One Shot 1: Parque de Diversiones Parte 1/2

Aclaraciones de este One Shot:

-Edad de Peter: 4 años.
-Es hijo biológico de Tony Stark y Pepper Potts (quienes están casados y viven en la Torre, Peter fue criado por ellos desde su nacimiento).
-Todos saben que es un Stark.
-Ya se convirtió en Spider-Man (todavía está desarrollando sus poderes, crea telarañas por sí mismo, sin los artefactos lanza telarañas).
-Su identidad de Spider-Man es secreta (salvo para Tony, Pepper, Steve, Bruce, Natasha, Clint y Thor).

Siendo esas todas las aclaraciones... disfruten de la lectura ☺️😘

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Uno de los últimos lugares de la playa de estacionamiento del parque de diversiones fue ocupado por un lujoso Mercedes Benz plateado, vehículo que Tony había elegido usar en esa ocasión. El millonario giró la llave en la hendidura, apagando el motor, apoyó el antebrazo en el volante y miró hacia un costado, desde la ventanilla de la puerta de su lado podía ver la cantidad de gente que había, dudó unos segundos de si bajar o no pero al final decidió hacerlo porque ya se lo había prometido a su pequeño hijo, a Peter, quien todavía seguía llorando en su sillita que estaba colocada en el asiento trasero, escuchar el llanto desconsolado de Peter le partía el corazón a Tony.

Ahora bien... ¿por qué su hijo lloraba? porque hacía media hora Tony lo había llevado a una consulta médica con Bruce Banner y para hacerlo lo había engañado diciéndole que saldrían a tomar un helado, por supuesto que estaba en sus planes aquello pero no le aclaró que primero lo llevaría al consultorio de Bruce. Apenas Peter se dio cuenta, porque reconoció el lugar luego de que Tony estacionara, empezó a hacer escándalo, lloró, pataleó y se sujetó con firmeza de los bordes de su sillita, intentando mantenerse adentro del auto pero no le duró mucho el berrinche.

Tony abrió la puerta del lado de Peter, le desabrochó el cinturón de seguridad, lo sujetó del torso, justo debajo de sus bracitos y lo sacó a la fuerza, luego lo cargó en brazos, colocándolo sobre el costado de su cadera y manteniéndolo sujeto de la espalda baja con un brazo, mientras que con su mano libre cerró el auto, puso la alarma y luego se encargó de secarle las lágrimas a su hijo. Tony le susurró al oído unas cuantas palabras de consuelo, tratando de calmarlo, después miró al frente, suspiró y con la tristeza reflejada en su rostro empezó a subir la escalinata del centro médico, aguantando los estridentes llantos de su hijo, que no habían cesado para nada, en el proceso.

Lamentablemente esas consultas eran frecuentes y Peter siempre hacía escándalo para asistir, eso impulsaba a Tony a mentirle aunque no le gustara hacerlo. Peter se portaba mal porque por más que su tío Bruce le cayera bien y lo quisiera mucho... si, Peter lo consideraba su tío al igual que a Steve, Nat, Clint y Thor, en fin... Peter se portaba mal porque odiaba tener que ir a su consultorio, no le gustaban los médicos, mucho menos las agujas, las cuales siempre usaba el doctor para sacarle sangre y hacer análisis.

En todas las ocasiones Bruce atendía con amabilidad a Peter a pesar de las quejas del pequeño, le hablaba de forma cariñosa, le sonreía, lo alentaba a no tener miedo. Tony se mantenía sentado en una silla de la esquina del consultorio, observando la escena con una mezcla de tristeza y agradecimiento. Después de la extracción de sangre Bruce le ponía una curita con temática de Iron Man en el brazo a Peter y le regalaba dulces, que podían ser paletas, caramelos o chupetines, eso le levantaba un poco el ánimo al pequeño y más que Bruce le dijera que era un premio por su valentía.

Tony era el encargado de llevar a Peter a control con Bruce, prefería hacerlo él mismo y no que lo hiciera su esposa porque por un lado... quería estar presente para escuchar el parte médico y por otro lado... se sentía culpable de la condición única que estaba transitando su hijo, y es que cuando Peter era un bebé de 6 meses, fue picado accidentalmente por una araña radioactiva en una excursión a un laboratorio de genética a la cual Tony no había querido asistir porque una... Pepper no podía acompañarlo y dos... no tenía ganas pero no había tenido otra opción.

Ese día Tony había estado recorriendo el lugar, observando las cajas de vidrio con especímenes modificados mientras arrastraba el coche en el que descansaba su pequeño bebé. Peter había estado durmiendo pacíficamente cuando de un momento a otro una araña manipulada genéticamente, que se había escapado de su jaula, bajó cautelosamente de su telaraña tejida en el techo, se metió en el coche, caminó sobre el envolvedor de lana celeste que tapaba a Peter y le picó su pequeña y regordeta manito, que anteriormente el bebé había sacado del abrigo que le proporcionaba el envolvedor y la había tenido apoyada sobre la suave tela.

De inmediato el llanto de dolor de Peter se hizo oír y alertó a Tony de que algo le sucedía porque no era un llanto normal, era... era diferente y le daba un mal augurio. Hecho un manojo de nervios, Tony corrió el envolvedor hacia un lado, dejándolo contra el costado del coche, agarró con cuidado a su bebé, lo alzó y lo acunó sobre su pecho, lo meció hacia los costados y le dio suaves palmaditas en la espalda, tratando de calmarlo pero no lo estaba logrando porque los sollozos de su hijo no cesaban.

Tony tragó saliva, preocupado, sujetó con un brazo a Peter, apoyando la mano sobre su espalda y manteniéndolo recostado en su pecho, luego se inclinó sobre el coche y con su mano libre sacudió presuroso el envolvedor, encontrando entre los pliegues una araña muerta. Tony casi se desmayó de la impresión porque había visto arañas iguales a ésa en una de las jaulas de vidrio, no podía ser, su pequeño y amado bebé no podía haber sido picado por uno de esos bichos mutantes, de verdad no podía ser.

Tony sintió que palidecía y estuvo al borde de sufrir un ataque de pánico pero se mantuvo fuerte por su hijo, Peter lo necesitaba, si él se ponía mal... ¿quién cuidaría a Peter? ¿quién lo protegería? Tony aspiró una gran bocanada de aire, como pudo se dirigió hacia uno de los bancos de madera que estaban colocados contra las paredes y que cumplían la función de servir de descanso para los excursionistas, y se sentó.

Tony recostó la espalda en el respaldo del banco, mantuvo a un lloroso Peter acostado sobre su pecho, con su mano libre sacó su celular último modelo del bolsillo de su pantalón de traje y le marcó a Bruce, por suerte su amigo lo atendió al segundo tono. Tony le explicó lo más resumido posible la situación y le preguntó si podía ver a Peter, Bruce accedió de inmediato, sonando serio en la llamada, lo cual no alivió a Tony.

El magnate le agradeció, colgó, se levantó del banco y se dirigió a paso rápido a la salida, sin importarle dejar el coche en el establecimiento, lo cierto era que no quería volver a ver ese coche en su vida, le traería malos recuerdos, además la maldita araña seguía muerta arriba del envolvedor de su hijo y a Tony no sólo le daba bronca, sino también asco.

Apenas Tony llegó hasta el auto, puso a Peter en su sillita para bebés que estaba colocada en el asiento trasero, lo aseguró abrochando el cinturón de seguridad, le dio un rápido beso en la frente, cerró la puerta, corrió hasta la puerta del piloto, se subió a su ostentoso Bentley azul y manejó lo más rápido que pudo en dirección al consultorio de Bruce.

A Tony le hubiera gustado ir en su traje de Iron Man, que llevaba guardado dentro del reloj súper avanzado que tenía colocado en la muñeca, porque era mucho más rápido que un auto pero Peter era demasiado pequeño para un viaje de ese estilo, sería muy imprudente de parte de Tony someterlo a eso y si algo se había propuesto el magnate desde que se enteró que Pepper estaba embarazada, desde que supo que ambos iban a tener un hijo era... ser el mejor padre que pudiera para su pequeño, para Peter.

En definitiva desde ese día de la picadura de la araña, todo había cambiado, Peter ya no era normal, necesitaba asistir a controles cada cierto tiempo y Tony, su papá, era el encargado de llevarlo a esos controles, por más que Peter llorara, pataleara, gritara e hiciera berrinche Tony no dejaría de hacerlo, la salud de su hijo era su prioridad, lástima que Peter era muy chiquito para entender la importancia de las visitas a Bruce.

Volviendo al presente... Peter seguía llorando y pataleando en el asiento trasero, golpeando el respaldo del asiento de cuero de Tony en el proceso, hecho que el millonario ignoró porque estaba acostumbrado, el que no estaba acostumbrado ni preparado para ese tipo de trato era su auto, tenía pequeñas abolladuras porque Peter tenía más fuerza que un niño normal pero no tanta fuerza todavía, sus poderes seguían en desarrollo según lo que Bruce decía.

Tony soltó un bufido, intentó ignorar los estridentes llantos de su hijo, se desacomodó su negro pelo con una mano, agarró la manija de la puerta de su lado y la abrió, se bajó del asiento, cerró la puerta, caminó hasta la puerta de Peter, la abrió, se inclinó hacia adelante, metiendo la cabeza y una parte de su torso en el vehículo, sujetó con ambas manos la hebilla del cinturón de seguridad de la sillita de Peter y quiso desabrocharlo pero su pequeño lo frenó.

-No, snif... suelta.-Ordenó Peter con el ceño fruncido, hablando entre sollozos, agarró las manos de su papá y las sacó del cinturón.-No quiero bajar.-Dijo cruzándose de brazos, berrinchudo.

Tony lo miró con ambas cejas elevadas.

-Pero estamos en el parque de diversiones, como te lo prometí.-Le hizo saber por si Peter dudaba, Tony esbozó una cálida sonrisa y volvió a sujetar la hebilla del cinturón de seguridad de la sillita de su hijo, Peter le agarró las manos y trató de impedir que lo desabrochara.-Vamos cariño.-Dijo Tony con tono amable, desabrochó el cinturón con facilidad y después apoyó las palmas de sus manos bajo los bracitos de su pequeño, Peter hizo una mueca ante eso.

-No, snif... déjame papi, suéltame.-Pidió con la voz quebrada mientras agarraba las manos de su papá con sus pequeñas manitos y trataba de sacárselas de encima, sin conseguirlo por supuesto, Peter soltó un sollozo.-Te acabo de decir que... snif... ya no quiero bajar.

Tony suspiró, no soltó a su hijo a pesar de lo que le decía.

-Peter...-Musitó moviéndolo un poco hacia adelante, a nada de sacarlo de la sillita, su pequeño hizo un puchero que le dio pena a Tony.-No otra vez, por favor, no la hagas difícil, no te puedo dejar solito en el auto así que ven conmigo.-Pidió y lo volvió a mover hacia adelante, Peter se tiró hacia atrás, intentando mantener la espalda pegada en su acolchonada sillita.

-Que me dejes, no me bajaré, snif... estoy ofendido contigo, snif... traidor.-Le comunicó el pequeño con tono de fastidio a la vez que seguía batallando para sacarse las manos de Tony de encima.

Peter tenía un vocabulario y una inteligencia muy avanzada para su corta edad y se debía a que era el hijo de Tony Stark, era un genio como su papá.

-No digas eso, vamos, ven con papá.-Dijo Tony con tono calmado, afianzó el agarre que mantenía sobre Peter y lo deslizó hacia adelante en su sillita.

-No, suéltame, snif... no quiero, no quiero ir contigo.-Se quejó el pequeño tirando patadas, golpeando la parte de atrás del asiento de su padre.

-Ven hijo.-Comentó Tony con obstinación, ignorando su rabieta y finalmente consiguió sacarlo del auto, de inmediato lo apoyó contra su pecho, de modo que Peter quedó frente a él, con sus piernas rodeando su cadera, colgando a los costados de su torso.

Tony lo mantuvo alzado con ambos brazos, rodeándole la espalda, Peter apoyó las manitos sobre la camisa blanca que estaba usando su papá y se quedó viéndolo con sus cafés ojos bañados en lágrimas y con un puchero, se había rendido, no estaba intentando escapar, de repente sintió un pinchazo en su brazo e hizo una mueca.

-Papi... me duele, snif... aquí.-Se quejó Peter señalando la zona de su brazo donde tenía puesta la curita de Iron Man.

-Shh... lo sé pero ya va a pasar cariño.-Le dijo Tony sacando un brazo de su espalda, de manera que lo mantuvo sujeto con un solo brazo, le acarició sus castaños rizos, luego se acercó un poco a él y le dio un cariñoso beso en la frente.-Tranquilo.-Pidió cuando se separó y esbozó una sonrisa consoladora.

Peter hizo otro puchero y soltó un sollozo.

-Me... me dijiste... snif... que íbamos a tomar un helado.-Le recriminó el pequeño niño, aún ofendido.

-Y lo haremos.-Tony sacó un pañuelito descartable del bolsillo del saco de su traje, le limpió los mocos a Peter y explicó.-En este parque de diversiones hay muchos puestos de comida además de juegos, pasaremos por uno y tomaremos un helado.-Tony miró hacia un lado, afortunadamente había un tacho de residuos cerca así que hizo un bollo con el papel que tenía en la mano y lo lanzó, encestando.

-Si pero... snif... pero antes de salir de la casa me dijiste que... snif... iríamos a tomar un helado y primero me llevaste con el tío Bruce para que... snif... para que me pinche el bracito con esa aguja fea, me engañaste.-Comentó Peter sumamente ofendido, evitando mirar a su papá a los ojos, en lugar de eso se quedó jugando con los bordes del cuello de su camisa.

Tony le secó delicadamente las lágrimas que bañaban sus mejillas con el dedo pulgar, después le agarró con suavidad el mentón y le levantó levemente la cabeza para que lo mirara, cuando los cafés ojos de su hijo hicieron contacto con los cafés suyos, habló.

-Perdón hijo pero tenía que hacerlo.-Le explicó Tony apenado, le soltó la barbilla, volvió a rodear la espalda de Peter con ambos brazos, lo levantó un poco, cargándolo mejor, y prosiguió.-Era necesario, lo hice por tu bien, recuerda lo que siempre te digo... el tío Bruce sólo te quiere ayudar, por eso te llevo con él ¿bien?-Peter asintió, sin embargo Tony no podía creerle porque siempre hacía lo mismo, parecía entenderlo pero a la siguiente consulta volvía a hacer un escándalo y a portarse mal, Tony lo miró fijamente.-¿Me prometes que la próxima vez te portarás mejor? al tío Bruce le costó atenderte, yo lo tuve que ayudar a sujetarte y no me gustó hacerlo.-Le comunicó imitando su puchero, Peter se mantuvo en silencio, Tony lo hizo saltar un poco sobre su pecho para que reaccionara, esto hizo reír a Peter, Tony sonrió, alegre de escuchar su suave risita.-¿Y? ¿qué dices campeón? ¿le prometes a papá que la próxima vez te portarás bien? ¿mm?

-Hum...-Murmuró Peter llevándose un dedo a la barbilla, haciendo una expresión muy tierna, en opinión de Tony, finalmente luego de unos segundos asintió, volviendo a apoyar la mano sobre el pecho de su papá.-Lo intentaré, no me gustan... snif... esas agujas que usa el tío Bruce.-Explicó soltando un suave sollozo, Tony notó que su llanto ya había disminuido.

El millonario se conformó con esa respuesta y prefirió no comentar nada más respecto al tema porque lo cierto era que a él tampoco le gustaban las agujas así que no podía decirle nada a su hijo.

-Toma, ten tu paleta.-Le ofreció Tony a Peter luego de sacarla del bolsillo del saco de su traje, esbozó una sonrisa pícara, le guiñó un ojo y aclaró.-Te la tenía guardada.

Los ojitos de Peter brillaron de la emoción.

-Wow, gracias papi.-Le agradeció con una gran sonrisa de alegría al tiempo que la tomaba en sus manitos, le sacó el envoltorio y miró a su papá.-Pensé que no la habías traído, ya me siento mejor.-Dijo el pequeño y se llevó la paleta a la boca, había hablado de corrido dado que por fin había conseguido dejar de sollozar, lo cual alivió enormemente a Tony, le dolía mucho ver llorar a su hijo.

Tony sonrió y le dio un beso en la mejilla, Peter soltó una risita y siguió chupando su paleta.

-Me alegro mucho hijo, te quiero tres mil millones.-Le dijo Tony con cariño paternal mientras lo miraba comer el dulce.

Peter sonrió con la paleta entre los dientes, se la sacó de la boca, se relamió los labios y después esbozó una sonrisa repleta de alegría dirigida a su padre.

-Y yo te quiero tres mil mil millones papá.-Le contestó el pequeño ocasionando que el corazón de Tony se llenara de felicidad, Peter recostó la mejilla en su pecho y con su súper oído escuchó como el corazón de su papá bombeaba rápidamente, sonrió.-Aunque a veces me obligues a ir al doctor.-Esto último lo dijo frunciendo ligeramente el ceño, Tony dejó escapar una risita.

El magnate mantuvo a Peter alzado con un sólo brazo, con el otro cerró la puerta trasera que había quedado abierta, le puso la alarma al auto, se guardó el control en el bolsillo de su pantalón de traje, volvió a rodear a Peter con ambos brazos, lo afianzó en su pecho, dio media vuelta y se dirigió a las atracciones que ofrecía el parque de diversiones, dispuesto a pasar una tarde divertida con su pequeño hijo.

CONTINUARÁ...

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Hola! aquí termina la primera parte de este One Shot 😃 lo dividí en dos partes para que no quedara tan largo porque con lo que se viene... iba a quedar muy largo jaja 😉 apenas termine de escribir la segunda parte la publicaré y con esa parte ya concluiré este One Shot, después publicaré otro distinto jaja espero que les haya gustado ☺️ besos!!! 😘

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