"Chapter 10"
James
Me acomodé a la altura que se encontraba, intentando tocar su cuello en él ya no había signos vitales, ella ya había muerto hace horas sin posibilidades de hacer algo.
Aunque sabía que su vida se había extinguido y no podría contestar de igual forma le hable como si en verdad mecontestara:
-¿Quien te ha hecho esto?, ¿por que a ti?, ¿yo fui el culpable?-
Sus ojos habían permanecido abiertos, llevaba puesto un abrigo grande, que cubría parte de sus piernas.
-¿por que...tu?-
No conseguía detener las lagrimas que salían una tras otra, mi mejillas se cubrían totalmente de ellas y la tristeza me invadía. Los ojos sin vida de ella me observaba tan serenamente, demostrando miedo. En la comisura de sus labios había un pequeña marca roja y su piel lucía más pálida de lo habitual, sus labios habían perdido el tono rosado que tenían al igual que su sonrisa.
La odiaba, ¿por que había permito que le ocurriera esto?.
No podía verla más, me cubrí el rostro con el antebrazo, no quería que viera llorar, necesitaba respirar. Empecé a sollozar intentando no hacer ruido pero era casi imposible, mi mente nunca olvidaría su rostro, su ultima expresión que había hecho.
Tome sus rostro con mis manos y le acaricie el mentón, cerca de esa fina línea.
-encontrare al culpable y lo hare pagar, yo también-
Sin esperar a que me respondiera me puse de pie.
Limpie las lagrimas que aún no se detenían y sorbí mi nariz, como cual niño que se acaba de caer.
Me preguntaba ¿por que ella?, ya había sufrido lo suficiente. Su mano que aún permanecía cerrada estaba cubierta por su abrigo, intente ver a que se aferraba antes de partir.
Su mano ahora fría se sentía tan extraña al tacto, encerraba un objeto.
En su interior permanecía un pequeño anillo con las iniciales de Carricero, parecía que pertenecía a mi madre pero desconocía como había llegado ahí. Me preguntaba el por que aferrase a el hasta la muerte.
Detrás de mí se escuchaba el sonido de la puerta al ser abierta, tome el objeto y intente correr aprisa, temía que me Juzgaran de nuevo, temía que me inculparan por que en verdad me haría falta.
Corrí sin detenerme a nada, tratando de tapar mi rostro, no podría permitir otro error más hasta encontrar al responsable, lo haría pagar.
No deseaba nada malo para ella pero lo único que podía recordar era como le había hablado; me arrepentía, ella también había estado sufriendo. En ese momento me encontraba demasiado alcoholizado y dolido, que no me había dado cuenta, sin embargo nada justificara nunca lo que había hecho, tenía demasiados pecados sobre mí.
Al observar que me encontraba algo lejos me detuve y mi cuerpo asimilo que había sucedido, sentía una opresión en el pecho y la garganta, mis manos se podían detener de temblar, sentí la temperatura de mi cuerpo bajar y a mi mente llegaban las imágenes unas tras otra de ella observando me en la penumbra del callejón, y tomando forma hasta parecerse a Roos. Recordaba cada una de las personas que había sufrido a causa de mi, unas no tenían opción otras se lo merecían, no obstante ella ya lo había hecho, termino y pereció donde la dejaron mis acciones.
Sentí mi cuerpo devolver el poco alcohol que había ingerido.
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Al llegar a casa, estaba en un estado que evidenciaba lo agotado que me encontraba, las heridas que me había provocado a mi mismo ahora sanaban con lentitud y las heridas emocionales se seguían guardando en mí.
Estaba agotado mentalmente y no había nada que me hiciera descansar de esto que sentía.
Las luces, estaban encendidas y el personal corría por doquier, aunque ya no tenía energía para ninguna fiesta.
Esto era mi limite.
Caminaba lentamente por el pasillo pensando en cancelar todo de ultimo momento más solo me haría mas sospechoso de lo que era, decidí dormir hasta que el mundo desapareciera.
Al llegar a mi habitación lance el pequeño anillo.
Anhelaba despertar en otro sitio, que todo fuera una maldita pesadilla pero termine durmiendo mientras me torturaba con mi propia mente.
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El sudor frío recorría mi frente y mi corazón martilleaba sin pausa alguna, me palpe el rostro en busca de la realidad, desconocía donde me encontraba. Percibía a verme quedado dormido pero me sentía más cansado de lo habitual, al tratar de averiguar que era lo que me había despertado, oía música que se filtraba hasta mi habitación y el golpeteo de la puerta.
-¿Que necesitan?-
-soy Alex, creí que estarías en la fiesta pero no te he encontrado, sucede algo-
-bajare en unos mementos-
Decidí arreglarme para presentarme en medio de el bullicio, pero cada vez que dejaba de pensar en lo que había pasado, a mi cabeza regresaba la imagen de Megan con su piel blanca y fría, esa fina línea carmesí en sus labios.
Nuevamente había encendido otro cigarrillo para calmarme, el olor y sabor del tabaco inundaba mi sistema calmando un poco el abismo en que me encontraba. Y por una ultima vez vi mi reflejo en un espejo que remplazaba el anterior.
Al salir de la habitación me encontraba a Alex recargado en las paredes de el pasillo tratando de lucir algo casual, lo sabía por el esfuerzo que ponía.
-Aquí estoy-
-James no te encontraba, es extraño siendo tu el que hizo posible todo-
-y solo querías saber por que para todos era tan normal-
-no, no solo quería saber si te encontrabas bien todo ese ruido lleno de rumores no le hacen bien a nadie. Además he preguntado a unas de tus empleadas por ti y me ha comentado que estabas en tu habitación, ha mencionado algo de que no te encontrabas bien-
-No creas lo que te ha dicho, mira la única razón por la que no bajaba es por que tenia asuntos de la compañía que arreglar-
-en serio te encuentras bien, he subido y al tocar tu habitación; he oído un grito- Un grito producido por una pesadilla, tal como una neblina.
-en serio estoy bien, no necesito que te preocupes, no necesito que alguien más se preocupe- Su inquietud no me haría caer, solo era uno más que buscaba la debilidad en el otro, yo lo entendía perfectamente.
-de acuerdo-
-ahora ¿por que no bajas?, es tu fiesta-
-¿no irás?-
-en un momento-
-pues si de todos modos bajaras, vamos juntos-
-de acuerdo-
íbamos bajando la escalera cuando la pregunta que me hizo me asalto tan de pronto.
-y ¿fuiste a ese lugar?-
la pregunta directo de él me desarmo, mis piernas flaquearon. Intente sostenerme de la pared sin embargo el había notado lo que genero.
Me sujeto del hombro intentando ayudar.
-¿estas bien?, te noto algo pálido-
No sabía que contestar, comenzaba a sospechar que Alex sabía lo que le había pasado a Megan. No era quien decía ser, su actitud no era para nada común.
A mi mente regreso el sueño que había tenido con anterioridad, no, la pesadilla que estaba viviendo. Algunos de los que se encontraba en ese lugar volteaban a nuestra dirección intentando averiguar que pasaba en nuestra conversación.
-¿quieres que te traiga algo de tomar o necesitas que hable a un médico?-
-no, me encuentro bien solo es el éstres por la compañía y los estudios en el campus-
-en serio te vez algo enfermo-
Sus insistencia me hacía sentir engañado, mi mente me gritaba que era el culpable de lo que había pasado a Megan.
-claro que estoy bien, solo necesito tomar algo de aire fresco-
-ha, solo es eso. Claro es tan abrumadora la fiesta, a mí personalmente no me agradan-
La sonrisa que proyectaba no me daban confianza. Me preguntaba que razón tenía él para hacer todo esto, ¿por que?. No era el momento para sacar conclusiones tan apresuradas sin tener pruebas sólidas.
-vamos Carricero-
Estaba a punto de rebatir sus palabras sin embargo al intentar abrir la boca, dos compañeros se nos acercaron.
-Alex, ¿que tal hermano?. Genial tu fiesta-
Alex se veía incomodo en la situación pero igualmente respondía
-Gracias...creo, no solo es mi fiesta; James organizo todo, se merece el crédito-
-es hora de el discurso y la prueba-comento uno de ellos, ignorando el comentario anterior.
Alex volteaba a verme en pequeñas ocasiones, sin saber que responder o de que trataba la situación
-¿Que clase de prueba?- las miradas de Alex eran de ayuda
-es solo un discurso de quien eres y la prueba es solo una serie de mezclas que tendrás que tomar-Respondía uno de ellos.
-no lo sabía, ¿que clase de mezclas?- La sorpresa inundaba su rostro.
-no lo sabías por que son pruebas para unirte, no perteneces completamente hasta pasar esas pruebas y las mezclas son solo diferentes bebidas de alcohol con algo de vodka o así- Explicaba el otro compañero restante.
Los ojos de Alex conectaron conmigo pidiendo que me quedara.
-te necesitan, yo iré en un momento, solo tomare aire fresco- Las sonrisas de diversión en sus rostros era muy evidente. Tomaron a Alex de las piernas y lo cargaron en los hombros llevándoselo a lo que tenían preparado al finalizar mi respuesta a sus suplicas visuales.
Observaba como se alejaban con él gritando mi nombre. Al perderse en la multitud decidí salir tal y como le había dicho. Necesitaba aclarar mi mente.
Caminaba alejándome de la casa en la que había crecido, la casa que era mi única cómplice, la única que guardaba silencio, cada vez más. Entre la oscuridad de la noche, recordaba el día que había perdido a Roos. Una situación tan similar. La música de la fiesta se alejaba quedando me solo con mis pensamientos en el camino vació de carretera, comencé a caminar sin detenerme, quería alejarme como un cobarde, caminar hasta desmayarme, caminar hasta que mis zapatos y mis pies ya no pudieran.
En este tablero de ajedrez, necesitaba averiguar quien era cada pieza. No sabía si yo solo era un peón, al igual que no sabía quien resultaría ganador. En el tablero de la vida un movimiento crucial y podría perder hasta mi cordura.
Lo único que podría hacer era averiguar quien era quien y pronosticar su próximo movimiento.
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