lo extraño que había sonado esa pregunta salir de sus labios lo descolocó, pero le restó importancia.
—Me gusta como suena tu voz. —Confesó al otro lado de la línea.
Y a esa sonrisa tonta le sumó un sonrojo, aunque no podía verlo se sintió apenado —solo en parte— también se sintió alagado de cierta forma, nadie jamás le había dicho algo como eso.
Debatió unos segundos, sin saber que responder exactamente después de un alago hacia su persona. —¿Debería agradecértelo?
—¿Te dicen muy seguido que a alguien le gusta como suena tu voz?
Imaginó al menor con una ceja alzada y sonrisa socarrona, claro debía de conocer sus facciones muy bien.
—No, de hecho nadie me lo había dicho nunca.
—Eso me convierte en la primera persona en hacerlo.— Alardeó mientras Kim sonreía en silencio,sus labios siendo apresados por sus dientes en un acto de nervios con sonrojo.
—Si, lo eres — relamió sus labios sin quitar la sonrisa.
—Ahora di algo que me guste de mí.
~Me gusta todo de ti, ¿Por donde quieres que empiece? —Pensó.
Hizo un sonido de estar pesándolo, y si, estaba pensando en algo coherente, algo que no suene como el realmente podría decir.
—Me gusta tu cabello, y no te esfuerces en peinarlo, se ve mejor así, créeme.— Escuchó una risa del otro lado de la línea.
—La verdad solo usos mis dedos, pero gracias.
Dos horas.
Dos horas de llamada tuvieron dos adolescentes, uno se mantuvo echado en el sillón hasta que la llamada terminó. Miró la hora y maldijo por lo bajo.
Mañana seguro se arrepentiría de haberse quedado dormido tan tarde, mucho más de lo normal.
Pero, ¿A quién quería engañar? Había amado esa llamada, y aunque por la mañana se quejara por no haber dormido lo suficiente, recordaba que había tenido una llamada de dos horas con Jungkook y se le pasaba.
Con pereza apagó la televisión que todo ese rato estuvo viéndose sola, y subió hasta su habitación. Ya había dejado de llover, pero aun así hacía mucho frío.
Se dejó caer en su cama, algo cansado. Esa había sido una noche tranquila y diferente a sus otras noches, no fue una noche en la que no se encerró en su habitación a lamentarse por cualquier cosa, todo lo contrarío, sin sus padres en casa todo se sentía tan callado y en paz. Se sentía bien.
El quería sentirse bien.
Nada como levantarse a las seis de la mañana, preparar tu propio desayuno y comerlo sin compañía alguna, en total soledad. Aunque se sentía bien estar sin la compañía estresante de sus no pacíficos padres, también se sentía solo. Y por lo que su madre le dijo, no volvería sino hasta mañana por la tarde. Y su padre volvería a la tarde, aunque es como si no estuviera, ya que solo le busca peleas a mamá, con él apenas cruzaban miradas en un día, casi no hablaban, solo cuando era estrictamente necesario.
Tal vez llamaría a Jimin y así estaría con algo de compañía.
Una vez que terminó de lavar su plato, tomó lo necesario y salió de la casa, dirigiéndose hasta la escuela. El cielo estaba gris y las calles mojadas por la lluvia de anoche.
Tal vez el clima estaba tomándose en gracia su vida.
Jimin aunque vivía cerca de su casa, habían algunas veces en las que no se iban juntos, porque su padre lo llevaba en el auto.
Al llegar miró a su alrededor antes de comenzar a subir la escaleras para la entrada del instituto, en busca de su amigo, que se supone que habían quedado en verse antes de que comenzaran las clases, ya que tenía algo que contarle, y según el mayor era muy importante y no quería contarlo por mensajes.
Jimin no estaba en la entrada. Fué hasta su casillero a dejar unas cosas allí y tomar otras. Y por costumbre, el rubio se apareció justo en ese lugar.
—¡TaeTae! — Y extendió sus brazos para recibirlo, sabiéndose de memoria el hábito que el contrario había creado cada vez que se veían; De manera exagerada, caer encima del menor en un abrazo. —Debo contarte algo.
—Lo sé, desde temprano me has estado bombardeando sobre esa cosa que quieres decirme, ¿Qué es? —dijo cerrando la puertilla del casillero.
—No aquí, vamos a... —alargó, pensando en algún lugar al cual ir —Vamos a la biblioteca, no debe haber nadie allí a esta hora —tomó del brazo a Taehyung y haló de el comenzando a correr hasta llegar a dicho lugar.
Y aunque protestó ya se veía siendo arrastrado, en la obligación de correr, cosa que odiaba.
Taehyung se zafó del agarre mirando con enojo fingido al mayor una vez que llegaron, llenó sus pulmones de nuevo con aire suficiente como para que respirara con normalidad. —Sé como caminar, y no hacía falta correr, sabes que lo odio Park.
—Lo olvidé, lo siento. Pero, ¡Es importante! —Se excusó.
—Bien, sea lo que sea que valga la pena o mis piernas habrán sufrido por nada.
El mayor rió y luego miró el suelo silenciando de golpe. —Ayer salí con Yoongi —mordió su labio en media sonrisa..
Alzó sus cejas en sorpresa. —¿Cómo que saliste con él? Explícate mejor.
—Bueno...—Alargó —En realidad no fue una "salida salida"—hizo comillas con sus dedos —Salí de mi casa a la tuya, tenía pensado visitarte y hacerte compañía por un rato, ya que no pedí permiso para quedarme, cuando estaba por el parque, casi llegando, él estaba allí. —Sonrió haciendo que sus ojos desaparecieran por unos segundos.
—¿Y..? —Lo animó a seguir relatando.
—Estaba en un banco, escuchando creo que música, la cosa es que me vió primero, se levantó y corrió hasta mi, me tomó por los hombros desde atrás, así —le dio la vuelta a Taehyung, y sujetó sus hombros y llevándolos ligeramente hacia atrás, como Yoongi le había hecho, mostrándole como había sido hace un día. —Me asusté, pero luego lo ví y me di cuenta de que era él.
Taehyung entrecerró sus ojos, y miró al contrario de forma acusadora. —Está bien, entonces fué cuando decidiste irte con él y dejarme solo en casa.
—Ni sabías que iba para allá —Le respondió, incrédulo
—Da igual, me dejaste solo, y esa casa es muy grande para una sola persona..
—Lo siento TaeTae, enserio. Prometo no remplazarte. —Suavizó , cambiando su semblante por uno de arrepentimiento. Taehyung lo notó.
—Estoy bromeando, Jimin. Tu puedes salir con quien te plazca, solo es.. no lo sé, estoy muy solo allí.
—Entonces saldremos más seguido, lo prometo. —Sonrió.
No podría tener una mejor amistad con otra persona, y agradecía que Jimin fuera su amigo.
Agradecía cada cosa que él hacía sin siquiera pedírselo.
—¿Y..? ¿Eso fué todo? — dijo para retomar el tema sobre la salida del contrario.
Volvió a sonreír —Bueno... La verdad me quedé asimilando si estaba hablándome a mí, caminamos un rato por ahí, hablando de cualquier cosa, y luego me preguntó si quería comer algo. ¡Fuimos a una heladería! —Casi gritó —Jamás en mi vida creí que un lugar así me emocionaría tanto. Tel lo juro. Y, perdóname al dejarte solo.
—No te preocupes, la pásate bien, es lo que importa. A demás, tampoco estuve mal, anoche tuve la mejor llamada de mi vida.
Lo conocía lo suficiente como para descifrar la expresiones faciales del rubio, aquella ancha sonrisa daba a entender dos cosas; Una era que ya el tema sobre su día con Yoongi había terminado, otro que ahora debía hablar él.
—Te toca, cuéntame tu día.
—No hay mucho que contar, pero desde que comenzó a llover me aburrí mucho, la verdad siempre me aburro en esa casa. Pero esta vez fué diferente, Eran casi la una de la mañana, y recibí una llamada Jungkook.—Jimin alzó sus cejas repetidas veces y luego rió, haciendo reír al menor también —Bueno, justo cuando lo hizo yo estaba abriendo la puerta trasera, quería mojarme con la lluvia, y quizás lanzarme a la piscina un rato, estaba super aburrido. Y entonces me llamó.
Jimin frunció el entrecejo.
—Espera, ¿Pretendías mojar el celular?
—No me importaba la verdad. Tampoco me había dado cuenta de que lo llevaba conmigo sino hasta que comenzó a vibrar. —Se encogió de hombros.
—Y bien, ¿De que hablaron?.
Si comenzaba a contar cada una de las cosas que hablaron anoche tal vez no les daría tiempo, y se perderían la mitad de la primera clase, así que decidió guardárselo.
—Son muchas cosas, pero esa llamada alegro mi noche —Sonrió mirando sus zapatos y luego a Jimin. —Jungkook alegró mi noche.
—Me alegra escuchar eso, pero ahora debemos ir a clases. —Asintió y caminó hasta afuera del lugar, adentrándose a los enormes pasillos del instituto.
Una vez en el salón donde tendrían su primera clase del día, se sentaron juntos, como siempre lo hacían. Yoongi y el —Aún — desconocido entraron junto con otros alumnos que hablaban entre ellos, al ver a Jimin le saludó dedicándole una sonrisa que el contrario no dudó en corresponder de igual manera.
—Ya hay más confianza.—murmuró más para sí mismo que para el rubio.
—Si, ayer hablamos de muchas cosas.
Taehyung lo miró y sonrió alzando sus cejas a la par, rápido.
—TaeTae, sabes que te quiero, pero no exageres, solo lo normal.
Taehyung soltó una carcajada.
Y justo allí entró Jungkook. Y aunque dejó de reír, mantuvo una sonrisa en cuanto el pelinegro cruzó miradas con él.
Este dejó su mochila en el asiento junto a Yoongi y caminó hacia ellos.
—¡Hola Jimin, Hola Tae!— Tomó una silla y se sentó frente a la mesa de Jimin, recargando su peso en esta mientras miraba al rubio. Taehyung asintió en forma de saludo.
—Buenos días Jungkook —Sonrió y miró de reojo al pelinegro a su lado. —Tienes cara de no haber dormido.
Y recibió una disimulada patada por debajo de la mesa por parte de Taehyung.
Le dedicó una mala mirada al rubio y luego volteó a ver a Jungkook, este traía una sudadera oscura y el cabello revuelto. Sus ojos tenían cierta expresión de cansancio y sueño, apenas levantaba la mirada podías darte cuenta de que no durmió lo suficiente.
—La verdad no dormí nada anoche —Pasó sus manos con pereza en su rostro para luego restregar sus ojos.
—¿No dormiste después de la llamada? —preguntó el pelinegro. El contrario negó. —¿Por qué?
Y este comenzó a crearse una idea de que por su culpa, su amor no correspondido no había dormido lo suficiente por estar interfiriendo en sus horas de sueño.
—Me quedé jugando videojuegos. —Respondió sin darle mucha importancia. —Me dormí a las cuatro con treinta, y de no ser porque mi mamá entró a decirme lo tarde que era tal vez no hubiera venido.
—Anoche ninguno durmió.
—Jiminnie, ¿Acaso también te desvelaste? —El pelinegro levantó la cabeza de la mesa y sonrió con picardía.
—Primero que nada, si, anoche estuve hasta tarde mirando una serie que se supone que vería contigo— dijo refiriéndose al chico a su lado —Pero no me resistí, lo siento. Y en segundo lugar, Ese apodo es de TaeTae, no puedes usarlo tú.— le miró con el entrecejo hundido.
—Está bien —volvió a frotar sus manos sobre sus ojos —Deberíamos salir después de clases, Puedo decirle a Yoongi y a Soobin.
—¿A Soobin? —Preguntó Jimin.
—¿No les agrada?
—No es eso, solo que no lo conocemos —respondió Taehyung, que había decidido no decir nada a menos que no fuese necesario.
Y justo allí fue cuando el profesor de Ciencias entró ordenó que todos volvieran a sus asientos.
—¿Nos vemos en la cafetería? Luego hablamos mejor sobre la salida —dijo el pelinegro comenzando a levantarse para ir a su asiento.
—Claro. —respondió Taehyung sonriendo, a lo que Jungkook lo miró a los ojos, sonriendo también.
—Perfecto. —Y se alejó, sentándose junto a Yoongi.
Taehyung dejó salir el aire que no sabía que estaba conteniendo, luego miró a Jimin, estaba igual que él. —¿Acaso él acaba de invitarnos a salir?
—No lo sé. Y de ser así tal vez no debe de verlo como lo hacemos nosotros, tal vez lo ve como una salida entre amigos.
—¿Y resulta que ahora son amigos?— Cuestionó el rubio con una sonrisa de suficiencia.
Y lo pensó mejor.
Tal vez ahora serían amigos, y no se daba cuenta de eso.
Giró a mirar al pelinegro, que se encontraba hablando animadamente con su amigo, luego volteó hacía atrás, aún con una sonrisa en su rostro miró a Taehyung, después volvió a mirar al frente.
—Tal vez —Relamió sus labios mirando con algo de vergüenza hacia abajo.
Y la clase comenzó.
Hoy la cafetería estaba más llena que de costumbre, los estudiantes iban de un lado a otro y eso en parte le molestaba, el ajetreo y movimiento inquieto de las personas. Bufó al recordar que las mesas que siempre usaban estaban ya ocupadas para cuando llegaron, por lo que les tocó sentarse casi al centro del lugar.
Hoy no había trabajos pendientes, solo almorzaban.
Jimin hablaba sin parar sobre los juegos nuevos que instalarán en la feria.
No le ponía mucha tención a las palabras de su amigo, solo estaba esperando a que llegara su amor y sus amigos.
Y como si de brujería se tratara, vió a Jungkook caminar hacia ellos mientras hablaba con sus amigos, todos con sus bandejas en mano.
—Jimin, perdona que interrumpa tu charla sobre lo feliz que estás por esa tonta feria, pero, allí vienen.
Disimuladamente, miró como los tres mosqueteros caminaban y luego se sentaban junto a ellos en la redonda, pero pequeña mesa.
—¡Hola de nuevo!
—Hola Jimin, Taehyung —Saludó el pálido, a lo que correspondieron.
—Bien, no se conocen del todo, pero él es Soobin, y por si no lo sabían, es primo de Yoongi.
—Hola —Saludó con una tímida sonrisa para luego comenzar a comer.
—Bien —Comenzó Jungkook —Después de clases, pretendía ir a dormir a casa, pero no es de Rockstars, así que, hablé con Soo y con este amargado —dijo refiriéndose a sus amigos, recibiendo una mirada sin expresión de parte del pálido. —Podemos ir a algún lugar entre todos.
—¿A donde? —preguntó el rubio tomando de su bebida, escondiendo una sonrisa.
—Pensamos en ir por Pizza, luego a la casa de Jungkook a ver películas. —dijo Yoongi apenas comenzando a comer.
Alto ahí.
La casa de Jungkook. ¿Había oído bien? No tenía pensado ir allí sino hasta en un tiempo cuando haya suficiente confianza entre ellos, pero al parecer sería diferente y sus planes no se darían. Si las cosas continúan así entonces debería de dejar de formar planes, ninguno sale como quiere que sea.
—¡Me parece perfecto! —Exclamó el rubio de pronto ganándose las miradas de todos en la mesa, y con una sonrisa cómplice hacia Taehyung —Entonces ¿En tu casa a las 6? —dijo dirigiéndose a Jungkook.
—No puedo volver tan tarde a casa Jiminnie —dijo Taehyung entre dientes, sabiendo perfectamente las intensiones de su amigo —Lo sabes.
—Puedes decir que te quedarás en casa de un amigo, y no mientes —dijo Yoongi.
Jungkook lo miraba expectante, esperando su respuesta. Por lo que se sintió presionado.
—Podemos hacer pijamada, cada uno debe llevar su ropa, ya saben, mañana hay escuela— propuso el Jimin sin dejar de hablar.
—¿Irás Soo? —le preguntó el pálido a lo que él asintió.
—Todos iremos, solo faltas tú Tae, ¿Irás? — Preguntó el pelinegro frente a él.
—Sí, ¿Qué más da? le diré a mi mamá. De todas formas necesito salir de esa casa al menos un rato.
Y dando por finalizado el tema, cada uno siguió con su almuerzo hablando animadamente de cualquier cosa que mencionara el rubio, para que luego, al sonar el timbre volvieran a clases.
¿Nervioso por esa tarde? Mentiría si lo negara.
En primer lugar sabía que tendría el permiso de su madre, y eso era algo que en parte le disgustaba, porque sabía que en cuanto le dijera en que casa se quedaría no dejaría de hacerle preguntas para cuando volviera a casa. Por otro lado, no conocía a los padres de Jungkook.
¿Y si no les agradaba? ¿Qué tal si hacía algo que no les gustara y terminaran odiándolo? No podría volver a esa casa de ser así. Le preocupaba el hecho de tener que dormir en la misma habitación que el pelinegro, ya que sabía que el nerviosismo le haría pasar muchas vergüenzas en ese lugar.
Y como si Jimin le leyera los pensamientos, detuvo su paso, tomó a Taehyung de los hombros y lo obligó a mirarlo. —Si no te conociera no te diría esto, así que, escúchame— Lo miró a los ojos con seguridad en sus palabras —Todo saldrá genial. Y ni se te ocurra cambiar de opinión, no te dejaré no ir. ¿Quieres avanzar con ese chico? Pasa más tiempo con él, conócelo mejor de lo que ya lo haces, y lo más importante, sé feliz, TaeTae —le dedicó una sonrisa antes de irse y seguir caminando hacia los salones junto al pálido y Soobin.
Taehyung sonrió en la mitad del pasillo, de pronto todos esos sentimientos sobre un posible rechazo se esfumaron, Jimin había ayudado a que se alejaran.
Miró al frente e hizo el intento de correr para alcanzar a los demás.
Ahora, cuando terminaran las clases iría a casa, y le contaría a su madre lo emocionada que ahora se encontraba de ir a casa de aquel muchacho que logró flecharlo.
Jktaesbear_
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