💛🌻Capítulo especial Parte 1🌻💛
🌻Narra JiEun🌻
Luego de las horas de viaje finalmente llegamos al hotel.
Mientras Jungkook habla con el chico de la recepción para que nos de la habitación reservada, yo me encuentro sentada en uno de los grandes muebles del lobby mirando fijamente a la nada. Estoy tan perdida en mis pensamientos que paso a un segundo plano los detalles del lujoso y acogedor lugar.
Finalmente ha llegado una nueva etapa para mi vida. Una etapa de cambios que, lejos de asustarme, me emocionan mucho. Ahora mi preocupación es lo que sucederá en la habitación. He tratado de imaginar cientos de veces qué hacer, cómo comportarme y, no voy a mentir, estoy muy nerviosa. Con las terapias a las que asistí logré perder el miedo al sexo, y dejarlo de ver como algo nauseabundo e incorrecto. Claro que la metamorfosis se extendió durante varios años en los que no lograba superar el trauma, pero finalmente estoy sana y me siento lista. Pero eso no quita los nervios y lo atormentada que está mi cabeza por la anticipación de todos los posibles escenarios que mi cerebro me proyecta como si fuera un filme con clasificación +18. No quiero ni pensar, pero me es inevitable.
—Cariño. ¿Estás bien? Te noto algo distante y distraída desde que llegamos.—al sentir su voz y el sofá hundirse a mi lado, salgo de mis paranoias mentales y me concentro en él.
—Oh. No te preocupes. No es nada. Estoy bien.—sonrío para que no note mi nerviosismo y me dispongo a ponerme en pies, pero soy atrapada por él.
—JiEun, cariño habláme de lo que te sucede.—Sostiene mi muñeca con calidez y con afabilidad me obliga a sentarme de nuevo.
—No es nada, en serio.—insisto en no contarle. Me da mucha vergüenza. No es momento para estar así, pero es que en todos estos años que fui novia de Jeon, no tuvimos ningún acercamiento demasiado íntimo. Tuvimos nuestros roces y eso, pero nunca llegamos más allá porque siempre lo detuve y él fue tolerante conmigo. No quiero ponerlo en un aprieto de nuevo por causa de mis preocupaciones.
—Te conozco de sobra como para saber cuando estás incómoda, nerviosa, molesta, alegre aunque no me digas nada o insistas en lo contrario.—señala.
—Vaya que me has salido observador.—bromeo, pero su cara neutra me dice que no es momento para que yo desvíe el asunto o le ponga humor.
—Jeon... No sé si debamos discutir este tema aquí.—mis mejillas arden y de seguro Jeon ya lo notó por la sonrisa pícara que veo en sus labios.
—Si no lo discutimos aquí, créeme que en la habitación no va a ser posible.—se muerde el labio para provocarme y ponerme peor todavía. Él sabe como jugar sus cartas de chico playboy.
—Tonto.—palmeo su hombro.
—Pero me amas y te amo. Así que dime lo que te tiene así preciosa, porque me voy haciendo ideas. Pero quiero que seas tú la que me diga.—contesta acariciando mi cabello con suavidad, para luego colocar este detrás de mi oreja.
—Bueno... Verás....—inicio un juego con mis dedos y siento el sudor en las palmas de mis manos.
—El tema es que no sé qué hacer cuando estemos en esa situación. ¿Y si no te gusta? Es decir... No soy una experta en el asunto como tú... —las palabras comienzan a salir de mi boca atropelladas, quiero decirlo todo a la vez, pero eso es humanamente imposible.
—JiEun...—
—¿Y si me da otro ataque de esos? No quiero hacerte incomodar de nuevo. No podría perdonármelo. —
—JiEun... —
—No es que no me sienta preparada, porque sí quiero. El problema es que da mucha pena Jeon. ¿Y si te dejo de gustar o no soy lo que esperabas? Y mi cuerpo, mis cicatrices, son feas y... —
—¡JiEun!—su grito interrumpe mi discurso atolondrado.
—Cariño... —toma mis manos para detener la manía que tengo de encajar la uña de mi dedo corazón en la piel del dorso de mi dedo pulgar,todo producto de la ansiedad.
—Escucha. No tienes que saber qué hacer. Yo te voy a guiar y poco a poco aprenderás. Solo déjate llevar y desecha tus preocupaciones. Solo deja tu mente vacía. Además, si solo me fuera a desencantar porque no sea lo que esperaba, no habría aguantado tantos años, no me hubiera quedado a tu lado. Me habría ido hace tiempo si solo buscara tener sexo contigo. JiEun, nena. Yo te amo, por algo como eso no voy a dejar de hacerlo. ¿Entiendes? Me encantas y me encanta que tu primera vez vaya a ser conmigo en nuestra luna de miel así que deja de atormentarte con los “Y si”. —con sus pulgares acaricia mis pómulos y me siento más aliviada al escuchar sus palabras acompañadas de su delicado tacto sobre mi piel.
—¿Por qué eres tan genial? —hago un puchero acompañado de lágrimas y lo abrazo.
—Te amo tanto mi Hámster con Botas.—susurro en su oído para que luego me aparte y me haga una mueca de desagrado.
—¿Qué hablamos de esos sobrenombres? —hace un gesto de niño enrabietado.
—¡Oh! ¡Vamos Jeon! Sabes que te lo digo de cariño.—le sonrío con ternura.
—Bueno. Está bien. Entonces te puedo seguir diciendo stalker.—me guiña un ojo y se levanta con celeridad para evitar que le propine un coscorrón.
—¡Deja que te agarre!—le grito mientras se dirige hacia el ascensor a paso acelerado cargando las maletas.
🤠🌻💛🌻🤠
Hace aproximadamente 15 minutos que JiEun está en el baño y no ha salido. Yo me bañé antes, por lo que ahora la espero siendo todo lo benevolente que puedo ser porque la comprendo. Sé que necesita su preparación mental para ello. Pero me preocupa que le haya pasado algo allá adentro, por lo que me acerco a la puerta y con mis nudillos hago sonar la madera de la misma.
—¿Todo bien allá adentro cariño?—cuestiono.
—Sí. Ya casi termino.—la escucho decir desde el interior.
Ya más relajado vuelvo hacia la cama para responder los mensajes de mamá y los chicos preguntando si habíamos llegado bien.
Cuando más absorto estaba en mi teléfono celular, escucho el cerrojo de la puerta del baño desbloquearse. Alzo la vista para verla asomar su cabeza.
—¿Puedes apagar la luz?— sonríe con inocencia.
Me levanto para caminar hacia donde se encuentra y ayudarla a recuperar su confianza en sí misma, pero con un dedo me indica que me detenga.
—Apaga la luz o voy a dormir esta noche en el baño.—la observo con ternura ante su amenaza y una sonrisa divertida se me escapa.
—Vale. Vale. Lo que madam ordene.—levanto las manos con una sonrisa ladina, como si hubiera cometido un delito y me dirijo al enchufe de la luz.
Una vez la apago camino de vuelta hacia la cama.
—Listo preciosa. Ahora sale. ¿Quieres? —le suplico.
—La veo salir corriendo a paso acelerado y se esconde tras las cortinas.— tengo que evitar reírme por verla siendo tan adorable, y por el hecho de que tratando de ocultarse de mí, ha optado por esconderse tras las cortinas y bueno, solo diré que el cristal da al comedor de los obreros.
—JiEun... Princesa. Solo te diré que no haces nada escondiéndote de mí si ese vidrio tiene vista al comedor obrero y ahora mismo todos pueden estar mirándote. —le digo con calma, y mordiendo mis labios, tratando de reprimir una risa por lo divertida que se me hace la situación. Esta pequeña me trae loco con cada cosa que hace.
—¡Demonios!—pega un brinquito y sale de su refugio para mostrarse a mí.
—¿Ya dije que el color negro es mi favorito, pero que el blanco está tomando su lugar al ver lo bien que luce en ti? —repaso su cuerpo de arriba a abajo con una mirada para nada sana. Junto a su lencería lleva la liga de novia abrazando su muslo todavía. Consiste en una cinta con rosas bordadas de color blanco, encajes y pequeñas perlas. Con tanta presión por mi parte para que nos fuéramos olvidamos hacer la tradición de quitar la liga. Bueno... Yo no dudaré en hacerlo ahora porque ese toque tan delicado y femenino en conjunto con su ropa interior es malditamente sexy.
Cuando se da cuenta noto como hace con sus labios una "o" muy adorable y se cubre. En pocos pasos estoy frente a ella y camino suave para acorralarla de a poco entre mi cuerpo y la pared.
—No te cubras de mí hermosa. Tienes un cuerpo delicioso.—le susurro al oído y con delicadeza voy retirando sus manos de los lugares que cubren.
—J... Jeon.—musita muy bajito.
—Mhm...Dime hermosa.—le digo coqueto y estiro el lóbulo de su oreja para comenzar a besar la zona entre su cuello, mejillas y mandíbula,hasta llegar a sus labios.
Su respuesta nunca llega por lo que me separo para mirarla a los ojos.
—Confía en mí, ¿sí? —acuno su rostro con mis manos y ella asiente con una sonrisa menos tensa que las anteriores.
Comienzo a besar sus labios con ternura para empezar a esparcir caricias por su espalda. Ella entrelaza sus brazos alrededor de mi cuello y yo procedo a besar el suyo, no me pierdo ni uno de sus suspiros ahogados en mis oídos. La coloco una mano alrededor de su cintura y la apego a mi torso. La ronda de besos húmedos sigue y es muy excitante y a la vez desesperante, pero sé que debo ir con calma para no asustarla. Debo cambiar con totalidad su percepción acerca del sexo.
Su dulce fragancia me tiene hechizado entre su cálida piel que me recibe con gusto, y hasta con el mismo anhelo y deseo que yo. Del surco de su cuello subo hasta su oreja para lamerla y susurrar cosas en ella.
—Me encantas JiEun. Eres tan preciosa. —entre el vaivén de nuestros labios deseosos deslizo mi mano hasta sus glúteos y comienzo a acariciarlos y apretarlos a mi antojo. Ella responde con un gemido y es una buena señal. Estoy más que listo, pero sé que ella aún no.
¡Oh Dios! Esa carita se ve tan dulce, tan complacida que quiero hacerla mía aquí mismo, pero no debo. Todo debe ser calmado y especial para ambos. Maldito autocontrol.
El desenfreno en sus besos va aumentando junto al calor de ambos. Lamo sus labios a la espera de que los abra más para introducir mi lengua en su boca y desenvolvernos en esa deliciosa batalla.
🌻Narra JiEun🌻
¡Dios Mío! ¿Qué sensaciones está despertando este hombre en mí? Esas cosas que me dice al oído, son dulces y a la vez pasaditas de tono, su cálido aliento junto a sus palabras crean una gran revolución de hormonas en mi organismo. Los latidos de mi corazón van a mil por segundo y torturan a mis costillas. El cosquilleo desde mi vientre hasta mi ingle no cesa, mis miedos no los tengo presentes en estos instantes. Sé que es Jungkook, conozco que puedo confiar en él y no me hará nada que yo no quiera, así que solo me estoy dejando llevar como él me dijo en el hall. Me estoy entregando completamente a él, y para nada me siento rígida como en un principio.
Desde que salí de detrás de esas cortinas totalmente avergonzada y me encontré con esa mirada lobuna de Jungkook, unos espasmos a través de mi columna vertebral me hicieron sentir que esto era lo correcto, y que yo era la mujer más deseada de este mundo. Mis mejillas ardían, pero gracias a la oscuridad él no lo podría notar.
El continuo deslizar de sus ásperas manos sobre mi trasero, acompañado de esos apretones con la presión exacta, y uno de sus dedos rozando mi trasero sobre la tela de mis bragas, me hicieron salir de mis pensamientos anteriores y comencé a corresponder con más fervor su beso cargado de pasión, amor y deseo. Antes de terminarlo mordió mis labios sacándome un quejido placentero y arrastró sus dientes por mi belfo, estirándolo para luego soltarlo. Justo en mi núcleo siento como si algo se hiciera miel. Más de una parte de mi cuerpo está ardiendo como si me encontrara en un estado febril. Esto solo se acrecenta cuando eleva mi cuerpo provocando que por inercia yo enrosque mis piernas alrededor de sus caderas. Está caminando conmigo sobre él directo a la cama y aún permanece con ropa puesta en lo que seguimos besándonos de forma tan lasciva y candente. Yo quiero verlo, ver su torso desnudo, quiero repasar con mis dedos cada uno de sus músculos y venas sobresalientes. Él es tan endemoniadamente sexy que no puedo pensar con claridad las cosas.
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