x. go, run and hide...



➢ 𝕾o, run and hide⌇
CAPÍTULO DIEZ ❙ 🔦◄
❝i just wanted you to know that this is me trying❞

RATO DESPUÉS DE ESTAR CONDUCIENDO SUS BICICLETAS, fueron a esconderse en un lugar en específico. Se trataba de nada más y nada menos que el mismo lugar en que Lucas había acusado a Once de ser una traidora y donde toda esa discusión terminó muy mal. Tenían que ocultarse ahí hasta que aquellos hombres que los perseguían decidieran que lo mejor era rendirse.

—¡Cielos, cielos, cielos! —repetía Dustin—. ¿Vieron lo que le hizo a la van?

—No, Dustin, no vimos —le responde Mike lleno de sarcasmo.

—Es decir, eso fue...

—Increíble.

Todos miraron a Lucas, sorprendidos por el halago hacia Once. Era la primera vez que decía algo así sobre ella después de haber estado toda una semana llamándola «rara» y entre otros apodos insultantes hacia su persona.

—Estuvo genial —Lucas se acercó a Once y se agachó a su altura, ya que ella se había sentado en el suelo para poder descansar. Usar sus poderes con esa fuerza la debilitaba mucho—. Cuando dije que eras una traidora y demás... estaba equivocado. Lo lamento.

Stacy sonrió de lado al observar la tierna escena. Lucas parecía ser muy sincero, pero ella pensaba que solo se disculpaba porque Once les había salvado la vida minutos atrás. Claro que ignoró esos pensamientos por la paz del grupo. El que Lucas se disculpara era un milagro, pues el chico tendía a ser muy orgulloso. Sobre todo con el tema de Once.

—Los amigos... Los amigos no mienten. También lo siento.

—Igual yo.

Mike se unió al momento de repartirse disculpas entre todos. Le ofreció su mano a Lucas y este se levantó del suelo para estrecharla fuertemente.

—Dios mío, ya era hora —celebró Stacy en voz baja.

Luego de un rato, todos se sentaron en la grama para escuchar a Lucas explicarles cómo estaba construido el Laboratorio Nacional de Hawkins, lugar en el que había estado horas antes vigilando algún movimiento. Su brújula se había alterado cerca del edificio, por lo que eso quería decir solo una cosa.

El portal estaba ubicado allá adentro.

—Esta es la calle Randolph. Justo aquí —Lucas dibujó una línea sobre la tierra—. La valla empieza acá y rodea todo esto. Y justo aquí está el laboratorio. El portal debe estar ahí. Debe estarlo.

Colocó una lata vacía en medio de la representación del laboratorio que había hecho con ramas.

—¿Y quién es el dueño de los Laboratorios Hawkins? —pregunta Dustin.

—El departamento de energía —contesta Sinclair.

—¿Departamento de Energía? ¿Qué significa eso?

Dustin seguía sin entender.

—Es del gobierno —explicó Mike—. Es militar.

—¿Y por qué dice "Energía"? —indagó Henderson.

—Créeme, ¿sí? Es militar. Mi papá me lo dijo.

—Es verdad —habla Lucas—. Había soldados en la entrada.

—¿Y qué hacen? ¿Focos o qué?

—No, armas para luchar contra los rusos y comunistas.

—Armas —Lucas repitió las palabras de Wheeler.

Todos se quedan en silencio por unos instantes, pensando en todo lo que acababan de escuchar. El enemigo era más fuerte de lo que creían y ellos apenas eran unos niños luchando con todo eso.

—¡Ay, Dios! —exclamó Dustin, mostrándole a sus amigos que la información en verdad había conseguido aterrarlo—. ¿Esto es malo?

—Muy malo —afirma Lucas—. El lugar parece una fortaleza.

—¿Qué hacemos? —pregunta el ruloso.

—No lo sé, pero no podemos regresar —informó Mike—. Ahora somos fugitivos.

—Eso está clarísimo —opinó Stacy por primera vez en toda la conversación—. Si volvemos, nos atraparán fácilmente. Sería como meterse en la boca del lobo, por decirlo así.

Al fondo se empezó a escuchar un helicóptero acercarse. Dustin fue el que lo notó, y con preocupación, se dirigió a sus amigos.

—Eh... ¿Chicos? ¿Escuchan eso?

Se pusieron de pie para llevar su vista al cielo, en donde efectivamente pudieron divisar a un helicóptero aproximarse.

Entre gritos y órdenes por parte de Stacy, Mike y Dustin, todos guardaron sus bicicletas debajo de un autobús con una velocidad increíble. No podían dejar nada que quien estuviera manejando el helicóptero pudiera ver, o estarían acabados.

En cuanto se aseguraron de que las bicicletas estaban bien guardadas, se metieron dentro del autobús para poder ocultarse.

—¡Abajo! —les ordena Mike y el grupo no lo pensó ni dos veces en hacer caso.

El helicóptero se escuchaba cada vez más cerca.

—Qué loco —comenta Dustin, un poco agitado.

—Debemos quedarnos aquí —todos miran a Stacy, quien tenía la respiración agitada por el gran susto.

Los cuatro asintieron lentamente con sus cabezas, en acuerdo con las palabras de la castaña.

Quién diría que un día debían ocultarse de los malos para proteger sus vidas.









STEVE HARRINGTON SE ENCONTRABA SENTADO EN EL MALETERO DE SU AUTO mientras que esperaba a que Tommy le extendiera una botella fría de Coca-Cola para colocarla en las heridas que Jonathan le había dejado con sus golpes en la pelea que se había llevado a cabo en el callejón junto al cine las horas pasadas. Estaba muy pensativo en cuanto a las cosas que había dicho y hecho.

Definitivamente si su hermana se enteraba de lo que dijo sobre la familia Byers, no lo perdonaría y estaría sin hablarle durante mucho tiempo, o quizás para siempre. El mismo Steve sabía que para Stacy ya era muy difícil tener que soportar los comentarios que su padre hacía respecto a Will y su familia, y el que su hermano hiciera lo mismo sería la gota que derramaría el vaso.

¿Cómo era capaz de burlarse de algo así solo por sentirse celoso?

—¡Oye! —Tommy lo sacó de sus pensamientos al lanzarle la lata de Coca-Cola junto con unas pastillas—. Me debes un dólar con veinte.

Steve abrió el envase de las pastillas y se llevó dos a la boca.

—Necesitará más que una aspirina cuando terminemos con él —dijo Tommy, refiriéndose a vengarse de Jonathan.

—Sí, si es que el gusano sale —comenta Carol con ironía.—. Los policías deberían encerrarlo para siempre. ¿Vieron la expresión de su cara?

La pelirroja hizo una mueca y levantó sus puños para empezar a golpear sin mucha fuerza el pecho de su novio de forma juguetona. Tommy soltó unas risas ante las ocurrencias de su novia.

—Lo más seguro es que puso la misma cara cuando mató a su hermano, ¿no? —buscó animar a Steve con esa "broma".

—Ay, Dios —Carol hizo una mueca de disgusto—. Lo acabo de imaginar con esa cara mientras él y Nancy lo hacían.

Aquel comentario hizo explotar a Steve, que ya los había estado aguantando por mucho tiempo.

—Carol, por una vez en tu vida, ¡cierra la boca!

—¿Qué?

—Oye, ¿qué te pasa, amigo? —Tommy defendió a su novia.

Steve lo miró con cara de pocos amigos. Habían tantas cosas que quería reclamarle a ambos, pero antes sentía que no podía hacerlo por miedo al rechazo. Él era Steve Harrington, el chico más popular de la escuela secundaria de Hawkins, el chico que conseguía a todas las chicas que quería, un buen partido al ser alguien de buena familia, alguien con mucho dinero. Alguien cuya hermana era la mejor estudiante de su clase, un orgullo para sus padres.

Tenía todo eso, pero se sentía solo. Oh, y no está demás agregar que sus amigos eran un par de idiotas que se habían atrevido a molestar a Stacy.

No había cosa que Steve detestara más que el que alguien se metiera con su hermana menor.

—¡Son unos idiotas! ¡Eso es lo que me pasa!

—¿Estás hablando en serio?

—Sí, hablo en serio. No debiste hacer eso —Steve se bajó del lugar en que estaba sentado para dirigirse a la puerta de su auto.

—¿Hacer qué? —preguntó Tommy, como si no supiera.

—Lo sabes.

—¿Decirle lo que realmente era? —el pecoso lo confrontó—. Porque no recuerdo que me dijeras que cerrara la boca.

—Debí meterte la lata por la garganta —amenazó Harrington.

Ya estaba muy claro que en realidad estaba enfadado.

—¿Qué te sucede, Steve? —inquirió Carol, que estaba confundida ante la conducta del chico.

—Ellas nunca les importaron, ni siquiera les agradaron. Ellas no son unas miserables como ustedes. De verdad se preocupan por el prójimo.

—¿"Ellas"? —Tommy se burló, creyendo que los golpes habían confundido a Steve y ahora hablaba de Nancy en plural—. ¿Qué quieres decir con eso, amigo?

Steve no se lo iba a guardar más. No iba a seguir pretendiendo que no se había dado cuenta de lo que la parejita le había hecho a Stacy la noche anterior en su auto cuando fue a buscar a Nancy y la encontró con Jonathan.

—¡Hablo de Nancy y de Stacy! —les gritó—. ¿Qué? ¿Creyeron que no me di cuenta de lo que le hicieron a mi hermana anoche? Oh, sí, me di cuenta. Y agradezcan que si no les dije nada, fue porque ella estaba ahí.

Las caras de Carol y Tommy eran un poema. Ellos realmente habían pensado que Steve había sido lo suficientemente estúpido como para no creer que algo había pasado en el auto.

Pero no podían subestimar su preocupación hacia su hermana de esa manera. Steve la amaba muchísimo como para ignorar ese tipo de cosas. Si alguien se metía con Stacy, cruzaba una línea. Steve la defendería con uñas y dientes por siempre, y eso era algo que todos sabían y que muy pocos admiraban.

Muchos se burlaban del dúo Harrington por tener la relación que tenían. Todos en el pueblo sabían que ambos eran muy cercanos, pero eso les daba gracia. Personas como Troy creían que Stacy no sabía defenderse por sí misma y que siempre iba a necesitar de su hermano mayor para salvarla. Claro que eso no era cierto, cuando Steve no estaba cerca, Stacy se defendía muy bien utilizando solamente las palabras. No era una niña problemática, así que nunca utilizaba los golpes como defensa a menos que fuera necesario.

—¡Las perras con corazón de oro! —exclamó Carol con sarcasmo.

Realmente no soportaba a Stacy, ni siquiera a Nancy.

—¡Oye, ten cuidado con lo que hablas! —Steve le advirtió.

A Tommy no le agradó para nada el tono que Steve había usado para dirigirse a su novia, así que en un movimiento veloz, tomó a Steve y lo empujó contra su propio auto.

—¡Oye! No sé lo que tienes, hermano, pero no le hables así.

Steve lo empujó.

—¡No te me acerques así! —sus palabras hicieron que el pelinegro volviera a empujarlo contra su auto.

—¿O qué? —cuestionó entre un gruñido. Steve no decía nada—. ¿O qué? ¿Ahora también vas a pelear conmigo? ¿Uh? ¿Ahora también pelearás conmigo? Porque no pudiste con Jonathan Byers... así que no te lo recomiendo.

Tommy finalmente lo soltó luego de esperar por una reacción de parte de Harrington. Dio unos pasos atrás, atento a cualquier cosa que el castaño pudiera hacer. Pero lo único que hizo fue abrir la puerta de su auto y adentrarse en él, dispuesto a alejarse de ahí.

Y de las personas a las que alguna vez creyó que eran sus amigos.

—¡Exacto! ¡Huye, pequeño Stevie! ¡Corre! ¡Como siempre lo haces! ¡Esa Nancy te está convirtiendo en una mariquita!

Steve sacó su brazo por la ventana y le mostró el dedo del medio, estando al tanto de que tanto Tommy como Carol lo estaban observando.

—¡Exacto, Harrington! ¡Corre! —seguía gritándole Tommy—. ¡Largo de aquí!










STACY CAMINABA DE UN LADO A OTRO EN EL AUTOBÚS mientras que se comía las uñas desesperadamente. Sentía que ya habían pasado horas desde que estaban ocultados y le atemorizaba el no poder volver a su hogar. ¿Acaso ese era el fin de todo? ¿Pasarían de tener una vida normal a esconderse de personas malas que podrían asesinarlos como si fueran fugitivos? ¿Qué ocurriría con Will? Si seguían en esa situación, nunca podrían lograr sacarlo del Otro Lado.

Lucas ya estaba un poco irritado por las acciones de la castaña, así que decidió que ya era momento de detenerla.

—Stacy, ya basta, me estás mareando.

—Lo siento, no puedo evitarlo —Harrington alejó sus manos de su boca—. Siento muchos nervios.

—Bueno, el que estés nerviosa no nos ayudará de mucho.

—No me digas —el usual sarcasmo de la chica se hizo presente.

Hubo un momento de silencio en el que todavía se podía escuchar aquel helicóptero rondando por el área en la que se estaban ocultando. Eso ponía más nerviosa a Stacy, que pensaba en que era muy probable que los encontraran en cualquier instante ya que el helicóptero no parecía alejarse.

Mike, ¿estás ahí? —la voz de Nancy se escuchó por medio del SuperCom de Wheeler—. ¿Mike?

Todos intercambiaron miradas.

—Chicos, ¿escucharon? —les pregunta Dustin, que estaba asustado.

¿Mike? —el nombrado se acercó a la mochila en la que estaba el SuperCom, queriendo asegurarse de que efectivamente se trataba de los llamados de su hermana y los demás también se acercaron para poder escuchar mejor—. Soy yo, Nancy. ¿Mike? ¿Estás ahí? ¡Contesta! Mike, necesitamos que respondas.

El chico de cabello azabache colocó el SuperCom cerca de sus oídos para poder escuchar con claridad las palabras de Nancy.

—¿Esa es tu hermana? —le pregunta Lucas.

Es una emergencia, Mike. ¿Me copias? —la voz de la chica se escuchaba rara, como si estuviera asustada. De todas formas, el nombrado no se atrevía a responderle—. Mike, ¿me copias?

—Okay, esto es muy raro —comenta Dustin. Stacy le dio la razón.

Lucas iba a tomar el SuperCom para responder, pero Mike se lo impidió.

—¡No contestes!

—Dijo que era una emergencia.

—¿Y si es un truco? —cuestiona Wheeler.

—¡Es tu hermana! —le recuerda Sinclair, tratando de hacerlo razonar.

—¿Y si los malos la secuestraron? ¿Y si la engañaron para decir eso?

—Mike tiene razón, Lucas. A este punto no podemos arriesgarnos demasiado —Stacy comparte su opinión con respecto al asunto—. No podemos confiar en nadie desde ahora.

Necesito que respondas —la voz de Nancy volvió a escucharse por medio del SuperCom.

—Como Lando Calrissian —soltó Dustin—. No contestes.

Necesitamos saber que estás ahí, Mike —Nancy seguía rogando por una respuesta.

De pronto, la voz de Nancy dejó de escucharse por unos momentos, hasta que fue la voz del oficial Hopper la que llegó a los oídos de los niños.

Oye, niño, habla el jefe —se anunció—. Si estás ahí, responde. Sabemos que estás en problemas, y también de la niña.

Aquellas palabras hicieron que los menores intercambiaran miradas repletas de confusión. ¿Cómo era posible que supieran de Once? Y ¿qué hacía Jim con Nancy?

—¿Por qué está con el jefe? —inquirió Lucas con lentitud.

—¿Cómo diablos sabe de...? —Dustin se detuvo para mirar a Once.

Y podemos protegerte y ayudarte, pero tienes que responder. ¿Estás ahí? ¿Me recibes? Cambio.

Mike los miró a todos en busca de ayuda. No sabía qué hacer con exactitud. Stacy había dicho minutos antes que no podían arriesgarse demasiado y que tampoco podían confiar en nadie. Él quería responderle al jefe, pero no estaba muy seguro de si era lo correcto.

Miró a Stacy para pedirle ayuda sin necesariamente utilizar las palabras. Harrington frunció los labios en una mueca que demostraba que también estaba pensando en lo que debían hacer, pues odiaba la idea de tener que contradecir lo que minutos antes había dejado en claro a sus amigos. Si no podían confiar en nadie, entonces no podían responder.

Pero se trataba de Jim Hopper, y Stacy era muy consciente de la clase de hombre que era él. No solo era el jefe de la policía, sino que era un hombre al que no se le escapaba nada. Sería muy tonto pensar que podría dejarse engañar por los malos que los estaban persiguiendo.

Finalmente, Stacy asintió con la cabeza, indicándole a Mike que esta vez sí debía contestar.

—Sí, recibido —Wheeler por fin se comunicó con Hopper a través del SuperCom—. Habla Mike. Estoy aquí.

Miró a sus amigos rápidamente antes de corregirse.

—Aquí estamos.

Hopper les pidió información sobre el lugar en el que se estaban escondiendo, prometiendo que iría él mismo a buscarlos y llevarlos a un lugar mucho más seguro. Hablaron por un rato hasta que quedaron en verse en unos cuantos minutos.

Desde que la conversación se dio por finalizada, los niños se encontraban muy nerviosos; sobre todo Dustin. Este no paraba de caminar de un lado a otro, justo como Stacy hacía un buen rato atrás. De todos, era el que más se asustaba con facilidad, y con toda la situación, estaba por mojar sus pantalones.

Lucas movía su pierna derecha de arriba abajo con rapidez, mientras que Mike estaba sentado con su mentón apoyado en la palma de su mano. Stacy, por otra parte, estaba sentada junto a Once, observando las acciones de Henderson, quien no parecía querer detenerse.

—¿Podrías dejar de caminar? —le pidió Mike al ruloso—. Estás peor que Stacy hace un rato.

La nombrada lo miró con una ceja levantada, acción la cual hizo que Mike bajara la cabeza tal cual un cachorro regañado ante la intensa mirada que su amiga le daba. Todos sabían que a ella le desagradaba que la metieran en una discusión en la que ni siquiera estaba involucrada.

—Ya pasó demasiado tiempo —Henderson empezó a quejarse—. ¿Sabes qué? Quizá tienes razón. Tal vez esto es una trampa, y los malos vienen por nosotros ahora.

—¡No es una trampa! —exclamó Lucas—. ¿Por qué nos engañaría el jefe? Nancy, tal vez, pero ¿el jefe?

—¿Qué? —Mike hace un gesto con sus brazos. No podía creer que Lucas había dicho que Nancy era capaz de engañarlos.

—Lando Calrissian —repitió Dustin, que todavía caminaba de un lado a otro.

—¿Podrías olvidarte de Lando?

—Me da mala espina. ¡Me da mala espina —Henderson le grita a Lucas en la cara.

—¡Todo te da mala espina!

—¡Ay, por el amor de Dios! ¿Quieren cerrar la boca? —Stacy los regañó—. Están comenzando a darme dolores de cabeza.

—¡Díselo a él! —exclamaron Dustin y Lucas al unísono mientras que se señalaban mutuamente.

—¡A los dos! ¡Se lo digo a los dos! —Harrington suspiró pesadamente antes de volver a hablar—. Ahora guarden silencio y esperemos a que Hopper llegue o que nos dé algún aviso por medio del SuperCom. ¿Quedó claro?

Todos asintieron, quedándose callados tal cual Stacy les había ordenado. Su fuerte temperamento a veces conseguía intimidarlos, pues les recordaba a cuando sus madres los reprendían por comportarse mal.

Pocos segundos después de las palabras de Stacy, se comenzó a escuchar el ruido de un auto aproximándose, alertando a los niños, que con rapidez se movieron hacia la parte delantera del autobús para poder ver quién era la persona que andaba cerca.

Al acercarse a la ventana, pudieron ver a varios autos rodeando todo el sector.

Claramente no se trataba de Hopper.

—¡Cielos! —vociferó Dustin.

—¡Atrás! ¡Atrás! —les ordenó Mike, insitándolos a esconderse tras los asientos.

Ahora más que nunca debían ocultarse porque ya los habían atrapado.

—Lando —dijo Henderson una vez más.

—Creo que nos vieron —dice Lucas.

—Los dos, dejen de hablar.

—¡Gracias! —murmuró Stacy, agradecida de que Wheeler por fin reprendiera a ambos chicos que parecían no querer guardar silencio.

Tres hombres se bajaron de sus respectivos autos con armas en sus manos. Cada uno se fue por un lado diferente con tal de buscar a los niños. Uno de ellos, el cual vestía con un traje elegante de color azul, notó que las bicicletas estaban escondidas debajo del autobús, por lo que de inmediato supo que ellos estaban justo ahí.

Agarró su pistola con ambas manos y se puso en posición mientras que poco a poco se acercaba a la puerta del transporte. La abrió despacio y cuando estaba listo para entrar, recibió un golpe en la cabeza que lo dejó inconsciente.

Los niños estaban nerviosos, pero les resultaba raro escuchar golpes y quejas en el exterior. Se pusieron de pie al ver a alguien subir al autobús.

Era Jim Hopper.

—Debemos irnos —fue lo primero que dijo al ver a los cinco niños ahí, mirándolo con sus bocas abiertas. Ninguno parecía querer moverse, así que repitió sus palabras en una exclamación—. ¡Debemos irnos!

Rápidamente, todos tomaron sus cosas y salieron del autobús para irse junto a Hopper.

Vaya noche les esperaba.














(editado)

author's note !

¡HOLA, HOLA! BIENVENIDOS A UNA NUEVA ACTUALIZACIÓN. Tardé un poco más de lo usual, pero es que para este capítulo sí perdí un poco la inspiración. Pero no pasa nada, porque por fin lo pude terminar y ustedes ya lo pueden disfrutar.

Espero que les haya gustado.

¿Tienen alguna opinión sobre lo que ha pasado?

Quiero recordarles (o más bien, avisarles) que la fic con Steve ya está disponible en mi perfil. Agradecería mucho que fueran a darle apoyo a lo que está disponible hasta ahora, que es la introducción y el primer acto.

Por si se lo preguntan, actualizaré This Love en cuanto termine el primer acto de Too Young, ya que como saben, ambas historias están conectadas y me gustaría que ambas estén en la misma sinfonía. En otras palabras, tendrán actualizaciones de ambas historias en cuanto Too Young esté en el acto dos, que es la segunda temporada. Así evito hacer spoilers de Too Young en This Love, y viceversa.

Muchas gracias por todo el apoyo que están brindándole a ambas historias. Es algo que me conmueve mucho.

No recuerdo haber mencionado esto anteriormente, pero Too Young llegó a las 1K leídas hace poco y honestamente, sigo sin poder creerlo. Mil gracias💓

Nos estaremos leyendo dentro de muy poco ♡

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