#O2 ;; beso.

;; 🄷 🄸 🅁 🄾 🄶 🅄 🄴 🄻 ;;

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Habían pasado más de dos años, Miguel había dejado San Fransokyo para volver a México, dejando a su ex novio en la ciudad de las mil luces.

Hiro estaba en su cuarto, hace dos meses habían llegado de sus vacaciones en un extraño lugar pequeño en China. Tía Cass estaba intentando despejarlo un poco, si bien se habían cumplido cuatro años desde la muerte de Tadashi, Hiro aún estaba afectado.

Está bien, era su hermano mayor, su única familia además de Tía Cass, pero... Era su confidente. El único que sabía que era gay y tenía sentimientls hacia un muchacho parecido a él en actitud y habla.

Pero, hace dos años se lo confesó a Tía Cass, y hace un año terminó su relación con Miguel luego de once meses en pareja. El problema había sido cliché, una muchacha que suouestamente estaba saliendo con Miguel, a la misma vez que Hiro salía con él.

El morocho intentó explicarle trescientas cincuenta y dos veces al de cabellos oscuros que realmente le amaba a él y que ésa muchacha no tenía nada que ver entre ellos dos. Centrado en sus propios pensamientos y preocupaciones, Hiro le ignoró completamente, diciéndole que se largara para luego escuchar una inolvidable despedida de parte de Miguel.

Ésa misma noche salió a buscarle, pero Honey Lemmon, hermana perdida de parte de uno de los familiares de Miguel, le dio el penoso comunicado de que su primo se había marchado.

Dos años después de que éso pasó, lo ves a Hiro sentado en la punta de la cama de Tadashi, en su habitación, sosteniendo una foto de él entre sus manos, hablándole como si estuviera frente a él: — Lo extraño demasiado, igual que a ti; pero siempre te extrañaré más a ti, que a cualquier otra persona. —susurró.

Tía Cass tocó dos veces la puerta, abriéndola cuando Hiro le dio el acceso; — Hijo... —murmuró, sentándose a su lado.— Hay alguien que quiere verte.

— No quiero ver a nadie. No hoy, lo siento... —sonrió de lado, dejando la foto de su hermano sobre la mesa de luz.

— Piénsalo una vez más... —señaló a la ventana.— Tal vez deberías ver quién es.

Con un poco de pesadez y algo de cansancio, se encaminó a la ventana, viendo el auto y el muchacho que volvía a acercarse y se encaminaba a la puerta una vez más, siendo vigilado por una pequeña niña dentro del auto; — ¿Miguel? —sus ojos se abrieron como platos al ver nuevamente al muchacho.

《♡》

— Lo siento... —suspiró.— Pensé que Hiro estaba arriba, pero parece que salió hoy.

— Ya veo... Lamento volver a molestar. —hizo una pequeña reverencia.

— No pasa nada, si Hiro vuelve; le diré que has venido a visitarle.

— Muchas gracias. —sonrió leve, volviendo a subir a la camioneta, con una pequeña y rota sonrisa.

Arrancó y un poco más adelante reaccionó al ver a Socorro a su lado; — Hermanito...

— Todo está bien, princesa. —sonrió, abrazándola en un semáforo en rojo.

— ¿Encontraremos a Hiro?

— Aunque tenga que volver en un año. —musitó, con una gran sonrisa, marcando sus hoyuélos, mientras se volvía en su asiento para conducir.

Llegandl al hotel, Socorro bajó y salió corriendo hacia donde Honey se encontraba, siendo ella quién le saludó: — ¿Vienes?

— Voy en seguida. —susurró, y después de verlas entrar, se desplomó en el asiento del conductor.

— No es justo estar triste. —dijo una voz estrañamente familiar a un lado de él, exaltándolo.

— ¿¡Baymax!? —empalideció y sonrojó un poco, viendo al gran malvavisco a un lado de su auto.

— Hola. Mi nombre es Baymax.

— Si, si; ya sé éso, pero... ¿Qué haces aquí? —rió, bajándose del auto para abrazarlo.

— Hiro está triste. ¿Tú estás triste también?

— No, estoy sonriendo; ¿no me ves? —rió leve, aunque con algo de falsedad, ya que se sentía para la mismísima mierda.

— En la escala del uno al diez, ¿cómo calificarías tu dolor? —preguntó, mostrando una escala de caras en su gran estómago.

— Cero. Estoy bien, lo prometo. —sonrió de lado.

— Está bien llorar. —le abrazó.

— Te digo que estoy bien, ¿tú cómo estás? —rió, separándose un poco de él.— ¿Cómo está... Hiro?

— ¿Hiro?; tengo algunas preocupaciones. —levantó su dedo índice.

— ¿"Preocupaciones"?, ¿él está bien?, ¿le pasó algo?

— Está mal. —dijo, pestañando un par de besos.— En la escala del uno al diez, ¿cómo calificarías tu dolor?; once. —dijo, primero con su voz y luego con una grabación de la voz de Hiro.

— Oh, éso es malo. —murmuró.

— Muy malo. —volvió a levantar su dedo índice.— ¿me acompañas?

《♡》

— En la escala del uno al diez, ¿cómo calificarías tu dolor? —volvió a preguntar.

— ¡Once, te dije; once! —gritó, lanzándole una almohada desde su cama.

— ¿Puedo hacer algo para aliviar tu dolor? —preguntó, levantando la almohada del suelo.

— No, no hay nada que pueda hacer un robot.

— Y, ¿un humano? —preguntó, mientras se acercaba hacia él con un pequeño ramo de flores.

— ¿Qué haces aquí? —preguntó, poco audible.

— Venía a decir lo siento. —murmuró, sentándose en la cama, a un lado de él.— Lo siento.

Un golpe en su mejilla: — Te lo mereces. —se aguantó las ganas de llorar.

— Síp... Me lo merezco. —sorbió su nariz, y volvió a mirarlo.— Si te hace sentir mejor, golpéame otra vez.

— No quiero herirte.

— Yo tampoco quiero hacerlo. —se acomodó en la cama.— Perdóname.

— Debe ser muy importante para ti, si pides perdón. —murmuró.

— Demasiado.

— Estás perdonado. —y todo lo demás, se selló con un beso.

— Te amo. —sonrió.

— Yo también te amo~

"I  ʜᴀᴅ  ᴛᴏ  ғɪɴᴅ  ʏᴏᴜ﹐ ᴛᴇʟʟ  ʏᴏᴜ  I  ɴᴇᴇᴅ  ʏᴏᴜ;
ᴛᴇʟʟ  ʏᴏᴜ  I  sᴇᴛ  ʏᴏᴜ  ᴀᴘᴀʀᴛ... Tᴇʟʟ  ᴍᴇ
ʏᴏᴜʀ  sᴇᴄʀᴇᴛs  ᴀɴᴅ  ᴀsᴋ  ᴍᴇ  ʏᴏᴜʀ  ϙᴜᴇsᴛɪᴏɴs﹐
ᴏʜ;  ʟᴇᴛ·s  ɢᴏ  ʙᴀᴄᴋ  ᴛᴏ  ᴛʜᴇ  sᴛᴀʀᴛ..."
The Scientist — Coldplay.

((O2 O2 2O19))

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