💛🌻Capítulo 27🌻💛

⚠️Advertencia⚠️

Este capítulo contiene escenas fuertes. Léalo bajo su propia responsabilidad. Con mis escritos no pretendo herir la sensibilidad de ninguno, solo trato de exponer problemas que se ven a diario en el mundo, como es el acoso, la pedofilia, la violencia, entre muchas otras cosas que se están viendo. Mi objetivo es condenar este tipo de actos con este fanfic. Los seres humanos no deben ser maltratados, abusados o asesinados bajo ninguna excusa. Desear a un niño sexualmente, no se considera amor, sino pedofilia.🚼
Las cosas como son. Aunque el humano trate de buscarle la lógica a estos actos, no la hay.
Los acosos nunca deben ser callados. Lo primero es buscar ayuda y no escuchar las amenazas. Si callamos, es peor para todos.

#EndTheViolence #SpeakYourSelf
#LoveYourSelf

Eso es lo que pienso. Gracias por leer esta nota. Sin más...Disfruten la lectura. ❤

Pueden escuchar el cover de "Lost Stars" que hizo Jungkook. Pega mucho con este capítulo.🎶🎧

🌻Narra IU🌻

Salí de esa fiesta sin siquiera saber a dónde ir. Quería estar sola. Corrí hecha un mar de lágrimas mientras sostenía mi vestido para evitar enredarme con él y caer. Todo estaba oscuro, comenzaba a sentir terror y arrepentimiento, por haber salido de forma tan impulsiva. Un estremecimiento se apoderó de toda mi anatomía. Usaba un vestido que no me abrigaba para nada y las ráfagas de viento de la noche comenzaban a helarme. Llegué a la parada de autobuses con la esperanza de que hubiera algún alma humana en la misma. Suspiré de alivio al ver que no estaría sola esperando el bus. Una madre y su niña esperaban ávidas por la llegada del mismo.
En pocos minutos ya había llegado el vehículo, pero desgraciadamente, esa no era la ruta que me servía. Ahora sí me había quedado sin compañía. Observé la hora en mi teléfono 11:30 p.m, y ,para colmo, tenía 1% de batería. ¡Mierda! Se me apagaría pronto. Justo cuando pensé en llamar a WooYoung una sombra tapó la iluminación de las farolas de alumbrado sobre mi cara, obligándome a alzar la vista con temor y un presentimiento nada satisfactorio. De solo observar esa sonrisa enfermiza, supe de quien se trataba. Mi reflejo fue levantarme y empujarlo, pero mi contrario me lo impidió dándome un fuerte apretón en mi hombro, el cual me hizo escocer del dolor.

-Te lo dije zorrita. Pronto se te iba a acabar la felicidad. -dijo agarrándome la mandíbula con hosquedad. Acercó su rostro a mí, facilitándome escupirlo.

Hecho esto lo distraje un poco y corrí hacia el otro lado de la avenida tan rápido como mis pies me lo permitieron, ya que el vestido me hacía la huída más complicada, y ni hablar de los tacones. No tardó en seguirme, pero yo tenía una ventaja considerable. De seguro esto era peor para mí más tarde, pero debía huir por mi vida, intentarlo al menos.

Agitada y con el corazón en un puño seguía mi carrera por las calles vacías de Seúl mientras intercalaba entre mirar hacia el frente y hacia atrás, para comprobar si continuaba en la persecución.

Lo vi doblar raudo la esquina ¡Joder! No se daba por vencido, y yo no creía poder soportar ni un minuto más. El corazón martilleante contra mis costillas, el pánico y la desesperación comenzaban a salir en torbellino acumulándose en mi garganta. El ardor en la misma y la sensación de quemadura en el pecho eran todos los indicadores de que mis pulmones y circulación se estaban saturando.

Mi cabeza dolía, el latido en la parte superior era retumbante.

-¡No escaparás maldita bastarda! Te desgarraré cada parte de ti si te atrapo. Ya casi me agarraba y mis pasos comenzaban a ralentizarse al sentir los músculos de mis piernas empezar a entumecerse.

¡No! ¡No! ¡Ahora no!

-Por favor. Déjame ir por favor. -comenzaba a decir en sollozos, pero la voz me salía en un hilo. Sentía esas inmensas ganas de desmayarme, pero a la vez quería seguir guerreando contra los frenos que me empezaba a poner mi cuerpo por la debilidad.

Me metí en algún tipo de barrio, suplicando a todos los cielos por ayuda, esa sensación de que sería mi último día respirando era la única que me mantenía en pie todavía, luchando por sobrevivir. Ese es el instinto humano.

- ¡Ayuda! ¡Por favor! ¡Ayuda! -En mi desespero y batalla interior perdí el equilibrio. Mi tobillo se había torcido a causa de una mala pisada con el tacón. Como resultado, caí abruptamente hacia el asfalto.

Intenté levantarme, pero me fue completamente absurdo debido al dolor y el colapso de mi cuerpo en agonía.

Opté por arrastrarme, pero todo fue en vano, pues ya me tenía.

-¡Eres una maldita perra! ¡Me las vas a pagar!
Y nadie, absolutamente nadie, te verá sufrir y suplicar. Haré mi sueño realidad. Lástima, porque te amaba tanto, como te odiaba. Iba a ser más condescendiente contigo si hubieras cooperado. - dijo con aires de grandeza desde arriba. Entre tanto, yo continuaba arrastrándome sobre mi espalda para alejarme. Al notarlo me colocó un pie encima del abdomen, sacándome de una sola el aliento. Lamentaba no haber traído conmigo el taser.

-Por favor. No me hagas esto. ¿Por qué lo haces? Nunca te he hecho nada malo. -musité y volví a tomar una respiración, ya que cada vez que lo hacía sentía que no era suficiente, y que la tráquea se me cerraba. El sudor frío hacía una capa en mi frente y bañaba mi cuerpo.

-Pues precisamente porque mi hermano, el cual me apartó de mi familia e hizo mi vida una miseria, tiene que sufrir como lo hice yo. Su única hija debe morir para que a él le duela. Pero también me gustabas, es por eso que te dejé escaparte con la tuya hasta ahora. Y a las demás insulsas. Bueno, fue solo para matar mis ganas. La carne suavecita y tersa, es muy atrayente ¿Sabes lo que haré? Te cortaré así como empecé en el pasado. Terminaré esa obra de arte que aquella vez no pude terminar por culpa de ese niñato entrometido. De él me encargaré más tarde.

Flashback.

-Ajhussi. ¿Qué hace? ¿Por qué me trae a este lugar?-pregunté con inocencia.

-Puedes comenzar a llamarme ¨Tío Lee¨. -sonrió y acarició mi cabello de una forma rara. -Es sencillo. Vine a hablar en apartado un tema de familia. Tu padre biológico, te ha encontrado y te llevará a casa con él. Tendrás una familia. - volvió a dedicarme un gesto agradable y en aquel momento me sentí muy alegre. Sí, lo estaba hasta que me pidió jugar con él y yo como niña al fin no puse aprensiones.

Tenía doce años, pero no había ningún tipo de maldad en mí y creía que todas las personas eran buenas, porque habían sido creadas por Dios. Así me había criado mi abuela.

-T..tío... no creo que esto esté bien.-musité mientras el comenzaba a besar mi cuello y acariciar mis piernas desnudas bajo el vestido de encaje que llevaba puesto.

-Tranquila. Estamos jugando. Dibujaré sobre tu piel. Solamente estoy comprobando la textura del lienzo.-dijo y aspiró el olor de mi piel en esa zona. Su mano se coló hasta mi entrepierna y sacó algo de su bolsillo, una navaja.-al instante supe por sus dos acciones, que aquel hombre era un malintencionado.

Lo empujé con la mayor fuerza que poseía, pero duró poco hasta que me volvió a agarrar con brusquedad e incrustarme contra la pared. Su brutalidad fue tanta que un pedazo de la tela de mi prenda de vestir se rasgó.

-Si pones las cosas difíciles, las heridas serán profundas y el dibujo no saldrá bien. - su expresión me causaba repelús.
¡No! ¡Déjame!-golpeé su pecho con mis puños mientras comenzaba a llorar.

¡Cállate!-una bofetada cruzó mi mejilla haciéndome empeorar. Esta vez tapó mi boca y con el objeto cortante comenzó a cortar la piel que recubría mis costillas. La frágil tela se desgarró, junto a mi carne. Mis gemidos de dolor al sentirlo haciendo eso mientras me besaba y manoseaba eran ahogados por su mano.

¡¿Qué hace?!-una voz de chico hizo acto de presencia en el lugar y sentí un alivio repentino recorrer mis venas. -

¡Oh, vaya! ¿A quién tenemos aquí? Un pequeñuelo que se quiere unir al festín. Me aseguraré de enseñarte muy bien. Solo observa. -dijo y sonrió con petulancia mientras comenzaba a avanzar amenazante hacia el chico, que aparentaba tener mi misma edad. Él se mostraba aturdido. No movía ni un músculo.

Extrañamente su rostro aparecía borroso, pero algunos rasgos se me hacían familiares.

Comencé a patalear, incluso intenté morderlo, a pesar de que no dejaba de sangrar y me dolía mucho. Eso lo empeoró todo, pues me pegó otra bofetada, que hizo salir de su ensimismamiento al chico y luego de gritar, salió corriendo. Bramaba algo, pero no lograba escucharle bien debido a que había sido dejada caer al suelo sin reparo y mi cabeza comenzó a dar punzadas, acompañadas de fuertes mareos.

Era Jungkook. Sí. El mismo niño que conocí unos días después del incidente, fue el mismo que me salvó.

Yo lo recordaba por haber sido tan lindo conmigo aquel día en el hospital. Me llevó flores, especialmente girasoles, y me dijo que era una niña con una sonrisa muy bonita y que la luna estaría envidiosa de mí porque la lograba opacar.

Me dijo también algo, que nunca se me olvidó.

¿Sabes qué significan los girasoles?-

-No. -respondí algo tímida ante su tierna sonrisa de conejito, que dejaba ver el lunar que tenía bajo el labio inferior.

-Estas flores significan la felicidad y el positivismo. ¿Sabías que ellos viven buscando la luz del Sol, pero en días nublados se miran los unos a los otros, buscando la energía en cada uno? Yo seré tu energía. Mírame a mí cuando estés triste o quieras llorar. - dijo y me abrazó. Luego de ese día jamás volvió y fue cuando mi infierno continuó. Días después fui llevada con mi padre, y junto con él, me tocó vivir con el diablo. Y viví cada día extrañando a ese pequeño niño castaño, hasta que lo vi aquel día en el centro comercial.

Fin del Flashback

- No. J..Jungkook no. ¡Él no!-murmuré casi inaudible.

Después voy a follarte como a una perra y dejarte sin gota de fuerza en el suelo, justo como he alucinado todo este tiempo. Morirás desangrada, en el suelo frío, lívida, inerte. JAJAJAJA. Oh cielos! Vaya que lo disfrutaré. -

MALDITO HIJO DE PUTA.

El pavor me tomó en su extensión y me absorbió. No podía hacer más que gimotear cuando agarró mis cabellos y me arrastró hasta un callejón bien apartado, oscuro y sin vida. Allí comenzó a repetir el proceso que tenía grabado a fuego en mis recuerdos. Rasgar mis vestiduras, cortarme, golpearme, besarme y toquetearme. Nunca lo pudo hacer a su antojo porque a pesar de todo seguía resistiéndome. Aunque terminara muerta, no iba a permitir que me violara. -
¡AYUDA! ¡ALGUIEN POR FAVOR AYUDA!- Ya no me importaba quedarme sin garganta, o que me desfigurara el rostro, siempre y cuando alguien pudiera escucharme. Gracias a la frase dicha por Jeon, que vino a mi mente, esa esperanza se había elevado más en mí y confiaba en que saldría de esta.

—Si no te callas la maldita boca. No solo te mataré a ti, sino también a tu amiguito el inservible, que se que aprecias demasiado. En mi lista también estará el príncipe rata. - murmuró en mi oído logrando que me retractara de mi repentino acto de valentía. Prefería sacrificarme yo antes que les causara daño a ellos.

- ¡Suéltala ahora hijo de puta!-

Gracias a los cielos que guió a esa persona hacia acá.

Ahora comenzaba a despertar. Una luz brillante invadió mi visión haciéndome sentir cegada. En los sueños había tenido recuerdos tan horribles, como buenos. Hubiera deseado despertar sin recordar nada, sino fuera porque Jeon estuvo en ellos.
Me encontraba mareada y confundida. Una intravenosa estaba aferrada a mi piel.

🤠Narra Jungkook🤠

Acababa de entrar a la habitación. Esperando una vez más que ella despertara.

¡JI EUN!-exclamé en el mismo instante que la observé abrir los ojos. Corrí hacia ella para sostener su mano.

WooYoung entró como un loco nada más me escuchó y casi atropella a todo lo que se encontraba a su paso.

-Al fin despiertas mocosa. ¡Qué alivio! ¿Recuerdas algo? Tienes que afirmar que lo viste y que fue él ante la policía. Estarán aquí dentro de un rato. Casi mueres JiEun. Lamento tanto haberte obligado a ir a ese maldito baile de mierda.-ella hizo una mueca de dolor.

-Woo! Se acaba de despertar. Déjala al menos que asimile todo y se adapte al ambiente. -lo regañé por su intensidad. - ¿Por qué no vas a buscar a los médicos?- le sugerí e hizo lo que le pedí.

¿Cuánto tiempo llevo dormida?- preguntó con debilidad. Sus labios estaban secos y pálidos y los moretones en su cara y cuerpo comenzaban a tomar colores violáceos más fuertes, en armonía con tonalidades verdes y amarillas. Me daba tanta ira el no haber sabido antes por todo lo que JiEun estaba pasando. Debí darme cuenta de la razón de todos sus miedos.

- Vaya. -exclamó.

¿Cómo te sientes?- cuestioné. Era obvio que no se encontraba bien, pero quería que ella me hablara. Extrañé su voz durante toda la semana. Fue duro ir a clases y no poder verla. WooYoung se había vuelto más cercano a mí y a Hoseok durante estos días. También entabló una buena amistad con mi primo Taehyung, quien no dejó de venir ni una sola vez , con su novia, después de clases para visitar a JiEun y darnos ánimo. Una de las cosas más impactantes fue descubrir que el papá de ella era el señor Lee Philip. Lo pusimos al tanto de lo que sucedía bajo el techo de su propia casa y fue él mismo quien puso la denuncia a su hermano. Pero aún no habían noticias del desgraciado de Lee Hyeon Min. Conocería la cara del mal parido si no fuera porque el señor Lee Philip recibió una llamada de urgencia del trabajo, justo cuando me iba a mostrar la foto.

El doctor que atendía a JiEun no tardó en llegar junto a las enfermeras y comenzar con la revisión. Miraron sus pupilas con pequeñas linternas, chequearon sus signos vitales y cada parte de ella para saber si estaba adolorida, o si podía tener buena movilidad. Y es que estuvo en coma durante todo este tiempo debido a la pérdida de sangre de sus heridas.
Algunas habían llegado a ser bastante profundas.

Cuando terminaron de cambiarle los medicamentos en el Medicine Dropper me acerqué a ella quien permanecía mirando el techo.

Wooyoung a pesar de querer comerse a su amiga a preguntas, decidió ir a la cafetería a comer algo aprovechando que Hoseok había llegado para ir con él.

-Jeon!-susurró.

-Mmm...Dime preciosa. -

-Jjaja. Que me digas preciosa, en las condiciones en la que se encuentra mi cara, es algo irónico. - bromeó. Esa era señal de que volvía su sarcasmo y vitalidad.

-Que tengas unos golpes temporales, no quita el hecho de que eres preciosa. -le dediqué una sonrisa y besé el dorso de su mano.

-¡Yah! No sueltes esas cosas así, que me sonrojo. -dijo cubriéndose el rostro como solía hacer cada vez que algo le causaba demasiada vergüenza.

-¿Qué era lo que me ibas a decir antes?-me acomodé a su lado en la camilla, aprovechando que, por el momento, no había personal médico rondando alrededor del lugar. Si me vieran me regañarían.

-¿Qué haces?- interrogó.

-Todo este tiempo que estuviste en ese estado, me arrepentí muchas veces de no haberte abrazado en varias ocasiones, en vez de tratarte tan arisco. - la miré directo a los ojos.

Ella no dijo nada y solo se quedó mirándome sonriente para luego abrazarme. Le correspondí el gesto tratando de no lastimarla.

-Kook! ¿No me recuerdas?- esa pregunta me la había hecho ya varias veces. ¿A qué se refería?

-El significado de los girasoles.- continuó hablando y señaló el búcaro con estas mismas flores, que se encontraba en la pequeña mesa a un costado de su cama. Había comprado esas flores en una florería de camino acá.

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Hasta aquí el capítulo. Les quiero. No lo olviden.❤🎶

BONUS

👆🏻
JK Esperando esa semanita a que IU despertara

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