╭ ⌂ - Capítulo 29
Axio no dejaba ni un solo segundo a su compañera cerca de su hermana, previamente ya había escuchado que Isabella no era tan santa como se mostraba ante él, ya había ofendido y querido lo peor para su hermana mayor. El pecado de gula sabía muy bien, cuán odiosa o pacífica podía ser el pecado capital de la pereza pero sabía que la ira que mantenía viva en el interior de su hermana.
La primera vez que Axio conoció a Isabella fue cuando Tin y Tina(dos gemelos que adoraban a la Reina) la estaban torturando con un tema ajeno y desconocido para él, el aroma y la miradas no faltaron para saber que había encontrado a su compañera.
—Príncipe Gula... No sabíamos que nos visitaba hoy. —dijo la voz de una pequeña rubia de ojos rojos.
—¿Qué estáis haciendo con ella? ¿porqué la torturan?—preguntó Axio sin demostrar mucha emoción. Siempre supo contenerlo, y ser neutral.
—La neofita es caprichosa y estúpida, príncipe Axio.—contesta con la misma voz aniñada un niño rubio de ojos rojos.
Ambos gemelos tenían una altura de 1,50 y se vestían cómodamente con unos pantalones de ceda con cinturon y remera de ceda a botones. Adornados con el sello del Clan en el borde de las muñequeras en ambos rubios. El color de sus vestimentas eran de un verde aqua cristalino, dando un aura pacífica a su alrededor.
—Se atrevió a insultar y difamar el nombre de nuestra señora. Aún cuando le ha dado una oportunidad de trabajar con nosotros para mejorar su calidad de vida... —comenta la niña. La rubia podía parecer de unos dieciséis años, pero ambos tenían 21 años. Su estatura se debía a su conversión temprana.
—¿Señorita usted es...?—pregunta tras asentir con dicha información.
«Esta mujer es la que ha hecho molestar a mi hermana. Maldita suerte la mía, mi compañera es la manzana de la discordia de Runa.»piensa con ironía y sin mucha gracia.
—Isabella Swan, pero puedes decirme Bella. Y no he difamado nada, solo he dicho la verdad, me están sobreexplotando sin necesidad, yo...—empezó a decir la joven neofita de cabellos castaños, ojos raros color dorados.
Axio la silenció con su dedo índice, acallando las palabras de sus labios directamente. Si ella era su compañera, debía marcar los límites, podía notar la mirada interesada y curiosa que le mandaba la neofita.
—Muchas gracias por instruirla. Ahora la estaré vigilando, avísen cuando ella vuelva de su caza —comenta Axio mientras la toma de la mano, sin titubeos y se la lleva.
Los gemelos rubios hacen una mueca. Su señora no estaría nada contenta con esto, aún mas al saber de la noticia que el príncipe tenía para ella.
[...]
—¿Por qué me salvaste de ellos?—pregunta curiosa Bella.
Ya habían salido del largo pasillo, hasta quedar cerca de una torre y finalmente sentarse en un banco, aquella noche del día sábado de pleno mayo.
—Ya lo sabes. Solo dilo en voz alta. —contesta ante la pregunta Axio.
La neofita se toma de las manos, jugando nerviosa ante la respuesta tan tosca y seca del hombre de cabellos rubios, de ojos color celeste.
—Tu... Eres mi compañero, ¿Verdad?
—Así es, pero tengo un pequeño problema. No voy a aceptar que manches las reglas y leyes de mi hermana mayor. Soy el príncipe del pecado capital: Gula. Y no me gusta como menosprecias a mi hermana. —admite sin mucho que perder.
Bella se sorprende, y siente vergüenza. No sabía que un hombre tan guapo como él, fuera pariente de la Reina sin corona, juega con sus manos y se muerde sus labios. No podía negar sus palabras dichas con todo veneno, Runa la había alejado de su vida perfecta para mantenerla como sirvienta aquí en Volterra, odiaba no tener su libertad.
—Me rechazarás.
—No.
Bella entornó la mirada incrédula hacia el hombre.
—¿Por qué no? Si no soy aceptada por tu hermana, no lo seré por nadie más. Solo te traeré más problemas.—responde bastante extrañada.
Axio sonríe ante la astucia y genuina sabiduría que tenía la neofita. Se estira con cierta galantería, y pasa su brazo detras de la espalda de la joven hasta acercarla hasta él. Dejandola reposar cerca de su aroma y poder olerla mejor.
El aroma dulzón era una exquisitez que sin duda abusaría de dicho placer, no por nada era el pecado de la gula.
—Por que te daré el beneficio de la duda, te comeré como postre cada parte de este mismo tiempo, me beberé tus gemidos, tragaré todas tus suplicas hasta que dejes esos pensamientos tóxicos en general. —contesta Axio tan tranquilo y petulante.
—¿Qué pasa si no quiero?—pregunta a la defensiva pero incapaz de salir de aquel contacto tan íntimo.
Bella no podía ser capaz de alejarse, el tacto aunque ella fuera ahora la fría, se sentía como si estuviera al contacto con su caliente camita comoda y reconfortante. Era un placer estar entre sus brazos, pero no lo iba a admitir.
—Pues vas a querer querida. Nuestra conexión te va a impedir alejarte o resistir a caer en la tentación. En teoría, disfrutaré de ti hasta hartarme...—admite sin mucho problema.
—Osea que me usarás. No voy a permitirte que...—empieza a replicar Bella, pero es nuevamente interrumpida por el hombre.
—Es lo mismo que pensarás hacer conmigo, con la diferencia que no soy manipulable, me darás lo que quiero disfrutar de ti sin replicar. O te dejaré en las manos de mi hermana mayor, y conociendola... No seguirás existiendo para febrero del próximo año. —contesta tan relajado que asusta a Bella.
—¡No vas a dejar que me mate! Soy tu compañera, no puedes...te morirías por mi, yo sin ti...y tu sin mi...—empieza a chillar molesta la castaña al punto de separarse de su encierro gustoso y encararlo visualmente.
—Silencio. —gruñe molesto ante la chillona voz de histeria. Tomando el mentón de la neofita entre su mano derecha.— Yo no soy como tú especie tan tóxica, y depresiva. Podemos vivir sin la compañera, nuestro pecado vital nos nutre de vida no otros, no dependemos de alguien para existir en el sentido que dices, sino que ... Vivimos para consumir del resto el pecado en vida hasta hartarnos.
Bella se queda asustada ante eso, queriendo huir de aquella verdad. Creía que ser compañera de este guapo hombre sería fácil para manipular, pero terminó en las fauces de algo que no podría usar a su antojo pero sería consumida y manipulada por lo que ella necesitaba para ser feliz. Estas vueltas del destino eran mala suerte pura, y no sabía que había hecho para merecerla. Sin poder reclamar, su mente se quedó perdida.
—Sé que he sido crudo. Pero no me gusta que malinterpreten como soy y seré, pero no te angusties mi querida neofita, estarás en el cielo de tu bello infierno, porque la vida inmortal no es como te lo pintaron los Cullen. —vuelve a decir Axio, mientras se acerca muerde y besa con deseo a su compañera.
Bella gime ante el deseo percibido al igual que el beso intensificado. Un beso que no era para nada igual al que se daba con Edward, comprendiendo la realidad de la cosas, ella siempre había sido la tua cantante de Edward Cullen, mientras que ahora sabía lo que era sentir el contacto del compañero.
Esperaba que este castigo inmortal le durase un poco más, hasta que su hija fuera mayor y no le doliera su extinción. Sabía que su vida en existencia se mantenía gracias a su bebé, pero desde que había visto a Axio, todo afecto que pudiera haber sentido por Edward se extinguieron mediante ese beso. Confirmando su sentencia.
Detrás de esta elección, jamás volvería a Forks.
[...]
En definitiva, Runa y Bella no se llevaron bien tras la noticia, Emmett tuvo que agarrar al tigre bengala que se había arrojado como para matar a la neofita, pero como el Rey fue más inteligente, la intención no se consumió. Tras esa primera semana, Bella se sentía avergonzada y apenada cada vez que salía del cuarto que compartía con Axio, noche tras noche su compañero la dejaba saciada, gimiendo hasta que engullera al palacio en el deseo goloso del príncipe.
Los guardias del Clan Vulturi cuchicheaban por ello, pero no tenían permitido molestarla, a petición del príncipe. Sin embargo, Runa con su mirada desdeñable y de asco, lograba molestar a Bella quién no tardaba en hacerla enojar.
Hubieron diez veces en las cuales, Bella tuvo su cabello carbonizado, y otras más de las que no se puede contar de las bromas que otros hermanos de su compañero le hacían, sin embargo, todos parecían aceptar a regañadientes la realidad de que tal vez Axio no se aburriera de ella y fuera a ser la princesa de la realeza.
Aunque Runa sabía que eso no duraría como la neofita se estaba ilusionando, porque Axio sabía leer entre líneas y si esa supuesta compañera lo quería a él, pues Bella sería princesa pero si no era fiel y sincera, terminaría en la hoguera.
Siendo así, como la vida inmortal aunque sea tenía chisme diario por cual divertirse entre tanta seriedad de asuntos de tratar diariamente.
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