╭ ⌂ - Capítulo 14

La fiesta después de la ceremonia había dejado a luz la curiosidad de muchos, de tener un gran momento emotivo con aquella canción como la ceremonia de bodas, ya para este momento todo cobraba un ambiente más tranquilo, como si quisieran que se divirtieran con tono bondadoso y tranquilo. Las luces que adornaban el lugar de ser cálidas se habían vuelto tenues y de un color celeste suave, todo detalle que antes pasaba desapercibido ahora se notaba; como por ejemplo, el ponche de sangre humana en la mesa que venía con su cartelito de advertencia, también había latas de cerveza o vinos tintos para los humanos en caso de que quisieran emborracharse ellos. Al igual que postres de todo tipo, la mesa estaba partida en dos secciones: la izquierda era para los vampiros tanto veganos como carnívoros los cuales existían numerosos platillos realizados para su consumación con sangre y alimentos artificiales con los ingredientes humanos que lograban coexistir para simular el mismo aspecto del platillo pero sólo el gusto era diferente. Mientras que del lado derecho, se encontraban comidas humanas, desde un pastel de bodas, asado a la parrilla, carne o pollo hasta pequeñas minutas vegetarianas. La mesa estaba equilibrada para el pequeño grupo que había asistido.

—¿Y esto como es posible? —preguntó maravillada Brunett, tras estar curioseando el lado izquierdo.

—¿Desde cuando es normal comer literalmente con humanos? —preguntó Rosalie igual de impresionada.

—Desde que vi la necesidad de hacer más reservada su especie para la seguridad de mi madre. Si ustedes como vampiro no comen cuando asisten a una comunidad humana, sin falta empezarán a levantar sospecha, así que... La Reina apoyó mi proyecto de comida artificial para vampiros, es comestible y está aprobado por los reyes Volturi, por lo que anímense y prueben. —dice una mujer de al menos unos 37-39 años, de cabello chocolate y ojos casi grises.

Ambas mujeres al escuchar la intervención de aquella humana, al igual que el aroma no tan agradable para las dos, porque nunca podían evitar o negar que sus narices se arrugaran ante el edor del chucho. Por lo que pensaron que podría ser el motivo por el cual había un invitado de esa especie en la boda.

—Vaya, ¿a raíz de cual incentivo fue mejor abordar este proyecto, más por ayudarnos o es también por otro motivo? —preguntó con suspicacia la mujer de tatuajes—Claro, si es que se puede compartir.

—Oh, ¿porque siempre se dan cuenta? —pregunta con cierta vergüenza pero igualmente acepta el compartirlo—Mi madre adoptiva, Runa siempre ha sido distinta a vuestra especie, mas que nada por la capacidad de poder ingerir comida humana sin que le sepa a pasto o estiércol como a mi padre Emmett, a raíz de estas diferencias me terminé preguntando: ¿porqué no habrán realizado experimentos para concebir un medio para sí poder consumirlos y sea agradable de digerir? A raiz de ello, al principio fui utilizando varios métodos científicos para aplicarlos a conceptos culinarios, claro no sola, porque yo cocinando era un asco. En compañía de la tata Esme, pude empezar a hacer los platillos tras la inserción de la sangre a los ingredientes sólidos humanos hasta las verduras durante su crecimiento. Convirtiendo la sangre en polvo para los alimentos secos, y la sangre a una más diluida casi agua para las plantas pudieran adaptarse y no morir en el intento de fusión. La primera persona que me aprobó mi prototipo comestible fue mi padre, y luego lis Reyes siendo apoyado con la gratificante emoción de al fin comer comida humana. Esa si que fue una gran satisfacción. —expresa recordandolo con una sonrisa.

Rosalie no podía creer que esto no hubiera sido compartido con ellas, era un nuevo momento para sentirse aún más humana de lo que su esposa ya la hacía sentir. Porque siempre su esposa sería su corazón latente.

—Entonces, debo pedirle disculpas con respeto y vergüenza. La he juzgado mal, perdón  señorita... —empezó a decir Brunett.

Claramente Brunett no era la que había pensado tan solo un poquito que era malo tener un chucho y una humana en este casamiento, sino que su esposa Rosalie, pero no le hacía mal protegerla y autoculpar cuando no tenía la culpa. La rubia enseguida notó aquello y el sonrojo de la vergüenza fue quien evidenció a la mujer humana que no fue Brunett quien lo había pensado sino que ella.

—Oh, descuida, ya estoy acostumbrada a la desconfianza ante ese tema, no se preocupe. Hay muy malos ejemplos de humanos que han sido el caos para vuestra raza así que, los comprendo y no los guardo rencores. Y discúlpenme por no haberme presentado, Soy Adhara Lahote Tinkle.—se presenta la castaña con despreocupación.

—Discúlpame he sido yo quien ha sido rencorosa, señora Lahote. —dice Rosalie retractandose a su pensamiento—Nunca pensé que alguien fuera de ser inmortal se preocupara tanto por nuestra vida sin pedir serlo también. Me presento, soy Rosalie Scotiabank Hale.

—Y yo soy su esposa Brunett  Scotiabank Hale. Estamos muy agradecidas con este maravilloso proyecto y aunque suene muy informal, mi esposa y yo, si nos permite, devoraremos su manjar, tenemos que alimentarnos bien. —dice Brunett con tanta diversión como posesión porque enseguida abraza a Rosalie y acaricia suavemente el vientre donde lleva a su hijo.

Adhara se sorprende, saltando un poco en su lugar por tal detalle. Hasta para ella era la primera vez que observaba un embarazo de una pareja lesbiana, sin duda fue entonces que  avergonzada le dio el paso tras quedarse embobada en esa pancita pequeña que hacía ver ligeramente gorda a la rubia.

—Me pueden llamar sin mucha formalidad, Adhara, después de todo somos familia. Felicidades y no, no molesta. Disfruten que hay mucho para degustar, oh, y es un placer conocerlas. Cualquier cosa me avisan. —dice intentando salir de su sorpresa.

—Gracias, vamos mi dulce ángel, a devorar comida como nunca. —bromea Brunett tras un gruñido provenir de ambos estómagos totalmente antojados.

—Muchas gracias, señorita. —dice Rosalie antes de ser arrastrada por su mujer, sin duda este sería un gran día.

[...]

Tras aquello Adhara había ido directamente a su madre, capaz su relación con ella después de su incidente y egoísmo hace unos años atrás no era nuevamente la mejor, sino que de lo mejor que antes era, ahora sólo eran más o menos unidas. Pero igual se mantenían en contacto, se ayudaban si lo necesitaban pero la conexión se había roto, ya no había ningún lazo de servamp y amo, ya no había ese instinto de maternidad provenir de Runa hacia ella, solo era cariño pero muy subjetivo.

Se lo merecía, por las absurdas cosas que había realizado en su juventud. Actualmente ya era más madura que en esos tiempos, a veces se sentía muy culpa y arrepentida de haber sido de dicha forma, siempre se notaba por la mirada arisca de su hermanastra Leila, ella era la actual ama del servamp de la pereza, de su madre y está si que no se la perdonaba ni una, podía ser muy amable y buena cantando haikus pero su cara no pasaba desapercibida cuando te ganabas el rencor.

Suspiró una vez que llegó donde su padre y madre, estaban tranquilamente disfrutando del momento con sus amigos y a la vez relajados sin mucho ajetreo, digna vista de un ejemplo de pereza era lo que veía.

—Mamá... —empezó a decir, con cierta vergüenza invadir como siempre su corazón.

—¿Uhm? —ronronea la pequeña tigresa de rayas negras con blancas, acurrucada en el regazo de Emmett.

—¿oh? Hola pequeña ranita, ya vienes a felicitarme al fin mi gran hazaña?—pregunta bromista Emmett, para él sin duda su casamiento había sido eso, una gran hazaña, porque su pelirroja era tan vaga que por sí ella fuera nunca se hubiera hecho nada.

—Esto... Quisiera comentarle algo. ¿No interrumpo nada o si? —pregunta Adhara con cierta disculpa.

—No, dime. —respondió bien despreocupada la tigresa entredientes y bajando sus orejitas al igual que intentando mantener los ojos abiertos por el sueño que tenía.

Si, esa era la real forma de la viva imagen en esta vida del servamp de la pereza, y si, así era su forma de estar feliz y tranquila en su boda, nadie la iba a cambiar su forma de ser ni siquiera de actuar, después de todo esta tenía mal carácter y era la reina. Alice lo había entendido desde que la conoció, por eso no estaba coordinando a cada rato que todo estuviera perfecto e ideal alrededor de la pelirroja porque todos sabían que una bola de fuego llegaría a la mujer si se despertaba la ira que también poseía, porque era la servamp de la ira y pereza.

—He conocido a una parejita muy especial, me ha sorprendido mucho su facha y el poco conocimiento de culinario invento. ¿Ya las has conocido? Si no es así, deberías por si levantan algún problema ante posibles malinterpretaciones como alguna vez sucedió con Irina Denali.—expresa algo preocupada por su madre más que nada, y bueno colo humana siempre seria metiche igual aun si hubiera "madurado".

Emmett sintió curiosidad por lo escuchado por lo que buscó rápidamente entre la poca gente la descripción de "especial" en sus invitados, encontrándose perfectamente con la sonrisa timida de su mejor amiga Rosalie y luego su gran emoción por estar comiendo cosas que todos sabían que era imposible de tragar por su gusto. Entonces su foco se le prendió allí, pero no entendió porque sería un peligro ellas dos, por lo que se cayó hasta saber que era lo que había preocupado a una de sus hijas.

—Sé que te preocupo Adhara, pero no hay necesidad me sé cuidar. Y por otro lado, ya habrá tiempo de conocerlas, no son un problema. Preocupate por tu vida y no te inmiscuyas en los demás, o acabarás teniendo mucha buya como Isabella. —admite sinceramente tras su desfachatez de tigresa dormida y despreocupada.

Adhara había recibido una buena bofetada de reprensión verbal, sabía que podría haber sido malinterpretado por lo que intentó arreglarlo:

—Yo... No estaba pensando como Bella, no me compares con ella se que he hecho mal muchas cosas contigo pero solo evito que lleguen malas palabras hacia ti. Debes cuidar e-... —iba diciendo pero un gran gruñido emergió de la tigresa.

Poniendo tensos a los invitados como al esposo recién casado.

—Adhara basta ya. No me interesa nada de lo que dices, nunca me interesó y nunca lo va a hacer. Respetame y vete a disfrutar por la paz la fiesta. Adiós. —gruñe la tigresa cansada por la situación, dándole la espalda a su propia hija y para seguir durmiendo.

Los invitados no decían nada por el mismo respeto que pedía Runa, por lo que sólo siguieron con sus respectivas charlas pero fue Emmett quien trata de calmar a su tigresa tras caricias tras su oreja. Pero está parece ignorarlo por sus ganas de dormir, pero sólo los más cercanos sabían que Runa estaba cansada por la actitud de víctima que Adhara venía arrastrando hace años, siendo víctima por culpa de sus vergüenzas como el victimario de culpa falsa.

Sin duda, una boda sin drama y viniendo de los Cullen, nunca sería una boda suya y típica.

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