9. Empleo extra

Pasar el día con los chicos de por sí ya era divertido, pero verlos cosechar mandarinas lo era aún más. Como de vez en cuando, Seok Jin los invitó a la granja de su tío. No era la primera vez para la banda, pero sí para Jane; a pesar que su familia en su país natal también tenía chacras de fruta, pocas o casi nulas veces los había acompañado a cosechar. Los muchachos tampoco eran expertos; por un lado, estaba Nam el dios de la destrucción destruyendo las plantas de mandarina, se esmeraba en alcanzar las frutas, pero terminaba arrancando las ramas. Del otro lado estaba Yoon Gi que, en lugar de cosechar las mandarinas, estas terminaban en su panza, y cuando no estaba comiendo estaba durmiendo bajo la sombra de cualquier planta. Tae y Ji Min estaban peleando por una planta baja que estaba cargada de mandarinas. Hobi gritando y huyendo de un minúsculo insecto. Jung Kook estaba tratando de demostrar que podía trepar los árboles. El único que parecía hacerlo medianamente bien era el más grande de todos, que a propósito estaba a su lado ayudándole a bajar las plantas altas. Pero como tampoco podía durar demasiado tiempo serio, encontró una oruga y se la echó a Jane para asustarla.

—¡Oppa! —gritó dando pequeños saltitos.

Casi se derrite con su sonora carcajada, pero más divertido era seguirle el juego, así que tomó la cáscara de mandarina que había comido y se la lanzó por la cabeza. Seok Jin abrió enormemente la boca fingiendo estar ofendido, pero al instante la correteó para darle un golpecito en la frente. Como dos niños pequeños corrieron alrededor de la huerta de mandarinas golpeándose y tirándose lo primero que encontraban.

Al final los overoles que todos se habían puesto quedaron embarrados y desgastados, del único que permaneció intacto fue de Yoon Gi que se la pasó durmiendo.

—Mi tío nos va a vetar la entrada —dijo Jin entre risas.

Jung Kook le pasó el brazo por el cuello; era muy pegado a su hyung.

—Ya nos conoce.

***

La noche había sido intensa, no del modo en que Jane hubiera querido sino abarrotada de trabajo debido a las intervenciones de emergencia que tuvieron en el servicio. Con el cabello despeinado y los ojos hinchados llegó a casa. Para colmo se encontró con Seok Jin en la entrada; él tan perfecto y ella tan desgarbada.

—¿Pasaste la noche fuera? —le preguntó mientras abría la puerta.

—Tuve guardia nocturna, una terrible guardia...

—Te ves muy deprimente.

—Ya lo sé, no me lo recuerdes. Me meteré a bañar.

Seok Jin la acompañó con la mirada hasta que desapareció de su campo visual. Su pequeña amiga se veía de verdad cansada, le recordó a los años anteriores donde solía practicar hasta altas horas de noche para poder alinearse con el resto de los miembros; era de verdad agotador. Se compadeció de ella y decidió prepararle una sopa de avena levanta muertos.

Cocinar no era difícil para él, al contrario, disfrutaba realizar esa labor; con mucha experticia cortó las verduras y el pollo para luego mezclarlos en la olla. Ya lo tenía listo en menos de diez minutos. Pero cuando se descuidó un momento, descubrió a Jung Kook a punto de servirse la poca sopa que había hecho solo para el pequeño estómago de Jane.

—¡No! —Le dio un manotazo—. Es la sopa de Jane, ha salido de guardia, tiene que alimentarse.

El enorme, pero a la vez pequeño Jung Kook bajó la mirada. Sus ojitos de Bambi se pusieron brillosos a tal punto que ablandó al más grande, casi nunca podía negarle nada a su hermanito menor.

—Está bien, puedes tomar un poco.

—Ya no quiero nada —contestó resentido. De pronto se sintió celoso de Jane, creía que se estaba robando la atención de los chicos y lo estaba desplazando de ser el consentido, sobre todo con Jin hyung.

Jin se arrepintió de haberle negado la sopa, no le gustaba verlo así.

—Jung Kookie... —lo llamó en vano. Le iba a costar un helado su perdón.

El maknae casi le cierra la puerta en la cara, pero como le debía respeto dejó que Jin entrara a su cuarto.

—Oye, ¿vas a molestarte por eso?

Jung Kook no contestó, por lo que se acercó para hacerle cosquillas del tal modo que consiguió sacarle una carcajada.

—Hyung —se quejó.

—¿Me disculpas? No quería hacerte sentir mal.

—Está bien, pero me tienes que comprar un helado.

—Ya sabía —dijo riendo—. Vamos afuera.

Se encontraron con Jane, seguía teniendo cara de sueño además de verse graciosa con su pijama de RJ y un turbante en su cabeza hecho de toalla.

—Hyung ha preparado sopa de avena para ti —le dijo Jung Kook.

—¿De verdad? Gracias Jin oppa, muero de hambre.

Menos mal la sopa alcanzó para los dos "pequeños". Seok Jin los miraba comer a gusto, aunque con una sensación diferente. Jane no le provocaba el mismo sentimiento que le profesaba a Jung Kook, pero sentía de igual modo un fuerte sentido de protección; a lo mejor porque vivía sola en un lugar desconocido, tal vez porque era army, o simplemente por ser Jane.

—Hyung —llamó Jung Kook repentinamente.

—¿Mmm?

—Si Jane y yo estamos en peligro, ¿a quién salvarías primero?

La nombrada casi se atraganta debido a la risa.

—¿Por qué la pregunta? Pareces Yoon Gi oppa modo ebrio con sus frases melodramáticas de novelas.

—Solo tengo curiosidad.

Jin no tuvo que pensarlo demasiado.

—Jung Kook, es probable que tú nos salves a ambos —contestó riendo, haciendo reír a los dos también.

Mientras terminaron de comer y lavar los platos, llegó Yoon Gi con bolsas en la mano.

—Son vitaminas para Jane —anunció antes de ser cuestionado—, me dijo que salía de guardia.

Jung Kook quería reclamar que necesitaba vitaminas para él también, pero se contuvo.

***

A Hobi se le había ocurrido la grandiosa idea de hacer una pijamada con todos los miembros y Jane, pero antes le había pedido que le enseñara a bailar caporales; ella le mostró un video donde bailaba un mix de dicho genero con otros amigos, explicándole que era una danza perteneciente al folklor latinoamericano. Él quedó encantado con el vestuario y los pasos llamativos e incandescentes del caporal, así que le pidió que le enseñara. Lo cierto es que no le tomó casi nada aprenderlos, era demasiado profesional y talentoso moviendo el cuerpo.

—Nunca pensé que tu danza sería tan agotadora como una coreografía de nuestras canciones.

—Yo lo utilizaba como zumba para bajar de peso.

—A pesar de ser cansador es bastante atractivo, siento que apenas escucho la música mies pies tienen vida propia.

—Es la magia de los caporales. Después te enseñaré salsa, bachata, merengue y sucesivamente.

—Yo también tengo mucho que enseñarte.

Luego de la tarde bailarina se bañaron y alistaron para esperar a los chicos. La pijamada era temática de color por el video que Hobi había visto en TikTok y quiso copiar. Jane se calzó un pijama en su color favorito, celeste pastel; de ese color no había demasiadas cosas comestibles, así que se decidió por cupcakes y helado. Jung Kook apareció vestido completamente de negro llevando consigo coca colas y bebidas alcohólicas de ese color. Tae lució de gris, llevó snacks grises, mientras el color de Ji Min fue amarillo, tuvo oportunidad de llevar variedad de alimentos; el pijama de Nam Joon fue azul al igual que Jin, aunque su color es el rosa, pero por ningún motivo iba a dejar su adorado pijama azul con muñequitos. Hobi se decidió por el verde, mientras Yoon Gi por el blanco. Yeontan fue el invitado especial luciendo su pijama naranja.

Al inicio se dedicaron a jugar y comer todo lo que habían llevado; a media noche ya estaban un poco ebrios, especialmente Hobi que cabeceaba de rato en rato, la única que seguía intacta era Jane porque no le gustaba beber. Más tarde decidió ponerles una película de terror para despertarlos, salvo a Yoon Gi que ya se encontraba en los brazos de Morfeo.

Estaban tan concentrados en la película que cuando empezaron a escuchar sonidos extraños se pararon de sopetón.

—Están penando —gimió Hobi.

Las paredes y el suelo siguieron el ritmo con movimientos bruscos.

—¡Es temblor! —gritó Jin.

Nam Joon abrió enormemente los ojos.

—¡Mierda! ¡Salgamos!

El perrito de Tae ladró asustado por los ruidos y movimientos, Jane lo cargó para tranquilizarlo, mientras corría tras los chicos. Por lo borrachos que estaban se tambaleaban más de la cuenta, hasta que por fin el movimiento se detuvo. Cuando quisieron bajar ya se había detenido por completo, así que se mantuvieron en una zona segura del piso hasta que fue completamente seguro regresar. Al hacerlo encontraron a Yoon Gi dormido en el sofá.

—¿Hyung no salió? —preguntó Tae cubriéndose la boca con las manos.

Ji Min soltó una sonora carcajada.

—Yoon Gi hyung no sentiría ni un terremoto.

Pero en ese momento el pálido chico se despertó estirando los brazos viéndolos a todos parados a su alrededor.

—¿Qué hacen? ¿Están haciendo una especie de ritual?

—Hyung —dijo Hobi riendo—, hubo temblor.

—Oigan, ¿me dejaron tirado aquí mientras salvaban sus vidas? —increpó indignado.

Jin no podía parar de reír.

—Te quedaste dormido, no nos dimos cuenta.

Esta vez Yoon Gi miró a Yeontan en los brazos de Jane.

—¿Preferiste salvar al perro antes que a mí? Estoy muy molesto con ustedes, no les hablaré en cien años, aunque es probable que no viva demasiado. Adiós.

Pero al siguiente día ya estaban charlando y riéndose del día anterior.

***

Jane se puso nerviosa al recibir una llamada de su adorado Seok Jin de manera repentina. Ya no podía evitarlo, todo lo que estaba relacionado con él le hacía fluctuar.

—Jane-ssi.

—¿Si oppa?

—¿Te gusta ser enfermera? —El salía con cada pregunta en cualquier momento random.

—¿Qué?

—¿Te gusta tu profesión?

—Me encanta.

—Entonces contratada.

—¿Eh?

—Desde hoy serás mi enfermera personal. Adiós ten un buen día.

—Oppa, hablas...

El pip pip del celular le avisó que ya había cortado. Definitivamente él era random. 

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