╭ ⌂ - Capítulo 12
La luz de la luna estaba en su esplendor, justo encima de una pequeña abertura de puerta hecha con tres postes de madera: uno enterrando en cada lado y uno encima de estos dos formando así una puerta de madera terracota. El decorado de esta constaba de una tela blanca enrollada de forma holgada por la madera superior y dejando cada extremo de la tela caer en forma de cascada delicada, del lado derecho más ancho que el lado izquierdo más delgado aún así tocando el final de la tela blanca el suelo. Alrededor de estas telas eran envueltas por pequeñas luces a anaranjados suaves que daban un toque cálido al ambiente, sin embargo, Alice había elegido dar un toque natural en referencia a su forma tigresa un adorno floreado que conformaban: Flores de colos celestes y blancos, con pequeñas cintas negras y blancas en honor a su pelaje de tigresa parda blanca. Toda decoración iba representando la pereza tranquila y la ira que la prometida caracterizaba.
—Sin duda, Alice se esforzó en captar la simple belleza de la pereza e ira —expresó Jasper, admirando el trabajo de su hermosa compañera.
—Felicidades por tenerla. —admite Brunett, tras un pequeño golpecito en la espalda al rubio teniente. —Aunque aún así ni le supera a la habilidad que mi esposa posee. Ni la belleza que mi esposangel tiene —orgullosa admite, recordando una de sus tantas bodas.
Rosalie sintió el escozor en sus mejillas, desde que habían estado buscando el tercer integrante en la familia, su mujer dejaba que ambas poseyeran la humanidad al esplendor, por ende las mejillas de la rubia estaban rosadas por el cumplido de su esposa. Sin duda las hormonas estaban más sensibles porque no hubo ninguna demora en que la flamante y fuerte rubia fuese otra frente a Jasper sorprendido por la acción sumisa y avergonzada de su hermana en ocultar el rostro en la joven de cabellos negros.
—Mmm... Las sillas también tiene su esplendor, estos banquillos bajos de color blanco como la nieve, anchos sin respalderos ni mangos para los brazos dan una buena libertad, hay tantos para parejas dobles o impar. Aunque no pasan de 10 invitados. Hileras de 5 y 5 en cada extremo. —detalla encantada por la libertad que expresa cada detalle.
—Todo parece gritar libertad de comodidad. ¿Cómo será su vestido de boda? —preguntó curiosa Brunett.
Tras mas los minutos pasaban, los invitados iban llegando. Había visto cómo dos señores despreocupados disfrutaban del ambiente tranquilo sin embargo no pasaba desapercibido la comunicación por el dispositivo en la oreja. Parecían estar monitoreando algo desde esos puestos, mientras que otro par de desconocidos se acercaban también a cada lugar. Una mujer y un hombre moreno jóvenes, parecían venir del desierto, debido al modelo del estilo de ropa formal. Después hubo un momento en el cual 4 personas más llegaron cada uno con personalidades distintas, como si fueran pecados capitales, puestos en el mismo lado que los anteriores en el lado izquierdo. Después no demoraron en llegar Carlisle y Esme, quienes se sentaron del ala derecha al igual que ellos. Emmett ya se encontraba parado en el altar, esperando a su prometida, cada dos por tres se retocada su corbata.
El padre ya se encontraba frente a él, listo para comenzar la ceremonia en cuanto la novia llegase. El sendero por donde debía venir la novia estaba iluminado por velas blancas encendidas y esperando ser la pasarela perfecta.
—¿Y Edward? —preguntó Rosalie extrañada al no ver a la parejita.
—Runa no los invitó, no podía lidiar con su presencia, por extraño que parezca creyó que 10 personas eran más que suficientes. —expresó algo incomodo Jasper.
—Vaya, no puedo creer que tenga tanta experiencia en evitar problemas. —expresa intrigada Rosalie, en verdad que esa mocosa no le caía para nada.
—¿Acaso la novia no tendrá damas de honor? —pregunta la esposa de Rose intrigada al no ver más personas, parecía que así era el caso.
—Claro que la tiene, una es mi esposa Alice, y su hija. Por parte de Emmett estará un chucho, que es prácticamente alguien importante para Emmett y Runa, Paul Lahote. —explica Jasper callando de inmediato al escuchar como la canción suave de: Halo - Beyoncé.
Todos voltean ligeramente en aquel manto nocturno con dicha música sonando viendo como las damas de honor ingresaban tirando al público pequeños copos de nieve que rapidamente se volvían en destellos de agua. Adhara y Alice iban abriendo el paso a la novia, mientras que Paul entraba nervioso por casi no llegar a apoyar el vacío que Emmett sentía.
—Lo siento. —susurro el hombre nativo de color piel rojiza, jadeando un poco, por las prisas.
—Tranquilo Paul, llegaron es lo que importa. —expresa emocionado Emmett.
Todos en ese momento sentían tan especial esa canción en cuanto vieron a la pelirroja entrar con un vestido tan sencillo, sexy y casi gladiador. Con unas sandalias con cintas envolviendo los pies desnudos de la novia, al igual que un vestido corto cayendo en cascada corta, que le llegaba hasta los muslos, con un corset acentuando sus senos y dejando que el cabello naranja cayera en rulos hermosos descubriendo la espalda abierta hasta el punto final de su espina dorsal. Sexy y flojo, era blanca y era vestido.
Sin duda aquel vestido no llegaría intacto a la luna de miel.
—Sin duda tiene estilo, aunque se note el desdén en ello. —expresa amando el estilo del vestido, Brunett. —Me encanta.
—Eso es nuevo, a ti no te gustan los vestidos —susurra divertida Rose. Logrando que su compañera asienta ligeramente ruborizada.
—Shh... Haz silencio o comeré tus labios, cariño. —le pide educadamente Brunett, callando sexy y por respeto a Rosalie.
Después de todo hoy era un gran día nuevo por el cual festejar.
━━━━━━hellou
¿Que le está pareciendo la boda?
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