╭ ⌂ - Capítulo 6

Las noticias corrían y se extendían pronto, el matrimonio recién casado de Isabella y Edward Cullen, habían creado una niña inmortal, los Volturi se estaban preparando para intervenir en el asunto e infracción de leyes, se decía que la responsable de aquello era Irina Denali.

Claramente, Rosalie al enterarse que su familia estaba en problemas por culpa de esa humana, era sin duda una molestia inminente, pero no podían acercarse al territorio aunque quisieran apoyar, Charlie Swan aún era un neófito y le costaba estar solo, odiaba estar solo y temer perder el control de su naturaleza. Ya hace un mes que el Aquelarre de las chicas se mantenía a países de distancia, mas específico ocultas en Escócia.

—Me preocupa la situación de Bella. —admite Charlie sentado en un rincón mientras mira al horizonte, aún con aquellos ojos rojos por la conversión.

Tuvieron que acelerar el proceso del cambio debido al problema que Bella había ocasionado al tener relaciones sexuales con un vampiro y sin condon alguno, aquello sin duda había dejado en vergüenza para Charlie. Tenía muy bien creído que desde las charlas incómodas de intentar tocar el tema con Bella, e igual de la supuesta charla que también había tenido con Renee le ayudaría lo suficiente como para no embarazarse tan pronto justo después de contraer matrimonio.

—Estoy segura que los Cullen no dejarán que ocurra lo peor. No fuimos por petición de ella, no quiere que te arriesgues y bueno, a mi no soporta verme —alega Brunett, con total sinceridad la mujer que ahora se la veía más a detalle con tantos tatuajes por su cuerpo, tattos que Charlie no notaba antes con visión mortal.

—No puedo creer que no tuviera cuidado, sé que todos pasamos por la juventud y momentos de frenesí sexual, pero... ¿Cuán difícil le era usar protección? —preguntó Rosalie, estaba preocupada por su familia y aunque no hubiera ido a apoyarlos, había mandado ayuda de vuestra parte pero de manera anónima.

Rosalie Hale no era tonta, no expondría a su mujer a los Volturi, aun más cuando ya estaba aquejada por haber convertido a su sobrino, y familia Swan, como padre de la acusada en uno de los suyos. Todo para evitar problemas a terceros, pero no, venía la niña de aquella figura paterna y lo exponía de la peor manera, sabía que no era nadie para decir nada, pero le daba coraje los problemas que Bella traía a la familia sin mediar lo cuidadosos que el resto era para proteger a la única familia que poseía la acusada.

Si bien, la conversión de Charlie había sido un éxito, tenía el mismo don de su esposa, podía tomar ambas formas de vivir, pero le costaba mucha concentración lograrlo y sabía que él tiempo que su propia amada había pasado para controlarlo, el camino era largo pero los tres tenían la eternidad para que él fuera a dominarlo. Si bien, la situación en la que la ahora neofita Bella, y la hija de su hermano, les acortaba esa eternidad no querían creer que todo fuera a acabar por esto. Aún creían que alguien podía salvarlos, podría ser la misma Alice o bien alguien más.

No habían tenido la oportunidad siquiera de conocer a la novia de Emmett, la tua Cantante que Alice decía que era su mejor amiga, pero que de alguna forma la sangre no le cantaba como para exterminarla, sino que para protegerla pero igual aquella sangre azul le daba hambre. Emmett le había comentado entre unas cartas que se había alimentado de ella pero que por alguna razón nunca llegaba a sobrepasarse por lo cual la situación de relación en convivencia de ambos era sumamente extraña.

Quienes los vieran y supieran que la tal Runa Tinkle era la Tua Cantante de Emmett Cullen, dirían una y otra vez que esa relación no perduraría. Porque la Tua Cantante era conocida por ser el banco de sangre, la necesidad más animal de consumir la sangre de alguien que sólo existía para satisfacer a su monstruo interior. Sin embargo, ya sus hermanos habían dicho que la relación de ambos llevaba tiempo en desarrollo, y no había pasado lo mismo que las otras tres tua Cantante que su Emmett había asesinado años atrás. Por lo que, no entendía bien que sucedía pero agradecía que al menos en eso, aquel indefenso humano que alguna vez ayudó, no estuviera sólo toda la eternidad.

—En realidad la protección de los condones no funcionaría si se piensa lógicamente. Los preservativos fueron creados para evitar el embarazo humano, no para los inmortales, recuerda que somos salvajes y nuestra fuerza, fricción con lo que sea se corta más fácil de lo que para un humano normal sería. —comenta la de ojos anaranjados con la mente reflexiva.

Rosalie gruñe por lo bajo. Mientras que le manda mirada frustrada a su compañera. Quien sonríe despreocupada, sabía que su propia sinceridad no la dejaría mantenerse callada. —Cariño, sabes que es verdad.

—Aveces tu sinceridad me molesta, mi soldatina. —admite frustrada Rose.

—Lo sé.

—Pero... Hablando en serio, ¿mi nieta es o no niña inmortal como se rumorea? —pregunta Charlie confuso.

—No lo es. Según la última carta de Carlisle, el estudio clínico demostró que fue concepción natural, Bella tuvo que convertirse en neofita para seguir viva, porque traer un hijo híbrido al parecer cuesta el valor de la vida materna, claro en el caso que la madre fuera mortal. —comenta Brunett, resolviendo la duda a su querido sobrino.

—Esto es tan agotador. Quiero ayudar, soy como vosotros pero... Aun soy muy nuevo y se que en vez de ayudar, entorpeceré los planes. —resopla sin necesidad Charlie, tras revolverse el cabello en frustración.

—Solo nos queda esperar. No podemos hacer más de lo que ya hemos hecho, después de todo, cuando pase el peligro podremos hacer las presentaciones correctas. Usted, Charlie, podrá conocer a su nieta y nosotras a los nuevos integrantes, osea, a la novia de uno de mis hermanos. —intentó animarlo Rosalie, sin embargo, en el intento de ayudarlo bajo la guardia y no sintió a su esposa acercarsele. —Brunett, ahora no.

—Querido Charlie, iré a relajar las tensiones con mi mujer, mañana saldremos de paseo, siento que en el pueblo una buena sorpresa encontraremos. —comenta Brunett tras apretar la cintura de su esposa contra su entrepierna. Bastante reservada pero bastante obvia para su rubia que no dudo en sentir como aquello la afectaba.

—Lo siento, Charlie. —expresa avergonzada Rosalie.

—Descuiden... Estaré cazando por la zona. Yo... Volveré cuando terminen.

Charlie entendía que por ahora las tensiones en la pareja era de distintos entornos, y lo que menos quería ser, era inoportuno, porque aroma que sus sentidos auditivos eran mejorados podía escuchar hasta el más mínimo ruido producido en aquella pequeña cabaña de aquel bosque de Escocia. Por lo que prefirió dar una generosa privacidad, para saciar su sed. Y de paso, enviar unos mensajes a su hija. Podía estar en comunicación con ella, pero no podía dar la ubicación. Por eso, el clan Rosette utilizaba teléfonos desechables, porque la ubicación nunca debía ser revelada, era un clan que era respetado por su cautela y anonimato.

Inspirado en el book: Torbellino del Amanecer. Capítulo 4.

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