╭ ⌂ - Capítulo 27
El 25 de junio, terminó llegando el nacimiento mas esperado por la familia al igual que la pareja del Clan Rosette. Esa madrugada, a las cuatro de la mañana en punto, el parto finalizó con muy buenos honores. Rosalie Hale aprendió a sobrellevar un parto natural tan ansiados por siglos y Carlisle pudo sentirse útil medicamente en este nuevo ciclo de nacimiento mestizos.
Al mundo había llegado, Liam Ezrá con buen peso, sano y con buenos pulmones ante el frío contacto del médico. La tomboy tomó en manos a su pequeño niño, mirando con ojos cristalizados a su mujer; ya no era necesario afectar con su don humanitario a Rosalie pero ella necesitaba sentir todo el proceso natural y emociones sensibles del post-parto.
Por lo que, la rubia esbelta había caído en pleno agotamiento, quedando con su bebé inquieto que parecía buscar a su mamá con aquellos párpados cerrados. Carlisle por su lado, maravillado se mostraba al poder notar la belleza perfecta de Rosalie y el aspecto humano en el bebé, si bien el corazón tenía el mismo ciclo y tiempo que el de Nessie. Confirmándose así, que la familia nuevamente tenía a un bebé mestizo de vampiro-humano.
—Gracias por todo lo que has hecho por nosotros, Doctor colmillos. —ageadeció Brunett mientras besaba la frente de su bebé, ambos esperarían a que su esposa y madre, despertara para amamantar como correspondía.
Con ayuda de Esme, consiguieron limpiar y colocar ropa limpia a su rosangel, quedando en la habitación para huéspedes. Bella y Edward ni se asomaron a observar, mientras que Jacob acompañaba a Reneesme, quién estaba ansiosa por conocer al nuevo integrante.
—Estoy muy ansiosa, ya quiero que la Tía Rose se recupere. —admitió la pelinegra mientras acaricia la mejilla de su chico favorito. Mediante su don.
—No entiendo porqué tanto alboroto, los bebés nacen a diario. Solo es otro bebé lloron en la familia. —replica ciertamente incómodo.
—No es un llorón. Solo no le ha gustado el tacto del abuelo. —le reprocha Ness, mientras se levanta del asiento y sin esperar más tiempo se dirige a la habitación de huéspedes.
—Ness espera, deben tener espacio. Los chupasangres son muy posesivos, imagino que Rosalie actuará igual o peor que Bella cuando se entero de nuestra imprimación. Debes dar espacio, cariño. —trata de detener a su impronta pero esta había sido más rápida en girar el cerrojo y abrir la puerta.
—¿Qué es? ¿Erzá o Noor?—pregunta ansiosa Nessie al ver al bebé en brazos de la Tía Brunett.
La mayor observa a la joven, y sonríe. No se siente amenazada, pero si con cautela se acerca a su esposa a la misma hez que esta despierta y se encuentra con su bebé buscándola. Por reflejo rápido mejora su postura en la cama, con cierta puntada en la vagina por el esfuerzo repentino pero evita enfocarse en el dolor y tener ya a su hijo entre sus brazos.
Nada en el mundo, hubiera preparado a Rosalie para este momento, el tiempo que había esperado para tener a su bebé en brazos, escuchar sus latidos, percibir sus movimientos de disfrute al reconocerla y amamantarse de la teta, fueron acciones que nunca antes imagino conseguir en esta vida inmortal, pero allí estaba percibiendo la calidez de su bebé, el zumbido de sus extraños latidos híbridos y por sobre todo la posesión y necesidad con la que se alimentaba de la leche materna.
Cuestión que, Carlisle como Brunett estaban muy aliviados y extrañados de par en par por la selección de alimento por el mismo neonato. Aquello era la primera distinción que lo hacía diferente al bebé de Isabella, por lo que esperaban que el crecimiento fuera el mismo de Reneesme o mejor, sea cual fuera el caso lo tendrían en observación.
Runa y Emmett demorarían en llegar, habían tenido algunos impevisto justo el día del nacimiento, pero Carlisle esraba seguro de que Erzá no causaría ningun problema en ningún sentido.
—Tía Rose, su bebé es hermoso. —dijo Nessie sin poder callar más.
Rosalie cayó en cuenta que estaba amamantado a su bebé frente a ellos, lo cual la sorprendió pero más por el autocontrol de su esposa. Quién parecía cuidar a distancia prudente de todo lo que pasaba a su alrededor.
—Es igual de hermoso que tú, más tarde si quieres te lo presento. —aconseja la rubia mientras Jacob toma por la cintura a su impronta.
—Sin problemas, tía Rose. Tomense su tiempo, yo tengo mucho y no iré a ninguna parte. —dice Nessie compasiva mientras acepta la intervención de su chico favorito.
—Gracias, nos vemos luego.
—¡Nos vemos! —susurra Nessie con entusiasmo reprimido.
Jacob al conseguir dar espacio a los padres prinerizos, por fin logra tener toda la atención de su impronta. Sin embargo, no puede evitar sentir celos.
—Espero que el bebé me elija, seré quien lo consienta, su mejor amiga, su confidente. Lo protegeré de los malos. —empieza a balbusear ansiosa Nessie.
—No creo sea lo correcto para este caso, mejor es que tomes distancia. —comenta Jacob, tenso.
—¿Porqué no me quieres cerca de ese niño bonito?—pregunta Ness con cierta molestia reflejada en sus ojos.
—Simplemente no me agrada, ni la rubia. —contesta sincero el nativo.
—¡Oh vamos, Jake! Tan solo tiene... ¿Cuanto era?—Ness voltea a observar el reloj en la cocina y luego mira a su lobo— Solo ha pasado cinco horas de nacido y ya te crees con el derechi de juzgarlo, porque sí nomás?
—Ness, es mi opinión.
—No te entiendo.
—No necesitas hacerlo siempre.
—En cuanto veas a Erzá, cambiarás de opinión, y no hace falta ser como la Tía Alice para saberlo. —recrimina Ness, bastante contrariedada por la actitud recelosa de joven novio.
Jacob no puede siquiera replicar porque su impronta lo deja plantado en medio de la sala, para ir lejos de él, y quedarse junto a su abuela Esme. Ahora se encontraba molesta con su Jake.
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