Cap 12. Otra vez.

(Vuelve a narrar Lau hasta nuevo aviso)

-¡Laaaaaauuuuuuuuu!- grita Nick mientras se tira encima de mí, lo que me hace despertar de golpe.

-¡¿QUÉ?!- le grito en el oído y él se lo tapa pero ya demasiado tarde, ya que ya he acabado de gritar.

-Necesito tu ayuda- me dice ya sin gritar.

-¿Después de como me has despertado? Ni loca, te jodes y te las apañas tú solo- le digo y me meto entera entre las sabanas de mi cama.

-Va por favor, es sobre mi cita- eso me hace salir de debajo de las sabanas en menos de un segundo.

-¿Me vas a decir con quien la tienes?- le digo ilusionada.

-No- dice simplemente.

-Entonces no me interesa- voy a meterme otra vez entre las sabanas, pero él me lo impide.

-Va solo quiero que me des tu opinión- me dice.

-¿Qué hora es?- le pregunto.

-La 10- me responde.

-¿Y a qué hora es tu cita?- en realidad ya sabía cuando era. Ross me dijo que era a las 17.

-A la 17.

-¡Quedan 7 horas, Nick!- le grito.- Me has despertado para darte mi opinión para algo que va a pasar dentro de 7 horas.

-Sí.

-Ah y lo dices tan tranquilo.

-¿Por qué debería decirlo de otra manera?

-Porque es de locos que me pidas opinión, no deberías hacerlo hasta que queden 2 horas.

-¿Me vas a estar taladrando con eso o me vas a ayudar de una vez?

-Vale, vale. Dime, ¿en qué quieres mi opinión?

-Necesito que me ayudes con la ropa.

Suelto una carcajada, pero paro cuando veo la expresión seria de Nick.- Ah, ¿qué va en serio?

-Sí.

-Nick, nunca en tu vida me has pedido consejo en ropa y menos para una cita. ¿Por qué ahora sí?

-Emm... pues...

-¿No será que esta chica te gusta de verdad?

-¿Queeeee?- dice alargando la palabra y con voz aguda.- No, es solo... que... ¿Me vas a ayudar o qué?

-Vale te ayudo. Esto es algo que no va a volver a pasar y tengo que aprovechar.

-Tampoco te motives tanto, que yo elijo la ropa y tú solo opinas. Anda levántate- dice mientras se baja de mi cama.- Vamos a mi habitación.

-¿A tu habitación?- digo sorprendida. Él, que ya estaba de espaldas, yendo hasta mi puerta se gira.

-Sí, ¿pasa algo?- me pregunta.

-Es que nunca me dejas entrar a tu habitación.

-Créeme será la primera y la última vez que entres, al menos por mí, por Ross es otra cosa- me dice y sale de mi habitación.

Salgo de mi cama y cojo mi móvil que estaba enchufado. Cierro la puerta de mi habitación después de salir y sigo recto hasta llegar a la puerta de mi hermano. Giro noventa grados sobre mí misma y me encuentro con la puerta abierta. Al entrar el olor a sudor invade mis fosas nasales.

-Dios que mal huele aquí- digo mientras tapo mi nariz con el interior de mi codo.

-No es para tanto- dice Nick.

-Anda que no- le respondo.

-Lo que pasa es que tu habitación huele a flores- me dice.

-No, mi habitación no huele a flores, no le echo ninguna colonia ni nada así, solo huele a...

-Ti- interrumpe Ross. Es en este mismo momento en el que me doy cuenta de que él también esta. Está recostado en su cama mirando su teléfono.

-¿Qué?- le pregunto para que repita, ya que no lo he escuchado muy bien.

-Que tu habitación huele a ti. En cambio, la nuestra huele Nick, ya que siempre deja la ropa sudada en el suelo; en cambio, tú nunca dejas nada sudado en tu habitación, como yo, así que básicamente el olor que tiene tu habitación solo se debe a tu olor corporal- dice sin apartar la vista del móvil.

-Oh- es lo único que consigo decir.

-Bueno ¿has venido a ayudarme o hablar con Ross?- me dice Nick.

-Ambas cosas- dice Ross y por primera vez en lo que llevo aquí levanta la mira hacia mí. Me sonríe acto que le devuelvo.- Ven siéntate aquí- dice mientras se hace a un lado para que me siente a su lado cosa que hago.

-Bien comencemos- digo mirando a Nick.

-Bien, pues he elegido 4 conjuntos. Tú solo tienes que decir cuál me queda mejor para la cita.

-Eso depende- le digo.

-¿Depende de qué?- me pregunta.

-Pues de donde va a ser la cita.

-Ah no, no te pienso decir dónde es que sé que irás.

-Pues si no me lo dices no te puedo ayudar- digo mientras me levanto y me dirijo a la puerta.

-Vale- dice Nick, yo me detengo y me giro hacia él.

-¿Me lo dirás?- le pregunto con una leve sonrisa.

-Sí, pero como te vea ahí, te mato.

-Vale, vale. Pero dime- digo impaciente, de reojo veo a Ross reírse ante la situación.

-La voy a llevar a la tienda de música Melodious Music. He reservado una de sus salas en las que puedes escuchar los CD's que venden.

-Oh.

-¿Es mala idea?- me pregunta ¿nervioso? Nick nunca se ha puesto nervioso por una cita.

Nick ha tenido unas dos novias serias en toda su vida. La primera le duro 2 semanas y la segunda, la más larga, 1 mes. Todas sus citas han sido muy poco románticas y se notaba que no había intentado impresionarlas. Sé todo esto porque Ross y yo siempre lo seguíamos cuando tenía una cita, era la única manera de saber algo de su vida amorosa, nunca cuenta nada de ese tema.

-No, no es eso. Si no que...- intento buscar las palabras adecuadas.

-¿Que qué?- me pregunta ansioso.

-Si no que tú nunca te has esforzado por planear una buena cita- parece que se relaja ante mi respuesta.

-Bueno, pues ya va siendo hora, ¿no?- dice y empieza a sacar los conjuntos del armario.

-Bien, empecemos- digo y me vuelvo a recostar en la cama junto a Ross.

-Este es el primero- me dice y me enseña unos jeans azul oscuro y una camisa de cuadros rojos y grises.

-Perdón- me susurra Ross en mi oído y me giro a verle, pero él tiene la vista clavada en Nick quien está sacando otro conjunto del armario.

-¿Por qué?- le susurro mientras miro a Nick.

-Este es el segundo- dice Nick mientras me enseña una camisa tejana azul oscuro y unos jeans negros.

-Por cómo me he comportado contigo estos últimos días- me vuelve a susurrar Ross.

-Estás perdonado, pero...- le susurro.

-¿Pero qué?- me pregunta aún susurrando.

-Este es el tercero- sigue diciéndome Nick. El tercer conjunto es una camiseta de media manga, blanca y negra, y unos jeans negros.

-¿Por qué te has comportado así conmigo?- le susurro.

-No lo sé, no me has hecho nada. Simplemente, me ha salido así, solo.

-¿Te ha salido solo tratarme mal?

-Sí, lo siento.

-No pasa nada.

-Y este es él último- dice Nick y me enseña unos jeans beige y una camisa negra.- ¿Cuál me pongo?

-El tercero- digo sin dudar.

-¿Segura?- me pregunta desconfiado.

-Segurísima.

-Vale, gracias. Ya te puedes ir- me dice Nick.

-Okay, chao- me levanto de la cama de Ross y me voy de la habitación.

Cuando salgo cojo mi teléfono y miro la hora, 11. ¡¿He estado ahí dentro una hora?! Joder, sí que se pasa el tiempo rápido. Voy a mi habitación y me recuesto en el sofá. Mientras miro por la ventana pienso en Ross. Primero se comporta mal, luego bien, luego otra vez mal y ahora me pide perdón y se vuelve a comportar bien. Es muy raro en él.

El sonido de mi teléfono me saca de mis pensamientos y contesto sin mirar quién es.

-Diga-contesto.

-Hey, Laurita.

-Hola, Luke- digo con una sonrisa que obviamente él no puede ver.

-¿Te he interrumpido en algo?

-No, solo pensaba.

-¿En qué?

-En Ro... nada cosas sin sen...

-Ross- me interrumpe.

-Emm... sí- digo y lo último lo digo bajo.

-¿Qué ha pasado? ¡¿Os habéis vuelto a besar?!

-¡¿Qué?! ¡NO!

-Ah. ¿Entonces?- me pregunta.

-Es solo que está muy raro. Primero me besa, después se comporta mal conmigo, luego bien, luego mal otra vez y ahora me acaba de pedir perdón. No sé qué le pasa.

-Con Nick y conmigo está normal.

-Bueno, no quiero hablar de esto. ¿Para qué me llamabas?- pregunto volviendo al tema principal.

-Oh sí. Solo quería saber si había deberes para mañana.

-No, no hay nada.

-Genial, entonces puedo quedar.

-¿Quedar? ¿Con quién?

-Aah.

-Oh venga, que soy tu mejor amiga.

-Ya te lo contaré. Chao.

-¿Qué? NO. ¿Cuándo me lo contarás? Lu- pero no termino su nombre, ya que el pitido del final de la llamada me interrumpe. Ahora me ha dejado con la intriga.

Miro la pantalla del móvil y confirmo que me ha colgado. Bufó y vuelvo mi mirada a la ventana. A los segundos me entra la curiosidad por saber cuánto tiempo llevo dándole vueltas a este tema. Desbloqueo el móvil y veo que son las 13. Entre pensar y la llamada de Luke han pasado 2 horas desde que ayude a Nick con su ropa.

Como me sobra tiempo antes de la hora de comer y no sé qué hacer decido darme una ducha. Espero que me sirva para desconectar un poco de todo lo que me pasa alrededor.

Me levanto del sofá y me dirijo a la cómoda. Abro el primer cajón y cojo unas bragas limpias, lo cierro y abro el segundo para elegir unos calcetines blancos, cuando ya los tengo cierro el cajón. Voy al armario y saco un pijama limpio, ya que con el que llevo puesto ya lo llevo unos cuantos días. Por último cojo mi neceser y salgo de mi habitación para meterme en el baño.

Dejo las cosas en el mármol del lavamanos y cierro la puerta con pestillo. Enciendo el agua y dejo, durante unos segundo, que el agua se caliente. Mientras se calienta me saco el pijama y lo dejo en la cesta de ropa sucia que está detrás de la puerta. Cojo la alcachofa de la ducha y la pongo arriba en el gancho para que se sujete sola. Levanto el taponcito que hay al lado del control de temperatura y esto hace que el agua empiece a caer por la alcachofa. Pongo mi mano debajo del agua para comprobar la temperatura y sonrió al sentir la temperatura ideal, ni fría, ni ardiendo, templada. Saco la mano y con una de las toallas que hay colgadas me la seco. Me acabo de quitar la poca ropa que me queda, la ropa interior, y la dejo en la cesta con el resto.

Antes de meterme en la ducha, cojo mi móvil y pongo un poco de música. Le doy play a mi lista de reproducción y me adentro dentro de la ducha. Me dejo envolver por el agua mientras suena Destino o casualidad de Melendi.

-Dos extraños bailando bajo la luna
Se convierten en amantes al compás
De esa extraña melodía que algunos llaman destino
Y otros prefieren llamar casualidad- canto el estribillo.

El agua cae por todo mi cuerpo llevándose cada rastro de estrés y angustia que tenía por culpa de mis pensamientos. Ahora en lo único que pienso es en la agradable sensación del agua sobre mi piel y las canciones de fondo.

-En Saturno viven los hijos que nunca tuvimos
En Plutón aún se oyen gritos de amor
En la Luna gritan a solas tu voz y mi voz
Pidiendo perdón, cosa que nunca pudimos hacer peor- se salta a Saturno de Pablo Alborán.

Por un segundo se me viene a la mente el pensamiento de Ross, pero al instante muevo la cabeza obligándome a quitar ese pensamiento y centrarme solo en la canción.

-Una y otra vez
Tu cabeza vuelve a pensar en él
No le dejes irse, no
Oyes voces sin control

Voces que dicen que
Él lo superó y te tocó perder
Te torturas sin razón
Ya no las oigas por favor

Solo escucha mi voz
Porque aquí estoy yo
Pronuncia mi nombre
El tren pasa una vez
Y prometo que, que

Te llevaré conmigo aquí
A sitios donde él no quiso ir
No temas al amor, entiéndelo
Él no soy yo (Él no soy yo)- canto mientras me enjabono el cuerpo y el pelo para después aclarármelos.

Salgo de la ducha con una relajación inmensa que se esfuma en cuanto veo la hora en mi teléfono, 14:20.

<<Toc-Toc>>

-Cariño, ¿te falta mucho? La comida ya casi está.

-No, ya salgo- digo.

Rápidamente, me seco el cuerpo con una de las toallas mientras que tengo enrollado el pelo en otra. Me pongo la ropa interior y el pijama. Me seco lo máximo posible, el pelo, con la toalla hasta que deja de gotear. Me peino rápidamente y recojo todo el desorden de toallas que he hecho en el baño. Cuando salgo del baño con el neceser en la mano me encuentro con mi madre, que parece haber venido a avisarme que la comida ya está lista.

-A comer- me dice y vuelve a bajar por las escaleras.

-Adiviné- digo bajito para mí, por haber adivinado lo que venía a decir.

Voy a mi habitación y dejo el neceser. Vuelvo a salir y bajo las escaleras corriendo. Cuando entro a la cocina ya están todos comiendo y mi plato en mi sitio.

-Perdón por tardar- digo mientras me siento.

-No pasa nada- dice mi padre.

La comida pasa en silencio hasta que mi madre decide romperlo.

-Vuestro padre y yo saldremos esta tarde.

-Yo también saldré- dice Nick.

-¿Con quién?- le pregunta mi madre.

-Emm...- dice y me doy cuenta de que no le quiere decir que es una cita. Una razón más para saber que esta cita le importa más que las demás, ya que antes siempre que tenía una cita se lo decía a mis padres sin pestañear.- Con...

-Luke- le saco del apuro.

-Eso con Luke- dice afirmándolo Nick.

-Vale, pero no vuelvas tarde- dice mi madre.

-No, tranquila, vuelvo a las 21.

Después de comer y lavar los platos mis padres se fueron sobre las 16:30.

-¡LAU!- grita mi hermano desde la planta de abajo.

-¡VOY!- le grito saliendo de mi habitación.

Cuando entro al comedor veo a Ross tumbado en el sofá en forma de L, en el lado del palo pequeño de la L (no sé como explicarlo, espero que se entienda). Nick está de pie enfrente de él.

-Me voy ya- me dice y yo miro el reloj de la pared, 16:45.

-Pero si te faltan 15 minutos- le digo.

-Ya, pero tengo que ir a buscarla a su casa y vive un poco lejos.

-Ah okay. Suerte- le digo y le doy un beso en la mejilla para después sentarme al lado de Ross.

-Gracias. Adiós, chicos- dice y se dirige a la entrada.

-Adiós- decimos Ross y yo a la vez.

En cuanto escucho el ruido de la puerta de la entrada al cerrarse fijo la mirada en Ross.

-¿Y nosotros qué hacemos?- le pregunto.

-¿Vemos una peli en Netflix?

-Sííí- digo ilusionada. Ross coge el mando y pone Netflix.

-¿Qué quieres ver?

-¿A todos los chicos de los que me enamoré?- lo digo más en pregunta que en afirmación, ya que no sé si querrá.

-Lo que tú quieras- dice mientras pone la película.

Cuando acabamos de ver esta peli ya son las 18:30.

-¿Hago palomitas y vemos otra?- le pregunto.

-Vale.

Me levanto y voy a la cocina. Abro un armarito y cojo una sobre de palomitas de microondas. La pongo en este y espero 3 minutos. Cuando ya están listas cojo dos boles y divido las palomitas en estos. A las de Ross les echo un poco de sal y a las mías les hecho doble o puede ser triple de sal. Vuelvo al comedor y le tiendo el bol con sus palomitas a Ross. Él lo coge y yo me vuelvo a sentar a su lado con mis piernas ligeramente estiradas encima del sofá.

-¿Qué peli vemos ahora?- me pregunta.

-Mmm...- digo mientras subo la mirada al techo como si así se me fuera a ocurrir algo más rápido.

-¿Siempre a mi lado?- me pregunta por una peli.

-Sííí.

-Bien- dice mientras la pone.

Otra hora y cuarenta minutos después, 20:15, acabamos esa película.

-Todavía nos quedan como mínimo 45 minutos- dice Ross.

-Podemos ver un par de episodios de Modern Family- le digo.

-Me parece bien- dice y pone un par de episodios de la segunda temporada.

Cuando llevábamos 10 minutos del tercer capítulo, 21:05, apoyo mi cabeza en el pecho de Ross y noto como se me cierran un poco los ojos, pero aún los tengo abiertos. Siento como el brazo de Ross me rodea la espalda acurrucándome más en su pecho. Levanto mi cabeza para mirarle y me lo encuentro mirándome.

Nuestras miradas se unen y parece que ninguno de los dos quiere apartarla. Nuestras caras están muy cerca, a escasos centímetros. Abro levemente mis labios y mi respiración se junta con la suya. Poco a poco nos vamos acercando. Nuestros labios se rozan lo que hace que se me erice la piel. Ross baja la mirada a mis labios y yo hago lo mismo mirando los suyos. Nuestros labios se siguen rozando y nuestras respiraciones mezclándose. Cierro los ojos y a los segundos siento sus labios sobre los míos. Al principio es un beso tímido, con movimientos lentos. Abro mi boca y la lengua de Ross entra tímidamente. Mi lengua se encuentra con la de Ross haciéndome sentir mil sensaciones.

-Ya he llegado- grita Nick desde la entrada, acto que hace que Ross y yo nos separemos de golpe. Nos quedamos mirando, a una bastante distancia, hasta que la voz de Nick nos vuelve a interrumpir.- Hey- nos saluda y nosotros fijamos la mirada en él.-¿Pasa algo?

-Emm...- digo.- No.

-Valeee- dice no muy convencido.

-Bueno, ¿qué tal tu cita?- digo para cambiar de tema.

-Genial- dice con un brillo en los ojos.- ¿Adivinar quién tiene novia?

-¡¿Novia!?- decimos Ross y yo a la vez.

-Aja- dice moviendo la cabeza.

-Enhorabuena, tío- dice Ross.

-Gracias- dice Nick.

-¿Novios el primer día?- le pregunto aún sin creérmelo.

Nick se ríe.- Lau, llevo hablando con ella más de un mes.

-Ah- le digo.

-Ya hemos llegado, traemos pizza- dicen mis padres desde la entrada.

-¡Pizza!- grita Nick y sale corriendo a la cocina.

-Chicos a cenar- nos grita mi madre a Ross y a mí.

-Voy- grita Ross. Se levantó y me dirige una última mirada antes de irse a la cocina.

Suelto un suspiro y yo también voy a la cocina. Cuando entro los veo a todos comiendo.

-Yo no voy a comer, no tengo hambre- les digo.

-¿Te encuentras mal?- me pregunta mi padre.

-No, es solo que no tengo hambre, he estado comiendo palomitas y se me ha llenado el estómago.

-Vale, cariño, aun así te dejamos un par de trozos por si después te entra hambre- dice mi madre.

-Gracias. Bueno me voy a mi habitación, tengo sueño así que me dormiré- les digo y antes de salir me dicen:

-Buenas noches- me dicen todos a la vez.

-Buenas noches- les digo yo también.

Subo a mi habitación y cuando entro cierro con pestillo. Me pongo a un lado de la cama y abro las sábanas para segundos después hundirme en ellas. Me quedo mirando al techo intentando dormir. Cierro los ojos en busca del sueño, pero la imagen del beso con Ross me hace abrir los ojos. Mi respiración se agita y me doy cuenta de que esta noche no voy a poder dormir.

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