╭ ⌂ - Capítulo 10
Emmett se encontraba bastante nervioso, caminaba de un lado a otro, Alice le había confirmado la presencia de su mejor amiga Rosalie, por lo que no podía evitar sentirse ansioso.
—Agh... Alice está muy ansiosa, y para colmo te veo igual... Esto es un fastidio. —se escuchó la voz de la prometida que iba despeinado su cabello de los diferentes peinados que hoy día se había probado en su melena rojiza.
—Todo es un fastidio para ti, cariño. —intenta bromear Emmett tras ver a su prometida acercarse a él.
Runa Tinkle se encontraba ya entre los brazos de su prometido, el cual no dudo ni un minuto en aceptar el cariño de su pareja, y de paso ser la esponja antiestrés.
—Tienes razón... Pero, ¿dirás porque lo estás o...? —empezó a decir la pelirroja rozando la nariz con la de su hombre, tentando a su vampiro. Que no dudo en percibir el cambios oscuro de lujuria tintando sus ojos.
—¿Por qué no me lees la mente? Acaso te da pereza? —pregunta el vampiro empezando a sentir hambre de los labios de su amada.
—Soy el servamp de la pereza, cariño. Obviamente si. —responde seguidamente de cerrar los ojos con cansancio, pero no logra esconder una tímida sonrisa.
—Realmente pensé que saldrías echa ira, luego de las últimas preparaciones de la boda íntima. —admitió ligeramente más concentrado y entretenido en rozar con sus dedos la cabellera rojiza.
—No estuvo lejos de suceder. No le gustaron mis elecciones para ir cómoda, ya sabes que odio los detalles exagerados y más el malgaste de dinero. —exhala suavemente sobre los labios de su prometido, para luego besarlo corta pero posesiva mente, gruñendo al mismo par que su amor—Puede ser mi mejor amiga, pero no tengo tanta tolerancia a que invada mi espacio personal y en decisiones.
Emmett sonríe divertido ante la desgana y cansancio que expresa ante esa verdad.
—Tenis en vez de tacones, ¿verdad? —pregunta curioso.
—Chatitas sport-elegant. Mis tenis ya están en la basura por viejos, como Alice los nombró: "Éstas ya tienen 5 años de estar fuera de moda. ¡No los necesitas! "—explica con una mueca.
—¿Y la vestimenta para ti..? —pregunta mucho más interesado.
—Ah, ah, ah~ eso no se dice, es de mala suerte. Soy vieja en tradiciones y quiero sorprenderte, cariño. —corresponde totalmente burlona, mirándolo con los ojos celestes.
—Pero... Pero... ¡Pero amor! —gruñe frustrado como un niño pequeño.
Runa no pudo evitar reír tras la frustración infantil de su futuro esposo, por lo que tan solo, se escapó de los brazos de su esposo, tomando la forma de tigresa. «Al menos he conseguido que te distraigas, sea lo que sea que te tenga así, recuerda que nadamalo ocurrirá» pensó en voz alta.
Los pensamientos telepaticos llegaron a Emmett, recién cuando ya no vio a su tigresilla de blanco y manchas negras, cayó en cuenta que su prometida lo había calmado. Pero en ningún momento se había percatado que ella no sabía su motivo.
—¡Emmeeettt! ¡Ya llegaron! —exclamó Alice desde abajo.
—Perdonen la demora, ¿aún no ha comenzado la ceremonia verdad? —preguntó la voz de Rosalie.
El pelinegro sin esperar un segundo más, pasó por el lado de Alice hacia fuera, abrazándola repentinamente a Rosalie, levantandola en el aire.
—¡Rosie!
—¡Oh, Emmett!
Ambos sorprendidos y felices en el encuentro después de tanto tiempo alejados por sus propias vidas personales, se olvidaron unos momentos en un abrazo conciliador. Una reunión y un abrazo de amigos.
Pero ninguno contó con el gruñido posesivo que vino de parte de la joven de tatuajes y cabello negro corto que estaba a unos pocos metros del auto y de la rubia.
—Oh, me dejé llevar. —dice nervioso Emmett al descubrir que su rubia no venía sola.
—Si... Yo, se que no es la mejor forma de explicarlo, pero... Este fue mi motivo de mi gran ausencia, Emmett. —dijo Rosalie admitiendo avergonzada y nerviosa al sentir las manos posesiva en su cintura y cadera, siendo atraída hacia la mujer desconocida para Emmett.
—Las manos donde las pueda ver, porque... "Rosie" es mía, mi compañera, vampiro. —gruñe en advertencia la mujer, mientras refugiaba con mucha protección el vientre de la rubia.
—Ahora entiendo porque te fuiste tan repentinamente, Rosie—responde Emmett mientras levanta la mano al aire, evitando que se sienta más tenso el ambiente.
—Si... Encontré a mi compañera, y debía protegerla.
—Vaya, eso sí es que es buen regalo de bodas, Rose. —bromea picaron.
El reencuentro de amigos se había dado, pero lo que aún daba nervios era el posible encuentro con la Líder Vulturi. Jasper se encontraba mirando la escena curioso mientras abrazaba a su compañera.
—¿No debería estar aquí, Lady Runa?
—Debería. —responde Alice algo frustrada, debido a que perdió de vista a su mejor amiga por su propio escudo puesto.
Mientras aquello se desarrollaba, la tigresa se encontraba lejos de ser percibida, dormida en uno de las ramas sólidas de un árbol próximo. Escuchando todo pero con pereza de intervenir, realmente no era muy celosa como para defender a Emmett, ni siquiera percibía peligro. Por lo que la pereza le era más fácil de tomar, mientras aún tuviera tiempo que desperdiciar antes de la boda íntima por papel. Y luego la fiesta íntima.
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