xvii. haven't i given enough...?
➢ Haven't I Given Enough?⌇
CAPÍTULO DIECISIETE ❙ 🔦◄
❝i wait patiently; he's gonna notice me.
it's okay, we're the best of friends❞
STACY ESCUCHABA ATENTAMENTE la anécdota de sus amigos. Habían pasado por un horrible momento durante su camino a casa luego de la escuela y esto se debía a que por poco un auto que iba a toda velocidad los atropellaba sin parecer detenerse. La Harrington por supuesto que se asustó al oír eso.
¿Qué clase de idiota no pisaría los frenos de su auto al ver que habían algunos niños en su camino?
—¿Dicen que Max estaba ahí? —volvió a preguntar Stacy, sin poder procesar del todo la información.
—¡Sí! —asintió Dustin—. ¡Casi nos mata!
—¿Y ella por qué haría eso?
—¿No es obvio? —cuestionó Lucas, Stacy no lo entendía—. ¡Porque nos odia! Claramente no le gustó cómo le hablamos en la escuela y quiso vengarse.
La chica tan solo pudo hacer una expresión de fastidio. Sus amigos realmente eran unos completos exagerados. Es decir, su charla con Max había sido un desastre, pero no creía posible que hubiera sido tan mala como para que la pelirroja decidiera simplemente acabar con sus vidas.
—Ustedes realmente ven demasiadas películas —fue lo que la Harrington pudo decir—. Díganme, ¿ella conducía?
Todos negaron.
—Pero pudo darle la orden de atropellarnos a quien lo hacía —supuso Dustin—. Creo que fue ese chico que la llevó a los juegos ayer.
—Es su hermanastro —dijo Stacy—. Y por lo que Max me dijo, es un completo idiota.
Aquellas palabras despertaron la curiosidad en todos. ¿Acaso Stacy había conversado con la chica nueva?
No tardaron en bombardearla de preguntas con respecto a qué cosas Max había dicho de ellos, si los odiaba, si los amaba, si aceptó sus invitaciones... Cosas así.
Stacy respondió algunas, ya que varias de las preguntas que les hicieron no las podía contestar debido a que no conocía lo suficiente a Max como para darles una respuesta concreta.
Su conversación con los chicos sobre la pelirroja se vio interrumpida con la llegada de un auto. Jonathan ya había llegado para dejar a Will, cosa que emocionó a todos pero especialmente a Stacy.
Tenía que disimular un poco la felicidad que le daba verlo.
—¡Will! ¡Hola! —saludó Dustin.
—¡Llegó! Lo trajeron —dijo Lucas, bastante sorprendido—. ¿Vendrá también?
—Espero que sí —opinó Stacy—. De nada sirve que lo traigan hasta acá si no va a venir.
Jonathan suspiró mientras apagaba el auto. Will tomó sus cosas y estaba listo para abrir la puerta e irse, pero antes de que pudiera hacerlo, la voz de su hermano lo detuvo.
—Oye, escucha.
—¿Sí?
—Si te dejo ir solo, ¿prometes quedarte en el vecindario?
Una enorme sonrisa apareció en el rostro del menor.
—¡Sí! ¡Sí, claro! —exclamó con mucha emoción.
—Te quiero en casa de Mike a las nueve —ordenó Jonathan.
—¿9:30? —Will trató de negociar con su hermano, por supuesto, no tuvo éxito.
—Nueve.
—Sí, trato hecho —ambos estrecharon sus manos con fuerza.
—Muy bien —Jonathan sonrió al ver a su hermano tan feliz.
Will se bajó del auto, y cuando estaba a punto de irse junto a sus hermanos, la voz de Jonathan volvió a detenerlo por unos segundos.
—¡Oye, Will! —le entregó una cámara—. No dejes que tus amigos raros la usen, ¿entendido?
—Ajá, okey —Will rió—. Le diré a Stacy que me ayude con eso.
—Sí, está bien, confío más en ella que en los otros —bromeó el mayor—. ¡Protéjanse los cuellos!
Will volvió a reír por el chiste de su hermano y finalmente cerró la puerta del auto para correr en dirección a sus amigos, quienes lo recibieron con mucha felicidad.
Jonathan se fue y los niños conversaron un poco. Estaban emocionados por el tiempo que compartirían juntos como en los viejos tiempos.
Fueron a pedir algunos dulces en diferentes casas, y muchos alababan sus disfraces, otros no sabían de qué rayos estaban vestidos y algunos directamente no les abrían la puerta.
—¡Dulce o truco!
—Qué tiernos se ven, pequeños exterminadores y niña muerta —los saludó una señora con emoción.
Sin embargo, los pre-adolescentes se decepcionaron de que sus disfraces no fueran conocidos nuevamente. Intercambiaron miradas y aún así tomaron los dulces, después de todo, eso era lo que buscaban principalmente.
Se despidieron de la mujer y continuaron su camino por la calle mientras charlaban sobre la cantidad de dulces que ya habían recolectado.
—Si me dan otro chocolate Three Musketeers, ¡me suicido! —aseguró Lucas.
—¿Qué tienen de malo esos chocolates? —le pregunta Dustin.
—Son malísimos —respondió Sinclair.
—A nadie le gustan esos chocolates —agregó Mike, de acuerdo con el chico.
—Sí, es puro turón —siguió Will.
Stacy no dijo nada. Personalmente le gustaban aquellos chocolates, pero no quería ayudar a alimentar lo que se convertiría en una posible estúpida discusión entre sus amigos.
—¿Ah? ¿"Puro turrón"? —cuestionó Henderson—. Puro turón. Para mí es de los mejores tres.
—¿De los mejores tres? —inquiere Lucas, algo ofendido.
—¡De los mejores tres!
—Ay, Dios, no puede ser —se quejó Mike.
—En serio, podría comer un tazón de turrón completo —aseguró Dustin.
Stacy rió. Toda la conversación le resultaba graciosa. Esa era en definitiva, una gran noche para pasarla junto a sus amigos. No podía esperar a llegar a su hogar y contarle a su hermano mayor lo bien que la estaba pasando.
De hecho, mientras sus amigos hablaban sobre el dichoso chocolate, Stacy se preguntaba si Steve la estaba pasando bien en la fiesta a la que había ido junto a Nancy.
Sus pensamientos sobre su hermano mayor se vieron interrumpidos tras asustarse enormemente por una figura aterradora que apareció frente a ella y sus amigos. Todos gritaron atemorizados, pero se calmaron al ver quién era la persona detrás de la máscara de Michael Myers.
Era Max.
Esta última reía a carcajadas, disfrutando del resultado de su broma. Definitivamente había sido muy divertido escucharlos gritar.
—¡Oh, diablos! —exclamó mientras se quitaba la máscara—. Hubieran visto sus caras.
Stacy sonrió con emoción al verla allí. Al parecer había logrado convencerla de juntarse con ellos esa noche luego de la primera mala impresión que Lucas y Dustin se habían encargado de dar.
—¿Y tú? —la pelirroja se dirigió a Sinclair—. ¿Así gritas? Suenas como niñita.
Harrington miró a sus amigos y se encontró con diversas reacciones. Lucas y Dustin estaban completamente embobados observando a Max alejarse mientras seguía riendo a carcajadas, Mike parecía estar molesto y Will no tenía la menor idea de qué estaba pasando.
Stacy no tuvo tiempo de burlarse de sus caras ya que Max se volteó y les habló.
—Oigan, ¿vienen o no? —inquirió—. ¡Oh! Dicen que hay que ir a Loch Nora. Es donde están los ricos, ¿no?
—Bueno, si te sirve de algo, ahí es donde vivo así que te acompaño —Stacy dio unos paso adelante seguida de Lucas y Dustin, quienes exclamaron muy felizmente un «¡Sí!».
A Mike y a Will no les quedó de otra más que seguirlos también. Byers incluso sonrió un poco, pero no por cualquier cosa; sino por Stacy.
Se había dado cuenta de que su amiga estaba muy diferente, y no era el único. La notaba más alegre de lo normal y todas sus suposiciones lo llevaban a pensar en que la razón era simplemente la chica nueva. No era secreto que después de tanto tiempo, la pequeña Harrington por fin había hecho una amiga que no la juzgaba y que la entendía aún cuando no muchos parecían hacerlo.
Esa clase de felicidad en especial no la había visto en Stacy desde hacía bastante tiempo atrás, y no lo negaría, era de su total agrado poder presenciar esos momentos especiales en la vida de la chica.
Después de todo, ella merecía algo más que la vida que tenía.
Tras varios minutos después, el grupo de pre-adolescentes se alejó de una de las casas de los ricos ya con nuevos dulces en sus calabazas. Pero Dustin no estaba muy contento, y no tardó mucho en dejarlo saber.
—Otro de tamaño completo —se quejó—. En serio, los ricos son unos tontos.
—¡Oye! —exclamó Stacy en forma de queja al oírlo. Ella era rica, después de todo.
—Lo siento —el rizado se disculpó antes de mirar a Max—. Espera, no eres rica, ¿cierto?
—No —respondió la pelirroja entre risas—. Vivo en la calle Cherry.
—Oh.
—No, está bien. Quiero decir, es perfecta para patinar —les contó.
—Sí, totalmente tubular —dijo Dustin con la boca llena de chocolate, pero eso no fue lo que llamó la atención de los demás, sino la palabra que había usado—. ¿Qué? ¿Lo dije bien? ¿O es tubular?
Cambió la entonación en la palabra, sacándole una carcajada a Stacy. Poco segundos después, Lucas quiso continuar con el chiste iniciado por Henderson.
—Es como "es totalmente tubular" —Sinclair también hizo algunos cambios de entonación en la palabra, queriendo hacer reír a Max.
Esta última intercambió miradas con la chica Harrington, como si se dijeran telepáticamente «estos dos son muy raros».
—¡Totalmente tubular! —exclamó Dustin.
—Qué ola tan excelente, amigo —expresó Lucas con un acento diferente.
—¡Exacto, sí!
—¡Ya basta! —exclamó Mayfield con diversión—. Me duelen los oídos.
—Bienvenida a mi mundo —comentó Stacy con una sonrisa de lado.
Sus amigos no tenían remedio para nada.
Dustin y Lucas continuaban haciendo reír a Max con su extraño juego, cosa que estaba siendo grabada por Will. Stacy se alejó de Lucas, Dustin y Max para caminar junto a Mike y Will.
Había notado que los habían dejado de lado por la presencia de Max y no quería que se sintieran como si los hubieran olvidado por completo.
Wheeler rodó los ojos al ver a Stacy acercarse con una sonrisa plantada en el rostro. No le agradaba para nada lo que causaba la presencia de Maxine Mayfield en su grupo de amigos.
—¿Ustedes aceptaron? —cuestionó Mike con molestia.
—¿Qué? — preguntó Will confundido mientras bajaba la cámara que su hermano le había prestado.
—Que se uniera a nuestro equipo.
—Es solo por Halloween.
—Ay, Dios, Mike —Stacy rodó los ojos—. No empieces.
—Debieron preguntarme.
—Estaban emocionados —Will defendió a sus amigos—. Pensaron que no te importaría, ¿cierto, Stacy?
La chica asintió.
—No entiendo porqué su presencia te molesta tanto —Harrington se cruzó de brazos—. La estamos pasando bien.
Sin embargo, Mike no pensaba lo mismo.
—Arruina la mejor noche del año —aseguró y se alejó, pero Stacy lo alcanzó para encararlo por su actitud—. Ugh, ¿qué?
—¿Qué te ocurre? —inquirió ella—. ¿No te agrada?
—No es eso.
—Pues no es lo que parece —siguió la castaña—. Actúas como si la odiaras y ni siquiera la conoces.
—¿Y tú sí? —atacó Wheeler, sorprendiendo a la Harrington—. Hablaste con ella una vez y actúas como si fueran mejores amigas. ¿Qué sucede contigo?
Stacy guardó silencio, dejando que su amigo la lastimara con aquellas crueles pero ciertas palabras. Quizá sí se había emocionado mucho con la idea de haber conocido a una chica de su edad que la entendía y que podría volverse su amiga con el tiempo.
Tal vez ese era su problema.
—No confío en ella —agregó Mike—. No sé porqué actúan como si fuera la gran cosa.
La castaña esta vez no fue capaz de crear un argumento para defenderse a sí misma o a Max. Se había quedado hundida entre sus propias inseguridades que en esos momentos no la dejaban pensar con claridad.
Y las cosas que continuaba diciendo Mike no eran de ayuda.
—Creo que el hecho de que sea la primera vez que conoces a una chica como tú...
—¿Como yo? —Stacy lo miró con decepción.
Simplemente no podía creer que esas palabras salieron de la boca de su mejor amigo. Podía tolerarlas de cualquier otra persona, pero no de alguien que sabía mejor que nadie cuánto le afectaban.
En cuanto a Mike, él mismo se arrepintió al instante en que hizo tal comentario. Se había dejado llevar por el enojo que sentía y se estaba desquitando con su mejor amiga; alguien que no merecía escuchar cosas como esas.
Quiso de inmediato retroceder unos minutos en el tiempo y evitar que de su boca salieran tales palabras, pero ya era tarde; el daño ya estaba hecho.
—No es lo que quise decir —trató de excusarse.
—Vete al diablo, Wheeler —Stacy lo interrumpió y se alejó de él, ignorándolo por completo.
¿Dónde estaba Steve en esos momentos? Porque necesitaba a su hermano mayor.
Mike suspiró con frustración al darse cuenta de que había arruinado las cosas.
—¡Stacy! —la llamó, pero ella no respondió ni se giró para mirarlo—. ¡Stacy!
Pocos momentos después, ambos vieron algo sumamente preocupante; Will había salido corriendo a esconderse como si alguien lo estuviera siguiendo. Podían notarlo muy asustado y de inmediato supieron de qué se trataba todo.
Will estaba teniendo otro de sus episodios post-traumáticos. Aquellos de los cuales no le gustaba hablar con nadie, ni siquiera con su propia familia.
Como buenos amigos, lo buscaron por todas partes. No conseguían encontrarlo, lo cual les preocupaba, pero luego de un rato pudieron hallarlo al bajar de unas escaleras que conducían a un callejón alejado de la multitud. Byers abrazaba sus piernas, tratando de darse consuelo a sí mismo o algo parecido.
«Cielos, está atemorizado. ¿Qué habrá visto?», se preguntaba Stacy en su interior.
—¡Will! —lo llamó la Harrington con desesperación—. ¡Will!
Tras varios intentos, el chico reaccionó.
—Will, ¿qué pasa? —le preguntó Mike con preocupación—. No te encontrábamos. ¿Estás herido?
Byers miraba a su alrededor con la respiración agitada. Parecía como su acabara de haber corrido un maratón, pero la realidad era que había visto algo horrible.
Segundos después, Dustin, Lucas y Max llegaron a la escena. También estaban preocupados por Will.
—¡Dios mío! —exclamó Henderson.
—¿Está bien? —inquirió Lucas tan pronto llegó.
—No lo sabemos —contestó Mike.
—Está temblando —comentó Stacy, quien había tomado la mano de Byers con algo de nervios en su interior. Esta estaba fría y tal y como la chica había descrito, temblaba mucho.
—Te llevaré a casa, ¿sí? —Will no respondía a lo que decía Mike, tan solo no podía articular una sola palabra debido al nudo que sentía en su garganta. Uno que le impedía hablar por el miedo que sentía en esos momentos—. Te llevaré a casa. Ven.
Stacy ayudó a Wheeler a poner a Will de pie.
Dustin se acercó, queriendo darles una mano, pero Mike se lo impidió.
—Está bien, amigo, tranquilo —dijo Henderson.
—Lo tengo, lo tengo —le habló Mike en un tono que no fue de agrado para Dustin, y mucho menos para Stacy, quien todavía estaba molesta con el azabache por los comentarios que había hecho anteriormente.
—¿Mike? —Dustin lo miró con confusión. Estaba algo herido por las acciones de su mejor amigo.
No le gustaba que comenzara a alejarlos.
—Sigan pidiendo dulces —ordenó Wheeler—. Yo ya me aburrí.
Dicho esto, Mike alejó a Will de Stacy para finalmente irse con él sin importar a quiénes dejaba atrás. Harrington lo miró con enojo, escondiendo la incomodidad que comenzaba a sentir por la situación.
—¿Qué le pasa? —preguntó Max, quien no tenía ni la menor idea de qué había acabado de presenciar.
Stacy suspiró, frotando su cara con sus manos en señal de frustración por el asunto.
—Es una larga historia...
STACY SUSPIRÓ CON FUERZA al dejar su bicicleta guardada en el patio de su casa. Había sido una noche horrible y definitivamente no quería otra cosa que no fuera dormir profundamente. Al entrar a su casa, notó que sus padres ya se habían ido a dormir y que probablemente la única persona despierta fuera ella.
Necesitaba hablar con alguien para desahogarse.
Las cosas que le dijo Mike no paraban de rondar por su mente, al igual que la situación con Will. ¿Por qué no hablaba con ella sobre lo que le pasaba? ¿No confiaba en ella? ¿No quería que lo supiera por temor a cómo la chica reaccionaría?
No podía evitar pensar en lo que había pasado en la escuela cuando defendió a Will por la nota en el casillero. «Quizás exageré demasiado y por eso Will no quiere contarme nada», se dijo a sí misma.
No era obligación de Byers el contarle lo que le pasaba, y eso Stacy lo tenía en cuenta, pero tampoco podía evitar el sobre pensar las cosas. Tal vez su actitud y personalidad había hartado a sus amigos, o tal vez justo por eso ellos no la tenían en cuenta cuando necesitaban ayuda con alguien.
Mike a lo mejor tenía razón y probablemente había algo mal con Stacy.
La mencionada se dejó caer en uno de los muebles de la sala de estar. Tantos pensamientos negativos sobre sí misma habían provocado que sus ojos se llenaran de lágrimas, pero que ella misma evitara derramarlas.
«No seas exagerada. Es una tontería llorar por eso», pensó.
El sonido que hizo la puerta principal al ser abierta asustó a la menor, quien limpió las lágrimas que comenzaban a caer por su rostro rápidamente al reconocer los pasos de Steve aproximarse.
—¿Stacy? —cuestionó el chico—. ¿Qué haces aquí? Digo, no esperaba que estuvieras en casa a esta hora.
La nombrada trató de sonreír, pero le salió una mueca que preocupó a su hermano mayor. Este la conocía lo suficiente como para saber que algo andaba mal.
—¿Qué pasó? —se sentó a su lado—. ¿Tuviste una mala noche?
—Sí... Algo como eso.
Steve quería preguntarle sobre lo que había ocurrido, pero por su cabeza pasaron las palabras que una Nancy borracha le había dicho justo esa misma noche.
—No dejas de fingir que todo está bien —comenzó a explicar Wheeler—. Como si... como si no hubiéramos matado a Barb. Como si todo fuera maravilloso, como si fueras un gran hermano para Stacy, como si estuviéramos enamorados y de fiesta. ¡Sí, vamos a festejar! ¡Sí, estamos de fiesta!
—¿Y a ti qué te sucede? —Stacy lo sacó de sus pensamientos—. ¿No te divertiste con Nancy?
Steve negó con la cabeza como respuesta a la pregunta inocente de su hermana. Por supuesto, ella no tenía ni la menor idea de lo mal que Steve la había pasado en la fiesta de Tina.
—Nancy, ella... —Steve se frotó la cara con sus manos, algo frustrado—. Ella no me ama.
Stacy, al escuchar eso, juntó sus cejas haciendo una expresión de confusión y al mismo tiempo preocupación por el estado de tristeza en el que se encontraba Steve.
¿Cómo que Nancy no lo amaba?
—¿Qué?
—Se emborrachó y me dijo algunas cosas —Steve limpió el sudor de sus manos en sus pantalones—. Aparentemente soy un mal hermano, un mal novio y me gusta fingir que todo está bien y que ambos estamos enamorados.
Stacy, aunque sólo tuviera trece años de edad, entendía que la situación no era fácil para él. Se veía triste, decaído y con el corazón roto.
—Ella se equivoca —Stacy expresó con suavidad—. Eres el mejor hermano del mundo.
Steve le sonrió con dulzura y le despeinó el cabello como acto de agradecimiento por sus palabras.
—Gracias, Stay.
Stacy sonrió enormemente tras haber conseguido consolar a su hermano. Siempre era de su agrado conversar con él porque sabía que si ella estuviera en una habitación llena de personas, Steve sería quien la escucharía y la haría sentir mejor.
Él parecía ser el único que confiaba en ella.
—No creas que voy a ignorar el hecho de que cuando llegué, estabas triste —Stacy dejó de sonreír tras escuchar al mayor—. Dime, ¿qué pasó?
La chica llevó su mirada a sus manos, con las cuales jugaba nerviosamente para calmar la ansiedad que sentía debido a todos los tipos de pensamientos e inseguridades que la perseguían.
—¿Crees que soy una mala amiga? ¿O una mala persona? —inquirió con algo de vergüenza.
Sabía que Steve era esa persona especial con quien siempre podía contar, pero abrirse acerca de sus inseguridades le causaba vergüenza de sí misma.
Vergüenza porque con trece años tenía todo eso por lo que muchos pasaban años trabajando, y aún así por dentro sentía que no tenía nada.
—¿Por qué dices eso? —Steve no tardó en preocuparse más por Stacy. ¿Qué le habían dicho o hecho para que pensara esas cosas de sí misma?
—No lo sé —Stacy tragó el nudo que se formaba en su garganta. Quería llorar pero lo evitaba a toda costa—. Siento que no soy lo suficientemente buena para mis amigos. Tal vez esté pensando demasiado en esto, pero he llegado a pensar en que no quieren contarme ciertas cosas porque no confían en mí o no sé...
—Oye, no —Steve abrazó a la menor por los hombros—. Tú eres la persona más increíble que he conocido, ¿sí? No dejes que ningún idiota te haga pensar lo contrario, ¿me entiendes? Tus amigos tienen mucha suerte de tenerte.
Stacy guardó silencio. En su interior seguía pensando aquellas cosas horribles de sí misma. Después de todo, aunque lo quisiera, las inseguridades no se desvanecían con tan solo escuchar unas palabras bonitas.
—Vamos, es hora de dormir —Steve se puso de pie—. Prométeme que no volverás a pensar esas cosas sobre ti, ¿okey?
Y la abrazó con fuerza.
—Está bien.
La mirada de Stacy se perdió en algún punto del lugar; sintiéndose culpable porque sabía que esa era una promesa que no podría cumplir.
Al menos no en esos momentos.
Todas sus jaulas eran mentales, así que le tocaba intentar salir de ellas. Y para eso necesitaba esforzarse mucho.
(sin corregir)
author's note !
HOLAAAA, ¿QUÉ TAL? Por fin luego de un largo tiempo les traigo esta tan esperada actualización. No miento cuando les digo que me estoy bloqueando bastante con esta historia, pero cada vez que puedo escribo un poco para ella y cuando quiero subir capítulo, me surgen cosas. Pero pues, eso será algo que ya pronto dejará de pasar porque el próximo viernes me estaré graduando y no iré a la universidad hasta dentro de uno o dos años, así que sigan apoyando esta historia porque podré quedarme sin inspiración pero no la voy a cancelar ni nada.
En fin, antes de hablar sobre el capítulo, les quiero compartir la noticia de que esta historia está oficialmente participando en el concurso de PremiosGemasPerdidas . Por ello, les dedico este capítulo como agradecimiento por darme la oportunidad. Estoy súper emocionada por esto.
Ahora sí, ¿qué les pareció este capítulo? Personalmente como me identifico mucho con Stacy y sus inseguridades, lloré cuando estaba desahogándose con Steve.
Cualquier teoría, idea o cosa que quieran compartir no duden en dejarla en los comentarios. Me pongo mega feliz cuando leo sus ocurrencias jaksjak
Por cierto, Too Young tiene poco más de 5K leídas. ¡Muchas gracias! Para ser honesta, nunca pensé que la historia llegaría tan lejos, pero todo se los debo a ustedes por estar ahí en cada actualización.
Los quiero muchísimo <3
Espero leerlos pronto 🫶🏻
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