10
Brie:
"Si, murio"
Mis ojos encuentran a August ¿Y qué..?
¿Qué le dices a un niño despues de oír eso salir de su boca?
—August.—Richard lo llama y doy un paso hacia el.
Tiene la misma mirada de siempre.
—August.—Y su padre aparece detrás, nos nota y calla unos segundos, para luego dirigirme la palabra.—La comida ya esta servida.—Me mira a mi.—Si podrias avisarle...
—Eso hare.—Menciono marchándome del salón.
(***)
La mesa esta rodeada de los inquilinos y yo solo puedo observar al niño que come su ración sentado junto a su padre.
Despues de decirme que su mamá murio.
No llora ni se pone triste.
Para su edad eso es increíble y...
—Brie.
Parpadeo escuchando mi nombre y alzo la mirada, Arthur esta mirándome y hace un gesto de el hacia su hijo, lo ha notado.
Trago saliva y empiezo a comer. Por momentos lo miro y por momentos prefiero evitar una ronda de preguntas de su padre, pero sigue sorprendiéndome.
No, más que eso... por que de alguna manera ambos perdimos a una.
(***)
—¿Aun no, August?—Arthur lo llama mientras lava los trastes dándole la espalda.—Estas tardando más de lo habitual.
—¿Puedo recoger esto?—Me acerco al niño. Solo los tres nos encontramos ya en la cocina.
Asiente y tomo los platos vacíos.
—No estés triste.
Abro mucho los ojos.
—Yo no estoy triste, mamá esta bien.
Arthur cierra el caño y siento sus ojos en mi espalda.
—August, ve a tu cuarto.
—Si.—Contesta y lo veo marcharse, estoy por recoger sus cosas, cuando Arthur se me pone en frente.
—¿Qué cosa le has dicho?
Niego y dejo los platos.—Me escucho y...
El junta las cejas.—¿Exactamente que escucho?—No respondo y luce más molesto.—¿No estas siendo muy entrometida para ser una inquilina?
—¿Ahora soy una inquilina?—Le doy la espalda dirigiéndome al lavado con los traste, pero me toma del codo y me rodea, volviendo a estar delante de mi.
Muevo el codo logrando que me suelte.
—¿Fue Richard no? Los encontre juntos antes de comer, claro que fue el.
No digo nada.
—No quiero...
—¿Más reglas?—Le interrumpo.—Estoy agradecida contigo. —Vuelvo a repetir y niego.—Y si, soy curiosa, eso pasa cuando llegas a un lugar nuevo y donde no hay nada con que distraerme.
—Vete cuando quieras.
—¿Crees que no quiero hacerlo?
Hay silencio entre los dos. El me quita los trastes y se dirige al lavado.
—No es por el lugar.—Añado.—No es lo que imagine, pero no es la razón.
—¿Por qué me das explicaciones?
Este hombre cada vez es más complicado, por eso cuido que decir.
—Es un buen niño.—Menciono.—Pero eso ya lo sabes.
(***)
El arroz no funciona o es poco tiempo. Suspiro y escucho golpes en mi puerta, escondo la taza debajo de mi cama y digo que entren, Arthur abre la puerta trayendo consigo unas sabanas más gruesas.
—Hara más frio hoy.
—Gracias.—Recibo las sabanas y mis dedos tocan los suyos debajo de estas.
Levanto la mirada a su rostro. Siento que dirá algo por lo fuerte que esta su mirada sobre mi, pero quita rapido la mano.
—Buenas noches, Brie.—Menciona y sale de la habitación.
Solo... deseo llevarme bien con el mientras dure la tormenta, después solo será una anécdota que contare y ya.
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