ii. where's will...?
➢ 𝖂here's Will?⌇
CAPÍTULO DOS ❙ 🔦◄
❝if you're out there, i hope that ur ok.❞
LOS CHICOS HABLABAN AL MISMO TIEMPO, excepto por Stacy, quien estaba muy callada y distraída jugando con sus dedos un tanto nerviosa y preocupada. La razón por la que los mandaron a llamar fue porque querían preguntarles sobre Will Byers, quien desapareció misteriosamente la noche anterior.
—Okey, okey, okey. Uno a la vez, ¿oyeron? —habló el oficial Jim Hopper y todos asintieron—. Tú.
Se dirigió a Mike.
—¿Dijiste que toma por cuál?
— Mirkwood —respondió.
—¿Mirkwood? —cuestionó Hopper y Mike asintió—. ¿Oíste hablar de Mirkwood?
Le preguntó a su compañero.
—No tengo ni idea, me suena a invento — respondió este.
—No, es del señor de los anillos —trató de explicarle Lucas. Stacy puso los ojos en blanco, pues ya sabía lo que venía a continuación.
—Lo del Hobbit —contradijo Dustin.
—Eso no importa —le dijo Lucas, comenzando a molestarse.
—¡Él preguntó!
—"Él preguntó" —repitió Lucas con burla.
—Cállense, chicos —ordenaron Mike y Stacy al unísono.
Ambos parecían ser los únicos consientes de que la situación era bastante seria. Will se encontraba desaparecido y Lucas y Dustin perdían tiempo discutiendo por los títulos de un libro bastante popular.
Hopper les llamaba la atención pero no escuchaban, ya que estaban bastante sumergidos en su pequeña pelea.
—¡Oigan! ¿Qué acabo de decir? —exclamó con firmeza, logrando tener su atención—. Quiero sólo uno a la vez, ¿comprenden? Tú.
Se dirigió a Harrington.
La castaña tragó saliva y se incorporó en su lugar, lista para dar una explicación que jamás pensó en tener que dar.
—Mirkwood es una calle real, solo le inventamos el nombre por un chiste interno —contestó, sin darle tantas vueltas al asunto—. Es en Cornwallis y Kerley.
—Sí, está bien. La conozco.
—Podemos mostrarle si quiere... —Mike fue interrumpido por Hopper.
—Ya les dije que la conocía —soltó, harto de los niños.
—Podemos ayudar a buscar —insistió el pelinegro de pecas.
—Sí — concordó Dustin.
—No —negó el oficial.
Todos volvieron a hablar al mismo tiempo, ésta vez para quejarse. Will estaba desaparecido, era su amigo quien estaba en peligro y si ellos podían ayudar a encontrarlo, ¿por qué negarles ese derecho? Lo encontraban muy injusto.
—No, no, no, no. Después de la escuela, todos se van a su casa. De inmediato —Hopper hablaba con seriedad—. Eso significa que no quiero verlos en sus bicis buscando ni investigando ninguna tontería. No estamos en un libro del señor de los anillos.
—El Hobbit —lo volvió a corregir Dustin. Stacy se dio una palmada en la cara y comenzó a frotar su ceño con sus dedos índice y pulgar.
Ya estaba frustrada y apenas era el inicio.
—¡Oye! Cierra la boca —Lucas le pegó a Dustin.
—¡Oye! —Dustin le devolvió el golpe.
—Díganme, ¿les quedó claro? —repitió Jim, mirándolos fijamente. Ninguno respondió así que el oficial se puso de pie, luciendo más intimidante para los pequeños—. Quiero que me respondan, niños. ¿Les quedó claro?
Todos asintieron con sus cabezas.
—Sí, señor —dijeron al unísono, con desánimo.
El que uno de sus mejores amigos estuviera desaparecido y no les permitieran ayudar a buscarlo los hacía sentir inútiles. Pero no podían irse en contra de las autoridades.
¿O sí?
MUCHAS COSAS ESTABAN PASANDO EN EL PUEBLO. La desaparición de Will, su búsqueda y lo que nadie sabía hasta el momento era que una niña rapada había escapado del Laboratorio Nacional de Hawkins y se encontraba en un local de comida rápida buscando qué comer.
Benny —el dueño del local— trataba de hacer que la niña le contara qué le había pasado. Pero sólo logró saber su nombre; Once.
Por otro lado, Stacy y Steve Harrington se encontraban cenando spaghetti hecho por el mayor, ya que sus padres casi nunca se encontraban en casa y ellos tenían que hacer muchas cosas por su cuenta.
—Dices que... ¿Desapareció? —preguntó otra vez Steve, todavía incrédulo al no creer lo que estaba pasando con Will.
Stacy se había encargado de contarle todo, y su hermano no había hecho otra cosa más que escucharla con atención.
—Ya te lo dije, hasta fueron dos policías a la escuela a interrogarnos —volvió a explicarle la menor, llevando un poco de la comida a su boca y masticándola—. ¡Nos prohibieron salir para ayudar a buscarlo! ¿Puedes creerlo?
La chica se encontraba indignada. Sentía que podía ayudar muchísimo, pero los estaban reteniendo a ella y a sus amigos.
Se suponía que cuanta más ayuda, mejor, pero los policías no tomaban aquello en consideración. Al menos eso creían la pequeña castaña y sus amigos.
—Y yo estoy de acuerdo. Si tu amigo está en peligro, es mejor que se queden a salvo en casa a que les ocurra algo a ustedes —Steve terminó de comer y se levantó de su silla—. Quédate aquí, volveré pronto.
Stacy levantó una ceja, mirándolo entre confundida y molesta. ¿No acababa de decir que era mejor quedarse en casa para evitar que algo le ocurriera?
—¿A dónde vas?
—¡Oh, es cierto! Olvidé decirte que iré a estudiar con Nancy —explicó muy rápido y comenzó a buscar las llaves de su auto en sus bolsillos.
La menor negó con la cabeza y también se levantó para buscar sus cosas. Steve notó lo que ella hacía y le dio una mirada desaprobatoria.
—¿Qué crees que estás haciendo? —inquirió, tratando de ejercer la autoridad que ser el hermano mayor le brindaba.
—Iré contigo —la voz de la niña reflejaba seguridad—. No me voy a quedar sola aquí.
— No, no, no. Ya te dije. Quédate aquí.
—Y yo ya te dije que iré contigo. Es obvio que irás a la casa de los Wheeler así que no pienso quedarme aquí y aburrirme mientras te espero —insistió y Steve terminó aceptando aunque no quisiera debido a que su plan no era precisamente estudiar con Nancy.
De todas formas, así podría cuidar a su hermana. No quería que a ella le ocurriera lo mismo que a Will. Se volvería loco si regresara a su hogar y Stacy hubiese desaparecido de la nada sin dejar alguna huella.
Aunque ella podía ser muy terca a veces, era su hermana después de todo. La amaba con su vida. Estaba dispuesto a cumplir con su deber de hermano mayor y protegerla de cualquier mal aún si tuviese que arriesgar su vida para hacerlo.
Salieron de su enorme casa y se acercaron al automóvil de Steve.
—Te quedarás en el sótano con Mike y jugarán esa cosa que siempre juegan —le ordenó el mayor.
—Calabozos y Dragones.
—Eso mismo —Steve hizo una mueca de confusión—. Tantos años y sigo sin entender cómo es que se juega ese maldito juego.
Stacy se encogió de hombros.
—Querido hermano, ni aunque te lo explique mil veces te atreverías a jugarlo —Stacy soltó un suspiro y se cruzó de brazos—. Es muy complicado para tu pequeño cerebro.
Steve hizo una mueca de indignación. Definitivamente había entendido lo que la chica le había dicho y no le había agradado porque le había golpeado justo en su ego.
—Eres increíble.
—Lo sé —Stacy sonrió con orgullo.
Los hermanos Harrington se adentraron en el fabuloso auto de Steve y este último lo puso en marcha al cabo de unos segundos después.
Mientras tanto, los Wheeler cenaban en familia y hablaban de algunas cosas. Mike aún estaba disgustado por no poder ayudar a buscar a su mejor amigo y no podía parar de quejarse al respecto.
—Deberíamos estar afuera. Deberíamos de estar ayudando —decía él, refiriéndose a la búsqueda de Will.
—Ya hablamos de esto, Mike. El jefe dijo... —habló su madre, pero Mike la interrumpió.
—¡No me importa lo que dijo el jefe!
—¡Michael!
—Hay que hacer algo. Will podría estar en peligro.
—Más razones para quedarse —dijo Karen.
—¡Mamá! —se quejó el pelinegro.
—Asunto terminado —finalizó la señora Wheeler y la mesa se llenó de silencio, uno bastante incómodo.
Hasta que Nancy habló.
—Entonces, Barb y yo vamos a estudiar en su casa esta noche. ¿Todo bien?
No quería mentirle a su madre, pero tenía que cruzar ciertos extremos si quería encontrarse con Steve Harrington; su novio.
—No, no está bien —negó Karen.
—¿Qué? ¿Por qué no? —cuestionó la chica con una evidente molestia.
—¿Por qué crees? ¿Que estoy hablando en chino o qué? Hasta que sepamos que Will está bien, nadie saldrá.
—Esto es una estupidez —soltó Nancy.
—Sin groserías —Ted se metió en la conversación.
—¿Así que estamos en arresto domiciliario sólo porque el amigo de Mike se perdió en el camino? No significa que...
—¿Ahora es culpa de Will? —preguntó el mencionado, ofendido por el comentario fuera de lugar por parte de su hermana mayor.
—Nancy, quiero que te disculpes —pidió Karen, totalmente consciente de que sus palabras no eran apropiadas y mucho menos en la situación en la que se encontraba el pequeño Byers.
—¡Claro que no!
—Está enojada porque quiere estar con Steve —comentó Mike mirando a su hermana mayor.
Él sabía que eso del "estudio con Barb" no era más que otra de sus excusas para verse en secreto con el hermano mayor de su mejor amiga.
Hubo un leve silencio en la mesa. La incomodidad y la tensión se podían sentir en el aire.
Nancy miraba de forma fulminante a Mike. Había revelado su secreto, ¿pero alguien podría culparlo? Ella se había metido con Will, y Mike aprovechó la oportunidad para meterse con ella y su relación secreta con Steve.
—¿Steve? —preguntó Ted, sin saber de quién hablaban exactamente.
—¿Quién es Steve? —interrogó Karen, mirando a sus hijos con expectación.
Claro que ambos padres conocían a Steve Harrington debido a que él era el hermano mayor de Stacy, y esta última era muy cercana a Mike, por lo que debido a eso, conocían a su familia.
Pero nunca se les hubiera cruzado por la cabeza que su primogénita estuviera saliendo con ese Steve.
—Su nuevo novio —aclaró Mike—. Es el hermano de Stacy.
—¿Estás saliendo con el hermano de Stacy?
A Karen le costaba comprender lo que estaba escuchando. ¿Cómo es que su propia hija le había ocultado algo así?
—¡Eres un idiota! ¿Lo sabías, Mike? —exclamó Nancy con enfado.
—¡Sin groserías! —repitió el señor Wheeler.
Nancy se levantó molesta de su lugar y su madre comenzó a llamarla pero ella la ignoró. La pequeña Holly estaba algo asustada y con los ojos llorosos.
Aunque no entendía qué ocurría a su alrededor, los gritos la habían perturbado.
—Está bien, Holly, está bien. Toma algo de jugo —le decía su madre con una sonrisa que consiguió calmarla.
—¿Ya ves, Michael? —habló Ted mirando a el nombrado—. Mira lo que pasó.
—¿Qué pasó con qué? —preguntó Mike con enojo—. ¿Soy el único que actúa normal? ¿Soy el único al que le importa Will?
—Eso es muy injusto, hijo. Nos importa —respondió su padre con seriedad.
Al igual que Nancy, Mike se levantó de su silla totalmente enojado y se dirigió a su habitación.
—Mike —lo llamó su madre.
Había metido la pata y no se había dado cuenta o no quería admitirlo.
—Déjalo.
Karen lo miró fijamente con molestia. Como Nancy y Mike lo hicieron antes.
—Espero que estés disfrutando tu pollo — dijo y también se levantó de su silla tomando a Holly y llevándola con ella.
—¿Qué hice? —preguntaba su esposo—. ¡Oye! ¿Yo qué hice?
STACY NO PODÍA DEJAR DE SENTIRSE FRUSTRADA Y AVERGONZADA A LA VEZ, a su hermano mayor se le ocurrió que era mejor acceder a la habitación de Nancy al trepar hacia su ventana en lugar de ir a tocar a la puerta principal y preguntar por ella como toda persona decente lo haría.
—Steve, no te lo voy a repetir —bufó—. Ya bájate de ahí. ¡Te vas a caer!
—Shh, soy como un espía.
—Ay, Dios santísimo, dame paciencia —la castaña elevó sus brazos y le habló al cielo oscurecido.
Steve seguía tratando de trepar, pero no lo lograba ya que se resbalaba.
—¿No puedes ser una persona normal e ir a tocar la puerta? Es más sencillo y así no terminas con raspones en tu cuerpo.
—Lo normal está sobrevalorado.
—Trepar hacia las ventanas de los demás al estilo Romeo y Julieta también lo está.
«Touché».
—Lo dices porque nunca has hecho nada por amor —el mayor volvió a hacer un intento por trepar, obviamente falló.
—¿Y cómo te está saliendo esto que estás haciendo por amor? —le preguntó Stacy con burla.
Por supuesto, él ya sabía que ella se refería a todas las veces que había fallado al intentar trepar hacia la ventana de Nancy.
Y también sabía que Stacy era demasiado buena respondiendo. No había forma de ganarle en una batalla verbal.
Minutos después, Mike salió a escondidas en su bicicleta. Vio a Steve tratando de trepar hacia la ventana de su hermana y a un lado estaba Stacy recargándose de la pared del exterior de la casa con la mirada en el suelo.
Los hermanos Harrington miraron a Mike con sorpresa de verlo fuera de su hogar a esas horas. El pelinegro le hizo una seña a Stacy para que se acercara y ella al verlo corrió con rapidez hacia él sin importarle las casi inaudibles quejas de su hermano mayor.
Se subió en la bicicleta detrás de Mike y antes de que este comenzara a pedalear, miró algo sacado de onda a Steve.
Consideraba que él era una mala influencia para su hermana.
Luego de un rato, Dustin y Lucas ya estaban en la misma ruta que ellos. La ruta por la que vieron a Will por última vez.
—Ay, amigo. Ya llegamos —dijo Lucas y los chicos comenzaron a detener sus bicicletas.
Un trueno a lo lejos asustó un poco a Dustin.
—¿Lo sienten, amigos? —comenzó a hablar con su vista en el cielo. Una gota de agua cayó en su rostro—. Creo que deberíamos regresar.
—No —se negó Mike—. No regresaremos. Manténganse cerca. Vamos.
Todos comenzaron a andar, adentrándose un poco en el oscuro bosque.
—Quédense en el canal seis y eviten hacer tonterías —exhorta Stacy, mientras iba guardando su SuperCom en los bolsillos interiores de su chaqueta para evitar que se mojara por la lluvia.
Lucas, Mike y Stacy se adentraban más, pero Dustin se había quedado atrás y al darse cuenta les gritó que lo esperaran.
—¡Will!
—¡Will Byers! —llamaban los chicos. La lluvia ya se había intensificado.
—¡Will!
—¡Byers!
—¡Tengo tu X-Men 134! —gritó Dustin—. Chicos, de verdad, creo que deberíamos regresar.
—Ya basta, Dustin. ¡Si quieres ser un bebé, entonces ya vete! —exclamó Lucas.
—¡Solo soy realista, Lucas!
—¡No, eres un cobarde! —le respondió el moreno.
Stacy rodó los ojos al escuchar a esos dos discutir otra vez. Caminó un poco más adelante y dirigió su linterna hacía diferentes direcciones, buscando cualquier cosa.
Algo que les sirviera para encontrar a Will.
El menor de los Byers llevaba veinticuatro horas desaparecido, y eso ya era una muy buena razón para preocuparse. Ni siquiera había dejado rastro alguno, por lo que la búsqueda se volvía complicada.
No sabían si lo iban a volver a ver de nuevo, pero la verdad era que comenzaban a extrañarlo y esperaban que estuviese donde estuviese, él se encontrara bien.
Debían mantener las esperanzas arriba.
—¿No creen que Will desapareció porque le pasó algo malo? —preguntó el rizado con algo de miedo—. ¿Y vamos al lugar donde lo vieron la última vez? ¡Y no tenemos armas ni nada!
—Oye, Dustin, cállate —le ordenó Mike.
—Sólo digo, ¿te parece una buena idea?
—Cállate, cállate —repite el pecoso, deteniéndose y provocando que los demás también lo hicieran al observar su acción.
—¿Qué ocurre? —pregunta Stacy por lo bajo.
—¿Escucharon eso? —los cuatro se voltearon asustados, alumbrando con sus linternas.
No había nada, pero al voltear nuevamente encontraron a una niña rapada y totalmente mojada por la lluvia.
—¿Qué demonios...? —susurró Stacy.
SEGUÍA LLOVIENDO CON FUERZA Y LOS NIÑOS LLEVARON A LA NIÑA DESCONOCIDA A LA CASA DE LOS WHEELER. Ella estaba muy asustada, ¿y cómo no estarlo? Unos completos extraños la habían llevado a un lugar que tampoco conocía. Tenía miedo de que le hicieran algo, como estaba acostumbrada a que sucediera.
Siempre que alguien se acercaba a ella, lo hacía para experimentos. Pues ella no era como cualquier otro niño de su edad. No era una niña normal.
O bueno, no era una niña que fuese considerada como alguien normal.
—¿Quieres que llamemos a alguien? ¿A tus padres? —le preguntaba Mike.
—¿Y tu pelo? ¿Tienes cáncer? —seguía Dustin.
—¿Escapaste? —fue Lucas quien preguntó esta vez.
—¿Estás en problemas? —incluso Stacy trató de hacer que la niña dijera al menos una palabra, pero al igual que los demás, no consiguió nada—. ¿Algo en lo que te podamos ayudar?
—¿Eso es sangre? —Lucas iba a tocarla pero Mike se lo impidió dándole un manotazo.
—Ya basta, ¡la están asustando! —exclamó mirando mal a los chicos a su lado.
—¡Ella me asusta! —Lucas dejó notar su desesperación.
Era cierto que la desconocida era un tanto rara, pero no lo suficiente como para que lograra ser motivo de miedo. Ni siquiera había emitido algún sonido en todo el rato que llevaban tratando de conversar con ella.
—Debe ser sorda —asumió Dustin y aplaudió cerca del rostro de la niña, logrando que se asustara—. No es sorda.
—Ya basta, ¿sí? Sólo está asustada y con frío. Es todo —habló Mike mirando a todos. Se alejó un momento para buscar ropa limpia y entregársela a la niña—. Toma, está limpia, ¿sí?
Ella la tomó y acarició un poco su rostro con ella. Se quitó el chaleco que tenía puesto e iba a quitarse la última prenda que tenía, que era una ancha camiseta.
—No, no, no, no —repetía Mike impidiéndoselo. Lucas y Dustin habían volteado a otro lado y Stacy se había tapado el rostro con ambas manos.
—Ay, Dios mío —el rizado repitió un par de veces.
—Mira, ve allá. Ese es el baño. Privado, ¿entiendes? —le explicaba Mike con calma—. Stacy, acompáñala.
—De acuerdo —hizo lo que Mike le había pedido.
La niña desconocida miraba todo el baño con un poco de temor. Detestaba los espacios cerrados. Stacy iba a cerrar la puerta para darle privacidad, pero la chica se lo impidió.
—¿No quieres que la cierre? —preguntó, confundida. Eso le resultaba raro.
—No —habló la chica por primera vez.
—Ah, sí puedes hablar —Stacy sonrió con ternura—. Okey, bueno, umm, voy a cerrar la puerta... Hasta acá.
Dejó la puerta entre abierta.
—¿Así está mejor?
—Sí —respondió la niña. Stacy solo sonrió con amabilidad y asintió con la cabeza para luego ir con los chicos.
No habían encontrado a Will, pero sí a una niña cuya cabeza estaba rapada y no había dicho una sola palabra hasta ahora.
—Qué locura —expresó Dustin.
—Al menos puede hablar —Stacy se sentó en el sillón en el que antes se encontraba la niña desconocida.
—Dijo "no" y "sí" —comenzó a hablar Lucas. Miró a Mike para dirigirle sus próximas palabras—. Tu hermana de tres años habla más.
—Se iba a desnudar —comenta Henderson.
«Creo que alguien se traumatizó», fue lo que pensó Stacy en cuanto escuchó a su amigo.
—Esa chica tiene serios problemas. Problemas mentales—Lucas seguía quejándose.
—Al igual que tú —murmuró Stacy siendo sarcástica.
—No es gracioso, Stacy —el moreno la miró mal.
No era el momento adecuado para los comentarios llenos de sarcasmo por parte de Harrington, o eso era lo que él pensaba.
—Lo hizo así... —Dustin actuó como si se fuera a quitar la ropa, provocando que su gorra se cayera—. ¿Lo vieron?
—Apuesto a que se escapó de Pennhurst —siguió hablando Lucas.
Harrington comenzaba a irritarse ante todas las suposiciones que hacía su amigo sobre la desconocida. Era una niña, y apenas hablaba como para que fuese una demente.
—¿De dónde? —cuestiona Mike.
—El manicomio del condado Kerley —le explicó.
—¿Tienes familia ahí? —preguntó Dustin con burla y Stacy comenzó a reír.
Le enorgullecía influenciar a sus amigos, aunque en ocasiones ellos se quejaran por ello. No sabía si era una buena o mala influencia para ellos, pero eso no le podría importar menos.
— Muéranse —les dijo Lucas—. Pero, ya en serio, piénsenlo. Eso explicaría su cabeza rapada y por qué está tan loca.
—Y por qué hizo así... —Dustin volvió a hacer el gesto de quitarse la ropa.
—Oye, ya fue suficiente, traumado —le dijo Stacy, deteniéndolo.
A veces sentía que ella era la mayor, cuando no era así. Stacy era la más jóven de los que estaban allí presentes. Byers en sí era el más jóven de todos en el grupo, siendo que él nació dos meses después de la pequeña Harrington.
Pero si hablamos de madurez, definitivamente Stacy se llevaba el primer lugar.
—La verdad no pienso que esté escapando. Pienso que está loca —concluyó Sinclair con el montón de teorías que se habían formado en su cabeza.
—Como Michael Myers —agregó Henderson con emoción.
—¡Exacto! —concordó el pelinegro—. No debimos traerla aquí.
—¿Querías que se quedara afuera en esta tormenta? —preguntó una incrédula Stacy. Ella pensaba que eso sería algo cruel por parte de su amigo.
—¡Sí! Salimos a buscar a Will, no más problemas.
—Bueno, ella no ha sido un problema hasta el momento—comentó Harrington—. Pienso que podemos ayudarla.
—Hay que decirle a tu mamá —Dustin se dirigió a Mike.
—Estoy de acuerdo —asintió Lucas.
—¡Ustedes están locos! —dijo Mike.
—¿Y por qué locos?
—Porque se supone que teníamos prohibido salir, ¿recuerdas? —explica Stacy como si fuera obvio.
Claramente Lucas no estaba de acuerdo, y Dustin sólo le seguía la corriente porque tenía miedo.
—¿Y?
—Si le digo a mi mamá, ella le contará a tu mamá, a la tuya y luego a la tuya —explicó mirando cada uno.
—¡Amigo! —exclamó Henderson con temor.
—Mi mamá ni siquiera está en casa, preocúpate por mi hermano —dijo Stacy.
—Pero aún así Steve le puede contar, ¿no? —le pregunta Wheeler.
Stacy lo pensó por unos segundos.
Steve era la persona que estaba a cargo de ella mientras que sus padres no estaban en la casa. Al fin y al cabo, era su papel como hermano mayor; cuidar de su hermana. Y eso incluía informarle a su madre sobre las cosas que ella hacía.
Los hermanos Harrington eran más cercanos a su madre que a su padre. Ambos consideraban que este último era un completo imbécil, pues siempre se encargaba de desanimarlos cuando estaban en el mejor momento de sus vidas con sus típicos comentarios fuera de lugar.
A Stacy no le caía bien su propio padre desde que hizo cierto tipo de comentarios respecto a sus amigos. En especial, sobre Will.
Su padre y Lonnie —el padre de Will— eran buenos amigos. Aquello no le sorprendía a Stacy, pues ambos eran igual de idiotas y unos pésimos padres.
—Creo que sí le podría contar —afirmó la chica.
—Nos encerrarían de por vida —Sinclair finalmente razonó.
—Exacto. Y nunca encontraremos a Will —Mike respondió. Era como el líder del grupo, por lo que sentía que era su deber animar a sus amigos.
Hubo unos segundos de silencio en el que Dustin volvió a hacer el gesto de quitarse la ropa mirando a Lucas.
—A ver, este es el plan. Que duerma hoy aquí...
—¿Dejarás que una niña...—Dustin no pudo terminar de quejarse porque recibió un golpe en el hombro por parte de Stacy, como recordatorio de que ella también era una niña y lo estaba escuchando—. Lo siento.
—Sólo escucha. En la mañana saldrá a escondidas por detrás de la casa, y en la entrada tocará. Mi mamá contestará y sabrá qué hacer. La enviará a Pennhurst o a dónde viva. Y nadie nos culpará. Y mañana en la noche saldremos, y esta vez encontraremos a Will —terminó de explicarles el pequeño Wheeler.
—Por mí está bien —dice Stacy, encogiéndose de hombros.
Los chicos se miraron entre sí y un rato después agarraron sus cosas y comenzaron a subir las escaleras para salir del sótano. Se detuvieron al instante en que Lucas lo hizo.
—Aquí tienes, es mi bolsa de dormir —observaban cómo Mike le entregaba algunas cosas a la niña.
—¿De verdad crees que es una loca? —Dustin le preguntó a Lucas y Stacy lo miraba expectante, curiosa por cuál sería su respuesta.
El moreno negó lentamente con su cabeza, mirando con decepción hacia donde estaban Mike y la niña.
—No la quisiera en mi casa —dijo y comenzó a subir las escaleras.
—Es increíble como puede considerarla una loca cuando no ha hecho absolutamente nada —Stacy suspiró, rodó los ojos y comenzó a subir también.
Tenía que buscar a su hermano para que fueran a su casa antes de que se hiciera demasiado tarde.
—Demente —dicho esto, Dustin hizo lo mismo que sus amigos. Subió las escaleras hasta salir completamente del sótano en el que Mike y la desconocida se habían quedado.
Les esperaban unos largos y extraños días.
(editado)
author's note !
¡HOLA, HOLA! ¿QUÉ TAL? Espero que les haya gustado el capítulo 2. Como les dije, estoy dividiendo los caps ya que antes eran bastante largos, además de que la historia es sobre Stacy y ni siquiera le daba protagonismo, lo que está mal.
Aquí pudimos ver cómo es su relación con Steve. No sé ustedes, pero yo pienso que Steve sería un tremendo hermano mayor. Aquí lo estoy escribiendo como yo lo imagino jajsja
Recuerden votar y comentar si quieren más actualizaciones. #NoALosLectoresFantasma.
Nos leeremos pronto <3
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