Carlisle había llegado primero, abrazó a su esposa quién lo recibe con un beso suave en la comisura. Con la mirada ambos conversaron, ante el asentimiento de su esposo, supo que ya vendría, su hija volvería a ver.

—Mamá. —dijo una voz y esta no se resistió en abrazarla, olvidandose de la presencia de la niña a un lado.

Esme al ver a su hija mayor, Rosalie, sus  ojos se cristalizan con emoción que nunca caería por sus mejillas, por lo que solo la abraza para convencerse de la presencia de esta.

—Mi niña, has vuelto... Te tardaste mucho jovencita. —comenta Esme fingiendo un regaño.

Sacando una sonrisa de disculpa en la rubia de cabellos ligeramente enrolados. Sin embargo, en cuando se despegan un poco, nota como la humanidad que poseía había disimulado no tenerlo, por lo que mira tras suyo. Brunett se encontraba algo tensa en sus hombros, preocupada por su esposa, la mirada lo decía todo, no confiaba en los que no conocía. No dejaría que nadie los lastimase.

Por eso ya la había notado con su simulada forma viviente de humana, haciendo que todos escuchasen su extraño corazón, similar a la de Reneesme. Por lo que la pequeña niña que iba a un costado derecho de Esme, preguntó:

—¿Tu... eres igual que yo? —la inocencia se percibió en el tono.

Brunett por algun motivo sintió escalofríos ante la curiosidad de la niña, por lo que, hizo una mueca. Era incomodo hablar con desconocidos de su don, pero era ella quien habían salvado de su exterminación por los Vulturi, era por ella que Charlie tuvo que cambiar rápido de vida. Y claro, por culpa de la madre.

—No exactamente, pero similar. —respondió no pudiendo callar, la mirada dulce que se fijaba en ella, por un momento su mente fantaseó con que su pequeño bebé la viera así.

—¿Y porq-...?—preguntó nuevamente la voz de la pequeña Reneesme.

Sin embargo, una mano la detuvo de seguir preguntando, está había hecho un muro de contención alrededor de la pequeña como si fuera la amenaza. La madre la custodiaba.

—Hija calma, ¿Usted es?—fingió perfida de memoria Bella, intentando contenerse en armas un escándalo.

Rosalie sintió molestia ante la indiferencia de recuerdo que poseía la ex-humana de Edward. «Controla a tu mujercita, no soy ni tonta ni perezosa pero la romperé en trocitos si daña a mi esposa.»pensó hacia Edward.

—Perdonen ambas, mi esposa quedó con el instinto alerta por problemas que hemos pasado. Cariño, ellas son Rosalie Hale, mi hermana —presenta nuevamente a la rubia con cabello ondulado— y ella es su compañera, y esposa...

—¿Una humana? Que eso no estaba prohibido? Hicieron tanto drama por ser una humana y ella lo sigue siendo. —interrumpe Bella sin discreción.

Rosalie se había alejado de Esme pidiendo disculpas con la mirada, para situarse a lado de su compañera y esposa, por lo que, mira a Bella.

—Yo que tu no iría por ese lado. Por tu bien, nosotras vinimos a conocer a nuestra sobrina, no arruines la felicidad de tu hija por fijación tuya.—advirtió compasiva.

Sin embargo, pareció que la neofita no la había prestado ni la mas minima intención, en escucharla, e igualmente dijo:

—Eres una amenaza, la familia puede ser... Exterminada. ¿Eres consciente de ello?—siseó Bella en dirección a Brunett.

—Cállese, y guardese un poco de dignidad por favor.—contraatacó Brunett sin estar ni un poco afectada.—Los años no hicieron justicia a tu ignorancia, lastimosamente.

Bella se sintió ofendida con eso, inclusive menospreciada pero en cuando entrega a su hija a su esposo, sin siquiera hacer caso a Edward que pedía que no lo hiciera, se acercó unos pocos metros de distancia personal a la mujer, pudiendo reconocer quien era y porque habia discutido, sintiendo de nuevo la molestia emerger de lo profundo de su corazón.

—No puede ser... ¡Tu no puedes ser ella! Ella hizo sufrir mucho con su partida a Charlie. ¡No te bastó con ser ignorante, el dinero no me bastó para creer que alguna vez me quisiste!—exclamó resentida Bella.

Brunett aparta ligeramente a su esposa lejos de lo que siente venir, con la mirada irascible en su dirección.

—Lo resolveré, por favor, piensa en los dos, cariño —pide suplicante a Rosalie.

Que se queda de piedra y con la molestia en su garganta al saber que no podría exponerse a una pelea por su bebé. Por lo que dice: —Dale su medicina, mi soldatina.

La sonrisa soberbia de la rubia, hizo que Bella actuará por enojo e impulso y se tirara encima de la que supuestamente era la tía que pensó en su futuro, pero a la vez siempre faltó la presencia de apoyo. Charlie le tenía un gran aprecio y ella solo se hizo pasar por muerta, ella lo veía como injusticia.

—Soy más fuerte ahora, ¡Dime porque estas ahora así vivita y coleando, cuando todos sufrían tu muerte! —grita Bella mientras la agarra del cuello.

A Brunett aquello le había sacado aire de vida simulada, no esperaba enfrentarse a otra roca de su pasado, pero trató de no alterarse.

—¡Yo si morí! Una enfermedad terminal no se sobrevive como la mar de bien, idiota. —gruñe Brunett, sintiendose bastante indignada.

—No pareces, eres ahora la favorita humana que no tienen ganas de exterminar, te envidio y te odio. —gruñe haciendo fuerza para decapitar por los mismos sentimientos que la tienen cegadas por todo el pasado que vio pasar frente a sus ojos de infante.

—Eres la pariente mas ... Estupida de la familia. No quiero dañar a la hija de mi sobrino... Así que, retrocede ... Isabella. —dice Brunett con un poco de dificultad al hablar.

—¡Dímelo! ¿Porque a ti si y a mi no?—grita como una posesa.

Edward tuvo que llevar a su hija fuera de ese escandalo inmaduro que su esposa estaba dando. «¿Será que...porque no es mi compañera es porque ahora no la siento cuerda? No...no puedo titubear, lo hecho, hecho está»pensó dudoso.

Cuando Brunett iba dejar que ira saliera por su piel, llegó quien menos esperaba que llegara.

—¡Isabella! ¡Suéltala en este mismo instante, o estarás castigada por toda tu infinita eternidad!—gritó Charlie mientras eea acompañado de Jasper.

Carlisle y Esme quedan de piedra tras esa voz, al igual que tener de escolta a Jasper. Eso solamente indicaba que Alice sabía un futuro que ellos no.